Partida Rol por web

Jeremy toma la iniciativa y echa a caminar por el pueblo. Acaba llevando a su grupito a una tienda de todo a 1 dólar, que bien podría ser una gasolinera si en Woodton Hill pararan camiones. Como supongo que entráis, dentro encontráis de todo (y cuando digo de todo, es "de todo"). Comida, bebida, revistas y periódicos, productos de limpieza... y una llave con pinta de antigua.

— Qué calladito te lo tenías, "Phil", en la furgoneta comenté de comprar comida y no dijiste nada. Posiblemente estabas distraida babeando por el cachas este — digo abiertamente, señalando con el mentón a Asher que nos acompañaba. Así si reaccionaba poniéndose roja como un tomate me descojonaba a gusto. 

— Mira, entremos ahí... Veremos si podemos comprar algo de lo que Kimani comentó... que creo que fui el único que la escuchó — murmuro eso último bien bajito pero si ambos están atentos pueden oirme perfectamente. Entro en la tienda y me pongo a buscar. Cojo un par de linternas, velas y cerillas. Me detengo delante de la llave antigua. ¿Para qué venderán eso? — Chicos... ¿y esto?... Estoy por preguntarle al tendero para qué sirve. Por cierto, de esta compra me ocupo yo, ¿pero qué os parece si os ocupáis de comprar un pequeño botiquín? ¿eh? Que no soy millonario. Un botiquín y cualquier otra cosa que os apetezca aunque yo votaría por agua. 

Voy al mostrador para pagar los artículos que me voy a llevar — Perdone, señor, la llave que ponéis en venta  en el primer pasillo de allí... — señalo el lugar — ¿Qué abre?

-Eh... J.J. en la furgoneta probablemente me distraje y por eso no te escuché... -dijo la pelirroja, ruborizándose acerca del comentario que había hecho el afroamericano sobre que ella hubiera estado babeando por Asher-. Creo... creo que debí desconectar después de oíros hablar d-de sexo por enésima vez...

Phil se sentía muy sorprendida ante lo previsor que era Jeremy. Parecía que, después de todo, no sólo era el graciosillo del grupo.

-Eeee... esto... Tampoco es necesario que compremos un botiquín -La nerd se mostró un tanto avergonzada.

Cabizbaja y, muy nerviosa, la chica introdujo una mano en la mochila y sacó de ella un bote de analgésicos y unas cuantas vendas.

-T-tenemos lo necesario para calmar el dolor s-si alguien se hace daño -tartamudeó, muy nerviosa. No quería explicar a los chicos que su obsesiva e hipocondríaca madre nunca le dejaba salir de casa sin aquellos objetos, como si la pobre Phil fuera a lastimarse al doblar cualquier esquina-. Es... espero que no lo necesitemos. -Se ruborizó todavía más, preguntándose qué pensarían los dos jóvenes sobre que llevaba esos objetos en la mochila. Forzó una sonrisa, intentando parecer segura de sí misma, aunque su tono se escuchó tembloroso-. Y no, mi mochila no es el bolsillo mágico de Doraemon...

Sin darle muchas vueltas, Phil decidió coger una nueva linterna más para comprarla, así como una caja de pilas. Era demasiado experta en películas de terror como para saber que las linternas se apagaban en el momento más inoportuno.

- ¡¡Vaya!! Eres una cajita de sorpresas, Phil. A mí con todo esto, al menos me vale. Creo que no hará falta más comida... Al menos por mi parte.

A mí no me importaría intentar escalar la verja, aunque  si nos ve alguien, igual podemos meternos en problemas... Y yo no estoy por la labor de pasar la noche en comisaría...

Probablemente un armario de casa de mi abuela, no estoy seguro...

Dice el dependiente, ligeramente mayor que vosotros, cogiendo la llave. 

Pero si los chinos venden cajas metálicas de galletas en sus tiendas*, por qué no vender una llave decorativa? Además, quién sabe... Igual tiene poderes mágicos...

...Vale, estoy de coña. Vosotros no sois de por aquí, verdad?

Por lo que veo, ninguno tiene un plan alternativo y yo no voy a quedarme aquí sin hacer nada, así que me marcho. Y Ash, cariño- le dice con sorna -, será mejor que vengas conmigo para protegerme si no quieres que todo el instituto sepa lo poco que sueles hacer... en realidad.

Madison se gira y comienza  a caminar hacia el pueblo, sonriendo satisfecha porque si de algo esta segura es de que detrás de ella, no solo vendrá Ash, sino casi todos los demás.

-¡Pues nop! No somos de por aquí -le dijo Phil al dependiente, apoyando las pilas y la linterna sobre el mostrador para que se las cobrara. "¿Tanto se nos nota que somos de fuera?" pensó para sus adentros, extrañada-. ¿Es que esa llave tiene algún tipo de historia?

La pelirroja se sentía muy intrigada ante las palabras que el dependiente había pronunciado sobre la llave. Era evidente que no tendría poderes mágicos, pero Phil no pudo evitar pensar que se trataba de un souvenir con algún tipo de historia detrás, a juzgar por las palabras que el individuo había usado.

Madison seguía actuando como la reinona que era y para variar, nadie había dicho nada acerca de mi "maravillosa" idea de escalar la verja, así que cuando dijeron de ir a explorar el pueblo... Supuse que no quedaba opción. Ayudé a Phil a volver a guardar sus chuches y me dispuse a ir a donde mis "arrojados" compañeros, quisieran ir.

Ya entiendo... vosotros habéis venido a ver la casa de los crímenes! No, no os preocupéis, es típica del pueblo... de hecho, es lo único realmente típico de Woodton Hill. Pues me contaron que esta llave abre una puerta de dentro de la casa, no sé cual... Bueno, como si alguna vez hubiera entrado. 

El dependiente deja que la atmósfera se apodere de vosotros. ¿Compraréis la llave?

En fin, serán 4 dólares las linternas, 1 las doce velas, y otro las cerillas... ¿Vais a comprar la llave también? ¡Como recuerdo del pueblo!

-¿Q-que la llave abre una puerta de la ca-ca-casa? -preguntó la pelirroja, poniendo los ojos como platos. Dirigió una rápida mirada a sus dos compañeros, boaquiabierta por la revelación-. ¡O-oooh! ¡Se... se la compro, s-s-señor! -Tartamudeó, muy nerviosa.

Phil se llevó la mano al bolsillo de su pantalón, sacó su monedero y procedió a comprar aquella llave, convencida de que podía ser crucial a la hora de explorar aquella casa del horror. No le importaba lo que costase. Era una llave de la mansión encantada de Woodton Hill y con eso le bastaba. Tenía que ser suya.

-¿Cu-cu-cuánto cuesta? -añadió, un tanto intrigada.

Solo lleva doce dólares en el monedero, aunque para una chica de dieciocho años aquello era toda una fortuna.

Digamos... 10 pavos.

El chico sonríe pícaro. Ahora sabe que la quieres. 

"Soy nerd, no tonta" pensó la chica, haciendo un mohín con el labio. "¿Es que este tío nos toma por idiotas?".

-¡Va-vamos! -exclamó Phil, con una risita nerviosa-. Ni-ni-ni que fuera la llave de la casa de Amityville. -Una clara idea se le vino a su mente y decidió poner en práctica una situación que había visto en decenas de películas-. T-te la compro por cinco dólares. Cinco o nada.

Asher que hasta este momento se encontraba fumando un cigarro sacado de su mochila, entró a la tienda y, su primera impresión fue ver regatear a la joven.

-Camarada -comentó desafiante mientras andaba con los brazos anchos-, cinco o nada. Como mucho, se acepta seis y pago yo.

—Mira por donde, aquí tenemos a nuestra enfermera. — me acerco a Phil portando una expresión traviesa  — Me sé de uno que se autolesionará para que le trates la pupa —murmuro para decirle eso último mientras le doy dos amistosos y suaves codazos que solo buscan una reacción por su parte.

Aquí hay tema… pero vamos. Me lo voy a pasar en grande bromeando por este triangulo hormonal, porque aquí no hay amor.

—Eh… pues a mi me cobras únicamente las dos linternas, las velas y las cerillas… No voy a pagar 10$ por una llavecita — recojo las cosas cuando el tendero me cobra 6$. Entonces me acuerdo lo que dijo Phil — Póngame una caja de pilas también a mi, por si las moscas. — Pago y espero quedándome detrás de Phil que está negociando con el tendero. Ash aparece también para apoyar su regateo y ofrecerse a pagar. Les dejo hacer mientras doy una última ojeada a la tienda para hacer tiempo y pienso sobre la casa de los crímenes y todas las historias que debe esconconder en su interior. 

Jefe, en la caja de herramientas que llevo conmigo no hay palancas ¿no? Porque estaba por agenciarme una si se puede xD

De acuerdo, 6 pavos y os regalo las pilas.

El dependiente parece contento. Bueno, al fin y al cabo, os ha endilgado una llave que llevaría ahí ni se sabe por 6 dólares. 

Ya que no sois de aquí, si necesitáis indicaciones o algo así, siempre podéis pedírmelas. 

-E-eso es lo más fuerte de todo -le dijo Phil al afroamericano, un tanto nerviosa-. Llego vendas y analgésicos, p-pero no tengo ni idea de Medicina. -Sonrió, encogiéndose de hombros-. Espero que no-no-no se autolesione nadie, no sé cómo lo voy a curar...

La pelirroja advirtió que Asher se disponía a pagar la llave de seis dólares, pero decidió ser ella la que pagase.

-No-no-no, pago yo, Ash -dijo, ajustándose las gafas, inquieta-. ¿Q-qué te va a decir Madison si le cuentas que has gastado s-seis dólares en una llave?

Phil agarró además dos linternas más. De ese modo, todos los miembros del grupo podrían caminar por la mansión sin tener que ir a oscuras.

-Siete dólares, ¿v-verdad? -le preguntó al dependiente, entregándole el dinero. Al escuchar que se ofrecía para que le preguntasen sobre posibles indicaciones, añadió-: ¿Q-qué más cosas se pueden hacer en este pueblo?

- Bueno, hemos venido a ver este caserón, ¿no? No vamos a quedarnos aquí esperando a esos tres cuidándoles la fregoneta ¿Alguna venís a echar un vistazo siquiera al jardïn? supongo que cuando lleguen con las "provisiones", se imaginarán donde estamos. Prometo que no entraremos a la casa. Sólo una vuelta por el jardín a ver que hay ¿Qué me decís?

Dudaba del espíritu aventurero de las dos reinas del jacuzzi, pero tampoco quería que la celebración de mi graduación fuera haciendo de segurata de aparcamiento en un poblacho de mala muerte...