Partida Rol por web

Escucho las palabras de Quyen y le miro con curiosidad -...¿Hay alguna criatura en esta cueva? ¿Has escuchado algo? ¿Cómo sabes que está aquí?... - miro los fardos, son muchos, no hay que subestimar al enemigo -... Quizás marcharnos no sea mala idea, podemos encontrar otro camino para entregar el cofre, al fin y al cabo aunque tardemos más, podríamos llegar a un sitio más seguro.

Jamn señala la salida, ya estábamos tres de acuerdo, Kurdran no pondría problemas.

- Te ayudo a bajar si quieres, herrero..., no me gusta verte en tan mal estado... - le tiende la mano, estaba suavizando muchísimo su carácter, desde que lo hacía la diosa estaba contenta, hasta la sacó del lago usando los sueños de Quyen.

-¡No retroceder! ¡Avanzar!

-Quyen piensa que no es buena cosa seguir adelante... - miro a mi compañera para confirmarlo, yo apoyaré a mi amiga en cualquier caso -... Te sigo Quyen... - no me gustaba la cueva, el hedor y los muertos invitaban a la selva, irónico que fuera ella quien lo deseara

- Sigamos hacia delante, puede que sea la única salida del valle. Pero avancemos sin detenernos, salgamos antes de que aquello que mató a estos hombres sea consciente de nuestra presencia.

Avanzo detrás de Jamn y apremio al resto a seguirnos.

Estoy atónito con todo el panorama, ver como se le ponen los ojos en blanco a Quyen me pone de los nervios...Quyen..- Encima Jamn, se pinta la cara y no se para qué... Van a seguir sorprendiéndome éstas mujeres?..Hago un giro de cabeza de un lado a otro sorprendido, es toda una escena de teatro que no comprendo pero tendrán sus razones culturales que yo no entiendo ya que lo mío es lo raudo de la vida. Venga si, avancemos... Athena cariño vamos a por una nueva aventura jaja, por tu Diosa que te lo compensaré... Le sonrío brevemente después de soltar la carcajada esporádica en ese ambiente gélido ya que no me había apuntado a ésta expedición sólo por dinero... Estoy de acuerdo contigo Quyen vamos!! 

Y tales son las ansias de escapar de aquí que ignoráis las advertencias y las señales de peligro. Athena, avanza la primera seguida de cerca por la impaciente amazona que sujeta la antorcha. No quedan dudas al poco de iniciar la marcha de que el olor nauseabundo procede de algun punto más adelante. De algún lugar en lo profundo de aquella caverna del infierno. El olor a humedad rancia va dejándose vencer por la peste a carne podrida y a sangre seca. La gruta convertida ahora en pasillo se torna a cada paso más y más angosta y estrecha. Tanto que en ocasiones tenéis que ladear vuestro cuerpo pues es imposible seguir avanzando de otra manera. Las armas y el equipo chocan con las paredes haciendo muy incomodo el transitar por aquí. Cualquier tipo de combate en estas circunstancias es casi imposible y mucho menos disparar flecha alguna dado lo ceñido del pasillo.

Athena

Un terrible y ahogado grito tira de tí hacia atrás.

Es uno de tus compañeros.

Uno de los que te siguen.

Dime Athena

¿Quién grita?

Avanzo la primera y me sigue la amazona muy de cerca. El olor de este lugar me da asco, quiero salir ya al aire libre, no es solo el hedor es también la estrechez de la gruta que dificulta el camino lo que me agobia. Rozo mi piel, quiero salir de aquí, me agobio y escucho un grito, sé de quien es, me giro y observó qué ha sucedido

- ¡Jamn!....¡¿qué te ocurre?!... - está justo a mi lado, me paro por si tengo que ayudarla

Todos hacéis girar vuestros ojos hacia los gritos de Jamn. Sus aullidos retumban en las petreas paredes con estrépito sonoro. Al principio Athena pensó que la amazona se había rasgado la piel con las aristas de roca. Enseguida se percata de su error. Algo aprisiona su pierna derecha. ¿Una trampa? ¿Un animal oculto? El terror y la sorpresa inundan los ojos de Jamn. La amazona retrocede hacia atrás en un acto surgido de la maquinaria automatica de su reflejo. Pero algo se lo impide. Algo la agarra. La bruja instintivamente baja la antorcha derramando su luz sobre las piernas de la que aullaba asustada.

La luz del fuego revela ahora en la parte de abajo del lateral del pasillo una apertura con rejas. Una especie de alcantarilla o el ventanuco de una celda incrustada en la roca a una altura que no llegaba a la mitad de la pierna de un hombre

Todos lo veis entonces

Un brazo leproso y nervudo de musculacion flacida y repleto de yagas.
Un brazo moribundo que se aferra a la pierna con una feroz fuerza.

Podéis hacer algo Kurdran, Quyen, o la propia Jam

¿Qué hacéis?

Acerco la antorcha al brazo del leproso y luego la meto en la celda hasta plantarle la llama en la cara. Si no suelta a Jamn, su cabello y su barba comenzarán a arder.

-Suéltala, suéltala te digo. - Mi voz suena extrañamente amplificada, ¿será la acústica de la caverna?

Está encerrado, quizá necesita ayuda. Así que incluso en el nerviosismo del momento, consigo añadir.

-Suéltala y te ayudaremos.

Has actuado rápido, bruja
 

Como una cucaracha que vuelve a su escondrijo, la mano anonima y vagabunda retrocede ante el impetu de la llama. Su dueño emite un graznido apagado, casi difuso. Un lamento de sufrimiento que brota extrañamente de una garganta quebrada. Desde la oscuridad de más allá de la reja, brotan dos luminiscencias que deben ser el reflejo de los ojos de aquella criatura dolorida.

Ahora que la luz de la antorcha cae sobre vuestros pies comprobais que hay más celdas como esta por la que ese ser asoma. Quizás cinco o seis. Todas ellas dispuestas a un lado y otro del pasillo. Sin sobrepasar nunca la altura de media pieran de un humano adulto. No son puertas, ni parece haberlas, sino un ventanal, un tragaluz...

¿Quién eres?¿Cómo has llegado aquí? - No está muerto, alguien lo alimenta. ¿Dónde están tus captores?

Saco una ración de mi mochila y la echo dentro de la celda.

Chasquidos violentos y rápidos mordiscos se escuchan desde el otro lado de la reja. Es la inmunda boca de la criatura devorando la ración de comida recién llegada. En cuestión de segundos se hace el silencio. Un silencio roto sólo por las palabras de ese ser.

—Maaarcháosss. Él está a punto de volver. El Amo Pronto regresará... —su voz se arrastra quebrada desde el fondo de la oscuridad de su celda.

- Vámonos de aquí, no es momento de hacer amigos nuevos... - y es que el ruido de la criatura al comer daba grima -...Sea quien sea el amo debe de ser poderoso para haber sembrado toda la cueva de cadáveres... Y no es cuestión nuestra liberar a estas pobres almas y aún haciéndolo podrían no ayudarnos o comernos a nosotros mismos... Lo mejor es irnos cuanto antes... ¡Sigamos!.... - intenté ser tajante, estábamos perdiendo el tiempo

La fiebre me está afectando más de lo que creía. En otras circunstancias, esa escoria habría perdido los dedos. Y la jejé, los dientes porque casi ha logrado quemarme. 

Y ahora, se pone a hablar. 

Noto los ojos enrojecidos a la luz de la antorcha. Sudo como un cerdo. Este maldito túnel es cada vez más estrecho. 

Escupo a un lado para aparentar una calma que no siento.

-Salir de aquí. Rápido. Cueva de yaar, hay yaar. No buen sitio pelea. 

Asiento con la cabeza. Me parte el corazón ver a ese hombre o lo que sea en ese estado, pero decididamente no soy ninguna heroína. Quiero salir de ahí cuanto antes. 

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Con el susto acelarando el paso de vuestros corazones seguís la marcha en el mismo orden, pues es imposible intercambiarlo dada la estrechez del aquel paso subterraneo. Athena avanza con cuidado de no pasar por alto ninguna de las rejillas que crecen a los lados. No hay ningun percance más y en el caso de que aquellos nichos estuviesen habitados por seres como el que antes habia aprisionado la pierna de la amazona, éstos parecen haberse asustado por la presencia de los extraños.

Unos metros más adelante, la luz de la antorcha descubre que el pasillo se ensanchaba al fin hasta formar lo que parece otra sala. Vuestros ojos no pueden vislumbrar ningun detalle pues la luz del fuego es escasa y demasiado debil como para atravesar a esa distancia la profunda oscuridad.

Antes de tener tiempo siquiera para reaccionar, una sombra cruza vuestra linea de visión. Tiene forma humanoide pues discernís lo que deben ser dos piernas y unos largos brazos. Pero no pasa desapercibido a ninguno de vosotros lo retorcido de su silueta. Las extremidades son desproporcionadas en tamaño con el cuerpo flaco y enclenque. Son extrañamente largas y cualquiera juraría que los brazos son de distinta longitud entre ellos. El dueño de aquella intrigante sombra debe ser un hombre deformado de nacimiento o abatido por alguna terrible enfermedad. Eso si es que es del todo humano...

No doy crédito de lo que pasa, con lo que veo, ésta situación nos empieza a incomodar a todos y sentimos la rapidez con la que el agobio nos aborda... Jamn no está bien desde ese desafortunado encuentro con el ser maldito por esa enfermedad que te destroza por todos lados, el aire, la oscuridad, todo es abrumador... Si si salgamos rápido de aquí, no tenemos ventaja alguna...- Estaba claro que ese lugar puede ser una tumba mas ese día si nos despistamos una segunda vez, quién sabe... Habéis visto eso? Tenemos algo en frente que se mueve... Tened cuidado...-

Quién está ahí??- Grito con fuerza con mi voz imponente y grave... 

La voz de Kurdran retumba contra las paredes pétreas del lugar, pero nadie parece querer responder a su bramido. El movimiento de vuestras antorchas acaba por revelar que estáis una sala parecida en forma a la anterior. Los angulos rectos siguen resultando extraños en el contexto de una gruta natural, sin embargo no aparece traza alguna que indique que ha sido construida con herramientas humanas. A diferencia de la anterior, esta sala parece estar totalmente vacía, sin ninguna pieza de piedra que haga las veces de mobiliario, exceptuando un nuevo pasillo que se abre en la parte derecha de la pared...