Partida Rol por web

-Esta bien... Espero que puedan traerme buenas noticias, caballeros...Que Sune este con vosotros.

La joven se levanta y hace una elegantisima reverencia, que deja sin embargo entreveer los encantos de su pecho al inclinarse... Ella no parece darse cuenta, pero vosotros si, de que no todas las elfas son flaquitas...

-Meland, acompañalos por favor.

Si señora.

El mayordomo abre la puerta, aguardandoos antes de conducirlos a la calle nuevamente por la puerta principal, como al principio.

Lewess responde a la reverencia de la elfa con una inclinación de cabeza, y sin decir nada sigue a Meland.

El semielfo parecía estar saliendo de su condición en el momento, por lo que no hizo más que dedicarle una reverencia a la mujer. -Ha sido un gusto, Lady Wisp- Al alzar la vista y encontrarse con sus exuberantes atributos, sus mejillas enrojecieron siguió a Meland rápidamente.

La expresión de Bramo no le había pasado desapercibida, pero prefirió preguntar cuando se encontrasen fuera de los terrenos de la dama, y lejos de los oídos curiosos como los de Meland.

Bramo asintió varias veces, nervioso, correspondiendo a la reverencia de Lady Wisp con otras más numerosas y breves sin llegar a doblar la espalda.

Aún con el corazón encogido, tomó la puerta con premura y encaró la salida con ciertas ansias de seguridad. En el exterior, su corazón volvería a latir con normalidad.

Sin mas palabras, Meland los saca de la mansion... El mayordomo abre la reja con su llave, y un leve gesto.

-Si descubren algo, la mansion esta abierta solo durante las horas diurnas. +les recuerda+, pero fuera de eso pueden venir cuando gusten a informarnos. Buena suerte.

Cierra la puerta luego de estas palabras y regresa a la casa, dejandoos en la calle...

Pocas personas pasean por este barrio elegante, apenas 4 o 5 hombres y mujeres de ropas elegantes, y algun criado en traje de obrero.

Arávilar asintió y asintió, para luego observar a Meland alejarse hacia la mansión. Volteó para ver las calles, que, por suerte, no se encontraban muy transitadas.

-¿Has descubierto algo, Bramo?- inquirió, mirando al turmishano con una mirada cargada de significado y una sonrisa cómplice.

No... es sólo que se me ocurre que el ladrón pudo llegar volando. Porque cuando Lewess estuvo en el jardín, no encontró huellas en el césped, ¿sabes? Y encontramos unas marcas en la piedra del muro. ¿Tal vez garras? Podría ser un grifo. El jinete se acercó hasta el balcón de la biblioteca y ordenó al grifo que se posase sobre la tapia. El grifo tuvo que esperar a que su dueño saliese con el colgante y ambos alzaron el vuelo.

Pero bueno, tenemos que seguir investigando. Propongo ir primero al taller de Tessalar*. Fue el mago que hizo la caja fuerte. Ya que no resultó forzada, tal vez obligaron por la fuerza o con sobornos a hacer una copia de la llave.

Por cierto, ¿de qué estuviste hablando con la cocinera y la pelirroja, Arávilar?

Aludido, los ojos de Arávilar rodaron en señal de cansancio.

-Uf. No diré que fue demasiado interesante ni revelador, ¡pero tienen una servidumbre peculiar! En fin, primero me encontré con la cocinera... Aluria. Tenía un humor de perros, pero por lo que oí de Radija nos odia especialmente a nosotros, ya que le tienen en alta estima por su amabilidad...- explicó con un dejo de escepticismo.

El semielfo miró hacia arriba, como intentando recordar.

-Ehm, no le saqué nada a la cocinera, pero si a la muchacha. Dudo que pueda haber sido Ingrid la culpable. Ya saben, la mujer mayor. No sólo lleva más tiempo en la casa, sino que también es estricta, aunque eso puede ser una buena fachada. Entendí que Radija se siente celosa de su ama, por eso de que tiene dinero, hombres y belleza...- aclaró, algo divagante. -En fin, le molesta que sea una mujer tan... promiscua. ¿Quién sabe? Tal vez sueñe con tomar su apariencia- sugirió, con un encogimiento de hombros.

-Tiene una curiosa concepción del rol masculino en la vida de las mujeres. Básicamente, cree que debemos postrarnos a sus pies, y créeme que le gusta hablar de ello- Rió. -Por otro lado, también mencionó que Xiao, esa muchacha extranjera, tiene otros estándares de... feminidad, así como también otros valores diferentes a los nuestros. Sospecho que es de Kara-Tur, si mi memoria e intuición no me fallan-

Totalmente de acuerdo con lo que dice Bramo. Todo pinta a que llegaran volando hasta el balcón de la habitación, entraron, robaron lo que buscaban y se marcharon. Eso parece estar bastante claro. Además según yo lo veo cada vez está más claro que el ladrón conocía mucho sobre la casa y lo que buscaba: fue directamente a la ventana adecuada,a una hora adecuada para no ser visto, y desapareció sin hacer ruido. Sin embargo aún nada nos ayuda a identificar al culpable, así que sigamos adelante.

¿Al taller del mago, entonces?

El grupo emprende entonces la caminata a la torre del mago... Lilith parece inusualmente callado y distraido, pero el resto del grupo va centrado en su mision. Por ahora lo principal es obtener datos de la figura que creara la caja fuerte.

Tardan solo unos 15 minutos en llegar al lugar indicado... La torre de Tessalar desentona un poco con el barrio en que se encuentra, pero solo un poco. Es el unico edificio que resalta en el bloque, a exepcion de una villa noble en el otro extremo. Tambien hay otra villa de este tipo cruzando la calle...

Sin embargo la torre domina a estas en altura, es un edificio de 4 pisos, de aspecto recio e imponente. Sus muros son de piedra con grabados arcanos, y posee muy pocas ventanas, (que por su estrechez mas bien parecen aspilleras), salvo en el tercer y cuarto piso donde retoman tamaños normales.

La puerta de acceso al torreon da en concreto a la esquina donde convergen las calles Sul y Charso, siendo una de doble hoja, construida en madera con remaches de hierro. Una pequeña cadenilla de oro, incrustada en el muro a la derecha, parece servir como llamador al tirar de ella.

No es mal sitio, este. Puede que algún día me retire en una torre como esta.

Bramo tiró de la cadenilla y dió un paso atrás esperando que le abrieran.

Veamos qué es lo que Tessalar puede mostrarnos...

La puerta se abre al cabo de unos momentos, aunque solo una de sus hojas y apenas... Quien lo hace es una mujer pequeña, de unos cuarenta años, vestida con ropas de sirvienta, que aferra una escoba. Su expresion es triste, pero serena. Cuando habla, la voz le suena carrasposa, como gastada.

-Buenos dias...Puedo ayudarlos...?

Arávilar miró con curiosidad al edificio y su manera de desentonar con el resto del barrio. Se imaginó que a los nobles no les resultaría demasiado agradable la vista. Una voz medio ronca le llamó la atención. Provenía de la puerta.

-Buenos días, señora. Hemos venido a ver a Tessalar. ¿Se encuentra aquí en este momento?-

-Oh si... Tienen cita con el? +pregunta suavemente+

Extrae al mismo tiempo de su tunica un pergamino, en el cual pueden verse lineas de escritura.

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Pues... no, no tenemos cita con él. De hecho, las cosas se precipitaron de tal manera que es necesario verle ahora. No hubo tiempo de pedir ninguna cita.

¿cita previa? - pensó Lewess - ¿tan importante es el tipo éste que haya que pedir cita previa? o quizá lo que sea es desconfiado, ya veremos