Partida Rol por web

Kurdran

Vas a tener que volver a trepar Herrero

Mala fortuna la tuya...

Me duele la cabeza. La herida del hombro está inflamada y se ha resentido de la escalada. Sudo copiosamente. 

Es el veneno de las salvajes. Pensaba que me libraría.

Una tumba. No me gustan los agujeros para los muertos. Mi pueblo quema los cuerpos o los arroja al mar. Tratar de ocultarlos es insultar a los jiyuba.

Demasiado estrecho para manejar la lanza sin sacarle un ojo a mis compañeros. Me la cuelgo al hombro y saco la daga.

-Jamn... no antorchas. Perdido en río. 

Me noto la boca pastosa.

Maldición me estoy desquiciando la verdad.... Parece ser un día de esos que solo tengo ganar de encerrarme en mi taller, cerrar con llave y tirarla al fuego.... Pero intento otra vez la escalada para volver con mis compañeras de viaje, el hecho de caer y volver a subir hace que me maree, la trampa de las leyes naturales, vaya.... Una vez arriba, resoplo, cojo aire y vuelvo a exhalar aire..... puuuffff- Sinceramente no tengo ganas de cruzar ese cementerio tan tenebroso pero... aquí estamos y no voy hacer menos.  

- ¿Te encuentras bien?.... - pongo mi mano en su frente y retiro los cabellos que cubren su rostro, me percaté de lo que le había costado trepar hasta la gruta donde nos encontrábamos, parecía que ninguno estaba en plenas facultades -... ¿Alguno tiene una antorcha?... No deberíamos avanzar por aquí sin una..., este sitio está oscuro, huele a muertos... Debemos asegurarnos de donde pisamos.... - Vuelvo mi atención hacia el herrero -... ¿Qué te haría sentir mejor? ¿Un poco de agua?...¿Parar un momento?... - le ayudo a sentarse, permanezco atenta a él.

- No hay antorchas, que previsores somos... - dije con un toque de sarcasmo en la voz -... Voy a bajar para coger dos o tres ramas secas para poder usarlas ahí dentro, no quiero que me coma la tierra y quedarme a oscuras... - mantengo con desagrado, el olor del sitio no me gusta y la frialdad tiene algo espeluznante.

Dispuse la cuerda bien atada a una roca -... Vigilad que la roca no se desplace, si os sentáis encima mejor... - bajé y me dirigí donde veía ramas secas y hojarasca, cogí tres ramas de tamaño más o menos adecuado, para subirlas las puse en la mochila, bien sujetas y volví junto a mis compañeros -...¿Quién de vosotros sabe fabricar bien las antorchas?.... - les mostré las ramas y esperé que alguno tomara la iniciativa -... Falta tela..., ¿qué podemos usar?... - La valkiria ya iba ligera de ropa y su manta estaba hundida en un lago -... Kurdran querido..., podríamos utilizar la pernera de tus pantalones....¿te parece bien?....

Me dispuse a recuperar mi cuerda y guardarla mientras.

Gracias mi querida Athena, empiezo a estar mejor...- Me siento un momento a coger aire en lo que Athena baja y vuelve a subir con las ramas. Si, no me importa, podemos coger un pedazo de tela, no estaré mal con una medida mas corta de pantalón....- En ese momento sonrío a Athena con insinuaciones, el frío tampoco era un problema para mí. Yo tenia el pedernal con lo que las encendería una vez hechas. No sé quien las quiere fabricar, yo ahora mismo no estoy en mi mejor momento, no quiero estropearlo con tal mala suerte que tengo hoy.... Decidan ustedes.-

El pasillo que es la entrada de la caverna no tarda en convertirse en una agobiante rendija. Un lugar por la que apenas cabe un hombre. Os adentráis poniendo cuidado a cada paso. Vuestra respiración retumba en las paredes y el calor de la antorcha hace que el sudor empiece a brotar de vuestra frente. Tal es la estrechez del lugar que es imposible avanzar más rápido. Lentamente. Uno por uno. No tardais en llegar a una conclusión preocupante. Huir de allí una vez dentro será dificil.

Unos diez metros más adelante, la gruta se abre hasta formar una oquedad y se ensancha al fin. Vuestra respiración parece recuperarse. La luz carraspeante de la antorcha pelea bravamente contra la tibia oscuridad acumulada por el tiempo. Permanecéis inmóviles.  Exigiendo a vuestros ojos un esfuerzo. Un esfuerzo por disolver al fin esa opacidad. Un esfuerzo por acostumbrarse a la falta de luz y discernir algun detalle que pueda resultar revelador. Al fin lo consiguen. Si. Es una sala. Una caverna más ancha que forma una sala rectangular como un cubo. Parece natural. Extrañamnete natural dada su forma geometrica. Al fondo, enfrente de donde estáis hay una especie de mesa. Una mesa petrea formada de un solo bloque. Sobre ella hay varios bultos. Son fardos. Paquetes de tamaño medio. Liados con trapos y atados con cuerdas.

Me pregunto qué serán aquellos fardos sobre lo que me parece un altar. ¿Acaso son tributos?¿Acaso hay que dejar un tributo a la gruta igual que lo dejamos a la jungla?

Mi principal preocupación sin embargo es ver por donde continúa la galería y cómo salir al aire libre cuanto antes.

- ¿Veis por donde continúa el camino? Yo no veo nada.

Me suda la cara y me cuesta enfocar la mirada porque me escuecen los ojos por el humo. Cuando trago una bocanada de humo accidentalmente, tengo que pararme a toser.

Quyen

Has hecho el ritual
Has pronunciado las plegarias que abren el paso al camino que une el mundo de los espíritus con el nuestro

Has calmado a los espíritus de la cueva y ellos ahora quieren hablar contigo, bruja

¡Pero cuidado!
No te confíes pues los espectros del otro mundo a veces son caprichosos

Tira+Arcano

10+ Haz dos preguntas. Obtendras dos respuestas.

7-9: Haz una pregunta y obtendras la respuesta. Ademas los espiritus pueden querer decirte algo más...

Fallo: ?

He hecho el ritual y he mostrado nuestro respeto a los espíritus. He anunciado que nuestra intención es cruzar la caverna veloces y sin perturbarlos.

La pregunta ya la hecho dirigiéndola a mis compañeros. "¿... por donde continúa el camino?" De haber sabido que los muertos estaban escuchando mi pregunta y la iban a contestar, hubiese sido más específica. Pero ¿quién interpela a los muertos esperando una respuesta? Solo una loca... o una bruja.

Siempre respeté a los muertos, pero ya está, ver a Quyen hablarle al aire y las rocas hace que se me crucen las cejas, y encima tenemos que atravesar una especie de tumba aquí... Vaya sitio más extraño la verdad voy a seguir a ésta mujer que habla con espíritus...  Antorchas hechas y en mano directos para dentro, puedo sentir el espesor del ambiente en mi cara, paso a paso hasta llegar...  a un cuarto? pero qué... Hablo mas conmigo mismo porque no se me ocurría abrir la boca, no vaya ser que con mi voz y la suerte que tengo hoy me salgan criaturas extrañas. No..- Respondo a Quyen en voz baja casi a su oreja y mientras la sigo, no me separo mucho, la veo que se está lanzando a lo que parece una estructura rara... mmm y esos paquetes? Qué serán??.... 

La respuesta de los espíritus llega como una bocanada de aire frío que hace temblar la llama de la antorcha. En ese momento la luz parece revelar algo. Es una entrada. Una entrada a otro pasillo estrecho que se adentra aún más en las entrañas de la montaña eterna. Hubierais jurado que antes no habia nada allí. Que la sala no era sino un habitaculo cerrado y hermetico excavado en la roca. ¿Acaso os engañan vuestros ojos? ¿Es la oscuridad la que vierte sus mantos de mentiras? ¿O acaso es un poder incalculable el que altera vuestra visión?.

Dime bruja. ¿Quieres tentar a la suerte?

¿Harás otra pregunta a los espíritus?

Ellos están dispuestos a responderte.

El soplo de aire frío me hace estremecer. Luego veo la salida y me relajo. Estaba bastante tensa al creernos en un callejón sin salida. Pero hay salida y me siento aliviada. Tanto como para dejar que aflore mi curiosidad.

Avanzo hasta el centro de la estancia e ilumino las paredes y el techo mientras giro sobre mí misma y las estudio con la mirada. Termino encarada a la mesa sobre la que descansan los fardos. Avanzo hacia ella sin llegar a tocarla, no quiero tocar algo que pueda pertenecer a los muertos, no es mi intención provocar su enfado. Pero sí los ilumino a medio metro de distancia. Si bien la estancia pudiera ser natural, con total certeza la mesa no lo es. La examino con la mirada.

No puedo evitar recordar las leyendas que me contaba la yaya sobre las Montañas de Hierro. Los ancestrales Tiranos Blancos, los hombrecillos que vivían en el interior de las montañas, el culto a la muerte, el frío y la oscuridad primordial quizá relacionado con los Plukanka de Jamn, los demonios de la nieve, los trols de roca, o la pintoresca leyenda del Rey Feodor el loco que quiso construir la más alta torre sobre el pico más alto para hablar con los dioses. Historias para niños remotamente inspiradas en hechos reales, cuyo recuerdo hace volar mi imaginación.

-¿Qué es este lugar?- Digo absorta, más para mí misma que para los demás- ¿Quienes lo construyeron? y ¿Cuándo? - No me imagino a las amazonas esculpiendo la roca. -¿Se sigue usando?- ciertamente no he visto telarañas, como si se limpiase con frecuencia. Ilumino el suelo buscando huellas recientes diferentes a las nuestras.

Los ojos de la bruja entornados y su mundo se vuelve penumbra. Mascullas las oraciones que tienen la llave para entrar en el otro lado. Sigues estando en la sala pero algo ha cambiado. Todo está difuminado. Todo está borroso. Kurdran está a tu lado pero solo es una masa de color purpura. Sus ojos resplandecen. Estas en el mundo de los espiritus. Los espiritus son caprichosos y cambiantes. No lo olvides.

Tiran de ti unas cuerdas invisibles. Tiran con fuerza. Son espiritus que te reclaman. Son violentos. Están enfadados. Casi no entiendes lo que dicen. Cada vez hay mas. Y más. Muchos murieron aqui. Todos ellos de forma violenta. Muy violenta. ¿Donde estas? ¿Donde te has metido? Hablan de venganza. Hablan de muerte. Solo la sangre de los vivos calmará su desesperación.

¿Qué es este lugar?

Una tumba. Pero no temas. Es parte de nosotros. Tu serás parte también. Seguro.
Huye ahora que estás a tiempo. Huye o te verás como nosotros.

¿Quienes lo construyeron?

El que nos ha dado muerte. El que te dará muerte a ti. Es nuestro Señor y será Tu Señor.
Es el señor de las Marionetas.

¿Tienes más preguntas, Bruja?

Si quieres las respuestas tendrás que volver a lanzar los dados de tu propio destino.

Me siento separada de mi cuerpo. No siento miedo y no siento mi corazón latiendo porque han quedado atrás, como una vaina vacía. En este mundo de espíritus siento su desolación, su tristeza y su ansia de venganza.

Podrían arrastrarme a las tinieblas en las que viven su sueño eterno y sin embargo me muestran la salida y me previenen. La yaya me enseñó a ser respuetuosa con los espíritus de los muertos. Incluso aquellos que han muerto de una manera tan trágica que enloquecieron y hacen el mal a los vivos.

- Decidme, ¿Qué es el señor de las Marionetas y cómo puedo derrotarlo? Decidme sobre todo ¿Cómo podéis ser liberados?

No pienso quedarme más tiempo, los espíritus se inquietan y percibo en ellos mucho odio que pronto se volverá con nosotros. Pero si puedo romper la cadena que les retiene y que partan a reunirse con sus dioses, quiero intentarlo.

Una vez me contestan, hago un esfuerzo por volver a mi cuerpo que estoy sintiendo cada vez más ajeno. Vuelvo con mis compañeros al mundo de los vivos y me siento inmensamente feliz al sentir el aire entrar y salir en mis pulmones, al sentir el pulso en mis venas, al sentir el calor de mi cuerpo.

La experiencia ha sido profundamente perturbadora. La yaya hablaba de personas con una sensibilidad especial, capaces de percibir a través del velo que nos separa del mundo de los espíritus, capaces de escuchar las peticiones de los muertos. Nunca lo hubiese creído pero sé lo que ha pasado en esta sala. Cuando haya pasado este peligro, reflexionaré sobre las implicaciones de lo que he experimentado.

...uk uk uk uk... Ukhu ...khu khu hu...

Las voces cacofónicas martilléan una y otra vez el cerebro de la bruja.

...ma ma mata matalo talo alo lo lo...

...no no no noha no hay sal sal salv salvación...

Vuelves a la realidad.

Ya no hay más respuestas para ti, bruja.

Matarlo, pero ¿Cómo? No han sido muy útiles. Tampoco esperaba que lo fueran confundidos como están en su martirio. Lo siento por ellos, pero desde luego no quiero acabar igual.

- Creo que no estamos solos. Algo mató a toda esta gente y sigue por aquí. Quizá debiéramos largarnos cuanto antes.

Hago un símbolo de protección sobre mi cara. No me gustan los fantasmas ni los aparecidos. 

Señalo la salida de la cámara con la antorcha. 

-Seguir adelante. Nosotros no gusanos. No gustar bajo tierra. 

Me adelanto al grupo con la luz en una mano, la daga en la otra y los dientes apretados.