Partida Rol por web

Luego de anteponer tu escudo ante el feroz lobo, te recuperas rápidamente y le asestás un mandoble de espada casi mortal al herido animal, que le impacta en pleno lomo del lado izquierdo aumentando la herida que ya tenía. los músculos del lomo del lobo se pueden ver a simple vista en el lugar donde el filoso acero corto piel y carne.

Aunque el animal está herido mortalmente todavía es peligroso ya que su furia no hace más que aumentar a pesar de que su vida se esfuma por sus heridas, en un intento desesperado el lobo vuelve a intentar clavar sus afilados dientes en la carne del paladín, pero la fuerzas del animal prácticamente lo abandonan y tropiesa debido a su casi inutil pata trasera herida con un virote clavado en ella.

De repente en plena pelea ves que a unos 2 metros a tu derecha surgen dos personas, son Lázaro y Morhur que siguieron tus pasos atraidos por los gruñidos y ladridos del lobo, al entrar en la arboleda en la que estas pelando con el lobo, ven la escena y detienen su carrera.

Ahora más tranquilo tras el pequeño descanso y una sosegada ceremonia religiosa se levanta de su reposo. Con movimientos algo torpes pues su armadura no facilita en absoluto sus movimientos se incorpora. Agita con sus manos el polvo apegado a su piernas y trasero.

- Debimos haber hecho grupo y sin embargo parece que cada uno sigue yendo por el camino individual, pues muy bien, eso haremos. Partamos pues, se hace tarde. - Dice mientras agita el brazo señalando hacia el camino y avanza sobre el en dirección, una vez más, de la mina.

"Ahora pensar en una formación es inútil, permanezcamos cerca unos de otros y nos cubriremos las espaldas."

Lázaro y Morkhur mientras siguen el rastro que creen tambien siguió el paladín, de repente escuchan un feroz ladrido acompañado de varios gruñidos, no muy lejos de donde están, corren en dirección del ladrido y de repente entran a un claro dentro del bosque, miran rápidamente la escena y no pueden creer lo que ven sus ojos, Tom Girasauce, el gnomo que había desaparecido de la taberna la noche anterior a la que partieron yace muerto en el piso a los pies de un roble, herido con 3 virotes; en muslo, abdomen y pecho respectivamente y un hombro destrozado por algún arma contudente.

Por otro lado, Ryld, está enfracado en pleno combate con el muy mal herido y enorme lobo del gnomo muerto, no saben que pasó ni porque estan peleando pero así es.

Ryld está aparentemente indemne y manejando muy bien la situación, el lobo por su parte tiene un virtote de ballesta clavado en una de sus patas traseras, y su lomo surcado por un gran corte.

En cuanto ustedes aparecen en el claro ven que el lobo salta sobre Ryld dispuesto a arrancarle un brazo si tiene la oportunidad, pero el hábil paladín con un exácto movimiento defensivo antepone su escudo entre ellos y el lobo no logra morder más que la dura superficie del escudo, al tiempo Ryld levanta su espada y descarga un certero mandoble sobre el lomo del animal que lo hace aullar de dolor abriendo aún más la herida anterior dejando expuestos algunos de los músculos del enorme lobo.

El lobo con los ojos inyectados en furia, casi sin poder moverse saca fuerza para lanzar un nuevo ataque intentando clavar sus afilados dientes en la carne del paladín, pero la fuerzas del animal prácticamente lo abandonan y tropiesa debido a su casi inutil pata trasera herida con el virote clavado en ella.

De repente en plena pelea el lobo nota la llegada de otros dos, para él enemigos, unos dos metros a su derecha, son Lázaro y Morkhur que siguiendo los pasos del paladín y atraidos por los gruñidos y ladridos del lobo, llegaron hasta la arboleda para encontrase de golpe con la terrible escena. El gran lobo al verse rodeado desespera y lanza un terrible aulido como llamando a sus ancestros, luego fija la mirada de fuego alternativamente en los nuevos enemigos y en el paladin, dispuesto a atacar a quien se mueva.

Cuando los 4 integrantes del grupo que quedaron en la casa y en el camino terminan con las tareas fúnebres y de  incineración del cadaver del granjero, deciden que lo mejor es ponerse en marcha y que los tres imprudentes que se adentraron sólos en el bosque los alcancen cuando terminen de hacer lo que sea que esten haciendo.

Justo cuando estan dando el primer paso para seguir camino, escuchan un terrible aullido mezcla de dolor e ira salvaje proveniente del bosque cercano, precisamente del bosque ubicado detrás de la casa muy cerca de ustedes, justo por la zona hacia donde fueron Ryld, Lázaro y Morkhur.

AUUUUUUU AUUU AUU UUU UU!!!!! GRRRRRR!

Chicos, intentad no matarle, esta solamente enfermo y rabioso por las heridas y por la muerte de su amo, quiero dejarle incosciente y depues curarle, siempre que sea posible....

- ¡Joder! - exclama Lázaro al ver al gnomo en el suelo - ¿Qué ha pasado con ...? - Le interrumpe el aullido del lobo. Instintivamente Lázaro echa mano a su arco y le apunta a la cabeza. 

Ryld: Chicos, intentad no matarle, esta solamente enfermo y rabioso por las heridas y por la muerte de su amo, quiero dejarle incosciente y depues curarle, siempre que sea posible....

Será capullo. - piensa Lázaro al oir al paladín. Pese a ello cambia su objetivo a las patas del animal. 

Mira a los demás un instante al escuchar el aullido, asegurándose de que no son imaginaciones suyas. Está cansado tras la improvisada despedida al granjero, pero le preocupa que pueda pasarle algo a sus compañeros. La idea de partir sin ellos ya no le había parecido adecuada, pero no podía quedarse sólo. Sin mediar palabra, echa a correr en dirección al bosque, justo por el mismo sitio por el que se habían internado sus compañeros.

"¡Por las rizadas barbas de Moradin!" - exclama Morkhur al ver la escena que tenía lugar ante él - "Esto si que es una menuda masacre" - dice casi asqueado por la ingente cantidad de sangre concentrada en el suelo y mirando el cuerpo de gnomo. De pronto, ve a Ryld que parece estar trenzado en combate con un feroz lobo. En un enloquecido acto para salvar a su compañero, Morkhur se abalanza hacia el lobo blandiendo frenético su hacha - "¡¡¡Por Moradiiiiiin, deja al larguirucho tranquilo!!! Trataré no matarlo, aunque no les prometo nada ¡¡¡ARRRRRRRRGGGG!!!"

Morkhur se lanza eufórico sobre el lobo, en un intento por ayudar a Ryld, pero este con una agilidad sorprendente, logra evadir el ataque del enano, quien sigue de largo sin siquiera saber que ocurrió - "¡Agh! - farfulló Morkhur, quien poco antes de frenarse en su carga, tropieza con una raiz de árbol, hundiéndolsele la cara en el fangoso y ensangrentado suelo del bosque. 

Lázaro tenía ya el arco preparado pero no fue inesperado para él que el enano se le adelantase con su hacha. Para evitar darle a él destensó un poco el arco y esperó. 

Increible lo rápido que es este.... - pensamiento interrumpido al verle tropezar con una raiz - ... lo torpón que parece este tío... 

- ¿Estás bien? - las palabras le salían de la boca según volvía apuntar a las piernas del lobo - No te levantes aún

No había terminado la frase cuando la flecha se clavaba en la piel del lobo. En un primer momento creyó ver que le había dado en la otra pierna pero con tanto movimiento no estaba seguro. Lo que si parecía claro era que el lobo no había sentido mucho el impacto. 

EL enano arremete contra el lobo pero tórpemente tropieza con una raiz la que lo hace fallar su ataque, segundos después Lázaro ya había tensado su arco y disparaba una flecha a las patas del lobo a petición de Ryld para intentar no matarlo.

La flecha del pícaro da en la misma pata donde ya estaba herido, el lobo da otro aullido de dolor y mira con un odio puro y salvaje al muchacho.

AAAAUUUUUUUUUUU GRRRR!!!

Rodeado, mal herido pero aún de pie y con el poder suficiente para hacerle mucho daño a aquel al que logre apresar entre sus dientes el lobo respira con dificultad esperando el próximo ataque y midiendo a sus enemigos, dispuesto a vender muy cara su vida.

Phelcyan levanta la mano como sinonimo de silencio, mas bien a su gato negro mas que los demas. Los dos parecen ponerse algo impacientes pero siguen caminando manteniendo sus sentidos en alerta.

"Esos aullidos no dejan de fastidiar la tranquilidad... Denle de comer a ese lobo o matenlo de una vez!"

Viendo la caida del Furioso Enano, casi se le escapa un suspiro.... -menos mal, ese ataque del Enano, lo hubiera partido en dos, no me gustaria matar a un Lobo del Bien, pero si no hubiera mas remedio...

Lo siento Roble, pero es por tu bien, te dejaremos incapacitado, te curaremos y te tranquilizaremos, tu amo a muerto pero tu no tienes porque, somos amigos...

Tras decir esto, segun el lobo recibe el flechazo en su pierna herida, hago un barrido con la espada atacando en el mismo punto que le daño Lazaro, para intentar que el lobo no pueda mantenerse en pie y entonces se pueda atar, curar y tranquilizar...

El aullido y su cercanía provoca que eche mano de la empuñadura de su espada pero sin desenvainarla. Tras observar su alrededor y encontrar el probable origen del aullido se da cuenta de que puede que alguien esté en peligro.

- ¡No me digas que...!¡Dioses, si solo me hubiesen hecho caso.! - Maldice una vez más, se empezaba a convertir en costumbre.

"No dejaré que cargue sobre mi conciencia, si están en peligro tendré que ayudarles."

- Disculpadme pero iré a ver como les va, no me gusta pensar que pueden estar en peligro y mientras no hago nada, aunque se lo hayan buscado ellos. - Añade mientras empieza a correr a trote hacia la zona de donde se supone que están. Avanza regulando la intensidad de la carrera para no cansarse demasiado, llegar cansado a un posible combate es una desventaja.

Ryld en un intento por no matar al lobo, ataca la misma pata herida por Lázaro y con anterioridad por alguien más, pata que al tener un virote y una flecha clavadas ya estaba muy debilitada. El barrido que efectúa Ryld con su espada es mucho más efectivo y poderoso de lo que el paladín deseaba, el frio acero impacta en la rodilla de la pata herida, seccionando tendones y ligamentos terminando por separar el miembro del cuerpo.

El lobo en un terrible aullido de dolor y agonía cae al piso sin una de sus patas traseras y perdiendo mucha sangre por las arterias seccionadas. El animal lucha unos instantes por pararse nuevamente sin ser conciente de que ahora su pata izquierda termina en un muñón ensangrentado a la altura de la rodilla, en el intento descarga su peso inconcientemente sobre el muñón y el dolor eque recorre su cuerpo como una descarga eléctrica, está vez es demasiado para el animal, que cae al suelo sobre su costado derecho, respirando ajitadamente,intenta lamerse el muñon una vez y al segundo intento su cuerpo ya no le responde, no tiene más fuerzas, perdío demasiada sangre. La última vez que sus ojos se abren miran al paladín como preguntandole porque ha pasado esto. Luego de ese triste instante los ojos del lobo se cierran y no se vuelven a  abrir. El animal yace inconsiente y moribundo en el suelo del bosque a escasos metros de su amo muerto.

En ese instante, justo para ver como Ryld asestaba el golpe mortal, llegan Palomeque y Armando al claro y son testigos de los últimos momento del grandioso animal.