Partida Rol por web

-Nos atacan!, atracad las ventanas, cerrad la puerta…, dadme mi espada rápido y ponedme mi armadura, yo me encargare de que nadie pase tras esa puerta o daré mi vida en el intento- Murmuro el viejo Igor semidespierto semieufórico, como quien sonámbulo habla a viva voz. El viejo miraba a todos lados incrédulo de la falta de reacción de los demás ante la situación y preocupado por no encontrar su espada, mas aun, no recordaba donde la había dejado la ultima vez.

Después de alistar mis cosas y tomar mi arma y escudo decidí situarme junto a mi amigo Grunt para vigilar que los posibles perseguidores de la pequeña sabandija no estuvieran peligrosamente cerca de nosotros y al mismo tiempo me libraba de la vergonzosa tarea de despertar a Valdia, pensando de antemano como se pondría al hacerlo, de cualquier forma lo haría si la situación lo meritaba, pero seria en un ultimo recurso.
-Un sueño breve pero provechoso- Le comente a Grunt mientras observaba hacia la lejanía en espera de ver a una multitud enardecida. -Solo espero que ese granuja de Jaime no se atreva a darme ordenes que detesto ser despertado antes de que salga el sol-

No era la primera vez que le encargaban aquella tarea, así que sabía exactamente qué era lo que tenía que coger y llevar a la carroza, aunque le molestaba cuando Jaime asignaba al bárbaro para que le ayudara, - No basta con que nos metas en problemas sino que encima tienes que andar dando por culo. - pensó utilizando una de las expresiones aprendidas de los tileanos.

No obstante, asintió y procedió con diligencia.

Con una palmada suave y una ligera orden en la oreja hago bajar a Ulrich de la cama. -Anda, ve por Valdia chico, vamos, ve por ella. Termino de empacar mis cosas y cargo rápidamente con mi baúl. Bien sabía yo que mal asunto era ir con Hafling, o lo guardas todo con candado, o terminaras corriendo tras ellos. Bueno, de todas maneras terminamos siempre corriendo. Pero maldición, por que ese maldito Halfling y pésimo líder se refería a mi con retrasarlos; todos sabe que se refieren a mi... aunque no me haya mencionado directamente. Se que no tengo la experiencia de los demás. Pero maldita sea, que al menos valgo tanto como ese maldito enano para proteger al grupo. Pero no, tengo que ser solo el maldito lastre. Mil gusanos roan el vientre de ese Sanpanza.

Escucho unos sonidos de protestas y veo a Ulrich venir con la lengua de fuera y una sonrisa en el rostros. -Buen chico Ulrich, buen chico. Me envuelvo en mi manto y acaricio a Strategos. -Parece que otra vez tendremos que partir amigo mio.

Entonces regreso rápido para ver si Ulrich cumpli con su tarea, lo llamo, y le hago tirar de las sabanas, yo mueve por el hombro a la cocinera.

-Parece que el jefe la ha liado. Tenemos que partir a la de ya.

Al ver como el resto de la compañia recogia sus bartulos con rapidez Walter se desperezo y comenzo a hacer lo mismo - Bueno tampoco pasa nada por empezar el viaje un poco antes. ¿No es asi muchachos? - dijo el ex-soldado con una sonrisa mientras metia todos sus bartulos en la mochila y se la amarraba en la espalda. Despues cogio la alabarda la cual ya era como una parte de su brazo y apoyandose se en ella espero a que el resto terminara.

Trøjan comenzó a cargar todas las cosas como se lo habían indicado. El sabía que la elfa no tenía mucho aprecio por el, pero como todo, al barbaro le importaba poco y nada. De hecho, el sabía que podía echarse unas risas por lo que cuando estaba pasando cerca de ella y aprovechando que ella tenía las manos ocupadas, le dio un golpecito en la cola -Vamos belleza, tenemos que apurarnos- luego siguió cargando las cosas mientras se reía por lo bajo. 

Quería molestarla, pero no provocar su ira. 

De alguna forma, el somnoliento enano se las ingenió finalmente para hacer un nudo que consiguiera mantener las botas bien aferradas a sus pies. Probablemente le llevaría un buen rato, y un doloroso esfuerzo mental, desatar ese nudo más adelante, pero al menos había resuelto la cuestión más urgente. Ya calzado, podía dirigirse a cumplir con la trascendente misión que le habían encomendado.

El resto de sus prendas no eran un problema. En sus prisas etílicas, el enano ni siquiera se había molestado en quitárselas para dormir, y aún las llevaba puestas, si bien bastante malolientes y apelmazadas, y surcadas por infinidad de dobleces y arrugas. Tal vez podían vislumbrarse aquí y allá restos de algunas sustancias no identificadas, pero ya habría tiempo de ponerlas en condiciones.

Así, con sus ropas en un estado tan lamentable como su propio rostro, Grunt se dirigió con paso vacilante hacia el exterior de la posada. Una vez allí, el fresco aire nocturno le dio de lleno en el rostro, despabilándolo de un cachetazo. Desgraciadamente, con la renovación de su conciencia llegó también una desagradable sensación que comenzaba a ascender por su esófago. El enano debió apelar a toda su fuerza de voluntad para mantener la cena en su sitio.

- ¿Qué diablos ha pasado ahora? – comentó entre balbuceos a su compañero, tratando de enfocar su atención en algo concreto para no ceder ante el creciente mareo que había empezado a embargarlo. - ¿Has podido escuchar algo? Por las barbas de Grungni… necesito dormir un día más…
 

-jaja siempre es mejor dejar que fluya a retenerlo- Le dije a mi compañero al ver el estado en que se encontraba después de una noche de juerga. -Parece que otra vez nos movemos, no se los detalles pero habrá tiempo de sobra para averiguarlos una vez que nos vallamos, por el momento debemos vigilar que los amigos del buen Jaime no vengan a cobrarse las cuentas.- le di una palmada en la espalda mientras trataba de buscar rastros de alguien acercándose en la oscuridad.

El grupo empezaba a moverse pero con lentitud y el tiempo pasaba y a cada momento Jaime se mostraba mas preocupado. Afuera la noche empezaba a caer y a lo lejos se avecinaba la llegada del día, la ciudad empezaba a cobrar vida en varios lugares aunque aun se mostraba silenciosa y solitaria.
Trojan y Lorantha habían terminado ya prácticamente de acarrear todo a la carreta y de tenerla lista para partir, aun si la ayuda de Walter quien erróneamente permanecía aun arriba en espera de los demás. Otro muy preocupado por darse prisa o al menos en apariencia era Nethan quien ya tenia todo listo, incluyendo a su corcel; incluso se había tomado el tiempo de ir a despertar a Valdia quien apenas empezaba a entender lo que sucedía al tiempo que intentaba calmar a un muy alterado Igor que seguía clamando por su armadura…, Jaime ya había escapado de la habitación.
De Domochievski aun no se sabía nada.

-Tened preparado todo, partiremos de inmediato, estoy seguro de que no tardaran en bajar.- Dijo el mediano mientras encaminándose un poco en dirección a los enanos les grito a la distancia sin aparente preocupación al respecto. –Hey, ustedes 2, han visto algo?-

De imprevisto ambos enanos escuchan el grito de una voz inconfundible –Hey, ustedes 2, han visto algo?-, el poco precavido mediano les grita desde la carroza exigiendo información sobre lo que hubieran descubierto.

-Pero por todos los dioses habidos y por haber, es que ese mediano no puede dejar de meternos en problemas- Dijo Valdia tras ser despertada de forma inesperada por Nethan –Alguien podría decirme que rayos ha pasado aquí…, no, ya me contaran en el camino, sea lo que sea que les haya dicho Jaime de seguro ha de ser mucho peor, démonos prisa, partimos ahora mismo, no olviden nada compañeros y vamonos ya. No deseo recibir visitas inesperadas- y dirigiéndose a hacia donde el anciano Igor continuaba con sus berrinches ayudo a este a recoger sus pocas cosas para partir de inmediato a la carroza.

Terminando de hacer el petate

- Estoy totalmente de acuerdo Valdia, vayámonos ya. - no sabe lo que le ha pasado pues se ha quedado omnubilado y despistado desperezándose y cuando se ha dado cuenta ya se habían ido casi todos - venga, os espero fuera. - y diciendo esto sale al exterior de la posada y tomando su caballo empieza a ensillarlo y cuando lo tiene todo listo carga el petate en las alforjas del caballo y montando se coloca a uno de los lados de la carroza diciendo al résto - Cuando queráis.

Percatándose de que algo preocupaba al mediano (no es que este hiciera un esfuerzo por ocultarlo). El guerrero de Norsca apoyó una de sus manos en los hombros de Jaime. -Hey, medio hombre... que es lo que te tiene preocupado?- Su tono no era para nada agresivo, de hecho, observaba a todos lados en busca de "algo". -Quieres que los mate?-

-Aguarda un poco Jaime, no comas ansias.- Respondí al mediano para que guardara silencio para poder escuchar y ver algo, fui a echar un vistazo no muy lejos de la carroza con mis enseres a la mano para defenderme por cualquier eventualidad y me asomé para ver si podía vislumbrar rastros de alguien acercándose, gracias a mi capacidad para ver en la oscuridad esperaba poder encontrar algo (de preferencia desearía no encontrar a nada ni a nadie)sospechoso.