Partida Rol por web

- ¿Aquí? -preguntó el mendigo dando un paso hacia atrás con cautela.

Wash puso mala cara - hmm. Un poco más. - y le hizo gestos con el pie para que se alejase.

Nerea, que observaba la escena muy divertida, decidió seguir el juego al mono, a ver a dónde quería llegar. Situándose en la calle de enfrente, bastante más alejada de la puerta de lo que estaba el mendigo en esos momentos, se dirigó al mendigo con una voz sensual:

- Aquí, a mi lado, la foto quedaría perfecta...un toque femenino siempre mejora las fotos, no crees?- (y guiñó coquetamente el ojo al mendigo, mientras adoptaba una posturita en plan sexy para llamar su atención.

- ¡Oh, si, quedaría genial!, póngase junto a aquella chica. Hay mucha más luz.- Se volvió hacia Yimbo - Grumetillo ¿A que esperas para traer la cámara?- tapándose la boca con una mano susurró - Rápido, trae cualquier cosa. Un barril vacío, una caja de piña, lo que encuentres.-

Al hombre se le pusieron los ojos como platos al ver a la insinuante Nerea sugerirle que se acercara. El hombre, embobado caminó hacia ella asintiendo, pero en cuanto se alejó un par de metros de su posición, el mono de su hombro emitió un sonoro y cabreado chillido.

- IIIIIIIIIIIIIIAAAAAAAAAAAAAAAAAAA -gritó el mono, a lo que añadió - AAAAAAAA IIIIIIIIIIII IIIIIIII.

El mendigo dio un brinco y cabizbajo volvió a su posición y continuó tocando.

- Lo siento, no puedo abandonar mi lugar de trabajo...

Estaba Yimbo devanándose los sesos para encontrar algo de lo que le pedía el Capitán Wash, cuando vio que aquel plan no funcionaría. Aquel otro mono, el del acordeonista, mandaba demasiado.

Pero algo le había llamado la atención de la entrevista al músico: había un libro que el mono no se había leído. Quizás si se lo encontraban, el mono recuperaría su inspiración y se iría de allí, a componer a otro lado. Lo malo es que de libros, Yimbo no sabía gran cosa. De hecho sólo sabía que en la biblioteca de Phatt había muchos de ellos, pues él había robado allí su libro de recetas vudú. Pero si tenían que ir tan lejos a buscarlo...

- E'cucha tú, -se dirigió al mendigo- ¿Ha' probao a buscar ese libro que tú habla' en la biblioteca de la isla de Phatt? Allí e'tán todo' lo' libro' que se han e'crito. Seguro que allí tú lo encuentra' seguro.

A ver si al mendigo le parecía buena idea, y se largaba con viento fresco.

El mendigo se dirigió al supuesto cámara aún cabizbajo.

- Me temo que no tengo suficiente dinero como para hacer un viaje a Isla Phatt, pero sería genial que me lo pudierais conseguir. Sin lugar a dudas os debería un gran favor.

Terminó la frase con un contagioso tono de excitación.

Nerea vió que lo de la postura sexy no había convencido al segundo mono, así que se aburrió y decidió entrar de nuevo en el bar. Acercándose al mono pirata sanguinario, le comentó como de pasada:

- No es por nada, amigo, pero si lo que necesitas es dinero, tal vez deberías buscar alguna fuente de ingresos. ¿Te has planteado alguna vez ser cantante de ópera? Creo que Verdi te vendría que ni pintado!

Y dicho esto, se metió en el bar, a ver si encontraba a alguien que quisiera echar una partidita de poker! Tal y como había comentado el mendigo, hacía falta dinero para salir de la isla, y la verdad, después del naufragio, ella no tenía forma de largarse de allí.

Como era una hábil jugadora, se acercó a una de las mesas en las que había sentados varios piratas, y les propuso, con una voz muy sexy:

- Os propongo una partida de streap poker, piratas. Yo me juego el desprenderme de mis prendas y vosotros os jugais el dinero. Si ganais vosotros, tendreis el honor de verme como el mar me trajo a esta isla, y si gano, vosotros me dareis 100 doblones.

Acercándose más a ellos, les dijo, mientras sacaba una baraja de naipes: ¿Qué os parece el trato?

Los piratas del Scumm Bar se quedaron ojipláticos al escuchar la sugerencia de la pirata y antes de que esta pudiera si quiera extraer la baraja de cartas ya se había formado un corro alrededor de una mesa con un tapete en la que los tres piratas más asquerosos del bar miraban hacia Nerea con lascivia.

Greg no pudo dejar de oír el desafío de Nerea. Sí, tenía que investigar el grog pero...

Pasamos a estilo de selección de diálogos a lo Monkey Island (TM).

Cita:

Selecciona (a)

Cita:

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Cita:

Una vez más, selecciona (a). Greg miró a la cámara y dice - ¡Vamos, hombre! ¡Yo nunca diría algo así! - y se dedicó, como era su obligación, a formar corrillo.

Maldita sea. Parecía que nada iba a hacer que el mendigo se largara del lugar. Conseguir dinero para darle al mendigo parecía algo demasiado enrevesado, ¿acaso es esto una aventura gráfica de Lucasarts? Cuando la joven vestida de pirata volvió al interior del bar Wash decidió hacer el último intento. - Maldita sea. Tengo que hacerlo todo yo mismo. Es imposible conseguir una tripulación decente hoy en día. Aguarde un momento señor mendigo.-

Rodeando el bar entró en un callejón, cogió una caja vacía y le hizo un par de agujeros con el garfio. Después arrancó la bandera de una barquichuela que había amarrada y la puso en la parte trasera de la caja. Menos de un minuto después volvía junto al mendigo con la caja y empujando un barril. Colocó el barril frente al mendigo, y encima la caja. Después se echó la tela sobre la cabeza y miró a través del agujero.

- Atento, ¡pose de estrella del rock marginal yyyyy sonrisa! - levantó el pulgar en señal de aprobación - Creeeck, chaf - imitó el sonido de la cámara.

Salió de detrás de la tela - Sobretodo, ahora no se mueva. Tardará unos minutos en exponer el negativo. Si se mueve saldrá mal y habrá que repetir. -

Entonces empezó a caminar hacia el bar - Voy a cambiarle el grog al canario, vuelvo enseguida. Sobre todo no se mueva.-

Nerea, viendo el auditorio que había conseguido, se quedó sorprendida. Estaba acostumbrada a llamar la atención, como cualquier mujer pirata en un mundo dominado tradicionalmente por hombres, pero aquello era increíble!

Como era una mujer muy práctica, le pareció que, si ganaba, incluso podría retar a más piratas! Y si no, bueno...la diosa fortuna diría!

Ni corta ni perezosa, se sentó en la mesa, barajó los naipes y los repartió.

Mientras les repartía, comentó:

- Recordad, en esta ronda os jugais 20 doblones, y yo me juego el chaleco de pirata sexy TM.

Una vez cada uno había visto sus cartas, dos de los piratas pidieron un cambio. A continuación llegó el momento de la verdad:

- Yo voy- dijo Nerea.

Yimbo se despidió del músico mientras pensaba en si sus próximos pasos les deberían llevar a Phatt en busca de ese libro, aunque era una solución muy complicada para conseguir que el acordeonista se moviese, para que el cocinero saliese por fin de su cocina, para que el Capitán mono consiguiese entrar allí dentro, para que pudiese robar el grog, para que... ¿para qué?

Así que entró en el Scumm. Pensaba en que aquel bar había resultado frustante, o sea que tal vez sería mejor visitar el otro que habían abierto, cuando se encontró con que Nerea hacía el ademán de sacarse su chaleco pirata.

Ante tal panorama, y el que podía venir a continuación, se acercó a Greg, aumentando el corrillo que se había formado alrededor de la chica.

El mendigo de la puerta del bar se mostró visiblemente estresado ante las palabras de Wash y un impresionante gesto de ventriloquía musical logró mantenerse casi totalmente quieto mientras continuaba haciendo sonar el acordeón sin apenas moverse.

Por su parte, Nerea había retado a unos piratas en el bar y se jugaba su ropa contra los doblones de los jugadores. En una primera ronda, salió ganando con una sorprendente escalera y se llevó los 20 doblones que descansaban sobre la mesa.

Con visible desilusión Greg soltó un sonoro "oooh" cuando la pirata mostró sus... cartas.

Wash sólo había dado dos pasos cuando comenzó a escuchar de nuevo la irritante tonadilla. Se detuvo en seco y se encogió despacio y apretando los puños. Sus ojos supuraban ira homicida. De repente volvió a caminar hacia el bar, de forma decidida mientras murmuraba - Yo lo mato, lo paso por la quilla, le arranco la piel a tiras y lo vuelvo a pasar por la quilla y le hago fregar la cubierta con la lengua y lo paso por la quilla otra vez y ... -

Entró en el bar siguió en dirección a la cocina -... el cerebro y otra vez a la quilla y -. Entonces vio el tumulto que se había formado delante de la chica pirata. - Otra vez la moza esa. ¿Cómo es que atrae tantas atenciones? uhm. Un momeeento. -

La expresión de ira de Wash cambió a una sonrisa de maníaco. Más relajado regresó a la mesa de las mujerzuelas. -Lo siento señoritas, el cocinero está más agarrado al grog que una lapa al casco de una goleta española. Y ese maldito músico y su macaco.- levanto el puño y apretó los dientes - Ya verán cuando recupere mi tripulación. Se van a hartar de cantar. -

Se sentó en la mesa, entre las mujerzuelas, observando con atención el desarrollo de la partida de cartas.

Nerea, más feliz que un caníbal de la segunda isla con un tótem, sintió que la suerte estaba con ella, y volvióa repartir las cartas.

Una vez que todos hubieran hecho sus cambios, se quedó callada, haciendo que creciera la tensión, y dijo muy segura, con gesto neutral:

- Voy!

Nerea bajó sus cartas dejando a todos los presentes boquiabiertos ante un fulgurante póquer de calaveras. Por su parte, sus contrincantes bajaron las cartas mostrando uno de ellos una pareja de sietes, otro cinco cartas inconexas y el último cuatro cartas diferentes y la tarjeta con las instrucciones.

El gentío estalló en una expresión de decepción ante la victoria de la chica.

Nerea, sin poder evitarlo, sonrió de oreja a oreja triunfalmente cuando vió que de nuevo había ganado la mano de poker.

La suerte estaba con ella, pero eso podía cambiar fácilmente. Aún así, tenía que intentar conseguir los 100 doblones!

Repartiendo de nuevo, se dió cuenta de que el auditorio empezaba a aburrirse. Bueno-pensó-si en la siguiente mano pierdo, les daré un incentivo para que quieran seguir jugando, aunque si gano....son 60 doblones!!

Cuando todos terminaron de cambiar, puso su mejor cara de póker, y dijo con voz firme:

-Voy!

El bar estalló en un grito de júbilo cuando los tres piratas bajaron las cartas mostrando que los tres habían superado a la dama pirata. El primero había logrado un meritorio full, el segundo un extraordinario póquer y el tercero se las había arreglado para hacer triples parejas con sus cinco cartas.

Enseguida los tres piratas empezaron a golpear la mesa rítmicamente incitando a Nerea a quitarse el chaleco.