Partida Rol por web

La huída de los goblins hacia su compañero le dió al Páter un instante de tranquilidad, aunque seguía escuchando de lejos los sonidos agudos de los goblins mono que se acercaban a toda velocidad a través de la espesura.

Por azares del destino, la herida del que había herido fue demasiado y, tras su advertencia, el extraño goblin cayó unos metros más allá. La espada ropera, además, aunque no había dado a ese, se interpuso en el camino de otro, que acabó también cortándose con el afilado acero.

Tass, sin embargo, ya no estaba mirando a Rigar, donde convergían las criaturas, sino que observaba extrañado la frondosa espesura, arrugando la nariz y pensativo como si quisiera discernir algo...

Rigar observaba a esos salvajes tratando de asaltarle, al moverse hacia él sus compañeros dieron buena cuenta de ellos, eso había bastado para reducir su número.

- Actúan coordinados, pueden haber sido enviados por alguien más inteligente.

Cuando quiso repetir el buen golpe de hacía unos segundos erró por completo y golpeó el suelo. Pensar que esos goblins actuaban de un modo menos caótico de lo que era habitual le había distraído.

Algo se movía en la maleza, el impass que les habían dado los goblins comportándose como primates les hizo fijarse en un punto fijo en la espesura que no parecía ser del todo coherente. Un ligero movimiento permitió percibir una extraña textura, algo que no debería estar ahí y que sin embargo no desentonaba con el medio.

Totalmente quieto vieron a la extraña criatura, mirándolos con ojos fríos, a unos 50 pies de distancia y con algo entre sus manos, con garras capaces de descuartizar a cualquier ser de tamaño humano. El ser los miró, consciente de que había sido descubierto, sin hacer un solo movimiento.

Su pelo era similar a la vegetación del terreno y en él se entrelazaban hojas capaces de hacerlo confundir con la propia selva. Pero aún siendo consciente de que había sido descubierto, ni siquiera se movió, era como si supiera de su superioridad y esperase que sus lacayos hicieran todo el trabajo.

Me quedo de piedra durante unos segundos al contemplar la enormérrima criatura.

"T... Tas ¿Has visto eso? Es enorme"
Los enemigos de la corona son muchos, nuestras fuerzas son limitadas. Nuestro coraje, sin embargo es infinito.
¡Mas no por ello debemos de ser unos necios! Desperdiciar la vida en una batalla perdida, en la que no se ganará nada, no es de sabios.
Sólo es una pérdida para nuestra amada Taldor.

"Debemos de salir de aqui, abramos un camino de huida para nuestro compañero" sugiero, digo cargando hacia uno de los enemigos y buscando darle un garrazo a la carrera. Este regalo de Erastil, sus garras que me permiten cortar el acero, son el don que me permite valerme por él y por Taldor.

Tass se quedó mirando con fijeza aquella enormidad, distinguiendo sus contornos de entre la maleza, con la que se confundía gracias a su pelaje, que servía de camuflaje natural. ¿Qué podía ser? Jamás había visto algo similar, pero tal vez, en algún momento, hubiera escuchado algo. No estaba muy convencido. Lo que si sabía, sin embargo, es que Páter tenía razón, había cosas que se escapaban de su control; matar a ese ser estaba muy por encima de sus capacidades, no tenían posibilidad. Tenía esa certeza, y muchas veces habían sobrevivido gracias a hacer caso al instinto. Hizo caso a su compañero.

Cargó contra uno de los goblins que rodeaban a Rigar, atravesándole desde atrás desde atrás, entrando por la nuca y saliendo por la boca abierta de su oponente, que murió en el acto.

El extraño ser pareció darse cuenta de que el grupo se alejaba para ayudar a su compañero y saliendo de la espesura comenzó a moverse hacia ellos. Su tamaño superaba con creces al de un hombre pero sus movimientos eran ágiles a través de la foresta, no tardaría en llegar a su altura.

Con rapidez, las garras del Páter alcanzaron a uno de los goblins que se dirigía hacia Rigar despedazándolo como hiciera con el otro. El estilete de Tass ensartó al otro en pleno vuelo, aprovechando uno de sus saltos y dando en un punto vital, quedando el pequeño cuerpo inerte ensartado sobre la fina hoja. Con un gesto de asco el investigador lo lanzó al suelo sin piedad.

Más allá, Rigar lograba esquivar al que tenía delante mientras intentaba saltar a su cabeza, sin poder alcanzarlo con su hacha.

Escucharon el grito del resto, los tenían ya encima. Desde las copas de los árboles se habían lanzado hasta ellos rodeándolos en círculo. Pero ahora se mantenían espectantes mientras más allá la sombra del bosque se acercaba a pasos agigantados.

"Amigos, es la hora de mostrar el lado más sabio del valor" digo manteniendome en guardia con ambas garras

"Hay una técnica en mi familia. Es una técnica que sólo debes usar cuando la situación parezca totalmente perdida. Cuando no sepas que carta jugar"
"Cuando tus fuerzas se vean minúsculas contra la opresión"

"Esa técnica requiere una gran fuerza en las piernas. Y consiste en..."

Dicho eso, salgo corriendo
Sep. La tecnica es Salir Corriendo.

La carrera de Páter le pilló desprevenido, tal como estaba observando a la criatura. Parecía vulnerable al fuego, así que incendiarle sería un buen método de acabar con él o, al menos ralentizarle. Además llevaba algo que no era capaz de identificar, pero que parecía importante. Se guardó ese pensamiento para más adelante. En esos momentos, con uno de ellos en plena huida, no quedaba otra que correr también. Esperaba que a esa criatura no le diera por seguirles, o les pillaría en seguida. Mierda.

—Vamos hacia el accidente, corred.

Se sorprendió al ver la carrera que iniciaban sus compañeros, estaban retrocediendo ante un monstruo, una masa de pelo y hojas. La lucha iba a ser inevitable pero quizás pudieran cubrir sus espaldas, esperaba que la estrategia les sirviera para evitar flanqueos.

- Vamos, hay que prepararse para la lucha.

Inició su propio sprint buscando alcanzar a los demás.

- Con suerte será la última vez que tengamos que huir.

Quizás tuviera que recurrir a un aspecto animal. Rigar ya mostraba una fuerte musculatura gracias a su relación con el toro, pero podía abarcar todavía más.