Partida Rol por web

Escena personal de Carlos

Siento cómo mi chiquillo llama a mi alma... Siempre eres bienvenido, Carlos. ¿Qué es lo que aflige tu espíritu que requiera mi atención tan inmediata?

Te saludo, mi señor. Ya estoy en Madrid como me pediste, para ayudar a acabar con el dominio del Sabbat. ¿Dónde estás? Creo que lo mejor sería que te reunieras con el grupo de resistencia que estamos formando.

De momento, mis negocios me mantienen en Roma, pero podré estar en Madrid dentro de dos noches en caso de que fuera necesario. Antes de mi llegada, deberás procurarme un entorno apropiado, para que pueda ser de más ayuda. ¡Qué es lo que necesitas exactamente de mi en Madrid?

Actualmente estamos planeando un encuentro con los nosferatu de Cibeles. Desde que comencé a contactar contigo sólo había buscado unos planos que no sé aún de que ayuda nos servirán... dice dubitativo. ¿Para qué has ido a Roma? Hace unas semanas estabas aquí y me pediste que viniera desde Nueva York... para ayudarte a acabar con la soberanía del Sabbat. ¿Qué ha sido de tu antiguo escondite?

Con respecto a lo que necesito de ti... en realidad cualquier cosa que puedas decirme sería de gran ayuda. ¿Tienes algún contacto que nos pueda ser útil? ¿Alguien de confianza?

Fui llamado por el Príncipe romano para tratar unos asuntos importantes de cara a la diplomacia entre Italia y España. Sin embargo, cuando iba a volver me enteré de lo que había pasado en Madrid y tuve que refugiarme en Roma, ya que mi presencia en la ciudad sería notoria y correría peligro ya que soy un reconocido acérrimo de la Camarilla.

Tienes a tu disposición mi ático en Gran Vía, 3. Allí encontrarás todo lo que puedas necesitar. Sólo te pido que repongas lo usado cuando puedas.

¿Alguna pregunta más Carlos?

Gracias por prestarme ese piso franco. Sólo una última pregunta, ¿tienes un recipiente de confianza al que pueda tener acceso?

Al lado el teléfono fijo hay una agenda con jóvenes prostitutas que puedes llamar, diciendo que eres discípulo mío te cobrarán la mitad por beber de su sangre.

A Carlos no le hacía gracia la idea de las prostitutas pero si tenía la confianza de que podría alimentarse de ellas, no podía rechazar la oferta.

Gracias, señor. ¿En el piso hay conexión a internet?

Le robo la WIfi a un vecino...¡Pues claro que tengo Internet! y además la fibra óptica, que yo no escatimo en nada. Eso sí, recuerda que para entrar tienes que subir hasta la azotea y llegar hasta mi balcón, que lo reconocerás porque tiene un Gnomo de jardín fuera.

¿Alguna duda, hijo mío?

Nada más señor, gracias.