Partida Rol por web

Viendo indecisión en mis compañeros me acerqué a la puerta que estaba enfrente de la entrada principal y la abrí para internarme más en la casa.

Me temía lo peor a cada paso pero por suerte aún no había encontrado nada de Jerry, ni para bien ni para mal...

Guardé el revólver y seguí a John Kellemport, agradeciéndole su iniciativa.

Maldición, si por mí fuera seguro que aun estaría mirando al techo en ese salón. Debo despejar la cabeza y centrarme, espero que las cosas que hallemos sean lo bastante interesantes como para garantizar mi dedicación a la investigación... Siempre y cuando tengan la justa cantidad de "esencia macabra"... No como aquel mármol cincelado...

Me giro hacia Peabody y le susurro:

-Robert... Síganos por favor.

Al entrar en la sala echo un vistazo agudo intentando captar todos los detalles que me rodean, buscando alguna similitud con el grotesco arte del cementerio, o algún rastro de Jerry.

Entráis en una sala que hace las veces de comedor, una larga, larguísima mesa en el centro de la estancia, sin nada encima , junto a la pared Norte un aparador de madera enorme seguramente para la porcenala, aunque vacío.

El extremo Noroeste está comunicado con la siguiente habitación.

En el rincón Noreste encuentras ocultas por la suciedad y envueltas en un trapo seis cucharillas de plata (2$ cada una valoradas en).

Echo un rapido vistazo aunque a simple vista me parece que no hay nada...

Reviso el aparador aunque estando vacío tiene que ser una tarea rutinaria y sencilla.

Y me dirijo hacia la siguiente estancia en el noroeste.

Acompaño a mis colegas en silencio. La verdad es que, aunque me de un poco de vergüenza reconocerlo, esta casa me tiene intimidado.

Cojo las cucharas para enseñárselas a mis compañeros. Cuando alcanzo a John se las muestro.

-Señor Kellemport, mire estas finas cucharas de plata que he encontrado en la habitación anterior. ¿No le parecen un poco fuera de lugar?

Examino las cucharas con curiosidad. Me fijo en si están lavadas y usadas, o si parece que hace tiempo que no se usan y/o están oxidadas.

- Hace ya varios días de la explosión. Busquemos en el resto de la casa a ver si encontramos más cosas que nos indiquen el gusto del dueño. Cuando tengamos algo más podremos comparar y decidir si estas cucharillas están fuera de lugar. - miro a Maurice - Aunque coincido con usted en que por lo visto no me parecen muy propias de una casa así. -

-Coincido plenamente con usted. Sigamos examinando.

Dicho esto, me dirijo hacia la habitación noroeste. Al llegar a la puerta, pongo la mano sobre el pomo. Miro un instante a mis compañeros, y como conteniendo la indicación, y mirando en un instante el lugar en el que John guarda su arma, abro.

Al Noroeste parece haber una cocina, una encimera de madera bastante castigada con armarios en cuyo interior la comida parece haber sido tocada por las ratas, es... asqueroso.

De frente la sala continúa hasta otra estancia, a medio camino y separando la cocina y la segunda estancia hay en la parte derecha unas escaleras descendentes.

En el suelo de la cocina hay tierra y barro en cantidades casi industriales, marcadas en el suelo hay pisadas que siguen la trayectoria cocina- escaleras descendentes y se pierden por las mismas al piso de abajo.

Reviso con cuidado toda la estancia, me tapo la nariz y la boca con un pañuelo y aviso a mis compañeros que no se acerquen a la comida tocada por las ratas...

En el suelo medio escondido encuentras un pequeño cráneo, parecido al de un niño o un mono o algo similar. Para reconocerlo fehacientemente deberías usar tu capacidad de Zoología.

Me pongo con cuidado mis guantes de goma y recojo el cráneo del suelo. Se lo muestro a mis compañeros con sumo cuidado:

- ¿Alguno de ustedes tiene conocimientos de zoología? Esto me parece el cráneo de un niño o un mono o algo así... -

La pestilencia de la estancia me repugna. Pese a todo, examino todo cuidadosamente. Me fijo en las huellas que toman el camino descendente.

-John, usted tiene más olfato para estas cosas. ¿Le sugieren algo especial estas pisadas?

Mi última pregunta muere en mis labios cuando observo el cráneo que alza John Kellemport.

-Oh cielos, ese cráneo posee una forma claramente antropoide, no obstante no sé apenas nada de zoología, dado que me centro más en la antropología. Si lo estiman necesario, puedo contactar con alguno de mis colegas.

Superado el sobresalto iniccial, me acerco más detenidamente y examino el cráneo.

Esta casa...