Partida Rol por web

Balthor aguantó la mirada del guerrero su motivación era firme, si sería suficiente para luchar contra lo que se venía, estaba por ver, y estrechó su mano con firmeza.

- Vuestra lucha a sido dura y también habéis experimentado la pérdida, y aún nos quedan por superar las pruebas y los combates más duros - el druida alzó su mano para señalar a los alrededores - aquí se está iniciando nuestra respuesta contra Lilith, aunque ya no somos la hermandad, al menos mantenemos su espíritu para luchar contra el mal, aunque cada uno lo hacemos de nuestra manera particular.

Lusara dio un pequeño resoplido.

- Si ya ha terminado vuestro ritual de masculinidad, puede que nos centremos en luchar contra los muertos vivientes, pero podéis seguir con vuestras cosas de hermandad sin problemas.

No comprendía esa necesidad masculina de estar siempre diciendo lo que habían echo, las cosas se demostraban en vivo, una vez que se te veía no hacía falta explicar nada.

La bruja de pelo blanco se teletransportó al Valle de las Fresas en donde los opositores de Lilith se congregaban para reunir fuerzas. En sus manos llevaba un gran espejo que se rompió en mil pedazos un instante después de arribar, pero más que un simple espejo, era un portal dimensional del que salieron despedidos Mischa, Acónito, Julieth y los hermanos Moks. 

Cylina le ofreció su mano a la hermosa Madame del Beso de la Driade para ayudarle a estabilizar, aquella forma de viaje podía dar náuseas, pero era un pequeño logro de autonomía frente a la creciente dependencia de Jacob para plantarle cara a Lilith, pronto comprendería que el transporte se tornaría un tema esencial a solucionar en cuanto supiera que Shittary aportaba su ejército a la causa pero su movilización era muy lenta.

-Tuvimos inconvenientes.- Dijo Cylina escuetamente a los presentes mientras se colocaba su capucha, no tenía ganas de ser ella quien diera los detalles. 

Buscó a Vicnan con la mirada, había quedado como cuidador de la hija de Mischa y tenía que dar con ella. 

Un gigante de dos cabezas, tres brazos y dos alas angelicales cayó de rodillas al suelo al salir del espejo dimensional. Lucía una majestuosa armadura completa, aunque algunas de sus partes eran tan solo una ilusión.

-¿Nyss estar aquí? ¿Artista Kei estar bien?- Preguntó Doth mientras se erguían, el cíclope estaba preocupado por su compañera azata y por la hija del investigador. ​​​​​​

Por su parte, a Grum no le podía importar menos la salud de la "polilla" y la de la "enana del demonio" del investigador. 

-Aagr... Bueno, ¿Qué tal les ha ido?- Dijo Grum y se comenzó a quitar los tirantes de la coraza de mithril, faltaba mucha dieta por delante para que la barriga que los hermanos compartían pudiera entrar cómodamente en aquella armadura. -Nosotros conocimos a Lilith.- Anunció.

El investigador salió despedido del espejo igual que los otros, pero gracias a su sentido del equilibrio terminó de pie sin problemas, aunque tuvo que contener el vómito por unos segundos. Le dedicó una mirada de soslayo a la cabeza de Grum, pero solo respiró profundamente y dejó que su ira se disipara. Había algo más importante en aquellos momentos.

— ¡Vicnan! — gritó impaciente el duelista, no molestándose en esperar a encontrar al inquisidor —. ¡Rápido, ¿dónde están las niñas?! ¡Están envenenadas, y tengo el antídoto!

Mischa había notado rápidamente la presencia de los nuevos en el lugar, incluídas las niñas que acompañaban a Flautista. Ya tendría tiempo después para quejarse al respecto. En aquellos momentos su hija estaba sufriendo, y era todo lo que importaba.

La hija de Mischa estaba sufriendo y era todo lo que al investigador le importaba, pero no era la única persona envenenada de muerte allí.

-Cylina, Nyss, Keira y Emma están envenenadas, si caen dormidas no pueden despertar, solo hay un antídoto efectivo que cura en el acto y otros neutralizadores menores que permitirían expulsar el veneno con el paso del tiempo. Debería haber sintetizado yo mismo la cura, ¡El investigador gastó todos los recursos en hacer una super dosis concentrada pensando únicamente en salvar a su hija!- Escupió mientras se quitaba la armadura. -Busca traicionar a la alianza en pos de sus fines de padre egoísta, está faltando al juramento de no actuar en contra del objetivo de derrotar a Lilith. Mi Señora Cylina es una combatiente que estará en el frente a diferencia de esas enanas, el enemigo sabe que está envenenada y el conjuro para inducir al sueño a alguien es de los más simples que existen... ¡Podrá resistir algunos lanzamientos, pero no todos! ¡Si alguien debe consumir nuestro antídoto para ser sanada sin espera, es mi Señora Cylina!- 

El desconfiado de los hermanos no descartaba que Mischa estuviera siendo dominado a través del anillo mágico de Lilith, pero en el fondo, era quien mejor le comprendía. Grum era un gran hipócrita, porque si hubiera estado en el lugar del investigador, habría actuado igual que él priorizando salvar a su ser amado. Y era por esa misma razón que jamás se quedaría de brazos cruzados mientras su Señora Cylina estuviera en riesgo.

-¡Llamo a una votación para decidir qué hacer de forma civilizada!- Dejó caer la armadura al suelo, y con su panza rebotando, corrió detrás de la bruja y del investigador, sabía que otra opción había.

Mientras, Doth simplemente lloraba por su único ojito, aquella situación le estresaba demasiado y temía por la salud de sus dos más grandes seres queridos y sus dos nuevas amigas.

La llegada del grupo que había partido hacia el Jardín animó en seguida el ambiente; aquél ogro bicéfalo tenía la costumbre de hacerlo, de alguna manera u otra, aunque casi siempre en la dirección equivocada.

—Bienvenidos, bienvenidos. ¡Qué maravilla veros! —saludó, claramente sarcástico—. Tenemos un montón de invitados nuevos, presentaciones que hacer y todo eso, información que contarnos al parecer... Cuando os de por cerrar la boca y prestar atención. Así que bueno, ¿has acabado ya, Grum? Si tanto te preocupa, y en pos de que podamos continuar, te adelanto la votación... —Se puso serio de repente—. A nadie le importa lo que opines, y las niñas van primero. —Sonrió otra vez—. De hecho, a la luz de los acontecimientos, ¿has pensado en echarte una siesta? No está la vieja elfa por aquí, pero yo puedo ayudarte también a dormir. Si no te despiertas más, habremos ganado todos —Aseguró mordaz.

-¡Atrévete a intentarlo, narigón!- Le respondió Grum a Flautista mientras se volvía a ajustar los tirantes de la armadura, por si acaso. Y gracias por demostrar mi punto: cualquiera puede hacer dormir a cualquiera, pero las enanas no estarán en el frente contra Lilith, Cylina es la que estará en riesgo.

-¡No hay antídoto para "las" niñas! ¡Solo hay para una persona! ¿Qué? ¿Le darás a una y a la otra no? Claro, claro... No hay antídoto para la huerfanita que no tiene prioridad pero para la otra si... ¿¡Eh!? ¡Monstruos! Para ahorrarnos todos los dilemas morales y éticos posibles, la respuesta es clara: salvar a Cylina, y con ella, se salvan colateralmente todas las demás personas que ella salvará, y que las dos enanas se curen con el tiempo con los neutralizadores del demonio, ¡Ellas no van a pelear en el frente!- 

Mientras, las lágrimas de Doth se fundían con sus mocos.

Grum condujo el cuerpo tras Mischa a las corridas. No sabía bien qué estaba pasando por la cabeza del investigador, pero sus palabras fueron claras, pretendía usar el antídoto en las niñas. 

¿Qué fue del plan de Cylina de absorber el veneno? ¿De qué me he perdido? Aggrrr... Si esto no se puede resolver de forma civilizada y lógica... Al demonio con el Dedos de Manteca, le han robado el Libro de los Condenados de las manos en el pasado, no podrá hacer nada contra tres brazos tomando el antídoto... Aaaaggggrrrr...

En un momento todo se volvió una locura de nuevo, parece que la excursión del resto no ha ido muy bien y Cylina y las niñas han caído víctimas de una veneno poderoso. Y como siempre que hacia falta tomar una decisión, se montaba una pelea con amenaza de terminar a golpes entre todos, aunque esta vez entendía los puntos de vista, Mischa quería salvar a su sangre y otros querían a salvar a Cylina como compañera guerrera, a Balthor no le gustaba ninguna de las opciones, pero al menos intentaría colaborar.

- Dejadme un momento, quizás como druida pueda hacer algo.- el druida cogió un trozo de carbón del suelo y recito un conjuro para eliminar el veneno del cuerpo. Pero enseguida noto que no funcionaba.

- Necesito un catalizador poderoso para que pueda neutralizar el veneno, viene de parte de Lilith verdad? podéis describir bien lo síntomas y sus efectos?

-Puedo darte ese catalizador.- Dijo Grum a Balthor. Tenía esponjas con la sangre de Jacob, el mismo catalizador que se había utilizado para sintetizar el antídoto. 

— Incapacidad de despertar, terrores nocturnos y eventualmente la muerte, el veneno es loto dormido — respondió a Balthor ignorando a Grum por el momento —, potenciado con la sangre de Lilith. Con los estambres de la planta he podido hacer un único antídoto potenciado con la sangre de Jacob, a parte he podido replicar parcialmente unos neutralizadores que ayudan a resistir los efectos. Y hablando de la sangre de Lilith — se giró entonces hacia Cylina —, entiendo tu plan, pero no estás teniendo en cuenta los riesgos. Cada vez que absorbas el veneno, introduces una dosis más en tu cuerpo. Cada dosis adicional no solo puede hacer más difícil resistir los efectos, sino que puede acelerarlos; quizá te haga caer en coma aunque estés previniendo el sueño con magia, quizá empieces a sufrir alucinaciones estando aún consciente, o puede que sufras un infarto por la sobrecarga en tu sistema; y en cada ocasión estás introduciendo un poco más de la sangre de Lilith en tu interior. Sus efectos normales están debilitados porque ha sido usada como un catalizador alquímico igual que he hecho con la sangre de Jacob para el antídoto, pero cada dosis adicional te hará correr el riesgo de caer bajo su influencia. Y aunque pudieras aguantar todas las dosis, en ese caso no estoy seguro de que el antídoto pudiera ser suficiente.

Cuando Grum se acercó Mischa le vió las intenciones claramente, y llevó la mano a su espada, listo para cumplir con su amenaza, hasta que este decidió cambiar de parecer y darle la sangre a Balthor.

—En ese caso una recibirá el neutralizador... Y la otra el más poderoso de los que ayuden a resistir. Mischa decidirá cuál a cada una —insistió sin perder la sonrisa, a pesar de la actitud amenazadora del ogrillón, que se estaba pasando de beligerante aprovechando que no estaba por allí Friza para imponerse; Grum cometía un error si pensaba que la paladina y su maestra eran las únicas que se opondrían a él si decidía actuar así, especialmente con varias niñas en peligro. Le importaba una mierda si morían todos los demás, con tal de salvar a las pequeñas—. Probad como queráis, pero las crías van primero.

Aunque las dos pequeñas que estaban a su espalda seguían con la cabeza gacha, Circe si que había empezado a prestar atención. En concreto, miraba fijamente, sin parpadear siquiera, al ogro bicéfalo, cuyo tono destilaba peligro. Una amenaza hacia Flautista. Algo que no iba a dejar que se consumara.

Con premura cogió la sangre ofrecida por Grum.

- Guarda esa Mischa, si ya tienes un remedio es mejor no arriesgarlo, pues tenemos tres victimas, ahora es el momento de averiguar si estamos en lo cierto sobre el catalizador.

—En realidad son, como mínimo, cuatro —apuntó Flautista. Cylina, Nyss, Keira y Emma, o eso había dicho Grum; eso significaba que les habían envenenado durante la fiesta en la que, según habían contado, habían estado todos juntos, o eso era lo más probable al menos. Si era así, era de suponer que habría más afectados—. ¿Vosotros no habéis sido objeto de la ponzoña? —preguntó a las cabezas del ogrillón—. ¿Y Mischa? ¿Abelgos?

Katsumoto estaba preparado para introducirse ante la comitiva que había aparecido de repente, pero sus planes fueron abruptamente interrumpidos por la severidad de los acontecimientos que se hablaban en breves instantes tras la llegada de el resto de aventureros.

Confuso, el samurái observo como la discusión terminaba acaeciendo sobre el hecho de un envenenamiento y las victimas que eran parte de este trágico suceso, pues si bien su cuerpo podía resistir tales aflicciones, no conocía las propiedades de tal envenenamiento, no al menos hasta unos breves momento en los que se aclararían tales dudas.

Incapaz de hacer nada al respecto, el samurái se mantuvo en silencio aunque en pie mientras veía como el grupo parecía desmoronarse por mementos en pos de un supuesto pacto, aquello era algo que Katsumoto no se había planteado, aunque si bien Kithe había mencionado algo al respecto, este no demoró en darse cuenta de las implicaciones que este tenía sobre la voluntad y los deseos personales, incluso si estos no eran consecuentemente voluntarios.

¿Quién podría elegir entre la vida de un ser querido por sobre otra?, aquello era un pozo sin fondo dispuesto a tragarse toda la buena voluntad y dejando así la desidia y el caos gobernar, Katsumoto había visto ya demasiado, no se planteo hablar pues aquella decisión no era de su incumbencia, no tenia ni el derecho ni la obligación de dar voto en aquello.

No obstante, el samurái dejo atrás aquel conflicto en ebullición para escabullirse entre las insinuaciones y las suposiciones para ir a ver a las pequeñas, el lugar no era muy grande solo tenía que andar para encontrar a las niñas que cuadraran con la descripción que se había espetado en aquella sala.

Aunque de toda aquella situación, lo mas impactante había sido la facilidad del belicismo que podía desatarse sin motivo o explicación, Katsumoto debía mantener su corazón calmado si no quería caer en los grilletes de un juramento o los prejuicios de una elección.

Lo único que lamentaba era no poder hablar con Jacob en aquel momento, tal vez una solución a aquel predicamento tan problemático.

-Con más razón aún entonces.- Respondió Grum tras la palabras de Mischa, el antídoto tenía la fuerza supresora de la sangre de Jacob, y los neutralizadores no... si la sangre de Lilith en el veneno podía servir como un puente para que la Princesa del Terror pueda imponer su influencia, ¿Qué era peor? ¿Que dominase a una mera niña o a alguien con el poder de Cylina? 

Justo antes de que Balthor tomase la sangre que Grum tenía, retiró la mano. -Es para salvar a mi Señora.- Y trás dejarlo claro, volvió a ofrecerle la esponja.

Cuando Flautista le hizo una pregunta, Grum miró de arriba a abajo al bardo con desprecio. -Piérdete.- Dijo recordando lo que había dicho Mischa la última vez, lo mejor que se podía hacer con aquel sujeto era ignorar sus faltas, solo buscaba atención y caos. 

Cylina se llevó dos dedos al tabique, cerró los ojos y rechinó los dientes. 

Ruido... Tanto maldito ruido...

​​​​​​Momentos así eran los que hacían que la sigilosa bruja desease seguir trabajando sola.

Tantos caos por una tontería... No estamos viendo el panorama completo. ¿Por qué Lilith nos ha envenenado pero nos ha entregado también los estambres para la cura? ¿Qué obtiene con esto? ¿Qué consigue con Mischa utilizando el anillo ese?

Balthor acababa de tener la misma idea que ella momentos atrás, pero la Garra Despiadada mostraba más valor a la hora de ingerir la sangre de un primogénito.

-Salva a quien quieras, Balthor.- Dijo para que no tuviera en cuenta las palabras de Grum, la bruja ya lo había decidido en el Beso de la Driade, si las niñas estaban sufriendo y su absorción no funcionaba, utilizaría los neutralizadores para sanar de forma lenta y natural con el paso del tiempo. ¿Cuánto demoraría? No lo sabía. 

-Y tú tranquilízate, Grum.- Dijo bostezando. -Tienes razón, sería suicida ir al frente padeciendo esta condición, por eso llegado el caso nosotros no iremos a ningún lado, nos quedaremos al margen de todo, no tienes que protegerme si no estoy en riesgo, ¿No prefieres eso?- Los ojos se le cerraban.

—¡Oh! —exclamó, llevándose una mano al pecho, fingiéndose herido ante el desprecio del ogrillón—. ¿Qué es esto que siento? Un dolor... Abrumador... Causado por tu desprecio. ¡No, Grum! ¡No! —Empezó a reír por lo bajo—. Vaya, se me ha pasado rápido. Mmm. Espero que generes sensaciones más largas en otros asuntos —dijo, guiñándole un ojo a aquél bruto mientras con la cabeza señalaba a Cylina; no había que ser muy listo para ver a qué se refería.

Sonriente, dio una palmada y se levantó por fin de la silla, caminando tranquilamente hacia ellos, mientras la bruja de pelo níveo hablaba.

—En fin. Como eres tan pesado, y no me refiero únicamente a que necesites bajar un poco de peso, aquí tienes tu votación. Mischa vota por utilizar los recursos seguros sobre las niñas. Yo también. Circe vota conmigo. Cylina ha dejado claro que es lo suficientemente madura para entender que no tenemos que perder a nadie y, mientras que vosotros podéis resistir, las pequeñas morirán seguro si no se las cura. Estoy seguro de que nuestro nuevo compañero, traído por Kithe, y al que por cierto no habéis prestado la debida atención, es un hombre de honor que optará por proteger a los más débiles. Como aquí solo somos nueve, y no podemos esperar eternamente, incluso sin que Balthor, su amiga y Kithe tomen partido, la decisión es clara. —Ladeó la cabeza—. ¿Te opones también a tu propia idea? ¿Buscarás alguna excusa? ¿Nos atacarás para conseguir el antídoto? —Ensanchó su sonrisa—. Venga, adelante.

La joven humana sabía pasar desapercibida cuando quería, algo que había demostrado manteniéndose en un segundo plano en silencio.

Había perdido rápidamente el interés en la magia demostrada previamente, su mente vagando por otros derroteros ya que la discusión sobre que hacer con el veneno no le atañía. Además el ogrillón parecía dispuesto a desatar violencia y ella prefería estar apartada.

Finalmente un atisbo de comprensión llegó a su cerebro y hubiese querido abrazar a Mischa, consolarle por la decisión que tenía que tomar. Una pequeña lágrima se asomó en su rostro pero ya era tarde, el momento era antes y ahora estaba la discusión.

¿Habrían intentado usar magia divina para eliminar el veneno o contenerlo? Si estudiaba el problema de forma analítica Acónito estaba segura de que existirían múltiples opciones para resolver el dilema, las soluciones binarias rara vez eran reales, era una ilusión que la Ley intentaba plasmar en la realidad en su búsqueda del estancamiento completo.

Empezó a dar un paseo mientras desataba poderosa magia en silencio y sin dar ningún signo para nadie que no la estuviese observando con detecciones de magia.

Sus pies avanzaron silenciosos hasta llegar a otro que se había alejado de la situación y le tiró de la única manga que tenía diciendo casi en un susurro para no molestar a los que discutían -hola, ¿quien eres?- lo miró con sus ojos dorados llenos de inocencia, olvidando todo lo anterior y añadiendo una nueva curiosidad con la que entretenerse.

Su magia sin embargo tuvo el efecto deseado y algunos pergaminos empezaron a descender suavemente dirigidos a la gente deseada.