Partida Rol por web

No, creo que vi la noticia en el Boston Times y hablaba de entierro en Boston. Allí tenia los negocios, se ve que tienes bastantes propiedades allí, aunque no hemos sido los afortunados, lamentablemente.
 

Pasáis un rato más comiendo hasta que os dais cuenta que ya sería hora de ir a ver el abogado. La complicidad con la familia Brisby es notable y decidís ir juntos hacia el puerto.
Por la calle ya no llueve, aunque el suelo se ve mojado y resbaladizo. Veis algunos hombre hablando mientras caminan en dirección contraria a la vuestra. Parece que el día de pesca debe de haber finalizado.
Después de unos veinte minutos llegáis justo delante de la posada donde habéis pasado la noche.

Un hombre, grandote, dentro de una larga gabardina os aguarda en la puerta. Levanta el dedo y cuenta cada uno de vosotros. Se dirige a Jane y a Janet con una sonrisa en la cara.

-Señoras, - dice levantando el sombrero - señores. Soy Wayne. Me alegro de verlos, creo que han recibido la carta de mi cliente. No quiero hacer perder el tiempo al pescador que nos va a llevar a la isla, así que si no tienen inconveniente, síganme hasta el muelle y formalizemos el traspaso. No se preocupen por papeles, los llevo en la barca y podremos discutir cualquier punto en el comedor.  

Justo detrás del hombre, hay una pequeña barca de pesca con el motor en marcha que os aguarda. El abogado mira al cielo.

-Lo mejor es que vayamos para allá cuanto antes, creo que viene más lluvia y seria más cómodo si nos coge en el comedor de la mansión.

- Si bueno, ¿deberíamos llevar nuestros equipajes? Me gustaría comprobar un segundo unas cosas en la posada.

Tras las debidas presentaciones el abogado expuso el itinerario, la verdad es que a Henry no le gusto la idea de ir a dormir a un lugar que estaba aislado y no conocía de buenas a primeras.

- La verdad es que se acerca el anochecer... entiendo que podremos prenoctar allí - Observó Henry - O eso o va a haber un "ferry nocturno de vuelta" - Dijo con la intención de que el abogado escupiera los datos del viaje de retorno.

Encantada sr. Teschek - muy dicharachero el abogado, seguro que el picapleitos estaba acostumbrado a todas estas formas - voy a recoger mis cosas, mis compañeros seguro que harán lo mismo y bajamos en un momento - miré con cierto reparo el pequeño bote de pesca, la verdad es que esperaba algo más "digno" pero bueno, quizás tras el fallecimiento del sr. Carver tenía cortados los fondos y el abogado no podía disponer de más presupuesto que aquél.

Ahora mismo venimos, vayan sentándose los demás - porque estaba claro que la comodidad no iba a ser la nota que iba acompañar aquel viaje - espero que no nos llueva, ni tener problemas con el mar - ya me fastidiaba ir con bastante oscuridad, lo que nos iba a quitar visión para poder contemplar la isla, por si había algo extraño como habían visto los pescadores, como para añadir elementos negativos con el clima.

Pedí en el hostal que nos hicieran la cuenta para abonarla, comenté que nos íbamos con el abogado del sr. Carver a ver la isla y que seguramente haríamos noche allí. Fue algo instintivo, siempre era bueno dejar constancia a alguien de adónde se va, por si surgen inconvenientes.

 entiendo que podremos prenoctar allí

Esa es la idea señor. - se rasca la cabeza desconcertado - En la carta se les comentaba que según el testamento de mi cliente deben pasar una semana en la isla para poder hacer efectivo el traspaso. No se preocupen que allí he llenado la despensa y se está muy tranquilo. Creo que la idea que tenia el señor Carver es que si alguien debía heredar la isla primero debía conocerla y quererla, de un modo u otro, no por ser una posesión más, sino porque la isla lo merecía.

La familia Brisby se acerca a la barca. Harold sube el primero, de un salto donde casi pierde el equilibrio. Luego le pasan la maleta y con un pie en la popa ayuda a Janet a subir. Brad, más atlético que sus padres, sube sin ningún problema de una zancada.

La barca, de unos seis metros de eslora, sólo tiene una pequeña cabina para el marinero. El resto del pasaje se debe sentar en la cubierta. La familia Brisby escoge la popa, donde encuentran sitios, no muy cómodos, donde sentarse.

Tras una agradable charla en la que estuve más atento que participativo, llegó el abogado, con el que quedamos en que nos acompañaría al puerto donde montaríamos en un pequeño barco hasta la isla. Tras ponernos todos en pie, la familia se dirigió al barco, y cada uno de nosotros fue a recoger sus cosas. 

Yo me dirigí a la habitación de la que, tras haber preparado todo el petate, salí cargado con mi hacha, mi rifle y todas las provisiones que llevaba en la mochila.

Tras bajar y encontrarme con mis compañeros, les comento una frase sencilla pero cargada de significado.

Amigos... A ver qué aventura nos espera.

Una vez dicho esto, marchamos hacia la barca donde, al montarme, compruebo que la familia ya ha encontrado un sitio donde sentarse. Yo me acerco a ellos y coloco mi mochila cerca, pero me quedo con mis armas.

Voy a dejar esto aquí- les dije soltando la mochila-. Pero me quedaré aquí de pie junto a la borda. Quiero apreciar las vistas durante el trayecto.

Tras bajar con mis cosas, incluida la pistola en mi pistolera bajo el sobaco. Dejo mi mochila cerca de la de Roland. Y me acerco a dar conversación al marino que nos llevará. - ¿Qué tal tendremos el mar hoy jefe?

Recogí las cosas y pagué la factura de todos en el hostal, al fin y al cabo, los había invitado a venir, así que los gastos corrían de mi cuenta. Llevé el equipaje hasta el pequeño barco y me encuentro con que la familia Brisby va situada en la popa del barco, por lo que ahí dejo mi maleta pero me voy a la proa - casi que prefiero disfrutar de las vistas que nos ofrece el paisaje, así de frente, se ve todo mejor - procuro que no acabar salpicada, ya que es el lugar donde el barquito rompe las olas del mar.

Saludo al marinero que nos va a llevar hasta la isla - ¿suele hacer esta travesía a menudo? - por saber si este marinero desconoce las historias o si es que trabaja para el difunto sr. Carver.

Le pregunto al abogado - Sr. Teschek ¿éste es el único barco que hace el trayecto o suele ser frecuente ver más barcos marineros en la cercanía? - trataba de tirarle un poco de la lengua, por saber si la paranoia de los marineros era algo extendido o si por el contrario quiere ofrecer un relato de normalidad - ¿tiene mucho movimiento la isla: negocios, trasiego... ya sabe, comunicación o ahora está más en situación de abandono? - me interesaba tener una apreciación previa de qué es lo que nos vamos a encontrar, que no es lo mismo ir a un lugar pulcro que acudir a otro en ruinas.

¿Qué tal tendremos el mar hoy jefe?

El viejo marinero tiene la vista puesta hacia la proa del barco, donde controla, con suaves movimientos de timón que no choque contra el navío que hay amarrado al lado.

-La mar está tranquila. Lo que me preocupa es la oscuridad y la lluvia. En cuanto antes salgamos, antes llegaré a casa - dice malhumorado.

¿suele hacer esta travesía a menudo?

-Paso cerca, pero nunca voy a esa isla. Se desvía de la ruta habitual para ir de pesca.

¿éste es el único barco que hace el trayecto o suele ser frecuente ver más barcos marineros en la cercanía?

El abogado le grita des del pantalan, ya que aún no ha entrado al barco.

-Ningún barco hace el trayecto si no lo pides!- dice mientras se aguanta el sombrero con la mano para evitar que caiga en el mar - Es una isla pequeña, señora.

¿tiene mucho movimiento la isla: negocios, trasiego... ya sabe, comunicación o ahora está más en situación de abandono?

-No, ningún movimiento. Era la casa de descanso del señor Carver, y era un hombre que le gustaba la tranquilidad, así que no espere encontrar a nadie allí.

¿Hay teléfono o telégrafo en la isla? - tampoco se trata de quedar aislados, si surge algo y tuvieran que avisar a un marinero, quería saber el modo de avisar. 

No, la vida que llevaba era de lo más aislada cuando estaba em crawmville. La única forma de comunicación que hay con el exterior es un pequeño faro, cuando el señor Carver lo encendia des del puerto sabían que se tenia que enviar algún bote a buscarlo.

Henry estaba algo ausente, se podía ver que no le acababa de gustar la idea, el era un tipo del desierto de texas, las islas y el mar no eran lo suyo. Sonreía y bromeaba cuando le miraban, pero no estaba demasiado activo.

- ¿Y ahora que ha muerto hay alguien pendiente de esa tarea? - Dijo Henry pensando que no quería quedarse allí aislado hasta que alguien le mandara a buscar por que le echaran de menos. - Quizá debamos informar a alguien de que vamos a estar allí.

-Yo mismo os puedo enseñar cómo. No os preocupéis - dice con una sonrisa en la cara.

El último en subir es el abogado, que da un salto, con poca gracia y aterriza dando un golpe en la borda. Parece que no se ha hecho daño pero su traje se ha mojado con el roce de la parte exterior de la embarcación. Bromea con la señora Brisby y luego se acerca al marinero. Éste sale de la cabina y tira amarras.

El barco se mueve lentamente por el puerto. La mayoría de embarcaciones están amarradas y los marineros limpian las cubiertas cantando canciones mientras el sol, poco a poco va cayendo.

A la dejáis atrás la seguridad del puerto notáis la fuerza de las olas dando golpes contra el casco. La bella postal que tenéis delante, de tonos amarillos y naranjas os deja embobados: el mar se abre y la tierra va quedado atrás. Sólo oís el fuerte sonido del motor que apenas os deja escuchar nada más.

Hubiera preferido salir de día y no que nos cayera la noche en plena travesía, así era difícil ver algo - sr. Teschek, ¿cuántos años lleva trabajando para el sr. Carver? ¿a qué se dedicaba en la isla, tenía alguna afición? - ya que aquel hombre era la única conexión entre el difunto, me interesé en conocer qué relación tenía y cuánto sabía o si nos podía poner en antecedentes de qué es lo que nos podríamos encontrar - ¿la isla tiene muchas construcciones, casas, almacenes, casas de invitados o sólo hay un edificio principal?

¿Hay alguien ahora residiendo en la isla? igual un jardinero o alguien que se ocupe de la casa - porque si vamos a ir a cenar allí y dormir y resulta que no hay nada acondicionado, pues...

- Ya hablas como la adinerada propietaria de media isla- Bromeo Henry - Te tendremos que invitar a unirte al club de campo