Partida Rol por web

Luth se coloco en una postura de cuatro patas, acercando su nariz al suelo y olisqueando como si se tratara de un perro buscando algo con su olfato.

-Donde...donde...donde?.- Su cara mostraba una mueca de desilucion, pero cuando escucho las palabras de aquel compañero que se le habia acercado a hablarle, sus orejas de fuego se movieron en su direccion.-Tarta...Tarta? TARTA! Me encanta la tarta!.- Se subio a la cabeza de su compañero y desde alli dio un salto -Es verdad, tengo que ir a buscar un saco de harina al almacen!.-

Al tocar el suelo, Luth salio corriendo en direccion al almacen -Buena suerte!!.-

Guspierku se rasca la cabeza, mientras los ojos giran hacia todos lados, y su cabeza intenta acordarse de lo que es 'arriba' y 'abajo'. 

Venga, salid todos de una vez del baúl, que tenemos muchas cosas que preparar...

Y a continuación se pone a dar vueltas revolviéndolo todo, pero sin hacer nada efectivo.

Dagamo había observado la escena desde los aires revoloteando torpemente y gesticulando con emoción a cada momento que pasaba hasta que finalmente Lucifer desapareció. ¡Vaya, yo tenía que ir a por el papel para las invitaciones!

El lutín salió a toda velocidad hacia la puerta, la suficiente velocidad como para no poder evitar el marco de la puerta, el sonido fue digno de un derrumbe, por suerte para Dagamo, su cara solo podía mejorar a cada golpe, por lo que intentando disimular y algo mareado, prosiguió su camino hacia la biblioteca.

- ¡Espera, Luth, espera! ¡Que del almacén necesitamos más cosas! ¡Como chocolate! - dice Yark relamiéndose.

Y dejando la campana al lado de la puerta, para que la coja quien quiera (chan chan chaaaaaan) sale corriendo tras el lutíin al que llamaba, rumbo al almacén.

Aprovechando que Yark ha dejado la Campana huérfana, Góblop se acerca a ella y la agarra con fuerza mientras mira con rotunda seriedad al resto de lutines, tal y como el amo déspota mira a sus trabajadores esclavizados.

- Pongámonos de acuerdo en qué vamos a hacer para la fiesta. Podemos dividirnos en grupos e ir haciendo. Pero debemos vigilar, cuanto más nos fragmentemos más difícil nos resultará evitar las sospechas del amo.

Por otro lado, se oye el chirriar de una puerta falta de aceite un par de pisos más arriba. La voz de Rudesindus se extiende escaleras abajo:

- ¿Qué ha pasado ahí abajo? ¿Góblop?

El feo lutín volvió a la habitación a la velocidad del rayo cuando oyo la voz del amo. ¡Que viene, que viene!

Intentó aterrizar rápidamente, pero de nuevo su torpeza hizo que cayera dando volteretas y llevandose a algunos lutines por delante.

Como el que viaja en ascensores, Pequeñín subió a la altura del borde del baúl y volvió a bajar por la parte de atrás en cuanto escuchó la voz de su amo.

Venga, chaval, a esconderse tocan. Como te pille seguro que te manda algo que hacer, y eso te impedirá pasarte por la cocina a probar los guisos del señor y ver que no están envenenados.

Como pudo se tiró panza arriba en el suelo, parapetado detrás del baúl, intentando hacer el muerto para evitar que Rudesindus le reconociese.

Yark ya estaba en el pasillo cuando escuchó a Rudesindus abrir la puerta y bajar.

- ¡Oh no! ¿Qué hago? ¿Vuelvo al baúl o sigo hacia el almacén? ¿Y si baja y nos busca a todos? Bueno, podría decirle la verdad, que estoy buscando un poco de chocolate, total, no se va a creer que sea para él, sino para mi.

Con esto en mente, el pequeño lutín continúa corriendo, esperando atravesar la sala del diezmo y llegar al almacén antes de que al amo le de por bajar los dos piso que les separan.

Guspierku duda, mordisqueando lleno de nervios las puntas de sus deditos

¿Qué hacer...? lo más seguro sería volver al baúl... pero eso es demasiado aburrido. ¡Ay qué nervios...! Pero ¿será verdad que viene para aquí?

La curiosidad le puede, y se va corriendo ágilmente hacia la puerta para espiar a ver si viene, y admirar la imponente figura de su amo. Siempre le ha parecido que tiene unas barbas impresionantes.

Gilitrutt se queda congelada y se lleva las manos a la boca, intentando sofocar la risa después del estupendo salto con doble tirabuzón que acaba de ejecutar. Sus mofletes se hinchan y se le pone la cara roja, se levanta de encima de Tormi y empieza a dar saltitos sin saber a dónde ir exactamente.

- Iiiiihihihi... Rudesindus... a dónde... hihihi... - finalmente sus pies toman la decisión por ella, llevándola velozmente en dirección al jardín. Al fin y al cabo era donde llevaba a cabo muchas de sus tareas, al amo no le sorprendería si se la encontraba allí. - ¡Vamos! - dice al aire, esperando a que alguien la siga.

¿Rudesindus? ¡Ah si, Rudesindus! El diablillo se lleva las manos a la cabeza y mira como desorientando al baúl. No recuerda bien que estaba haciendo ni por qué estaba allí, pero en cuanto vio a su compañero Gilitrut corrió salió detrás de él.

¿Oye, explicame, por qué corremos y a dónde vamos?

Los piececillos de Gilitrutt frenan de golpe al encontrarse con uno de sus compañeros justo detrás, preguntándole qué está pasando. Sospecha que es uno de los lutines nuevos, no le suena haber compartido demasiado el baúl con él, así que actúa en consecuencia.

- ¡Ay, ay! - exclama pegando pequeños saltitos en el mismo sitio - Yo tengo que ir a hacer mis tareas, tú quédate y espera a Rudesindus y dile que el gato se ha quemado, ¿vale? - intenta mantener su cara seria mientras habla, pero en cuanto acaba de hacerlo sus labios se curvan ligeramente hacia arriba y en seguida tiene que volver a taparse la cara. - ¡Hihihih...! - se escucha cuando empieza a correr de nuevo, en dirección al jardín.

Guspierku mira cómo Gilitrutt y Rasputín se dirigen hacia el jardín, bueno, al menos Gilitrutt quiere hacerlo, con Rasputín o sin él

Ayayay, ¿por qué tanta prisa? ¿qué será eso tan importante que quieren hacer?

Empieza a ir detrás de ellos para ver qué hacen, pero luego se acuerda de que el amo está bajando por la escalera y quiere verle, por lo que retrocede rápidamente de nuevo hasta el pie de las escaleras. Pero luego se acuerda de los otros lutines y la curiosidad le puede...

Y así se pone a ir y venir, sin decidirse, continua y rápidamente. Parece un tic, tac.

Tormi, aplastado como una cucaracha espera pacientemente a que Gilitrutt se levante de encima suya para ponerse en marcha.

Una vez libre de su presa, Tormi se levanta y se sacude la ropa. Mientras lo esta haciendo escucha la voz de su amo preguntar que es lo que estaba pasando.

El cuello de Tormi se movia a velocidades increibles buscando un lugar donde esconderse de su amo. De repente todo parece un caos, unos van por un lado, otros por otro y Tormi, donde se esconderia Tormi.

Indeciso, empieza a dar vueltas por el lugar buscando un buen escondite en el caso de que a el amo le diera por aparecer en la habitacion.

Pequeñín agarró la pierna de Tormi y le pegó un pequeño tirón para que se fijase dónde estaba escondido, haciéndo el muerto.

-Aquí, meloncete.

Luth se detiene, a mitad del camino, y da media vuelta para ver el lio que causan todos -A que le temen? Solo es el maestro, acaso no seria bueno desearle un feliz cumpleaños todos juntos?.- Aun asi, Luth sabia que habia una posibilidad de que lo pusieran a trabajar, y eso afectaria el tiempo que tendria para ayudar con los preparativos para la fiesta.

El corazon de Tormi da un vuelco cuando este nota como alguien o algo le agarra de la pierna..Huy!!!... exclama aterrorizado llevandose las manos a la boca para no emitir mas sonidos indiscretos. Entonces ve a su compañero buen camuflado mientras se hacia el muerto. 

Hummm!!!! hacerse el muerto es muy parecido a hacerse el dormido!!!... piensa rapidamente Tormi. Pues vamos a ellos se dice.

Imitando a su compañero Tormi se tumba en el suelo y se queda inmovil, con una lenta respiracion intentando pasar desapercibido si su amo hiciera acto de presencia.

Dos pisos más arriba, la puerta parece volverse a cerrar de nuevo. Los pasos de Rudesindus parece que permanecen en el piso así que entendeis que no está bajando por las escaleras. Un par de gruñidos y algúna exclamación en una lengua arcana os hacen ver, claramente, que el amo vuelve a estar encerrado en su laboratorio.

- Venga chicos, pongámonos en marcha, hay mucho que hacer - dice Góblop enarbolando la Campana de la Llamada, de nuevo en sus manos.