Partida Rol por web

Uno de los gigantes cae ante la nueva explosión de fuego, el aroma de carne quemada llena el ambiente de una forma un tanto molesta.

Dayereth veía como al menos algunos de los enemigos comenzaban ya a besar el suelo. Pero aun quedaban algunos muy peligrosos. Decidido el eladrin estaba a terminar con la vida de aquel Gigante se preparo. Desde su lugar sonrió al Ogro imprimiendo a este unas marcas arcanas. Mientras tanto lanzaba un golpe con su espada al Gigante castigandolo con el trueno y el relámpago de la hoja. 

En un parpadeo desapareció delante de este y apareció a su espalda para asestar un nuevo golpe al Gigante ya que sabia que lo pillaría con la guardia baja.

El clerigo habia recibido un fuerte impacto, y aun con el tiempo que habia pasado entre papeleo y diplomacia, sabia como encajar un buen golpe.

Tu criatura causante parte de este mal, Amaunator condenada tus acciones y mis compañeros seran su herramienta.

Enfoco su simbolo sagrado sobre unos de los Ogros colosales que habian, ya afectado por algunos efectos conjurados por sus aliados y empezo a retorcerse de dolor bajo las palabras del clerigo.

El ultimo gigante cae ante el envite de Dayereth, el ogro que queda en el área carga alocadamente entre las llamas de Sizzly para propinar un contundente golpe a Iannes que lo deja maltrecho.

Doy un salto atrás. Esquivando los ataques del ogro, que no hacen otra cosa que destrozar un tejado que pronto no va a sostenernos.
Levanto la vista hacia él, revelando que debajo la sombra de capucha no hay otra cosa que una calavera demoníaca de ojos brillantes. Con un rápido gesto, lanzo una estocada en el aire, seguida de inmediato por los gritos del otro ogro que aguarda en el suelo. La carne de su pierna empieza a secarse, la piel se enegrece y resquebraja, revelando músculos y tendónes partiéndose, liberando sangre y fuego a partes iguales.
A su mismo tiempo, el ogro enfrente de mi parece confundido. Le duele. Se mira el abdomen justo a tiempo para descubrir un agujero humeante que lo atraviesa de delante a atrás. Suficiente para que se desmorone como un muñeco roto.

Otra vez, el encantamiento funcionó de maravilla. Andet musitó por lo bajo aquella melodía y el súbito fin coincidió con el letal golpe que hizo al gigante prácticamente perder el equilibrio.
De todas formas, el dolor y las llamas eran enemigos del control que ejercía la extraña música ideada por el famoso Otto, lo cual le permitió al furioso ogro correr, atacando sin persar en su seguridad.

Con un súbito destello, los dedos del ilusionista se movieron con trazos calculado, transformando la música en luz y en un instante volvió a agarrar la mente rebelde de su presa. Sigue el camino de colores, las imágenes se tuercen, el sendero es otro. Cada nota era ahora una tonalidad suave, la luz del día podía torcerse a su voluntad y los espejismos cubrían el paisaje. La enorme mole dio varios traspiés a través del suelo calcinante.

Sin deter el baile de sus manos, Andet se giró para observar al otro enemigo en pie sufrir la ira desatada del averno en su carne, lo cual le permitió aprovecharse del momento. Su débil voluntad le permitió adentrarse en los límites de su percepción para mostrarle la imagen de sus miedos. Los enemigos abundan, a uno y otro lado... cuidado.

El fuego de Eva termina fácilmente contra el ogro del tejado y hiere al otro en el suelo con cierta gravedad, mientras Andet utiliza su magia para manipular el campo de batalla a su antojo y apartar al oponente de Iannes de enfrente suyo. 

El ogro que estaba lanzando piedras (y herido por Eva) duda unos instantes bajo el hechizo de Andet sobre si disparar o no, pero finalmente consigue imponerse y lanza su piedra con inusitada puntería.

La ultima acometida si que lo noto, le dejo exhausto en el suelo, viendo caer su sangre escupida con dificultad a causa del impacto. Penso que alli acabaria su aventura lengedaria, pero el manipulador de mentes logro moverlo hacia el guerrero, para que diera buen uso de el.

Agarro su simbolo sagrado de nuevo y musito una plegaria. Un circulo de luz dorada empezo a dibujarse en el suelo dejandolo a el en el centro para luego resurgir una columna del mismo color hacia los cielos. La herida y arañazos del combate habia sido recobrado practicamente por completo, el clerigo ya se habia incorporado del suelo y se sacudia la ropa. Avanzo hacia el el Ogro con su simbolo enfrente de el mientras musitaba una plegaria en una lengua Celestial.

તમે હાડમારી લાદવું જે પીડા, લાદવું, દુષ્ટ લાદવું, પરંતુ દરેક અધિનિયમ તેના સ્થિતિ સર્જાઈ છે, Amaunator પ્રતિબદ્ધ બધા પાપો માટે સજા.

Una luz celestial ilumino la zona donde estaba el Ogro, dejandolo algo cegado por la luz mientras su cuerpo empezaba arder en yagas por pagos a los pecados cometidos.

La victoria sería suya, sin importar lo que la alianza de gigantes y ogros intentara. Uno a uno eran manipulados, apuñalados, quemados o mermados por la voluntad de los divinos. Quizás aun no trabajaran como una máquina perfecta, pero la sangre de una primera batalla juntos creaba fuertes lazos de camaradería, así había sido con Andet en el pasado. Esta sería el principio de una cruzada mayor.

Apunto estuvo de invocar el fuego oscuro de Asmodeo, pero su compañero eladrín estaba adyacente al ogro. Por mucho que odiara a su enemigo no arriesgaría el bienestar de un camarada. En su lugar intentó manipular a su enemigo, incitándolo al suicidio. Sabía que era una acción que chocaba con la personalidad del monstruo, pero intentaría enfocar la "tristeza" de perder a sus compañeros en "culpabilidad", si es que esas criaturas eran capaces de sentir simpatía por otro congénere.

Dayereth vio como tras acabar con el Gigante que quedaba, el Ogro al cual había seleccionado con sus guardas de protección se lanzaba contra Iannes. Al ver como este lanzaba el golpe, el espadachín canalizo su energía mágica en reducir la fuerza del impacto contra Iannes. Absorbiendo parte de este daño con las escamas de dragón plateadas que surgieron alrededor del clérigo.

El ogro adyacente a Dayareth y Iannes observa con impotencia como lo manipulan por el campo de batalla, como merman sus ataques y como debilitan sus brazos. Sus capataces están ya muertos y parte de sus compañeros tambien ...

Con mirada desesperada mira a su alrededor con una única posibilidad. Escapar.

Me me reincorporo maldiciendo la puntería del ogro, visiblemente dolorida del brazo izquierdo que sigue envuelto en llamas. - Desgraciado ... Voy a arrancarte la piel  en vida. - Mascullo cargada de ira y rabia.

Hecho la daga hacia atrás. Con el puño apretado la hoja se pone incandescente y un inconfusible olor de carne quemada emana en forma de humo negro. Luego lanzo un fugaz corte en el aire, y de inmediato el pecho del ogro se parte en dos. Un profundo corte deja ver las costillas durante un breve instante, antes que la carne viva empiece enegrecer supurando sangre hirviendo y llamas.

oh, pobrecillo sintió Andet en sus adentros cuando observó la desesperación del monstruoso ogro, su chillido de cobardía, su intento de huida.

No, no, te has equivocado de camino... exclamó, erguido en el tejado viendo que aunque corriese, no podía salir del alcance de sus hechizos. Todavía tenía control sobre sus percepciones, por lo cual retorció las imágenes a su alrededor, otra vez. Los pasos de huida cambiaron de dirección, mientras su psique se iba retorciendo de dolor, dándole la peor migraña que hubiese sentido jamás. El miedo lo dominaba completamente, sin embargo, estaba cada vez más cerca de sus adversarios.

El ogro restante viendo que su compañero no es ni capaz de huir tambien se da a la fuga esperando que este sirva de distracción.

Era la ocasión, el momento de las sutilezas habían pasado. Esta vez no había peligro de herir a ninguno de sus camaradas y no pensaba dejar escapar al ogro. Invocó el fuego mas corrupto de los Nueve Infiernos, envolviendo en llamas negras al ogro que intentaba escapar. Entre las danzantes llamas se veían entes que agonizaban y abrazaban a la victima, quemando su cuerpo y robando su esencia vital.

-¡Que no escapen! ¡Puede que hayan mas enemigos cerca! -Quienes conocían a Sizzly sabían que no era una persona rencorosa, pero no era clemente cuando el daño se lo hacían a otros.

El clerigo avanzo detras del ogro que intentaba huir.

No huiras tan facilmente de tus crimenes, ellos seran tu verdugo.

Un rayo de luz emano de nuevo del simbolo haciendole arder en llamas de luz.

El ogro se debatia en una lucha mental contra todas las victimas que habian matado a lo largo de la vida que se le acaba, dejando vulnerable sus defensas y distraido en sus ataques.

El eladrin intentaría por todos los medios alcanzar a la fugitiva criatura. Los pasos del Espadachín le llevaron tras los pasos de este, sabiendo que si no lo ralentizaban de alguna forma, el no lograría alcanzarle en lo mas mínimo.

Sizzly reduce al ogro a un montón de carne chamuscada y agonizante.

Un agudo dolor recorre todo mi cuerpo. Noto como el poder se descontrola en mis manos, me quema los dedos, el fuego me nubla la vista y un asfixiante calor me aprieta el cuello hasta casi dejarme sin respirar. Nuevas heridas surgen de forma espontanea sobre mi piel, como agudos latigazos etéreos.

Me invaden las potentes emociones mas primarias; Dolor, terror e ira se me acumulan al pecho intentando salir por una garganta que no cede. Me ahogo.

De repente un potente estallido de voz sale a través de la calavera de demoníaca que cubre mi rostro - ¡¡¡¡ PARATE !!!! - Grito con un chorro de voz sobrenatural, acompañada de un estallido de llamas que se eleva varios metros en el cielo.

Las ramas cercanas se sacuden y docenas de aves arrancan el vuelo, soltando graznidos de alerta.