En la manzana de al lado teneisel bar de barrio Filiberto. Por als noches suele llenarse de "gentucilla" pero tienen buenas tapas.
(Posteo publico)
Elisa da un paseo por las oscuras calles del barrio y acaba con sus huesos en el Filiberto. No ve a nadie conocido por allí, pero no le apetece volverse a casa tan pronto, así que decide entrar a tomarse algo.
- Eh, buenas noches, dice y se sienta en una de las mesas pequeñas del fondo del salón. De su bandolera saca una pequeña libreta y comienza a escribir algo mientras espera a ser atendida.
Se acerca muy sonriente. Es el hermano de Nacho
-Muy, pero que muy buenas noches-sonrie-¿Qué te pongo, rubita?
Elisa levanta la cabeza de su cuaderno y deja de escribir.
- Ponme una de esas infusiones raras que tenéis por ahí. Elígeme tú la que quieras. Una que me ayude a relajarme un poco, si puede ser...
-A su servicio-se va y en un minuto vuelve con un vaso bastante vistoso-Aqui tienes, guapa. ¿No quieres una tapita? Hoy los flamenquines estan riquisimos, en serio... No es porque los cocine mi madre pero te los recomiendo eh...
NINNNIO...
A vé... Ponme un whijkito bien calgao.
OJTIA... NINNNIA... ¿cases aquí? ¿cases que nostás en caja ayudando a la mama?
Ve desde una punta del bar como entra Miguel y le pide lo que suele pedir. -¿Un whiskyto va a ser, señor Miguel? Eso está hecho.-
Va a la barra, coloca el vaso encima y busca la botella de todas las que tienen. Se lo sirve y guarda la botella de nuevo. -Ahí tiene buen hombre. Que le entre bien pa'l pecho.- Justo cuando se iba a ir se gira de nuevo -¡Se me olvidaba! ¿Quiere una tapita de algo señor Miguel?-
ezo ni ze plegunta, joé... Ponme unaj banderillaj, pero de laj que pican...
Ríe -¡Pero si siempre le doy de las que pican! Lo que pasa que usted tiene un paladar a prueba de bombas.- Prepara la tapa y se la sirve. Después se va a limpiar algunos vasos, para quitar trabajo.
Mariano se acaba de bajar del taxi, el cual le ha dejado en lo que a partir de hoy será su nuevo barrio. Piensa que antes de dirigirse a su casa nueva, podría pasarse por el bar a tomarse un copazo, eso le daría pie a ser mas amigable a la hora de conocer a sus vecinos. Entra en el bar y se sienta en la barra, justo al lado de un hombre de aspecto bastante anciano
Camarero, póngame un carajillo con coñac, por favor.
-Que animado que está el día hoy...- murmura mientras deja de limpiar un vaso y coge otro para servirle a aquel caballero. -Claro hombre, ahora mismo se lo pongo.-
Lo prepara y se lo deja en la barra, delante de él. -Ahí tiene caballero.- Coge unas banderillas, iguales que las que sirvió al señor Miguel y le pone otras a él. -Y tome esto por otro lado.-
-Gracias- contesta Mariano, y acto seguido empieza a dar tragos a su carajillo. Coge una banderilla y se la come. -Mmmm. Pues no están mal las tapas que pone aquí, ¿verdad, caballero?- dice dirigiéndose al hombre que hay sentado junto a él.
¿ej a mí?...
Puej claro, loj demáj que ejtán pol aquí jon jovensueloj que entoavía ni jaben afeitalse...
Le tiendo la mano al recien llegado.
Migué Antonio Peres Moronta, Comandante retirao. Pa selvil-le a Dioj, a la Patlia, y a ujté.
Estrecho la mano al caballero que acabo de conocer y digo:
Encantado, señor. Soy Mariano García Pazos, y soy nuevo en el barrio.
Me dirijo al camarero y le digo:
Póngame otro carajillo, por favor, y para el caballero lo que él pida. Hay que ser generoso con los compatriotas y más aún si han puesto en peligro su vida para defender nuestra amada España.
Uy, ji yo le contara... Hajta ejtuve sivviendo en la guerra de Marrueco, hase ya máj de cuarenta añoj...
Shavá, otlo whijkito...
Y ponnoj tambié unaj cloquetaj...
-¡Ya vaaa, ya vaaaa!- El estresado camarero volvía a servirles las copas a aquellos dos. -Os vais a pillar una buena por lo que veo ¿eh? señor Miguel, que luego no venga su hija chistándome, por favor.-
También les deja una minibandeja con croquetitas de jamón serrano. -Aquí tienen señores, especiales de la casa.-
-¡Me encantan las croquetas!- digo, mientras me dispongo a coger una. Después pego un buen trago de mi carajillo y noto ya el pequeño mareo en la cabeza.
Debería haber desayunado. Voy a llegar a casa fino...
Me giro hacia Miguel y comento:
-¡En Marruecos! Vaya, debió pasarlo usted muy mal... Mi vida no ha tenido mucha acción que digamos. Soy profesor, aunque a veces podría comparar mis clases con cualquier conflicto bélico jajajaja - río bruscamente debido a que el alcohol empieza a subirme al coco.
Elisa no puede creerse que justo intenta evadirse de su realidad familiar y parece que cuanto más quiere alejarse, más se acerca ella. Ahora solo le faltaba su abuelo aquí para dar la murga, con lo tranquilita que estaba.
La joven sigue escribiendo un rato, haciendo caso omiso a la conversación de su abuelo con el otro tipejo y declinando la oferta de Sergio de hacerse unas tapitas, porque está bien que su madre sea un poco insulsa, pero ya que prepara la cena, no se le puede hacer el feo de dejársela en el plato.
- Abuelo, me voy a casa, que seguro que la cena está ya casi. Sergio, apúntale a mi abuelo lo mío, que él es pensionista y no tiene gastos..., acaba diciendo, permitiéndose una ligera sonrisa.
-¡Adios rubilla! Señorees, si necesitan algo más pidanmelo eh... aqui estamos a su servicio...-va la barra a limpiar platos-Si mi padre Filiberto siguiese vivo..
Entra el señor García bastante triste y ausente. Se sienta en la barra
-Sergio... Sirveme un acuarios o algo... por favor...