Partida Rol por web

La antigua carretera de Svalich serpentea hacia un valle vigilado por montañas oscuras y encorbadas hacia norte y sur. El bosque retrocede, revelando una hosca urbe rodeada por montañas y una empalizada de madera. La espesa niebla choca fuertemente contra dicha empalizada, como si buscara un camino hacia el interior, con la esperanza de coger al pueblo desprevenido.

El camino de tierra termina en un conjunto de sólidas puertas de hierro con un par de figuras sombrías de pie tras ellas. Flanqueando el camino ante las puertas hay media docena de picas con cabezas de lobos atravesadas.

El Tarokka de Madamme Eva

Trifius se retorcía el bigote con los dedos mientras observaba atentamente la empalizada y el camino de entrada. Esas cabezas de lobo ensartadas eran toda una declaración de intenciones. Habría que andarse con cuidado con las gentes de Vallaki.

-Supongo que este es el lugar...-dijo el gnomo a Ismark e Ireena- pues vamos allá.

El gnomo se adelantó hasta las puertas de hierro y trató de comunicarse con las figuras que se dejaban ver tras ellas.

-Saludos, ciudadanos de Vallaki. ¿Tendrían a bien recibir a estos humildes viajeros que buscan cobijo?

Siento un poco de alivio al contemplar la empalizada, mis esperanzas de encontrar un poco de bullicio cívico y alejarnos de la espesura de estos bosques sombríos me levantan un poco el ánimo, aunque las grotescas y amenazantes estacas con cabezas de lobo reducen un poco dicho ánimo.

"¿Será un aviso a forasteros de lo que vamos a encontrarnos en la ciudad?, ¿o simplemente una medida disuasoria?"

Veo que Trifius se adelanta hacia la puerta para hablar con lo que parecen ser unos guardianes. Permanezco a cierta distancia atento a ver que le dicen.

Dagult camina en silencio o, mejor dicho, en continua discusión consigo mismo. Al luchador le parece bien el aviso de las cabezas lupinas ensartadas. Así los seres de la niebla se pensarán dos veces si molestar a la gente del pueblo. ¿Quién sabe? Igual resulta que Vallaki es un buen lugar, después de todo.

Mientras el guerrero cavilaba para su fuero interno, el mago gnomo hace las veces de portavoz. Mejor. En cualquier caso, el caballero arcano se coloca a su lado para protegerlo si es menester.

Uno de los guardias abre una de las puertas desde el interior y pronto emerge junto a uno de sus compañeros. Os sorprende que estos guardias no porten las típicas lanzas comunes en su profesión. En lugar de ello, portan picas de una considerable longitud lo que os indica que las utilizan básicamente para mantener alejados a los alborotadores en lugar de querer herirles gravemente.

Quién ha abierto la puerta es también vuestro interlocutor.

Bienvenidos a Vallaki. Espero que mantengan el orden y no se metan en problemas.

Aunque no ha sido descortés, percibís un tono bastante suspicaz.

Oigo abrirse las puertas y me encamino hacia su interior con la curiosidad de saber qué tipo de villa nos encontraremos al otro lado. 

—Tengan un buen día caballeros..— digo saludando a los guardas.

Dagult asiente agradecido y se introduce en el asentamiento, aliviado por dejar atrás las brumas.

Trifius sigue los pasos de sus compañeros y se detiene junto a los guardias.

-Gracias. ¿Podrían indicarnos una posada donde pasar la noche?

Algo sorprendido por la estatura de Trifius, uno de los guardias responde con una sonrisa que se os antoja algo forzada.

Em... Sí, claro, claro. Pueden encontrar habitaciones en la Posada del Agua Azul, un lugar acogedor sin duda. La pueden encontrar en el centro del pueblo siguiendo la calle principal está a mano izquierda. Un cartel con una cascada azul le indicará que han llegado.

El guardia entonces aguarda en silencio, mirando de soslayo a quién parece ser el líder de su escuadrón, como buscando su aprobación.

El gnomo hizo una reverencia a modo de despedida, y luego se acercó a sus compañeros.

-Bien señores, y señorita, no sé a ustedes, pero a mí me suena bien esa 'Posada del Agua Azul'. Puede ser un buen sitio para alojarse, y también para comenzar las pesquisas que debamos hacer aquí.

Acto seguido se encaminó hacia la calle principal, siguiendo las indicaciones del guardia.

Garrett se pasó todo el viaje sumido en sus pensamientos, apenas se dio cuenta ni siquiera de que llegaron y ya estaban buscando un lugar de reposo. Reposo, sí, estoy agotado... más mental que físicamente pensó. Otro país extraño, fantasmas, fuertes aullidos, miedo, derrotismo, sangre, muerte, vampiros... ¿Dónde demonios estaba? ¿Qué hacía allí y por qué él entre tantos? No dejaba, cuando tenía la ocasión de hacerlo furtivamente, de contemplar a sus forzosos compañeros... Enanos, gnomos, humanos... qué peculiar compaña. 

De vez en cuando, si se le preguntaba o pedían su opinión, asentía con la cabeza, sin dejar de pensar en toda la vorágine en la que había entrado de hace apenas unos días. Y lo único que le preocupaba, lo que realmente temía, no era su muerte... sino, si podría volver con los suyos, su familia, ¿qué sería de ellos? Nunca había pasado tanto tiempo lejos de ella, ni siquiera recordaba las peleas y los reproches... mi alma está fría, necesita tu calor, pensó mientras miraba el cielo nublado... ¿Volveré a veros?

Mientras deambulabais por la calle principal del pueblo de Vallaki, algo os llamó poderosamente la atención. El lugar desprendía amabilidad y felicidad, pero todo parecía muy artificial. En varios portales y esquinas había montones de adornos dispuestos a engalanar las calles de tan curioso pueblo.

A vuestra izquierda, dejásteis una iglesia de piedra, decrépita y centenaria, con un campanario abovedado en la parte posterior. Sus paredes estaban revestidas con vidrieras agrietadas que representaban santos piadosos. Una valla de hierro forjado encerraba un jardín de lápidas junto a la construcción y la fina niebla se arrastra desde  las tumbas hacia la calle por la que transitáis.

Era curioso ver que en estas tierras sombrías, comandadas por un misterioso y malévolo vampiro, había una iglesia dedicada a alguna deidad bondadosa en cada pueblo. ¿Cómo lo permitía si tal era su poder sobre todo lo que os rodeaba? ¿Por qué no intervenía directamente? Y lo que os resultaba aún más siniestro ¿Qué estaba ocurriendo en Vallaki?

-Pues parece que teníais razón--conviene Dagult dirigiéndose a Ismark e Ireena--Este lugar tiene mucha mejor pinta que lo que hay ahí fuera. Tendremos que conocer qué lo mantiene al margen de Lord Stradh para ver si podemos valernos nosotros también de semejante poder.

Cuando pasa junto a Garret, el caballero arcano le suelta una sonora colleja:

-Shut the fuck up, will you? Your constant moaning makes me feel sick.

Pero enseguida os percatáis de que el luchador, con gesto de estar claramente avergonzado, no ha tenido nada que ver en el repentino ataque. Sin duda el demonio que porta en su interior ha logrado apoderarse de su persona durante unos segundos.

Este buen ambiente de pueblo era el que esperaba, bullicio ciudadano esperando a oír mis cuentos y canciones.

Suelto un suspiro de satisfacción

—Vayamos pues a esa posada,...dijo que estaba en la calle principal ¿no?..—

Me encamino en dicha dirección mirando con la curiosidad de un niño los edificios y la gente con las que nos cruzamos. 

"¿habrán pasteles de carne en este lugar?"

El humo gris emana de la chimenea de este gran edificio de madera de dos plantas con la base de piedra y el techo de tejas que se van desprendiendo, sobre las cuales se han posado varios cuervos. Un cartel de madera que cuelga sobre la entrada principal representa una cascada azul.

-Aquí debe ser--razona Dagult visiblemente contento--¡Qué ganas tengo de asearme, beber una cerveza espumosa y probar comida caliente!

Trifius miró a un lado y a otro de la calle, todavía algo intranquilo. Aquel lugar era como un oasis en mitad del desierto, y la razón de su existencia, desconocida para el gnomo, le carcomía por dentro. Pero ya habría tiempo para investigar. De momento, lo primordial era llegar a un sitio donde descansar y poder hablar con tranquilidad sobre los próximos pasos. La posada, ahora a la vista, parecía sin duda un buen lugar. El mago se apresuró a adentrarse en ella y ver qué panorama aguardaba en su interior.

Me dirijo hacia el interior de la posada siguiendo a Trifius

—Aquí descansaremos y llenaremos el estómago..— digo dirigiéndome a Ismark e Ireena