Partida Rol por web

En los bosques circundantes de la gran ciudad Neverwinter, cada uno de vosotros buscaba su destino. 

Aquel día anocheció antes de lo esperado y, en un cruce de caminos y algo desorientados, decidísteis acampar a la interperie, con el deseo de que la claridad de la mañana fuera propicia para volver a situaros sobre el terreno. Algunas nubes oscurecían aún más la noche y una espesa niebla se iba arremolinando a vuestro alrededor.

A la mañana siguiente, os encontrasteis rodeados por una espesa niebla y tan sólo fuisteis capaces de dar con un angosto sendero que llevaba a un claro. Todo lo demás parecía impenetrable. En ese claro fue dónde vuestros caminos se cruzaron. Al parecer todos con el mismo destino y nada más en común. Uno de vosotros observó a las estrellas y llegó a la conclusión de que no os encontrabais en Faerûn, pues ese era vuestro continente natal.

Desorientados y sin ningún recurso plausible, decidisteis unir vuestras fuerzas. Al menos por el momento.

Siguiendo el único sendero que parecía libre de niebla, os percatasteis de que todo a vuestro alrededor parecía paralizado. No se oían los sonidos de los animales en el bosque ni el rugir del viento al traspasar las hojas de los árboles del bosque. Árboles que tras la niebla parecían muros de piedra inanimados.

Finalmente llegasteis a una pequeña plaza donde os sorprendieron las figuras de dos niños sollozando. Al acercaros, pidieron ayuda. Para que sacarais a su hermano pequeño llamado Walter de su casa. Pues un monstruo la habitaba y andaba suelto.

Sin dudarlo demasiado, os adentrasteis en aquel siniestro lugar. Siendo conscientes de que quizá tampoco había otro camino que tomar. Fionn decidió quedarse amparando a los niños mientras el resto se internó en la tétrica vivienda.

El interior de aquel lugar era aún más sobrecogedor si cabe. Retratos familiares y muebles muy antiguos, polvo y telarañas. Aquel lugar parecía abandonado.

Una escalera carmesí fue el principal objetivo de Dagut que tenía claro que Walter se encontraría en las plantas superiores. El guerrero no cesó de gritar su nombre en cada planta y habitación. 

Algunos detalles hacían sospechar de que algo no encajaba. Al acceder a un balcón, los compañeros observaron a través de la niebla a Finn que parecía hablar solo. Sin embargo, el bardo veía claramente a los niños a quiénes consolaba como podía. Accedieron a un dormitorio con una habitación de bebés anexa y una horrible aparición extremeció al gnomo Trifius quién empezaba a sospechar que todo a su alrededor estaba maldito. Garrett, quién había abierto la puerta de la sala de los infantes, sufrió la ira de la manifestación fantasmal y el pobre cerrajero fue despojado de su energía vital hasta convertirse en un cascarón vacío y putrefacto. 

El horror de su pérdida hizo a Dagut bajar a toda prisa las escaleras en busca de los dos niños, asestando una bofetada al menor. Ambos niños se esfumaron como si de niebla se tratase ante la afrenta del guerrero, dejando claro a Finn que se trataba de una mera ilusión. Allí se había encontrado con otro "explorador" que parecía estar sufriendo el mismo destino que el resto. Lo lógico fue unirse al grupo.

Siguiendo los pasos del guerrero, Finn y Garrett accedieron a la tétrica vivienda acompañando al grueso del grupo. Ésta vez llegaron a lo que parecía la estancia de los pequeños que se volvieron a manifestar. Ésta vez parecían manifestaciones reales y no sabían nada acerca de lo que pasaba en el exterior de la vivienda. Estos seres dieron algunas pistas sobre el "monstruo" o dónde estaba Walter. Parecían proteger muy bien sus pertenencias y no querían quedarse solos pero, algo de mano izquierda permitió a los compañeros examinar sus juguetes. Una casa de muñecas no era otra cosa que una maqueta a escala de la vivienda dónde se encontraban y, de esta forma, pudieron hallar un pasadizo secreto que llevaba a unas escaleras que descendían a las catacumbas del edificio. 

Una vez allí, se dieron cuenta de que parte del complejo de túneles que se encontraron estaba ocupado por varias criptas familiares. En una de ellas estaba grabado el nombre de Walter pero nada se encontraba en su interior.

Explorando otro nicho, una horrible criatura se abalanzó sobre Trifius.

El horrible bicho coge por sorpresa al arcanista, pero éste es más rápido y logra esquivar el mordisco de la criatura.

Trifius ahogó un grito cuando las mandíbulas de aquel repugnante ser casi le atrapan. Más le valía actuar rápido si no quería formar parte de su cena.

—¡Por los dioses!—

Nada lo alteraba, nada lo molestaba... sí, era una criatura repugnante, pero no pensaba morir allí, ni dejar que le sorprendiera un asqueroso y maloliente gusano... Todo esto cada vez era más extraño y seguía sin saber dónde demonios estaba ni quién demonios eran sus compañeros. 

Dagult caminaba despistado, probablemente dándole vueltas a la cabeza sobre la inesperada desaparición de los misteriosos pequeños en el exterior de la casa o quizás recordando al compañero caído al que apenas había tenido tiempo de conocer. 

-Aquest lloc és molt estrany... Shut up, you fool! This place... yeah, this place may be our best chance... Vols acopar el bec?--discutía consigo mismo el luchador damarano sin percatarse del nuevo peligro.

El clérigo marchaba en silencio detrás de sus nuevos e improvisados compañeros sumergido en sus pensamientos cuando apareció el bicho con forma de babosa. Al parecer Tar-Gar estaba demasiado sumido en sus pensamientos y no se percató de la amenaza que les acechaba.

El gnomo se escabulló a la parte de atrás todo lo rápido que le permitieron sus cortas piernas.

La criatura sale del nicho y se dirige hacia Dagult con sus horribles tentáculos, pero no aciertan a atravesar las protecciones del guerrero.

El clérgigo avanza entre su compañero Fionn y se coloca detrás del gusano para tratar de asestarle un golpe con su maza pero no está acertado y falla el ataque

Doy un paso, a continuación acerco mi laúd al rostro y le susurro una letanía caótica mientras toco unas cuerdas.

La silenciosa interpretación de Fionn parece afectar a la criatura que se retuerce de dolor y huye despavorida hacia su escondite intentando formar una rosquilla con su desagradable cuerpo.

Reaccionando algo tarde a la huida del bicho, el luchador no consigue hacerse con el espadón a tiempo para asestar un tajo certero.

Desenvaino y ataco al bicho en su retirada.

Embriagado por el espíritu del pirata que lleva dentro, Dagult persigue a la criatura hasta su escondite para tratar de rematarla. Sin embargo, el frenesí y la locura que se han apoderado de vuestro compañero le imposibilitan para un verdadero combate en estos momentos.

Viendo a la criatura acorralada, Trifius se adelantó y lanzó uno de sus rayos mágicos contra ella... sin demasiada suerte.