Partida Rol por web

Cuando levanta la maza del suelo, algunos pedazos del seso de la comadreja se quedan pegados como una masa gelatinosa. Sonriente, le cuesta creer que su último golpe haya sido tan certero. Aunque sólo unas horas antes había matado de forma parecida a un kobold, aquel mazazo había sido mucho más potente.

-La... mate - dice todavía incrédulo. Se sentía útil, y más aún con las voces de aliento y ánimo de sus compañeros - Quedaos aquí - sus palabras van dirigidas a Xoan y Lázaro, con sendas heridas - luego me encargaré de vosotros

Sin decir más, se acerca hasta el resto de sus compañeros, preparado para atacar en cuanto le sea posible.

Satisfecho por haber alcanzado al fin a las criaturas y de forma certera eliminar a uno de ellos del primer golpe.
Una muestra de alegría convierte su cara en una siniestra expresión mirando al kobold restante. Apunta en una primera instancia al kobold con la punta de la espada.

- Reza lo que sepas pequeño, pronto acompañaras al resto de tus amigos. – Dice orgulloso, altivo ante tal situación. Aunque bien es cierto que no es un rival tan digno como le gustaría, la simple idea de resolver la refriega con diligencia alimenta su ego.
Embriagado por su propia autoestima realiza un golpe confiado sin demasiada presteza que el kobold esquiva sin tocarlo.

- Estate quieto, aplazar tu destino solo te traerá más sufrimiento. – Dice molesto, un jarro de agua fría se le ha echado encima lo que lo enfurece una vez más.

Phelcyan se acerca casi corriendo hasta cerca mas o menos del Kobold, pasando por al lado de Xoan. Sin dudar el elfo conjura un poder "ansonthun dis kobol anhoras!"  y una extraña energia parece entrar en el cuerpo del kobold 

"Atontate, criatura idiota y perece!"dice casi descontrolado de furia. Incluso estaria dispuesto a empalarlo con su lanza que aun nunca saco.

Phlecyan  avanza unos metros hacia el kobold, y luego de pronunciar unas palabras que nadie puede entender, una extraña energía surge de sus manos y viaja hacia el kobold, la energía le da de lleno en la cara y parece entrar en su mente, el kobold duda unos segundo como si alguien o algo quiciera nublar su mente, pero tras sacudir su cabeza como si volciera a la realidad luego de distraerse unos instantes mira al elfo y dice en dracónico:

Jajaja! que quieres intentar? tus tontos trucos de feria no serviran conmigo "elfo"!

La última de las ratas parece ser un hueso muy duro de roer, ya que a pesar de los esfuerzos del grupo por aniquilarla, el roedor continua esquivando golpes a diestra y siniestra.

La rata vuelve a pararse sobre sus patas traseras y chillar con fuerza mirando a Morkhur como avisándole lo que vendrá, el ágil animal corre entre las piernas del enano y vuelve a trepar por sus ropas sobre su entrepierna y con un gusto perverso por los testículos enanos los afilados dientes del roedor vuelven a clavarse en los genitales del pobre Morkhur, esta vez en el testículo que le quedaba sano.

El enano al ver hacia donde se dirige el animal entra en desesperación y comienza a hacer todo tipo de movimientos intentando evitar que la rata llegue a su objetivo, pero no lo logra y siente como su alma casi desfallese ante los dientitos del animalito que se clavan en su virilidad, con una saña ya morbosa.

Lázaro se queda blanco al entrever que la rata está mordiéndole los huevos a Morkhur. Le duele a la vez que le divierte la escena que entreve en las tinieblas.

- ¡Fuerza enano! ¡Aguanta! - el joven intenta insuflar ánimos pero no puede evitar caer en la broma - Pero no seré yo quien te cure eso, jaja. 

La herida sigue doliéndole pero por alguna razón ha dejado de notar palpitar su corazón en la pierna. Ha encontrado la postura adecuada para evitar el dolor. Sumado esto a que parece que puede ver mejor, se dispone a atacar al Kobold de nuevo mucho más confiado. Tensa su arco, aprovecha un momento que se aparta Phelcyan y la flecha sale disparada hacia la cabeza del lagarto sorprendentemente recta.

Imitando el acento de los Kobolds, crecido por el disparo pero sin saber en absoluto lo que está diciendo, se burla de él gritándole: 

- Sxor kxorm kakorm, cerdo! 

Después de la terrible dentellada, la cuál causó un insoportable dolor, el enano pone en blanco su mente, se concentra e ignora el sufrimiento producto de la herida - "Podrás colgarte de mis bolas, pero al final seré yo quien te lleve colgando de mi cinto cual si fueras mi trofeo de guerra" - dice con voz calma Morkhur, mientras escucha balbucear algo a Lázaro. La broma no le parece graciosa en absoluto, y ni siquiera se molesta en responder al joven bribón. Solo ve como su certero disparo alcanza al último humanoide en pie y este se desploma con un seco ruido al enharinado suelo - "Estoy cansado" - dice el enano, casi ignorando involuntariamente en donde se encontraban. Daba igual que fueran las Minas de Duvik o la taberna donde esta aventura había comenzado. Daba igual lo que la voz de su mente le dijera que hacer. Por primera vez era consciente de si mismo. Estaba cansado y ya no quería seguir con esto. Había perdido sus ánimos y ... ¿De qué sirve un guerrero que no quiere ir a la guerra?

Xoan apunta y dispara, rapidamente la flecha sale disparada hacia el Kobold y erra, este ya estaba cayendo por el impacto de Lazaro...

Bien echo joven Lazaro, como esta esa pierna?

Morkhur vamos arriba esos animos sal de aqui ve al comedor que yo me encargare de llevarte algo de cerveza de esta despensa, los animos se aplacaran mientras el Padre revisa tu herida, la mia puede esperar...

Xoan avanzo revisando la despensa, lo primero fue ir a observar a los Kobold para comprobar su muerte y ante sospechas rematarlos con su espada... atraveso un par de esos cuerpos fetidos y limpio su espada contra las bolsas de harina que ahora estaban sobre el medio de la lacena, comenzando a menguar el nivel de harina en aire comenzo a distinguir alimento y cerveza, cargo con lo que pudo que viera que no habia sido tocado por los Kobold y salio en busca de Morkhur...

Espera mi amigo Enano que ahi voy con algo para recuperar tu espiritu.

Lázaro da unos pasos hacia adelante, busca un ángulo de tiro sin obstrucciones, y en un momento en que Phelcyan se mueve unos centímetro, el pícaro confiando en su puntería aprobecha la brecha y dispara, la flecha pasa rosando la oreja izquierda del elfo apenas rosando su piel, sacándole una gota de su élfica sangre, para continuar su curso y penetrar por el ojo dederecho del kobold directo a su cráneo.

El verdoso humanoide cae al suelo muerto en el acto.

El paladin, busca un resquicio entre los barriles y Palomeque, y encuentra una especie de area por la que mandar la estocada, pero justo cuando pasa el brazo cerca de palomeque se mueve, golpeando la mano y desviando el ataque varios centimetros de la rata, golpeando el barril y astillandolo pero sin llegar a hacer ningun agujero...

Padre por favor despues de sus ataques, en un espacio tan reducido por favor retirese al menos un poco para permitir que el resto podamos maniobrar con ligera soltura...

Tras decir eso, el paladin da un paso de 5 pies, dejando hueco suficiente para que alguien pueda entrar al combate.

-Hay que predicar siempre con el ejemplo -

Cuando Ryld trata de ensartar a la rata, siente como sin querer golpea su mano hasta desviarla de su objetivo. Consternado por su torpeza, hace una mueca de desagrado y lanza su maza hacia abajo para terminar de una vez con el roedor.

- Perdona, Ryld, ha sido culpa mía

Ryld vuelve a intentar terinar con este ridículo combate contra una rata, pero increíblemente ahora es Palomeque el que s elo impide, cuando en el último instante en que la estocada del paladín estaba por acabar con la vida de la rata el rechoncho clérigo sin querer desvia el golpe de Ryld al moverse y tocar la mano que escrimía la espada.

Palomeque se disculpa al tiempo que blande su maza contra el pequeño roedor y esta vez al fin la rata es destruida, la enorme maza cae sobre el cuerpo de la rata aplastándola totalmente, dejando una mancha roja en el piso.

Sin enemigos a la vista el grupo se relaja.

"Ufff, que lucha mas enloquecedora!" dice el joven elfo tras ver como se llevaron a cabo las ultimas muertes de sus enemigos, desde los kobolds, hasta la mangosta y las ratas rabiosas. 

 Mira la cara de cansado y heridas que sufrieron los supuestos compañeros de aventuras. 

"Si quieren, Lazaro y yo revisamos la despensa o los cuerpos. Si puede alguien curar a Nigrum, seria muy bueno de quien lo pueda hacer. Descansaremos en este lugar o no? Solo tengo pocos hechizos y necesitaré un prolongado descanso. Enfin, vere que veo en esta sucucho de alimentos y cadaveres" dice el elfo con gestos de desesperanzado pero mas activo, ya casi haciendo cualquier cosa para no pensar en la situación de su familiar. 

 Luego de lo dicho, Phelcyan empezo a revisar el alrededor.

El enano, sin mediar palabra alguna, se pone en marcha en dirección a la sala anterior. Parece estar agotado y fastidioso. Esquiva a sus compañeros como si de postes se tratase. Si bien la trifulca había durado unos minutos, Morkhur pareció haber sentido su fragor durante una eternidad. Desde su repentino cambio de carácter no emitió sonido alguno, solo el andar de sus pies, casi arrastrados durante su trayecto a la otra habitación - "Mierda de lugar, para que te hice caso ¡PARA QUÉ!...Venir a este paraje...¿con qué objeto?...¿ehh?...Te burlas de mi...¿Querías ver cómo me arrancaban las bolas de cuajo?...Ya ves...¿Estás contento ahora?...¡No te me acerques desgraciado!...Quítate de en medio que me estorbas...Quítate...¿No me oyes?..." - Su sangre hierve a pesar de no estar enfrascado en combate - "¡¡¡QUITATEEEEEEE!!!" - El enano no sabe si la última frase la pensó o bien la gritó, pero no le importaba en lo más mínimo. Quería estar solo y tener un espacio para pensar...eso si su mente se lo permitía.

Mientras el grupo decide que hacer, el elfo comienza a revisar la habitación, luego de darle un vistazo alas paredes y los estantes no encuentra nada de gran valor.

Los estantes están llenos de comida de pobre calidad, en no muy buen estada, hay algunos utensillos de cocina muy básicos por acá y por allá.

Luego Phelcyan repara en lso 3 barriles que quedan intactos, los trs estan tapados con tapas circulares de madera.

- Claro... - dice Lázaro ante la sugerencia del elfo. 

Se pone a rebuscar entre los restos de la batalla. No quiere usar el farol por los restos de aceite que hay por todas partes así que la búsqueda es bastante complicada. 

- Madera, charcos, harina, cosas podridas... ¡Esto es un vergel!