Partida Rol por web

Dork mira a Drusilda

- Creo que aquí ya hemos acabado, aún queda día por delante para avanzar.

- Abuelo, no le comente a los jóvenes que hemos estado por aquí, podrían malinterpretar nuestras intenciones y no queremos problemas con nadie.

- Por cierto, ¿Si usted no va a utilizar la espada, le importaría que me la quedara?

El anciano ciego tose un poco más antes de responder a Pikard.

Los huargos siempre han estado aquí, igual que los lobos blancos. Ese territorio les pertenece. Yo no los llamaría mis aliados, pero no puedo hablar por los más jóvenes. Lo que sí sé es que la naturaleza puede parecer cruel y malvada con tanta frecuencia como benévola.

Se encoge de hombros.

Esté círculo fue hecho por los primeros guardianes, mi generación. Los jóvenes insistieron en que mudara mi casa aquí porque era un lugar seguro. No tengo miedo a esos profanadores, pero vine para que se quedaran más tranquilos.

El viejo, aunque ciego, no es del todo sordo, y parece reflexionar lo que le escucha decir a Drusilda.

Entonces de verdad sóis viajeros, ¿eh? No parecéis de los otros, y desde luego estas tierras no os han tratado COF COF COF COF COF COF bien. ¿Contra quién usaríais la espada si puedo preguntarlo?

El anciano, aunque bastante lúcido, claramente ha tenido mejores días. Contesta a todos y todo de la misma forma y mirando en la misma dirección, mezclando lo de uno con lo de otro. Tal vez, en su mente, solo esté hablando con una persona o dos.

-No lo sabemos.-Respondo al druida.-Un hombre equilibrado nunca sabe contra quien utilizará la espada, pues hasta que otro no lo ataca no tiene motivos para usarla. En contra de lo que suele pensarse yo considero que las armas son útiles defensivos, nunca ofensivos.  

Atacar sin razón es el camino más rapido a la muerte, y una muerte innecesaria carece de sentido.

El viejo mercenario se sorprendió por la energía que el invidente demostró para la curación. Estaba claro que sus poderes "naturales" estaban intactos. En mucho mejor estado que su vista, o incluso que su estado mental

La buena voluntad del druida le impidió simplemente apoderarse de las pociones y el libro que tenía disponibles. Abrojos guardó su propia poción de curación, la que había preparado por las dudas y partició de la conversación que habían comenzado sus compañeros

- Abuelo - llamó al druida, sin querer pensar en el momento en que a el lo llamaran de esa manera - como mi compañero ha dicho a ninguno de nosotros le apetece usar las armas... except oque no haya más alternativas - la mentira, flagrante, surgió con naturalidad de los labios de Lupin

- Sin embargo yo estoy confundido. Quisiera saber, si es posible si acaso llamais profanadores a "los jovenes" o se trata de otro grupo? - preguntó tratando de entender si podrían encontrar nuevos aliados en el bosque -

Mientras esperaba la respuesta, casi al pasar comento - Y parece que se os ha caido un libro bajo la cama, necesitais que os lo alcance? No se si es importante -

No... el viejo parece confuso. A él mismo le cuesta recordar y entender a quién se refiere.

Los jóvenes druidas, la siguiente generación, quiere que me quede aquí. Los profanadores... ahora que lo pienso creo que no sé quiénes son. Enemigos, supongo.

¡Ah, los bastardos rojos! exclama, aunque parece poco convencido y seguramente lo único que sabe (o recuerda) sean distintos apelativos para ese otro grupo. COF COF COF COF COF

¡Ah, gracias! Dame el libro, por favor. Cuando Abrojos lo hace, el viejo lo palpa como intentando recordar.

Bueno... dice al final, todavía con el libro en la mano podéis quedaros la espada COF COF por mi parte. Lo único es que el árbol la ha sujetado todos estos años y no creo que quiera perderla. Es muy cabezota y yo ya no puedo razonar con él.

Después dice en voz muy baja.

Si le engañáis, es toda vuestra. Se cree que es suya, pero me la regalaron a mí.

Muchisimas gracias por todo Señor. No esperaba encontrar ayuda para sanar mis heridas en un lugar tan remoto. Os esperaré abajo chicos - indica a los demás. Antes de comenzar a descender, cuando pasa por los pies de la cama le surge una última pregunta ¿Por que se les llama rojos a los profanadores? espera unos segundos por si hay respuesta y tras volver a agradecer toda la ayuda desciende definitivamente.

COF COF COF Por sus vestiduras, creo.

El viejo responde y luego lo piensa mejor.

Si había otro motivo, no lo recuerdo. ¿Le haréis compañía a este viejo un rato más? No tengo mucho que compartir pero...

Oh anciano, me encantaría pasar la noche aquí como ya me habrás oido sugerir a mis compañeros, pero ya sabe, los jovenes siempre con prisa aunque no tengan destino al que ir. Drusilda deseaba quedarse pero desconfiaba de todo. Decidió seguir haciendose la tonta un poco mas ¿Vestiduras rojas? ¡Eso es querer llamar la atención! jajaja - rió con simpatía - muy discretas sin duda ... porque se refiere Ud. a las mudas de ropa interior ¿verdad? ¿o quizás a algún tipo de hábito o capa?

Y a continuación de la respuesta desciende definitivamente a relevar al malerido Kirk

-¿Vestiduras rojas?.-Preguntó el goblin con cierto miedo.-¿Magos rojos?

No lo sé. No recuerdo... dice el viejo pareciendo sentir realmente no recordar más.

Quedáos el libro dice tendiendo el pequeño diario que Abrojos encontró bajo la cama no recuerdo qué dice, pero sé que lo guardaba para cuando quisiera salir de aquí, así que a lo mejor os ayuda. Yo ya sé que no voy a alejarme mucho.

El vistazo más superficial a las páginas revela que el idioma no es ninguno conocido. Un idioma secreto druídico, probablemente. Está claro que el viejo, siendo ciego y no recordando nada, no podrá ayudar con eso.

Drusilda baja del árbol por la cuerda y encuentra a Kirk montando guardia con los lobos. El círculo sigue en calma.

- Caramba. Muchas gracias - contesta el mercenario sorprendido por la buena voluntad del viejo druida - Y por supuesto podemos haceros algo de compañía... por lo menos un rato más - añade antes de sentarse al lado de la cama, apoyando su espalda en la misma y abriendo el pequeño libro

Abrojos confirma la primera impresión: desconoce el idioma en el que está escrito el texto. Ni siquiera el alfabeto corresponde con el élfico, el común ni ningún otro que Abrojos haya visto.

Más que un libro se trata de un diario, al parecer, y solo la primera mitad de las páginas está escrita con mano temblorosa. Los tres dibujos que hay son mapas de una construcción hecha por el hombre con pasillos, puertas y desvíos. Ambos representan solo una pequeña parte del conjunto, como un cruce de pasillos o una habitación, y podrían referirse al mismo lugar o no.

Dork mira con atención el interior de la cabaña

Sube arriba kirk y que te curen anda. El anciano es muy amable. Yo vigilaré.

Dork inspecciona la cabaña. Tras pensarlo un poco, levanta la silla de la esquina y la acerca a las ramas, pero estas no se dejan engañar. Tras tantear el objeto rechazar sujetarlo y siguen palpando.

Finalmente, el bárbaro prueba con la espada que encontró en el barco luskanita y esta vez hay suerte. Las ramas tantean a ciegas, sintiendo la vaina, la forma de una empuñadura. Tardan un poco en decidirse, como si tuvieran la duda, pero al final quedan satisfechas y vuelven a su posición mostrando la nueva espada en la pared.

Kirk alzo una ceja al oír el comentario de Drusila, que vino a relevarle. Sin embargo, la posibilidad de curación para su maltrecho cuerpo era una interesante posibilidad que no quería desperdiciar. Además, las heridas de la mestiza parecían también restañadas, por lo que Kirk consideró prueba suficiente de que no habia peligro.

- Tak, Bro. Vigilancia -dijo a ambos lobos antes de disponerse a subir. Entonces hizo una matización y señalando a Drusila para que fuera excluida de la vigilancia- Amiga.

Dicho lo cual comenzó a trepar con cuidado. Ya le dolía bastante la herida y no quería precipitarse con un resbalón...

La cabaña es pequeña, poco más de 20 pies de ancho y largo, y aproximadamente cuadrada. Las paredes, techo y suelo están hechas del mismo tipo de madera que la del árbol en la que se sujeta. Hay multitud de ventanas, pero todas muy pequeñas. Recuerdan a aspillera por las que disparar flechas a atacantes, pero más probablemente serán para dejar entrar y salir a pájaros, que no dejan de hacerlo. En un rincón hay una mesa con frascos conteniendo líquidos. En otra esquina, una silla. En la pared derecha hay colgada una espada sujeta por unas ramas.

El mueble más grande de la sala única, lo que parece definir la función de la cabaña entera, es una cama vieja y desvencijada. En ella, bajo pesadas mantas, hay un hombre muy anciano. Dork lleva en las manos una espada curva con runas de oro en una vaina de adamantina. Abrojos ojea un pequeño libro sentado junto a la cama mientras Kirk parecía estar hablando con el anciano.

Al viejo le sobreviene otro ataque de tos.

¡COF COF COF COF COF COF COF!

Bebe un poco de agua de su taza de madera y se mete en la boca una uva del cuenco que tiene al otro lado de la mesa.

Os hará falta. Os hará... COF falta. La única salida era la muralla. Si no eras de ellos. Para eso COF COF está.