Partida Rol por web

El camarero-pirata temblaba ante cada palabra de Nerea.

- La verdad es que ya se nos ha terminado, por eso el bar está vacío -comentó -Si supiéramos dónde comprar más lo haríamos pero el cocinero del Scumm Bar no quiere decirnos dónde hacerlo, y al parecer hay un monopolio al respecto. Solo existe un proveedor en activo y no sabemos cual es. Si al menos pudiéramos entrar en esa cocina y ver el sello del barril, pero ese cocinero es un hueso duro y no nos lo permite.

- ¿No hay grog? ¡La garganta seca - y la resaca, pero eso no lo mentó - atormentan a Grogman! - Greg gesticulaba llevándose las manos a la cabeza dramáticamente. En su anhelo groguístico, empezó a darle vueltas sobre cómo colarse en la cocina...

El camarero contempló la desolación de Greg ante la ausencia de grog y su voluntad se ablandó.

- A decir verdad nos queda algo en la despensa. Lo suficiente para hacer un último brindis -dijo meditando -Ahora mismo tendría que ir al pueblo a buscar un paquete, pero no quiero dejar el bar sólo con éste tío -añadió susurrando -Si me hicierais el favor de hacer el recado por mi, a la vuelta brindaríamos una última vez con grog del Medio barco ¿Qué me decís?

El camarero observó a sus interlocutores con interés y con cierto aire de súplica.

- Un trago de grog, mi reino por un trago de grog... - paró un momento de esceníficar - ...bueno, también podría hacer un recado. - se acercó al camarada camarero e imitó su conspirador tono comedido -¿De qué paquete se trata?

El camarero sonrió ante la aceptación de Greg y procedió a explicarle el recado.

- Veréis, tenéis que ir al pueblo y encontrar a "Juan Ronaldo Raúl Hablando", más conocido como "Juanro". Tiene un paquete para el "Medio barco" que debería estar listo para entregar. Ya está pagado de modo que solo hay que recogerlo y traerlo hasta aquí. Juanro vive en el pueblo, en una de las puertas que hay frente al reloj. No os será difícil de encontrar.

El hombre se cruzó de brazos y miró de reojo a Nerea sin saber cómo se tomaría la pirata el recibir "órdenes" de un ex-subyugado.

Hace unos días, Nerea no habría creído lo que oía, ¡uno de sus marineros pidiéndoles que hicieran un recado!!! Pero dado lo que había visto últimamente desde que llegó a Melèe Island TM todo el mundo estaba amariposado y comportándose como damiselas.

- Marinero, si esperas volver a navegar en un barco pirata de verdad, tendrás que aprender a hacer tus propios recados!!- dijo autoritaria-Está claro que el aire de esta isla os está convirtiendo a todos en monos parlantes en vez de piratas!- y volviendo la cabeza hacia Wash, le dijo en un aparte: Sin ánimo de ofender,claro está!. Se volvió de nuevo hacia el marinero y lo miró con cara de pocos amigos: -Espero por tu bien que no se repita este comportamiento con tu Capitana!!!

Volviéndose hacia Greg, se puso en jarras, y le espetó: ¿Es que teneis algo que hacer más importante? Ya estais tardando en ir al pueblo a por el dichoso paquete!! Es una orden! Y pensándolo bien, tampoco hay nada que hacer aquí, así que os acompañaré. Alguno más se une a la expedición??-dijo a Yimbo y a Wash.

Es mejor supervisar a estos grumetes-pensó Nerea para sí- es la única forma de comprobar si tienen madera de pirata, no sólo en las grandes batallas se demuestran la valía y la capacidad de robar y saquear!

Wash asintió con seriedad cuando Nerea mencionó a los monos parlantes - No ofende, capitana. - respondió con una reverencia arrastrada.

A pesar de que hacia años que no recibía ordenes puso su mejor cara a las palabras de la jovenzuela. - Buena idea, señora, er señorita, capitana. Pero si me permite creo que tengo una idea para obtener la información que necesitamos de la cocina del Scumm Bar (tm). -

Se inclinó hacia su capitana para exponer lo que tenía en mente. - Verá, hasta ahora hemos probado con estrategias demasiado complicadas, pero todo marinero sabe que un ataque directo es el mejor ataque. Creo recordar que la cocina del Scumm Bar (tm) tiene una puerta trasera que da a un pequeño embarcadero. Pues bien, sugiero que usted, capitana, utilice sus evidentes encantos para distraer al cocinero mientras yo uso estas zarpas que el vudú me ha dado para trepar por el tejado y entrar en la cocina por la puerta trasera.-

- Mientras tanto el señor Bobbins y el grumete Moreno pueden encargarse del asunto del recado. No perdemos nada por intentar ambas cosas. -

A Yimbo le disgustaba la idea de separarse de su idolatrada Capitana, pero debió admitir para sus adentros que la idea del mono, aunque viniese de un mono, no estaba mal.

- Pó mí no hay ningún inconveniente en que nosotro' hagamo' lo que el señó primé oficial propone -además un paseíto por el pueblo le sentaría bien- Siempre a la' órdene' de lo que opine la señorita, naturalmente.

Tras escuchar a Wash y a Yimbo, al cual se le notaba que estaba deseando entrar en acción (suspiro de resignación: grumetillos!!) se dirigió al mono pirata:

- Primer oficial, le agradezco su mención a mis encantos, pero creo que olvida usted que para acceder al embarcadero que existe tras la cocina, hay que cruzar la cocina! No recuerda la famosa leyenda de Guybrush Threepwood TM? que cuenta como él y una gaviota pelean por un pescado en el embarcadero?? Además, sé que es cierto porque hace unos meses atracamos aquí varios días, y alguno de mis marineros intentó asaltar la cocina para conseguir pescado para su gatito, y no logró llegar allí...el cocinero le cortó una oreja y luego hizo un guiso...que por cierto, estaba bueno, aunque un poco grasiento...-dijo Nerea, quedándose pensativa mientras pronunciaba estas últimas palabras....

- No sé, me da la sensación de que el cocinero no va a moverse de su cocina mientras que no consigamos que el dichoso músico deje de tocar, cosa que ya hemos intentado sin demasiado éxito, pero si quereis, podemos intentar dividirnos, que se encarguen ellos del recado, y nosotros ver qué podemos hacer para llegar allí! ¿Qué opina nuestro modelo de grog particular?-dijo con sorna volviéndose hacia Greg.

A Greg le interesaba el grog que, decían, tenía el cocinero, así que si alguien iba a entrar en la cocina no quería perderselo.

- Para que hacer un recado para que te DEN grog si puedes entrar en una cocina en la que HAY grog? - pensaba pragmáticamente.

- Que yo sepa Grogman nunca te ha aceptado como capitana para que vayas por ahí mandoneandome... ni piensa hacerlo a no ser que le venzas en un concurso de bebedores de grog. Y sin grog no podemos hacer concursos de bebedores de grog, Grog yeah! - añadió con un aspaviento. - Y si algunos van a entrar en la cocina, yo quiero estar entre ellos. Finalizó con tozudez.

Nerea, tras escuchar pacientemente la respuesta airada de Greg, le contestó cortesmente, con una sonrisa y una fingida inocencia en la voz:

- Cierto, jamás has manifestado tu interés por pertenecer a mi tripulación. Disculpa si he dado por hecho que querías salir de esta isla de flores y grog del malo, debí damre cuenta de que eres feliz aquí. No volveré a hacerlo. - y guiñándole un ojo picaronamente, se dió la vuelta hacia donde estaban Wash Y Yimbo y comentó en voz baja, pero para que él la oyera: Además, no acepto maniquíes que se creen piratas a bordo.

- Bueno, si alguien más quiere amotinarse antes incluso de que tengamos un navío para hacerlo, que sea ahora, porque ya estamos perdiendo demasiado tiempo, y llevamos demasiado rato sin beber grog!- les dijo a los otros dos- Primer oficial (si lo seguís siendo, claro), creo que podeis intentar entrar a la cocina de nuevo, pero yo personalmente sigo sin tener clara esa opción, así que podemos dividirnos, y me llevo al grumete conmigo a ver si mientras conseguimos algo de grog! ¿qué opinais?

- Yo la sigo a donde tú me diga' -respondió obedientemente Yimbo.- O si tú me lo ordena', yo puedo í sólo a hacé el recao. -le dió la opción. El muchacho tenía ganas de salir del local y visitar el pueblo donde Guybush Threepwood comenzó sus andanzas.

- Necesitaría distraer al cocinero para mantenerlo lejos de la cocina unos minutos. Pero en fin, intentaré arreglármelas sólo. - Estaba claro que si quería recuperar su tesoro no podía esperar que aquellos aprendices hicieran ningún trabajo difícil.

Wash salió de aquel triste cascarón y se encaminó de nuevo al Scumm Bar (tm), otra vez.

Ensimismado pensando en cómo colarse en la cocina, Greg pensaba en voz alta... - He de hacer que el mendigo de la puerta deje de tocar... - monologaba - Si pudiera hacerle beber lo bastante como para producirle un estado de alegre somnolencia...- (la palabra cirrosis no existía en el diccionario de Grogman) - Pero no tengo grog para llegar a tan feliz desenlace.... ¡Un momento!

Greg se giró rápidamente hacia el camarero.

- Ese último trago... ¿de cuánto grog estaríamos hablando exactamente? - se expresaba con un brillo inusitado en los ojos.

-El suficiente como para brindar nosotros seis- respondió el camarero algo abatido -No sé si será suficiente como para tumbar a nadie, y menos ahora que el grog ha perdido gran parte de sus anteriores características.

El camarero parecía algo impaciente.

- Disculpad, pero necesito ese paquete cuanto antes. Si pudierais hacerme el recado de inmediato... por favor...

Hablaba con cierto temor a ser reprendido pero se le veía que la necesidad ponía en su boca palabras que él no deseaba decir.

Greg seguía dándole vueltas al asunto mientras bajaba hacia el bar scumm. - ¿Que tal darle el cambiazo de mono? - dijo mientras sopesaba la cuestión y comparaba mentalmente al mono del músico con el que tenían con ellos.

Dirigiéndose hacia Yimbo, Nerea dijo autoritaria:

- Grumetillo, no hay más que hablar, hagamos ese recado cuanto antes, que podamos bebernos pronto un grog!! Marinero, a dónde tenemos que dirigirnos?

- Yo te guío Capitana -le dijo Yimbo- Yo ya sé donde e' el sitio que ello dijeron, en la calle donde e'tá el reloj. -Miró al camarero buscando su asentimiento- Nosotro' bu'caremo a ese tal Juanrro.

Y dicho esto, el moreno grumete y la bella capitana emprendieron camino hacia la calle principal de Isla Melêe, en lo más profundo del mar Caribe.