Partida Rol por web

Trojan entró en la carnicería sólo para maldecir. Se le habían adelantado y ya estaban comprando toda la carne que había. Estos malditos carroñeros no iban a dejar nada en el pueblo

Vio lo que estaba ocurriendo y no le gustó nada. No contentos con irrumpir en el pueblo ahora robaban al carnicero, quitándole, casi, las vacas que le mantendrían durante el invierno. Cada segundo que estaba con ellos despreciaba más y más a los imperiales, que les habían hecho sacrificar un grifo. Con el hacha cruzada a la espalda habló, o más bien intimidó, a los soldados:

¡Eh, vosotrros! -gritó en medio de la carnicería, señalando con el dedo, carente de modales a los soldados- ¡Sois unos ladrrones! Una vaca vale porr lo menos diez monedas de orro, lo que le estáis pagando es basurra. De donde yo vengo a los ladrrones les quebrramos todos los dedos, uno a uno. -Remarcó el gesto doblando los dedos uno a uno- Sois unos ladrrones, ¿crréis que por llevarr esas telas de colorres podéis tomarr cuanto querráis? ¿De qué os serrvirrán cuando os encontrréis con alguien que no le imporrten? Como a mí.

No he visto nada útil en este poblado. Lo mejor será ir al castillo de ese rey.

Puedo ir delante como mensajero si gustais

Así a lo mejor tenemos un recibimiento normal...

- Pues si aqui no vamos a conseguir nada no se ni por que lo pensamos siquiera. Desde luego no puede ser peor que aqui a si que por mi parte no hay discusión alguna. Partamos ya, sea a los caminos o a ese lugar que decis. -

Pues mira, eso había pensado, en usar las runas que ya tenia de regalo, nada mas que necesito trabajar en mi hacha para refinarla y hacerla de buena calidad o comprar una en su defecto, por lo cual en tal caso mejor le pediría al herrero algún tipo de descuento xD y pues entonces me dedicaría de lleno a eso y ya después encantaría las runas en otro lugar. Por otro lado la runa de vigor no es la misma que la de velocidad? Por que no veo la de vigor en el manual, de ser así solo necesito encantar el hacha con la de fuerza no? Por que solo me pide un objeto runico.

El trabajo para esos malditos imperiales había sido arduo, me daban ganas de escupirles en cara sus malditas peticiones y solo esperaba que se largaran lo mas rápido. Finalmente pude empezar a trabajar en lo mio y solo esperaba que me quedaran fuerzas para poder hacer un trabajo de calidad, era impensable que un herrero de mi calidad hiciera un trabajo mediocre, ni siquiera podía hacer un mal trabajo como represalia a los mal agradecidos imperiales, era mas importante el respeto hacia el acero que mi odio hacia esos cabezas huecas. De repente Kurt irrumpió en la herrería. -Kurt¡¡ Camarada, como va todo, déjame terminar acá y me reuniré con ustedes, solo un par de golpes mas, lo de los virotes tendrás que verlo con el dueño de la forja ya que yo solo alquile la fragua para trabajar. En cuanto a los víveres no te preocupes, Trojan se encargó de eso.- Sin prestar mas atención al mercenario regresé a lo mio.

Esperaba que el dueño también se diera por aludido, pero parecía que no era así. El mercenario, tras suspirar, se encaró al herrero, carraspeó y dijo:

-Disculpe, estaba interesado en comprar unos cuantos virotes. 

Los soldados miraron con cierta molestia al Norsca; sin embargo el fornido  Berseker era imponente y atemorizante; aunque no lo dijeran, sabían bien que en caso de enfrentarlo este se llevaría a varios antes de que lograran someterlo, y eso los hizo no decir estupideces.
-Vámonos- dijo uno de ellos, -el capitán nos ha ordenado no meternos con ellos-.

Y mientras los soldados se alejaban alcanzo a ver a la distancia que sus compañeros habían terminado con los corceles y  parecían estar preparándose para marcharse. Mas aun, frente a la herrería donde había dejado a Grim trabajando, Kurt había aparecido clamando por ambos e indicando que estaban por marcharse.

Para el Norsca, lo que sucedía en aquel poblado era sumamente inaceptable; sin embargo no había prácticamente nada que pudiera hacer él. Y el asunto de los suministros tendría que esperar, ya de por si la carnicería estaba plenamente vacía.
Pero justo cuando Trojan estaba por marcharse noto a un pequeño asomarse tras una puerta en la casa del carnicero; tras lo cual su padre posible padre quien era el carnicero le regaño y ordeno que cerrara la puerta. El incidente en general no tenia importancia salvo por hecho en el que recapacito Trojan, hasta ahora no habían visto a ningún niño en aquel poblado.

-No me queda nada forastero. Esos bastardos imperiales se lo han llevado todo, e incluso aun tendré que ayudarlos con mas cosas el resto de la noche-. Respondió el herrero a Kurt al tiempo que miraba al enano –Tu compañero sabe algo de herrería, quizá el pueda ayudarte; puedo venderles algo de hierro o bronce para hacer los virotes-.

El mercenario gruñó por lo bajo. Como no, el maldito ejército lo había saqueado todo. Aquello era un contratiempo, pero no le quedaba más remedio que encajarlo y continuar.

-No, creo que tiene bastante con lo que tiene entre manos ahora mismo. Gracias. Grim, pronto nos iremos. 

Dijo, antes de irse. 

-A mi no me miréis, no me he parado allí nunca os lo juro- dijo Jaime sonriendo. –Aunque siéndoles sinceros, le debo algo de dinero al posadero de este pueblo desde hace varios años. Pero duda que me recuerde, además, ya nos vamos-.

Los miembros del clan tuvieron que esperar algo de tiempo a Trojan, Grim y Kurt quienes se retrasaron en asuntos personales. Pero ya reunidos de nuevo estaban todos listos para partir.
Era ya tarde y la noche caería en tres o cuatro horas mas por lo que era mejor darse prisa. Por suerte el castillo debía estar a solo poco mas de una hora de viaje. Ahora todo dependía de la recepción que tuvieran en aquel castillo.

Listo camaradas, espero disculpen la demora pero les aseguro que todo es por un gran beneficio para la compañía. -Dije sin mucho animo después de aquel infructuoso viaje a la forja, solamente me había desgastado físicamente arreglando equipo para esos malditos imperiales y solo quería salir del pueblo de inmediato, quizá en el siguiente tuviera mas suerte.

Kurt siguió a sus compañeros, de mal humor por no haber conseguido adquirir virotes. Aquello era un contratiempo serio, pues no le gustaba demasiado la idea de tener que jugarse el tipo cuerpo a cuerpo, y más teniendo una ballesta. Pero los imperiales avanzaban como una plaga de langostas, arrasando con todos los suministros que había en el pueblo. 

"Y ahora, vamos al castillo del señor de estas tierras. Por algún motivo, sigue sin parecerme buena idea... Pero el grupo ha decidido."

Sumido aún en aquel extraño y taciturno mutismo en el que parecía haber caído tras el fin del combate, Grunt acató mansamente la decisión del grupo, encaminándose tras los pasos de sus camaradas con la cabeza gacha y la mirada perdida, mascullando por lo bajo alguna ininteligible letanía que probablemente ni él mismo podía escuchar.

En verdad, no era un comportamiento muy típico del enano, siempre dispuesto a plantear hasta el hartazgo las infinitas aristas que presentaba un mismo problema. Sin embargo, por algún motivo a la mayoría de sus camaradas aquello no les llamó particularmente la atención. Pues, en definitiva, ya antes había ocurrido algo bastante similar, y empezaban a acostumbrarse al nuevo talante de su compañero.

Cuando la férrea determinación del capitán Hansel había puesto en peligro los destinos del Clan, el enano se había mantenido completamente al margen de la discusión, y lo mismo había pasado cuando el asunto de las crías de grifo había amenazado con causar un cisma en el grupo.

Tal parecía que Grunt no tuviera nada para decir sobre aquellas cuestiones. O, peor aún, que no le importaran en lo más mínimo. Sin embargo, para el resto de los miembros del Clan de la Sombra Lunar, que llevaban ya bastante tiempo recorriendo los fangosos caminos del Imperio junto al perspicaz personaje, aquello ciertamente no cerraba. Por ningún lado.

En cierta medida, era como si el cuerpo del enano hubiera seguido caminando junto a ellos, pero su espíritu aún se encontrara en el campo de batalla. Con la espada aún en alto y la mirada fija en el último enemigo abatido, que yacía a sus pies retorciéndose en desgarradores espasmos mientras el resto se dispersaban por el estrecho sendero, solo para ir a morir bajo los atronadores cascos y las inmisericordes lanzas de la caballería imperial.

Allí había comenzado el “silencio de Grunt”. O puede que tal vez un poco antes, cuando el grupo había dejado atrás aquella misteriosa tumba olvidada en medio de las montañas.

Montañas…

Fuera como fuese, todo aquello tenía que ver con las montañas. Como si, de algún modo, su imponente presencia consiguiera cubrir de sombras el corazón del enano.

Nos íbamos y dejábamos aquella aldea que nada había colaborado con un grupo tan inocente como el nuestro. En verdad no podía guardarles rencor a los aldeanos, los pobres bastante tenían con tener que "donar" aquello que tantísimo les había costado conseguir con su esfuerzo y su sudor a unas tropas imperiales que no se andaban con miramientos. Las cosas en Bretonia eran bien diferentes, su propio padre, había en ocasiones reducido los tributos a la mitad en los años en los que la cosecha era escasa, un deber de todo caballero era ser prudente y magnánimo, defender a los débiles y comportarse con sus súbditos como un verdadero padre, ante todo mirando por su bienestar.

El bretoniano montaba al paso, el metal repiqueteaba contra la silla de montar mientras el sol se ponía y todo se volvía oscuro...Sir Hugo estaba hambriento y tenía sueño, pero en fin, esas privaciones liberaban el espíritu y aguzaban los sentidos, o eso se decía.

Me alegrra alejarrme de aquí, las cosas iban a ponerrse prroblemáticas. Hablando de prroblemas, ¿cuándo se ha decidido irr a un castillo?

Una vez más en marcha, la vida del aventurero: siempre en movimiento. Como un nómada.

¿Como han ido tus asuntos, Grim? ¿Hemos mejorrado nuestrras posibilidades?

Una vez habían avanzado un poco por el camino Trojan habló:

¿Soy el único que se ha dado cuenta de que en este pueblo no hay niños?

- Pues no me habia fijado de esa circunstancia Trojan. ¿quizas estaban escondidos?. Aunque es cierto que en mi epoca en el ejercito simpre eran los primeros que salian corriendo a vernos llegar, y despues no habia quien se los quitara de encima mirandonos con cara de tonto y pidiendonos que les contaramos historias -

La elfa aguardó con paciencia en la caravana la llegada del resto de los miembros del grupo aunque no esperaba que tardaran tanto. Por suerte todavía podrían viajar antes del anochecer y si procedía ofrecer una función nocturna, que solía ser bien recibida por la gente noble.

El camino se le estaba haciendo más largo de lo que esperaba, pues pensaba que la fortaleza apenas distaba un par de kilómetros de la ciudad. Durante el viaje, dentro del cajón, a sabiendas que la zona podía estar plagada de pieles verdes o de rateros tenía sus armas a mano y no apartó la vista del camino, mirando por encima del hombro de Grim que era el que iba dirigiendo el carromato o mirando hacia atrás por si hubiera pasado algo por alto. 

Cuando llegaban a la ciudad sabía que el capitán había atrapado a un individuo, pero no le había quedado claro si era un simple vigía de la aldea o si por el contrario era un vulgar bandido.