Partida Rol por web

Callada sin emitir palabras sigue a las osas...

Chasqueando la lengua al ver que ninguna de las dos respondía a sus pullas, la cainita se deslizo perezosamente escaleras arriba, siguiendo los pasos de Natasha. Suponía que no saldrían en medio del vestíbulo principal nada más llegar a lo alto, pero por si acaso se agazapó ligeramente y puso un empeño desmedido en que sus pisadas no levantaran el más mínimo crujido.

Miro a todos los lados buscádno la más mínima salída y haz de luz nunca se sabe lo que podrá pasar camino sin emitír ni un sólo crujido.

Veis que al subir esta escalera, la sala también sirve como almacén de productos de mantenimiento del edificio. Hay varias puertas de motnacargas y el acceso a las escaleras de emergencia. Tanto los montacargas como el acceso de las escaleras están abiertos.

A L.C. le vibra el móvil en el bolsillo. Es un sms de Rodrigo

El ataque ha comenzado. ¡Subid cuando antes! Los guardias han comenzado a responder a neustro fuego!

Subo intentándo hacer el menor ruido posible acelerándo el paso.

Leyendo con rapidez el mensaje de Rodrigo, la cainita se apresuró a comunicárselo a sus compañeras- A dejarnos la piel -suspiró resignada, pero cuando Natasha ya empezaba a subir se le pasó una idea por la cabeza- ¡Espera!

¿Creéis que estos montacargas aguantarán nuestro peso? -se acercó con curiosidad hacia ellos, inspeccionando su tamaño por dentro y mirando si había alguna clase de botón para controlarlos- Si conseguimos mandarlos desde aquí hasta el último piso podríamos pasar sin tener que arriesgarnos con los guardias

Se detuvo un momento pensativa- O mejor aún, podríamos mandarles directamente las mochilas con las bombas... ¿Que os parece?

Tú haz lo que quieras yo seguiré con la misión tal y como se me ha encomendado.-

Respondo fría.

Nastassia escucha la idea de L.C. -Al final has dicho algo que valga la pena querida...me parece una idea afortunada...es más, si programamos la carga para que explote donde queremos, puedo ocultarla haciendo como si no subiera nada por el montacargas, haciendo uno de mis truquitos...

Dice con un esbozo de sonrisa...-Lo he hecho antes, con algún que otro Toreador...tranquila...

Entrais en el montacargas, y, como podeis ver, sólo tiene botones hasta la planta baja

La Brujah chasqueó la lengua con fastidio al ver que el montacargas solo llegaba a la planta baja- Si pudiese subir hasta arriba podríamos mandarles las bombas, y aunque las oyesen llegar no podrían hacer nada para pararlas... pero así sólo estaremos anunciando nuestra llegada al piso de recepción

Sus ojos se entornaron repentinamente en una mueca malévola- A no ser... -lo dejó unos instantes en el aire- Se que es un truco muy viejo, pero podríamos mandar el montacargas vacío

Al escucharlo en funcionamento alguno ira a ver que pasa -explicó rápidamente- La ventaja será muy pequeña, pero quizás logremos cogerles desprevenidos subiendo por las escaleras -y sin pararse a esperar si su compañeras estaban de acuerdo, sacó a Nastassia del elevador y le dio al botón de subida

¡Nosferatu la última! -sóltó con una estúpida sonrisa, y se lanzó escaleras arriba mientras desenfundaba sus machetes

Siempre igual de estupida.....

Natasha busca el mango de la escalera para subírse a él e ir trepándo.

Nastassia saca sus cuchillas y con el movimiento sublime de una gacela se dirige rauda hacia arriba, tratando de hacer poco ruido...

Subis rápidamente las escaleras hasta que llegais a las de la planta baja (el número de planta está pintado en grande en las paredes. La puerta de entrada al edificio está abierta. Por la rendija podeis ver la recepción. Hay mucho jaleo y están saliendo un montón de persona del edificio con rifles de asalto. Se escuchan disparos y explosiones. Nadie repara en esa piuertecita semiabierta en el lado menos iluminado de la planta. Las escaleras siguen hacia arriba

Los guardias han pasado y ya sólo queda el ruido de disparos y explosiones del exterior. Los guardas humanos se esconden en sus cabinas y cierran con llave

Me tiro al suelo sin hacer ruido me arrastro mirándo a cada lado

Una silenciosa maldición escapó por entre los labios de la cainita al darse cuenta de que entre el rugir de las explosiones, nadie oiría llegar el montacargas Lástima, era una idea excelente se alabó a si misma, regodeándose unos instantes en su propia genialidad. Después, echó a correr.

Pasó velozmente por encima de Natasha y se dirigió como una centella a las escaleras ascendentes, balanceando sus machetes a cada zancada que daba Por favor que no me disparen, por favor que no me disparen... se sorprendió a si misma suplicando, al tiempo que pugnaba por salir lo antes posible de la línea de tiro de cualquiera que estuviera mirando al vestíbulo: por muy vástago que uno fuese, las balas dolían igual.

L.C. corre hacia las escaleras. Las sube a toda prisa y te encuentras frente a frente con un hombre con traje negro y un fusil de asalto en las manos.

Por segunda vez en apenas un minuto, Elyse maldijo entre dientes al tiempo que intentaba frenar con escaso éxito su impulsiva carrera. El estruendo ambiental pareció apagarse cuando el marchito cerebro de la Brujah empezó a trabajar con frenética rapidez, buscando la manera de derribar al guardia sin resultar agujereada en el proceso.

Descartando enseguida la posibilidad de arrojarle uno de los machetes, L.C. se lanzó en plancha con la esperanza de rodar los últimos metros hasta el guardia antes de que este apretase el gatillo, y cortarle así en finas rebanadas.