-Por mi parte está bien -asintió Gogri, deslizando el seguro de la correa para asir la ballesta.
- Al lío.
El estaliano preparó sus armas silenciosas. No convenía para nada alertar aún mas a los orkos, que ya estarían preparándose para una pelea, y darles una razón para moverse aun mas rápido no era lo mas inteligente.
Seguiría las instrucciones de la sacerdotisa y de Kurdrim a rajatabla.
Una brillante idea Balkimia, prepararé la ballesta para cubrirlos, debéis despejar el camino en aquel puente, ese donde parecen salir tantos humanos, es por donde tenemos que bajar.. - dice Urgrim dando indicaciones a Gogri y Adalberto
Urgrim prepara la ballesta de su muñón, en cuando se complicara la cosa, cubriría a sus compañeros.
Los dos valientes se acercaron el silencio, Kurdrim era una maquina del combate perse y Adalberto no era poca cosa para los de sus raza, tenian tablas y galones suficientes como para no asustarse ante cuatro humanos.
Se acercaron tranquilos y en silencio, escuchando las palabras que soltaban los acalorados humanos en el puente. Kurdrim miro a Adalberto y este asintio entendiendo lo que queria el silencioso humano, en este caso hablaria Adalberto pues aquel acento le era del todo familiar, hasta cierto punto al menos.
En el puente habia un humano que seguia senalando al vacio de la nada, enrabietado como un troll con hambre y la conversacion rezaba asi:
*Humano uno con sombrero-No lo viste venir, es eso lo que me dices - volvio a mover las manos con rabia - estan borrachos otra vez, di la verdad canalla!-
Humano con panuero en la cabeza y acento tileano -Pero no hombre, como dice esto de nuestras mercedes, acaso no es mas sabio el que calla y observa que el que juzga- negaba con la cabeza energicamente - un cuartillo de vino siempre cae, porque calienta el estomago y aviva el ingenio, sobre todo si uno tiene guardia...- la frase queda en el aire
Humano con sombrero -Trabajamos para los enanos, no podemos tolerar estos despistes, este lugar es un nido de locura andaros con mil ojos tu y tu amigo-
La conversacion terminaba asi, Adalberto vio en los andares y en las ropas que eran mercenarios Tileanos, algo que no se le escapo a Kurdrim como buen veterano. Del mismo risco seguian apareciendo mas humanos, entre ellos pudieron ver al menos dos enanos que les acompabanaban, y como el hombre del sombrero seguia senalando a unos y otros que se colocaran mientras el flujo de personas seguian creciendo, pronto unos u otros terminarian descubriendo a Adalberto a Kurdrim les caian casi encima.
Kurdrim hizo un gesto hacia la oscuridad detras suya que indicaba que se acercaran, mientras en este caso Adalberto se acerco para saludar.
*Le pongo un asterisco porque solo lo escucha Adalberto y Kurdrim, pero quiero que todos lo lean para darle un poco mas de texto a la mayoria silenciosa que queda con las ballestas preparadas.
La sonrisa me temblaba, al escuchar aquel acento, no es que me fiara de ningun Tileano que yo conociera y vigilare mi espalda tanto de amigos como estos como de sus mismos enemigos, pero igualmente escuchar un acento conocido tan lejos, me llenaba el estomago de mariposas.
-Por la diosa Myrmidia si no hace mas de un centenar de miles de dias que no escucho ese acento- levante las manos vacias con las armas enfundadas para parecer amigable, o al menos en ciertamanera inofensivo, lo que parecio poner nervioso al que parecia el jefe de aquel grupo fue la aparicion de Kurdrim, era feo pero no se si para poner esta cara - parece que los fieles hombres buscan trabajo muy lejos de guerras en el norte, este parece un buen sitio donde poder llenarse los bolsillos de oro al parecer. - la sonrisa me llego de una oreja a la otra, intentenado ser coordial.
penejotalizado! para dar la entrada
Poco a poco fueron saliendo un grupo de hombres en total unos dieciocho, habian varios enanos entre ellos, aparentemente mineros por las armas y el equipo que portaban.
El grupo de aventureros se fue acercando lentamente, para ver la animada conversacion del Estaliano con los Tileanos.
El alto hombre miro a Adalberto de arriba abajo, y contesto con cierta alegria de escuchar un acento del sur:
-Guarda qui!- golpeando a su companero - el ragazzo aprieta forte! si que es un alegria encontrar gente del sur en estas humedas, ya sabes de los enanos- se trago un insulto a la casa de los enanos, donde por las pintas habia visto ya mucha mierda - pero hoy e andata in brodo di giuggiole, beber una tenemos pero arriba en la seguridad de una posada, acompabamos a Frank en la mision de habrir algunos pasos para los mineros enanos, maldite sea si no nos ha costado mas de una desgracia, por lo personal aun respiramos pero: e molto difficile!- con cierta pena, companeros caidos quizas por la expresion y cierta prisa por salir de toda aquella oscura locura.
-Y que se le pierde por estos andaras?, la diosa aqui no ayuda, solo aprieta. Si esta yo no la vi, aunque le rezo cada noche y cada dia- quedo frente a frente tras entrechochar de manera militar la mano con Adalberto.
Lo que se habla esta mal escrito a drede, mezclando italiano real con uno que me invento yo al paso.
¿ Que diantres están hablando ?, nunca entenderé los acentos humanos, de la manera en que parecen que hablen, no se si están discutiendo, si se están contando algo o a saber... - dice Urgrim a Balkimia ,o a quien tenga cerca
A ver como termina la negociación, charla, bravatas de guerra o lo que trasgos estén hablando... - dice Urgrim arqueando las cejas , atento a lo que veían los ojos.
Estaba claro que estaban hablando de algo, normal, sin hostilidades ni cosa asi.
Imagino que Urgrim y demás, están viendo aquello a distancia, que de momento no están cerca de ellos, pero si al alcance de sus ballestas.
Editado master:
En realidad en el post , indico como Kurdrim os pide que se acerquen el resto de ustedes. Asi que por mi estan todos juntos.
Reeditado:
Fallo mio, edito el post
Me acerque a ver aquel espectaculo, parece que las gentes del sur estan migrando hasta los salones enanos, la llamada del oro y la muerte parece anclarles de alguna manera ha estas humedas montanas.
-Shashc! ejem!- mientras escupo a un lado un gargajo con cierto renombre.
Era una buena manera de comenzar una conversacion con desconocidos, con la garganta clara.
Aqui el jefe de los mercenarios.
Miro al que se acerca, y con la mirada aun torcida por la bronca anterio lo presento:
-Qui el cappo! un imperial de buena familia, nos cuida aqui abajo y nos llena los bolsillos- la sonrisa me llego hasta el corazon, pero mire a la nada por miedo de futuras represalias.
Quede mirando al pequeno enano que se acercaba con voces y luego al companero Tileano que tenia delante.
Gogri, a lo suyo, que era seguir atengo, no dijo nada.Mantuvo la compostura y, junto a sus compañeros, simplemente bajó las armas y se colocó a medio avisar, cómodo, pero no relajado. De un vistazo, ubicó a cada uno de los desconocidos con la posición de sus manos y sus armas. No parecían buscar problemas, pero sí muy capaces de manejarse en una refriega, si esta tenía lugar.
Me movi con la ballesta preparada, pero al parecer era solo un grupo leal al karak, lo cual era mucho mas de lo que podiamos desear visto como llovia por aqui. Guarde la balleta cuando kudrim indico que nos acercaramos, escuche con cierta alegria que sugeri con media sonrisa a la oscuridad, malditos locos tileanos estan por todas partes. Mire a Otto:
-Ya sabes lo irascibles que se ponen si los retas, mejor dejar a Adalberto, por raro que parezca- en un susurro.
Eran rapidos con la lengua, pero letales en las distancias cortas. Sobre todo si se sentian ultrajados en su sistema de moral caotico para los Imperiales.
Suspire liberando la tensión vivida cuando me di cuenta que se trataba de un grupo de soldados humanos asalariados por el Karak y que el peligro parecía alejarse, al menos durante unos minutos.
Unos segundos después, apareció el jefe de aquel grupo, otro humano, este del imperio como alguno de nuestros compañeros.- Buenos días.- Dije para presentarme, y esperé a que alguno de los humanos rompiera el hielo.
Urgrim se mantenía cerca de Balkimia, ya con la ballesta bajada, pero sin bajar su estado de alerta y atención.
Los humanos siempre le habían demostrado, cambiar de parecer y forma de ser en cuestión de segundos, le había dejado eso claro en su trabajo de posadero, cuando alguno que se sentía herido, estaba borracho o no conseguía lo que quería, le tocaba sacarlo a patadas de la posada para evitar conflictos y que destrozaran el lugar.
Urgrim asiente con la cabeza, hacia los humanos...
Me quieto el sombrero y hago una reverencia, tenia pinta de noble, o almenos eso hablaban alguno de sus anillos aunque perfectamente podian ser robados o ganados en una apuestas, sea como fuera queria guardar las formas ante la atenta mirada de Otto y del bonachon Kurdrim que me taladraba con la vista, bajo aquella armadura.
-Vaya pues si que estamos lejos de casa, no es que no me guste el lugar pero, ya no tengo ni modales me llamo Adalberto y aqui estoy con mis companeros- con una mueca -prefiero, esta claro, que nada como una posada, y una sabanas calientes con olor a mujer- mientras suelto una risotada para quitarme la oscuridad de encima - necesitamos bajar algunos niveles, buscamos nuestros propios problemas y llenarnos los bolsillos, aunque no esta demas que nos indicaran por donde ir, tambien trabajamos con los enanos y dudo que se pierdan- senalando a la oscuridad, y luego con el dedo hacia bajo -no lo se pero imagino que nada bueno habra- el mercenario parecia capaz, y pronto estabamos rodeados por el resto de sus hombres, habia una amalgama de todo y estaban muy interesados en las armaduras enanas, sobre todo la de Kurdrim.
penejotalizado!
Aquel joven parecia tener buena mano, le faltaba fuerza en los hombros para mi gusto, no aguantaria ni a un orko que le cerrara el paso:
-Pues poco que contar, aqui solo encontrareis la muerte si no andais con cuidado, nosotros ya tenemos lo que necesitamos asi que estamos saliendo despues de un dia largo. Dormir aqui es un suicidio, andaros con mil ojos. Nos os puedo ayudar demasiado ahora mismo, el paso tras nosotros esta libre, encontrareis en el puente que cruza marcas de combate, fuimos nosotros unas alimanas verdes parecia un grupo de caza ya sabeis que les gusta llevarse prisioneros, a saber para que. Por el martillo de Sigmar!- mientras hago la senal del martillo delante mia. -No se vuestro destino, pero tened claro que en la proxima hora volvera ha tener escoria por aqui rondando. Ustedes han visto algo por aqui?- secundo la propuesta de obtener algo de informacion tambien por nuestra parte, queria llegar arriba lo antes posible.
-Si quereis bajar os ahorrareis un rodeo, eso seguro, os cubriremos desde lo alto por si os atacan, despues seguiremos nuestro camino.- lanzo la mano para hacer un saludo marcial con Adalberto.
Os protegeran desde las alturas, mientras bajais.
Necesito saber el orden de bajada, y si Adalberto quiere, o cualquier otro darle informacion de la zona, es libre de hacerlo.
Urgrim mira a todos, antes de llegar ahí habían pasado varios peligros, de los que si podía avisar, desde aquel wyvern en prácticamente el acceso a aquella zona, los engendros del puente de los héroes y la abominación de que casi lo mata en las ruinas de mas abajo.
Eso sin mencionar aquellas personas con el mago de combate.
Mira a Adalberto y al resto, para pedir confirmación sobre avisarles de esos peligros, o no confiar en ellos y no los ensarten a flechazos mientras bajan, lo que decidieran el resto, aceptaría de hacer Urgrim, de todas maneras, tenían que bajar si o si, ya que es el acceso al siguiente subnivel.
Por mi bien, bajo yo primero, Balikima si hace el honor de seguirme.. - dice con una sonrisa picarona Urgrim.
De esa manera , ya os decimos lo que vemos, luego que nos sigan el resto y que cierren la cola, la fuerza de choque enana..jajajaja- dice riendo, refiriéndose a sus compañeros enanos.
De todas maneras, Urgrim estaría alerta, no sea que los traicionaran o algo asi, aún no se fiaba del todo de esos humanos.
Bajamos de la misma manera que estábamos colocados cuando nos movemos, en el sentido de quien esta delante, quien esta a la retaguardia.
Agradecemos su oferta Maese Bauerhoff.- Respondí cuando el humano se ofreció a cubrir nuestra bajada.- Un par de grupos de exploradores gobris, dos grupos de sectarios que se diezmaron entre ellos, nada que un grupo experimentado no pueda superar. Lo único a evitar son unas construcciones abandonadas entre el puente de los ingenieros y el de los héroes. Un poderoso engendro del caos las ha convertido en su guarida. - Expliqué.
Será un placer bajar tras usted.- Contesté a Urgrim y me dispuse a continuar nuestro camino hacia las profundidades de Karaz-Ankor. -Que Valaya guie sus pasos de regreso a la superficie.- Añadí para despedirme del grupo de humanos.
Con esa intención, Gogri se apostó en una posición que permitiera buena vista desde lo alto, con la ballesta lista, a la espera de su turno. Las palabras del humano le habían hecho reflexionar. Si echarse a dormir allí era un suicidio, ¿qué tipo de maldad se encontrarían? Tendrían que avanzar rápido para asegurarse de que no tenían peores encuentros que los de hasta ese momento. Lo cierto es que no podían quejarse, dadas las circunstancias. A pesar de cuanto se oye en las fortalezas sobre los senderos de la periferia, habían avanzado ya bastante sin bajas, gracias, sobre todo, a una buena dosis de prudencia.