Partida Rol por web

La niña se empieza a mover muy rápido, demasiado. Ahora ya es tarde. Entre fuego y gritos no queda espacio para acciones mas discretas.

Estiro la mano para coger a Andet del brazo con firmeza. - ¡Ven! - Gruño tras la sombra de la capucha, en un un tono de voz imperativo y gutural. Con la otra mano dibujo un símbolo en el aire e inmediatamente después un corriente ascendente, casi abrasador, aparece de la nada. Mece nuestros ropajes como una cálida brisa de otoño, hasta levantarnos del suelo.

Tiro del ilusionista por el brazo, conduciéndolo en un vuelo rápido y silencioso, que nos posa sobre el techo de la casa.

Bien, es hora de demostrar el valor de la justicia y la luz divina de Amaunator.

El clerigo avanzo tras los magos.

Dayereth veía como la situación se había descontrolado en unos segundos. Sabiendo que su labor era defender a sus compañeros sus pasos ágiles de eladrin le llevaron hasta posicionarse por delante de aquellos a los que debía guardar, esperando a que los enemigos hicieran sus movimientos.

El ilusionista estaba dispuesto a utilizar su capacidad de engaño sobre esos tontos ogros, sin embargo la maga no pudo con su paciencia y comenzó rápidamente con un ataque fulminante sobre los enemigos que estaba fuera de la casa. Como era de esperar, todo ardía, como un maldito infierno. Ya varios de aquellos ogros aullaban con gritos apagados mientras su carne yacía rostizándose. Los gigantes y los machotes aún aguantarán, esto solamente ha desatado su furia... su reflexión fue cortada en seco por la criatura con aspecto de humana que los acompañaba. El tirón de una fuerte garra lo sujetó y la familiar sensación de un torrente arcano recorrió su cuerpo por completo. Era el típico hormigueo de los sortilegios de movimiento, pero acá no había fórmula precisa, era energía pura desatada. Se dejó llevar Qué diablos, el momento de la sutileza a pasado, muy a mi pesar. Al aterrizar sobre el tejado, pudo ver con claridad el escenario dejado tras la poderosa explosión y agradeció el cambio de posición táctica. Desde allí podía enfocarse por completo en uno de los enormes gigantes.

El fuego, duele hizo un gesto con la mano mientras susurraba y el orbe cristalino brilló, sobre su curva faceta apareció el rostro del gigante, la mueca de furia que marcaba su curtida piel sobre sus viejos y sólidos huesos.

El dolor, trae ira, incontenible. Susurró nuevamente y pasó su enguantada mano sobre la esfera, la imagen se enrojecía al acumularse la sangre en las mejillas y sobre todo en los ojos. Parecía que iba a estallar.

Los ojos del mago se razgaron, con una mueca que parecía una sonrisa El culpable del fuego es tu estúpido amigo Gark, él merece toda tu furia.

El gigante gruñendo y gritando incoherencias se lanzó caminando entre las llamas, dispuesto a destrozar a su compañero.

El gigante hechizado por Andet se acerca a su compañero con los ojos lechosos y la mirada perdida mientras balbucea palabras ligeramente inteligibles. Su compañero lo mira con curiosidad mientras aún sigue intentando apagar las llamas de Sizzly.

Cuando su compañero de armas levanta el enorme tronco y lo ataca, el gigante no es consciente de la situación hasta que es demasiado tarda y el tronco termina hundiendo su cabeza entre sus hombros con un sonoro crack.

El maestro de la mente había iniciado una lucha entre gigantes, y aunque seguramente no necesitaba de su ayuda era la ocasión perfecta de poner a prueba lo aprendido durante el viaje.

-El golpe fue bueno, pero ambos sabemos que tu compañero no morirá solo por eso... ¡Quieres destrozarlo! -Murmuró para si, pero para el gigante fue como si sonara en su cabeza, incitando al asesinato de su camarada.

Durante unos segundos estuvo expectante, como esperando a que ocurriera algo o, en el peor de los casos, nada.

Sizzly intenta repetir el mismo hechizo o al menos unos similar para provocar que el gigante ataque de nuevo a su compañero. Pero este se agita la cabeza y golpea la frente mientras grita en gigante:

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Iannes se pone delante de Swordmage para poder alcanzar con su poderes divino a unos de los gigantes. Enarbolo el simbolo con el gran arma divina que era y apunto al ser colosal. Amaunator, gran luz, debilita a mi enemigo, concedeme parte de tu poder. Unas hebras de luz divina salian del suelo y entrelazaban los titanicos brazos de gigante haciendo que sus movimientos sean algo mas torpes.

Dayereth observo como la situación daba giros inesperados desde todos los ángulos. El eladrin sabia que debía interponerse entre los primeros atacantes y el resto de su grupo, pero ya había perdido de vista a dos de ellos y ahora había una inquina entre los dos gigantes. Aunque por lo que había escuchado, esa lucha parecía haber terminado y ahora se lanzarían contra ellos.

Preparado para todo el espadachín se posiciono para defender a Iannes y Sizzly. Pero al menos daría un golpe a aquellas moles desde la distancia. De su mano salio lanzada su espada impactando a los pies de las dos enormes moles y creando un circulo de llamas adicional al caos provocado por Sizzly. Su arma reapareció en su mano tras crear la nueva oleada de calor.

Un ogro aparece de repente apretujándose por la puerta, sin esperar confirmación y creyendo que sois los causantes de los gritos de dolor de sus compañeros, enarbola su enorme garrote y lo estampa a un costado del clérigo.

Detrás de el, otro ogro sale corriendo y lanzándose a una carga contra Sizzly y propinándole un buen mamporro.

Uno de los gigantes se aparta rápidamente del fuego causado por Sizzly y se acerca hacia el Eladrin para propinarle un buen golpe que de buen seguro lo lanzaría por los aires. Pero el mago de la espada no es un simple granjero y evita el golpe con maestría.

Ya en la seguridad del tejado suelto el brazo del hipnotizador. En ese  mismo instante las llamas empiezan salir de la nada, cubriendo mi mano, subiendo por el brazo como si tuviesen vida propia. Aparto ligeramente la cara cuando estas se me acercan demasiado al rostro y me muevo hasta obtener una buena vista del campo de batalla.

Fito a uno de los gigantes y legando el puño en alto. Mis ojos brillan con el fulgor del fuego y lanzo un grito sordo en el momento que corto el aire con la daga. A pesar de la distancia, el pecho del gigante se abre en una profunda herida que rapidamente cicatriza por las llamas que emergen de esta. La piel se resquebraja, se rompe y mas heridas aparecen sobre el desgraciado, supurando una sangre y fuego por igual.

El tercer corte va hacia el otro gigante, que aun aturdido por el ataque de la niña, presenta un blanco fácil. La piel de su espalda, cuello y la cara se agrieta, revelando toda la carne viva que hay en su interior. La sangre empieza a brotar por tantos sitios que en un momento el gigante se ha convertido en un cuerpo empapado por su propia sangre. Entre gritos de dolor, miedo y fuego.

Dayereth observo como la cosa se descontrolaba un poco y vio como uno de aquellos ogros que habían sido vistos hizo acto de presencia y un par se lanzaron a por Iannes y Sizzly.

El Espadachín se preparo lo mejor que puso y esquivando el ataque de uno de aquellos gigantes, canalizo la energía en su arma y la arrojo contra el Ogro que atacaba a Sizzly.

La reacción de Dayereth mata al ogro antes que sea capaz de efectuar su ataque contra la conjuradora. Mientras de fondo, Eva deja caer su furia de fuego en los gigantes dejándolos seriamente mermados.

Andet observó con satisfacción el tremendo golpetazo que le propinó un gigante a otro. El enorme garrote que no era otra cosa que un grueso tronco de árbol se incrustó de manera sonora, con un crujido de victoria. Sin embargo, la maga especialista en calcinar quiso utilizar algo similar, un conjuro básico de hipnotismo sobre el mismo monstruo, lo cual le permitió librarse del control que se apoderaba de su furia. El mago bufó, había errores básicos en la ejecución, demasiada pasión en las palabras y en los gestos, la sutileza era la principal. Ya llegaría el momento y se lo diría, si estaba de humor para ello.

No tardaron más que unos escasos segundos encomenzar una cruenta escaramuza. El ilusionista tenía una muy clara impresión de que todo aquello no era más que algo muy sencillo y que el combate no haría más que requerir un mínimo esfuerzo de parte del grupo. Después de todo, todo habían pasado por combates similares aún no estando en un grupo tan numeroso. Mientras la espada arcana comenzaba a lanzar hechizos de ataque y protección a diestra y siniestra, las llamas, el trueno y la sangre se desperdigaban por el campo de batalla. Los enormes oponentes parecían ya flaquear cuando Eva desató el infierno sobre ellos. Cerca de la posición del mago, un ogro salió de la casa, atacando con fiereza al monseñor, en ese momento se le presentó la oportunidad justa.

Andet susurró unas antiguas palabras y el gesto de sus manos provocó en el estúpido ser una confusión similar a consumir cierto tipo de hongos de los bosques. En su mente, el humano no estaba allí en el tejado, y luego estaba, ¿o se había movido de lugar? Lo importante es que una suave melodía llegó a sus oidos, tan suave, tan alegre, quizá no tenía ganas de combatir, sino de bailar. El baile comenzó de repente, cuando se lanzó frenético hacia el gigante que había sido su jefe hace unos momentos. Cada paso hacía que sus miembros revoloteen como una marioneta descontrolada, cuando finalmente su garrote se lanzó con fuerza contra su compañero, dejándolo algo atontado y confuso.

El mago se retorció el bigote y caminó unos pasos detrás del tejado.

El ogro avanza hacia su compañero que parece ignorarlo no esperando ni un ataque de el. Lo que vuelve a ser un duro error que casi lo derriba al suelo al recibir el garrotazo en toda la espalda.

El gigante que aún estaba entre las llamas de Sizzly carga contra el Eladrin de forma torpe y aturdida, su ataque no hace mas que levantar la tierra del suelo sin resultado alguno.

El ogro que lo acompañaba corre hacia el norte, donde observa a los dos conjuradores en el tejado mientras sostiene una piedra en la mano y la lanza con rabia intentando derribar a alguno de los dos, pero solo consigue hacer un feo agujero en el tejado acompañado del crujir de la madera.

Mientras, el ogro que sale por la puerta del norte ve los intentos de su compañero y animado por sus gritos decide subir al tejado, quedándole Eva a tiro de garrote que no desaprovecha ... pero como todos sus compañeros, el golpe falla estrepitosamente.

Sizzly estaba convencida que su ultimo hechizo había resultado bien, su error fue intentar luchar cuando habían dos mentes dentro de la cabeza del ogro, una de ellas la de Andet.

Creía que con su ultimo conjuro la mente sería mas moldeable, pero parece ser que supuse demasiado.

Los enemigos se agrupaban por propia voluntad o gracias al mago de la mente, sea cual fuera la razón aquello era otro reclamo para sus explosiones de fuego. Tendría mas ocasiones en el futuro para sus juegos mentales.