Partida Rol por web

Mientras estáis aun adaptándoos a este lugar, seis chacales esqueléticos salen desde varios puntos y os atacan directamente. El sonido de los huesos les delata y no os pillan por sorpresa, pero aún así son rápidos y se lanzan sobre vosotros antes de que podáis reaccionar.

Yash recibe el ataque de dos; logra aguantar a uno, pero las mandíbulas del otro se cierran con fuerza sobre su brazo, alcanzando el hueso. Nefertari, escudo en mano, repele a dos más, aunque otro logra morderla la pierna. Por otro lado, uno de los animales no-muertos ha salido junto a Saethe, a la que sin embargo no logra alcanzar.

-Es el dios de la magia de los blancos, Nethys -dijo señalando a las estatuas. Este templo está dedicado a la magia, seguro.

La arquera de piel de ébano sacó una piedrecita y la dejó caer en el aire, solo que no cayó al suelo. Se quedó flotando un segundo y luego comenzó a orbitar a Saethe y a irradiar luz.

Saethe reaccionó como si estuviera en la sabana y le hubiera saltado una serpiente de entre la maleza. La tiradora soltó un par de flechas en un suspiro, sin importarle la proximidad de la criatura. Lamentablemente, un disparo salió muy desviado y el otro, pese a ser con flechas especiales de punta roma, no causó daños de consideración.

Abren reaccionó rápidamente al ataque de las criaturas esqueléticas. Alzó el símbolo de su Diosa y dió unan suave vuelta sobre sí misma haciendo un gesto circular después de soltarlo y tocarse la frente. - ¡Por el poder de Shelyn, yo os castigaré! - una luz salió de su frente como si fuera una diadema, dando vueltas a su alrededor en una espiral que se iba abriendo más y más, rociando a las criaturas con un polvillo que las iba deshaciendo. 

¡AHHHH! ¡¡Chacales!!- gritó Darío al ver a los esqueletos - Las criaturas más mezquinas del planeta y encima son esqueletos.

Sin más dilación, el muchacho sacó el estoque e intento golpear a la odiosa criatura con sus movimientos defensivos que ya empezaban a ser habituales en él, pero falló estrepitosamente

Otra vez Nefertari reaccionó tarde, y por suerte solo uno de los tres chavales esqueléticos logró superar sus defensa y herirla levemente.

- Yo os daré paz para descansar !!! Gritó la paladina mientras sacaba su maza de armas y atacaba a uno de los chacales.

La flecha de Saethe y el mazazo de Nefertari, acompañados ambos ataques por la explosión de energía de Auren, convierten en polvo a dos de los chacales, mientras debilita a los demás; quitando a uno de ellos, aquél al que Dario ha atacado sin mucho éxito, los demás parecen a punto de acabar siendo pilas de huesos inertes.

Los chacales atacaron a traición como era su costumbre, yendo en manada incluso muertos. Había que luchar del mismo modo, apoyándose unos a otros y fue por eso que siguió a Nefertari buscando la espalda de una de las criaturas.

- Más muertos vivientes, esto debe ser un adelanto de lo que nos espera.

El resto de compañeros se habrían dado cuenta también de que la nueva exploración iba a ser muy movida, con criaturas acechando y además el otro grupo, el de La Mano Quemada que lideraba Velriana. Aquella mujer había demostrado ser una arpía traicionera a la que parecía que tendrían que enfrentar pronto y dada su obsesión por el Ojo del Erudito las cosas no terminarían bien.

La aparición de los no muertos no nos pillo por sorpresa, sin embargo, eso no significaba que actuaramos de manera eficiente, por mi parte traté de apuntar a uno de los chacales que atacaban a mis nuevos compañeros de grupo pero la movilidad y la estrechez de maniobra hizo que el virote fallase de manera estrepitosa,soltando una maldición  me moví para colocarme detras de una columna para tener mejor cobertura 

Aunque el virote de Ratash rebota en el suelo al lado de uno de los chacales, sin hacerle ningún daño, Yash si logra impactar en otro, aplastando al esquelético animal y reduciendo a éste a un montón de huesos astillados.

Dos de los chacales, tal vez por instinto de lo que una vez fueron, rodean al tiefling y le lanzan dentelladas, aunque sin ningún éxito. El otro de ellos devuelve en ataque a Dario, con el mismo resultado que antes el especialista: ninguno.

Saethe se movió por detrás de las columnas hasta llegar a una posición desde donde pudiera disparar a varios esqueletos y así lo hizo. Su primera flecha voló con un fuerza terrible hacia el escorpión rojizo, que tenía bastante posiblidades de acabar pulverizado por la flecha roma de la arquera. El segundo, sin embargo, salió tan desviado que casi le da a Yash.

Una flecha acaba con otro de los chacales, que cae convertido en un montón de huesos. Al poco, los otros dos siguen el mismo camino, destrozados por los potentes golpes de Yash y Nefertari.Tras unos segundos, todo queda en calma, y ningún nuevo enemigo sale de entre las sombras para atacaros.

De nuevo, podéis seguir vuestra exploración.

Con los chacales destruidos pudo admirar mejor las estatuas con las varas, la hermosa arquitectura tradicional de Osirion. Yash recuperó el aliento con facilidad pues el combate fue corto.

- Creo que nadie está herido. Voy a examinar la entrada.

Confió en sus sentidos, aunque con anterioridad oró pidiendo por la luz que les ayudara a luchar a todos en equipo y por la bendición que le permitiera evitar las emboscadas o peligros que podía encontrar a su paso. El tiefling era un ser agresivo pero también contenido, su carácter dominado pero aún así sus visiones eran siempre violentas. Allí donde se había desarrollado un combate podía ver los cuerpos tendidos en el suelo e incluso ahora le pareció ver a los chacales ensangrentados con la forma que tuvieron antes de perder la vida.

Yash fue hacia la puerta bien preparado y se dedicó a buscar trampas. La Mano Quemada podía haberles dejado atrás muchas sorpresas aprovechando la ventaja que tenían sobre ellos. 

Nefertari miro la herida, que le había producido el chacal esqueletico y por suerte no era muy grave, pero mejor atenderla ahora que quizás más adelante podría abrirse y ser un inconveniente añadido.

- ¿Tenemos varita o alguna poción menor de curación a mano?  Podría curarla con mis poderes de sanación, pero prefiero guardarlos para el combate y momentos más delicados.

Saethe sacó de su bandolera un vial y se lo entregó a Nerfertari.

-Yo tengo dos. Toma esta. Mi regalo.

Vuelvo a meter mi vial en la bandolera.

-Espera, creo que Auren tiene una vara de poder!

---Bueno, como calentamiento no está mal- digo saliendo tras la columna-yo tengo varias pociones y pergaminos de curar heridas leves y moderadas por sí la cosa se pone algo fea  pero de momento vamos bien ¿verdad?

Dicho esto me acerco a las puertas grandes para observarlas mejor