Partida Rol por web

Amanece. La oscuridad poco a poco huye temerosa mientras el viento del Este, frío y aún perezoso, empuja las nubes oscuras que se rasgan al correr hacia el Norte. En la meseta no hay más ruido que el rumor vago que produce la brisa al filtrarse entre los escarpados desfiladeros. La mañana ha amanecido brumosa, pero el sol rompe la cortina gris y se filtra hacia las Montañas de Hierro para iluminar con su luz a quienes, aún entumecidos por el frío de la mañana, sois allí reunidos por los caprichos del destino.

Y así, tras unos breves intercambios de palabra, pues ninguno parece tener intención de hablar demasiado acerca de lo sucedido la noche anterior, y con el carro ya cargado, iniciáis marcha en esta fría mañana que invita más al disfrute de un buen vino al calor del hogar, que a las penurias que habrá de imponer el viaje que debe continuar.

Mientras marchaís sobre la húmeda nieve, os deleitáis con la impresionante vista que se muestra bajo vosotros. Pronto llegará el Invierno, y abajo en el valle los prados morirán bajo las nieves, la yerba crecida fresca y vigorosa otrora, apenas resistirá las bajas temperaturas. Los castañedos, robledales y pomares que en hondonadas y laderas se extienden sembrados por el ancho valle resisten en espera del invierno, destacando sobre prados y maizales con tonos oscuros; la paja del trigo, escaso, amarillea. Las casas de labranza a lo lejos, y algunas quintas de recreo, blancas todas, esparcidas por el valle reflejan la luz matutina como espejos. Ese verde esplendoroso con tornasoles dorados y de plata, se apaga, poco a poco, mientras el Otoño toca a su fin.

Y en esas estáis. Ascendiendo las peligrosas Montañas de Hierro. Evadidos cada uno con sus pensamientos. Sumidos en vuestros anhelos. Evadiendo vuestros temores. Hasta que algo; un sonido repentino y aterrador, os hace volver instantáneamente a la realidad del momento.

El cuerno de guerra clama al viento
Ecupe una nota clara y fria
Ese cuerno posee una pureza heladora y penetrante

Y suena una segunda vez
Y luego otra
Y la segunda hace que os detengáis
Incluso el más valiente de vosotros

¿Quién sopla ese instrumento con tan inusitada fuerza?
¿Quién reclama sangre y muerte con su sonido?

¿Bárbaros? ¿bandidos? ¿o algo peor?

No importa. No tardarán en caer sobre vosotros

Os han estado acechando
Han seguido vuestro rastro durante varios días

Al principio me quedo paralizada, luego exclamo: - ¡El cofre!

Y corro a coger el cofre por si hemos de salir corriendo y abandonar el carro. Lo coloco en mi petate. Preparo mi arco, tenso la cuerda y, salvo que alguien de órdenes de hacer otra cosa, aguardo apuntando a la dirección desde la que se aproximan.

Tras los acontecimientos nocturnos consigo dormir, el frío sigue actuando sin compasión sobre nuestra piel y en mi despertar me siento intranquila, quizás por la bruma que rodea mi cuerpo y sin duda por los sucesos que afectaron a Quyen, estoy preocupada por ella, me gusta la muchacha, siento ganas de protegerla. 

Iniciamos la marcha, eso me anima, recorrer los desfiladeros hará que mi atención se centre en cualquier otra cosa que no sean maldiciones o castigos de los dioses. Pensar en un buen vino y en una hoguera me provoca deseo de terminar con aquel encargo, para eso debía ponerme en activo y no lamentarme, conforme más fuerte eres mentalmente, mejor es tu resistencia física. Yo lo sé, los guerreros lo saben.

Escucho un sonido repentino y siento como el miedo me embarga, un cuerno de guerra resopla y transmite un mensaje a través del viento, llega a mis oídos y me hace pensar muchas cosas en poco tiempo.

- Maldita sea nuestra suerte, rezad porque un cuerno que tantas veces brama es que llama a muchos enemigos... - estaba segura de ello -...Sacad vuestras armas, hoy derramaremos sangre y lucharemos por nuestra vida... -preparo mi lanza y miro a mi alrededor intentando averiguar desde dónde nos embestirían los enemigos -... Kurdran..., esta es tu oportunidad de lucirte..., me apuesto lo que quieras a que mato más enemigos que tú... - vuelvo a retarle, me divierte que me responda y se pique conmigo, si yo le ganaba se lo restregaría durante todo el viaje. Si ganaba él buscaría una manera de minimizar su valía, y si ambos moríamos, entonces no habría nada que discutir, al menos creaba un aliciente para que en la batalla ambos nos viniéramos arriba.

Ha amanecido y parece estar todo en orden de nuevo, el descanso allí donde propuse por primera vez, incrementa mi seguridad sobre el terreno. Continuamos la marcha, las vistas son casi mágicas, dan ganas de flotar por aquellos paisajes, hace ya algún tiempo que no revivo algo así, pero pronto esa sensación desaparece de aquel lugar, un sonido tan profundo se alza, una vez, otra más!...No hay duda que es algún tipo de cuerno que antes nunca escuché. A la segunda los pelos de mi cuerpo se erizan reconociendo que aquello, no puede ser más que la llamada de una batalla. Por una parte me alegro, me excitó, anhelo una batalla, desempolvar mi hacha, pero por otro lado, se que un grupo de cuatro personas, no es suficiente para combatir un ejército si es eso lo que nos abordarían...    Maldición!! Estamos en peligro!! 

Es una trampa!! Athena que tu arrogancia no nos vaya a matar.... No sabes que peligro nos aguarda, ni quienes ni que son!! Por las barbas de mis antepasados... La batalla y la sangre es parte de mi legado, de mi vida, pero sólo los necios mueren víctimas de sí mismos... No puedo evitar mi reacción tajante, la experiencia habla por mí y ya he perdido a muchos de mis hermanos, no quiero que mi consciencia recaiga en la muerte de aquellas mujeres.... Me preparo, cojo mi hacha a dos manos y la templanza prepara a mi cuerpo y mente... No sé si será buena idea quedarnos a luchar por un puñado de monedas y menos por un cofre maldito que sólo nos dará problemas.... 

El truco es burdo pero eficaz.
Lo que parece un montón de piedras y fango a la vera del camino en realidad es un hombre cubierto con una piel hábilmente modificada.
La punta de la lanza atraviesa el camuflaje y encuentro carne y sangre con facilidad.
 La piel se levanta para revelar a un montañés cubierto de pinturas de guerra que chilla como un cerdo. Lleva docenas de adornos de hueso y un machete del mismo material
Lo ensarto varias veces hasta que sus gritos se apagan. Escupo sobre el cadáver.
-Merodeador. 
Entonces reparo en un movimiento sobre un peñasco que domina el sendero. Una capa de camuflaje cae a un lado:

-¡Arquero!

El torso de uno de los arqueros asoma sobre el peñazco. No tarda en aparecer otro. Y después las rocas escupen súbitamente otras tres figuras que se sueltan el cabello y en sus manos aparecen enormes hachas y martillos. El metal que portan se mueve ante vuestros ojos en un baile que invita a la muerte y al dolor.

Se mueven y aullan calentándose, entrando paulatinamente en el frenesí de la batalla, ese estado de éxtasis ciego que permite a un hombre intentar lo imposible. Los arqueros tensan la cuerda de sus arcos mientras las tres figuras se lanzan contra vosotros con sus cuerpos cubiertos de intrincados tatuajes azules.

Athena, ¿reconoces esos tatuajes? ¿qué tribu es esta?

Hacen girar las armas sobre sus cabezas al sol de la mañana. Esos hombres no necesitan escudo, ropa ni armadura. Los dioses los protegen y su recompensa es la gloria de vuestra muerte. Adornanán sus cuerpos con colgantes hechos con los huesos arrancados de vuestros cuerpos sin vida.

Son cinco. Jamn tiene razón. Es una partida de exploradores

¿Que hacéis?

Tenso el arco pero mi pulso es una ruina tras las visiones de la noche anterior y temo impactar a uno de mis compañeros. Así que me cuelgo el arco a la espalda y saco el cuchillo dispuesta a flanquear y apuñalar a uno de los bárbaros cuando entre en combate con mis compañeros. Son tres contra tres y cargan de frente. Yo me acercaré por el flanco y les apuñalaré en los riñones.

Quyen

Has perdido un tiempo valioso y una de esas flechas va directa hacia ti

Quiero ver si eres capaz de evitarla. Quiero ver como te tiras al suelo y te revuelcas en la nieve

Tira por Audacia

- Sí claro, justifica tu muerte en mi arrogancia. Si tienes miedo no te enfrentes, ya lo hacemos las demás por ti... - le respondo a Kurdran, quería sacar de su interior algo de valentía. No me cabía la menor duda de que los hombres solo valían para dos cosas, beber y fornicar, y si no fuera por lo segundo no merecería la pena el contemplarlos siquiera -... Te digo lo que nos aguarda, varón... - no pude evitarlo aquel matiz de género sonó como un insulto -...Humanos o criaturas, todas de carne, todas con posibilidad de morir, los dioses no usan cuernos o artefactos simples, usan las fuerzas de la naturaleza... Así que trágate la cobardía y prepárate

Menos mal que Jamn estaba con ellos, con la rapidez de un felino ensarta a un tipo que chilla como si de un cerdo se tratase. Bien por ella, era útil.

Miro sus tatuajes y reconozco quiénes son -... Son de la tribu Ourea, los dioses de las montañas los protegen, son como demonios que adornan sus cuerpos con los huesos de los enemigos. No negocian con nada ni con nadie, solo buscan saciar la sed de sangre de su dios, y darían su vida por ello... Malnacidos.... - escupo en el suelo

Ataco con mi lanza a uno de los guerreros, son los más peligrosos y soy buena en combate, cuanto antes haga el daño, antes podremos huir antes de que el resto de la tribu acuda a la llamada que hace unos segundos han realizado

Quyen

Has conseguido esquivar esa flecha, pero aún sigues con el arco en tus manos

Athena

Lanza los dados
Veamos si ese Dios al que rezas en tu templo de Avesta es más poderoso que el Dios Sangriento de los Ourea

Hago girar la lanza sobre mi cabeza y cargo mostrando los dientes a la vez que lanzo un grito de guerra. La mujer rubia habla demasiado. 

Tras tres pasos apoyo la lanza en el suelo. Mis pies se levantan mientras cojo impulso para saltar sobre los guerreros pintados. Si queremos salir de esta, no podemos permitir que los arqueros disparen a placer. 

Yagú Ma, apuesto a que no conocen esta táctica. 

Uso intrépido en vez de poderoso

Athena

Son tus Dioses los que sonríen cuando la punta de la lanza atraviesa el pecho del bárbaro
Este lanza un chillido ahogado y acaba hincando la rodilla en el suelo
Apenas te ha rozado con su hacha. Y ahora de su boca brotan cuajarones de sangre.
Está acabado

Jamn

Eso suena realmente arriesgado. La Amazona ha acabado con uno los bárbaros,
pero aun quedan otros dos, y corren diréctamente hacia ti

Si fallas es posible que esos cabrones te hagan daño
Es posible que no llegues a tu objetivo y sean los arqueros los que te cosan a flechazos

Pero te conozco, se que vas a hacerlo de todas maneras 
Y yo quiero ver como lo haces

¡Lanza los dados!

Kurdran

Vamos Herrero

¿Vas a quedarte ahí parado todo el día?

Paso limpiamente por encima de los dos bárbaros malolientes. Aterrizo tras ellos lanza en mano y me lanzo a la carrera en zig-zag hacia la posición de los arqueros. Grito de nuevo para inspirar temor en sus corazones.

Una flecha se clava en el suelo junto a mi tobillo. Echo en falta la floresta de la jungla y sus cálidas coberturas.

Bien, tengo su atención: mis compañeros deberían poder ocuparse de los otros sin que les disparen.

Bárbaros...!! Contemplo el panorama y me excito cual felino detecta a su presa, los ojos se me abren como platos y sonrío por un momento.... Lo estaba deseando siii!

-Athena... Hablas mucho mujer! Veremos quién mancha más su arma con sangre.... Cojo con fuerzas mi hacha y me lanzo a por esos bárbaros con un grito de guerra... -Aaarrgggg!!! Probad mi irá....