Partida Rol por web

Tras dar un entierro lo más digno posible, decidisteis reemprender la marcha, forzando a los bueyes a evitar el foso ya más calmados por la ausencia del nauseabundo olor.

Lleváis en el Sendero de Triboar sobre medio día. Mientras os acercáis a un recodo, alcanzáis a ver dos caballos muertos tendidos en el suelo a unos 50 pies por delante de vosotros, bloqueando el paso. Cada uno tiene varias flechas de penachos negros que sobresalen de ellos. En este lugar los bosques se cierran en torno a la senda, con un empinado terraplén y densos matorrales a cada lado.

-¡Alto!--ordena Gustav con autoridad al ver las carcasas de los equinos bloqueándoles el paso.

-Más flechas... y parece el lugar idóneo para una emboscada--medita en voz alta el luchador de la gran hacha mientras se acerca con tiento a los caballos para comprender mejor lo ocurrido--¡Permaneced atentos!

Haciendo caso a Gustav, Kwame volvió a sacar una flecha y prepararla para tensarla rápidamente en el arco. Bajó del carro de un salto y siguió a su compañero aproximándose a los caballos. Quería ver más de cerca esas flechas negras.

Continuamos nuestro camino, hasta que Gustav nos hace detenernos repentinamente. El camino está bloqueado por dos caballos muertos. Un par de flechas sobresalen de sus cuerpos Dadas las características del terreno,    está claro que alguien los ha dejado ahí para dejarnos atrapados, así que nos ponemos en guardia.

Miro a los alrededores con una flecha ya preparada en mi arco, intentando localizar a los responsables de lo que, a todas luces, es una trampa.

Tal vez hubiera habido alguna posibilidad de que Gundar, y los demás, pensasen que los caballos muertos a flechazos y en medio del camino no fuese una trampa. Tal vez, aunque es basante dudoso. Pero eso habría sido si no se hubiesen encontrado con el cadaver del gnomo en un agujero medio camuflado con anterioridad.
En realidad ni sin eso.

Por lo que el enano se puso a un lado de la carreta escudo embrazado y arma lista para machacar craneos buscando enemigos.

Desde luego tiene pinta de emboscada. Pero lo cierto es que no se la han currado mucho. Sólo es cuestión de ver cuando los miserables que han hecho eso se atreven a dar la cara.

Gundar miró a su alrededor, pero no veía a nadie. Claro que eso no quería decir que no estuvieran ahí.

Soveliss había intentado llevarse con ellos el cadáver del gnomo hasta el templo de Tymora que había en Phandalin pero el resto del grupo había juzgado demasiado trabajoso subir el cuerpo al carro y llevarlo hasta allá. Soveliss, no estando habituado a tratar con gente en su día a día, decidió ko discutir y no dijo nada al respecto. Se preguntó si el enano querría el mismo trato para él, enterrado lejos de la piedra y de los salones de su familia o el noble, enterrado en la vereda de un camino en una tumba sin nombre en lugar de reposar en el panteón familiar. . Seguramente a ellos si les gustase que alguien se tomase la molestia de darles un entierro digno. 

El elfo intentó darle un aire solemne y mientras sus compañeros cavaban,, limpio el cadáver con su magia, cogió dos ramas de los alrededores y uso su magia para prenderle fuego en un extramo para después clavar el otro junto a la tumba. Cuando se dispusieron al entierro, la magia convocó una melodia funeraria con cierto toque elfo. La primera que llegó a la cabeza de Soveliss, la música no era su campo de estudio. Por último, le colocó el símbolo de la moneda en el pecho y se alejo un par de pasos en silencio dejado que fuesen otros quienes echasen la tierra sobre el cadáver. Cuando terminaron, cogió una piedra, la colocó junto a la tumba y uso su magia para grabar un símbolo. Una moneda. Allí descansaba un aventurero. - Que la diosa le sonría en el viaje que tiene por delante. - deseo antes de alejarse de la tumba para seguir camino.

El camino siguió durante horas, todo parecía tranquilo hasta que Gustav dio la voz de alarma. El elfo se agachó junto al carro para que, en caso de que les disparasen el enemigo lo tuviese más difícil hacer blanco y espero a ver si alguno veía algo. 

Cuando Gustav y Kwame se aproximan a los caballos, no les cabe ninguna duda, pertenecían a Gundren Busca-rocas* y Sildar Hallwinter*. Eran los caballos con los que iban en avanzadilla a vuestra expedición y es evidente que fueron abatidos debido a las flechas.

Las alforjas han sido saqueadas y cerca podéis ver un estuche para mapas de cuero vacío.

A pesar de lo poco atentos que estábais algunos, parece que todos os habéis percatado de que tenéis compañía. Entre las ramas de árboles y arbustos de alrededor, cuatro figuras pequeñas de piel verde trataban de ocultarse para emboscaros. Al ver su plan fracasar, abandonan sus escondites para enfrentarse directamente a vosotros.

-Tenemos compañía- comento en voz baja, aunque espero que Gundar y Soveliss, que son los que están más cerca de mí, me oigan.

Tenso la flecha en mi arco preparándome para el asalto

Gundar pudo notar como había algo entre los arbustos, pero no fue capaz de reaccionar antes que aquellos seres. El enano era duro como una piedra, pero casi igual de veloz.

Maldición. Preparáos, ahí vienen.

Kwame se lamentó al certificar a quién pertenecían esos caballos. ¿Seguirían vivos Gundren y Sildar?, ¿estarían heridos?. Sea como fuere, el guerrero no tuvo más tiempo para meditar la situación, pues una cuadrilla de goblins les asaltó de inmediato. Preparó la flecha mientras buscaba ya con la mirada al primer goblin al que disparar.

-¡Son las monturas de nuestros patronos!--exclamó el humano de noble cuna con suma preocupación. Por lo visto días atrás, si el hábil de Sildar había caído en combate, a buen seguro que ellos también tendrían problemas.

-¡Goblins! ¡Nos atacan! ¡Disponed las armas!--aulló ferozmente Gustav cuando se percató de la acechadora presencia de los pieles verdes.

¡AAAAAAAAAHHHRRRRGGG! ¡ATACAAAAZZZ! ¡RECORDAZ NUEZTRA NUEVA TÁSTICA!

Berrea uno de los goblins en un horrendo común mientras abandona su escondrijo entre los matorrales y se lanza a por Gustav cimitarra en mano.

Sin embargo, la armadura del guerrero parece lo suficiente como para parar el débil golpe de la criatura.

Otro goblin medio escondido saca un pequeño arco corto y dispara una flecha de plumas negras a Kwame pero tiene la misma puntería que un ogro bizco. La flecha sale disparada muy lejos del arquero, perdiéndose en la frondosidad del bosque.

Kwame se mantuvo en el sitio, espalda contra espalda con Gustav, y lanzó una flecha al goblin que tenía justo enfrente. La pequeña criatura se ocultaba entre los arbustos, pero el guerrero podía observar su posición lo suficiente como para intentar un disparo certero. 

El certero disparo de Kwame sortea los árboles y arbustos y se clava entre ceja y ceja del goblin, fulminando a la pequeña criatura.

¡AN MATAO A KRADOS! ¡MALNASÍOS! 

Grita otro goblin mientras salta a por Gunar cimitarra en mano. Su golpe se estrelló contra la armadura del enano, lo que enrabietó más al goblin que no se explicaba por qué todo estaba fallando.

Casi en ese mismo instante, una flecha con plumas negras apareció entre los árboles del lado sur del camino e impactó en el pecho de Lidda. La mediana soltó un grito de dolor mientras trataba de adivinar el origen del proyectil.

Gundar vio como una de las flechas de esos asquerosos goblins acertaba a la mediana, pero tenía a una de las pequeñas criaturas enfrente suyo. Por lo que antes de ayudar a Lidda debía acabar con ella.

Moradín guía mi brazo.

El enano golpeó al goblin duramente, pero cuando quiso rematar gracias a los dones de su dios el asqueroso ser eludió el martillo como si se jugara la vida en ello. Que seguramente así fuese.

¡AHHHGG! - Grita de dolor el goblin - ¡MALDITO EZNANO!

- ¡ Maldito!- murmuro entre dientes cuando una flecha me alcanza en el pecho.

Me subo a la carreta para protegerme, esperando que los barriles de la carga y los laterales me sirvan de cobertura. Si me alcanza otra flecha, posiblemente no lo cuente...

Asomo por encima de los barriles con el arco tensado y disparo al goblin que hay junto a Gustav, ya que es con el que tengo mejor ángulo de tiro. 

En cuanto disparo mi arco, me agacho para conseguir la mayor cobertura posible.

La mediana, a pesar de estar herida, sube rápidamente a la carreta entre las cajas y barriles y apunta al goblin que había asaltado a Gustav. Con su certero disparo en el pecho de la criatura, el goblin cae al suelo con un grito ahogado.

Las criaturas que estaban preparando la emboscada se revelaron, los gritos y los ataques se sucedieron. Sus compañeros estaban combatiendo valientemente, sus golpes diezmaron a los atacantes pero sufrieron algunas heridas, la mediana tuvo que buscar refugio en el carro para evitar las flechas que venían del sur. Soveliss echo un vistazo buscando el origen de la flecha que había herido a la mediana y comenzó a entonar. 

Como ya había hecho con anterioridad, sus dedos comenzaron a trazar símbolos en el aire, la temperatura a su alrededor descendió notablemente mientras la escarcha se extendía entorno a los símbolos que había trazado. Cuando el conjuro estuvo tejido, Soveliss palmeo el centro del círculo y un rayo de escarcha salió disparado intrrnandose en el bosque en dirección al lugar del que había salido la flecha.

-Intenten atrapar a una de estas criaturas con vida. Debemos saber que destino han sufrido nuestros empleadores. - les dijo a sus compañeros.