Partida Rol por web

No creo que en el comedor y en la cocina encuentre nada del otro mundo, aunque bueno me hare con ese cuchillo, puede llegar a serme util. Creo que de momento investigare la biblioteca y la sala de lectura y ya veremos si me da tiempo a mirar el dormitorio, no tengo ninguna gana de que Hunderprest me pille con las manos en la masa.

En la biblioteca hay diversos textos clásicos, toda una sección de novelas de misterio, y una sección aún mayor dedicada a las Ciencias ocultas, la mayoría de los cuales tratan de la resurrección de los muertos o de la reencarnación.

No hay libro alguno que tenga que ver con los Mitos de Cthulhu.

Nicholas tuvo que hacer de tripas corazón y disimular su nerviosismo como buenamente pudo. Hunderprest se mostró formal y amable, como cabría esperar de un caballero. Tras charlar brevemente sobre el tiempo y temas similares el camarero les atendió. Nicholas sugirió que fuese Hunderprest quién pidiese por los dos, tanto comida como bebida, ya que al ser horiundo del lugar suponía que éste sería buen conocedor de las delicatessen propias de aquella zona. Una vez hecho el pedido, Hunderprest abrió la charla inquiriendo acerca de la razón para la reunión.

Cita:

--- Pues verá, Herr Hunderprest, como usted ya sabe, pues así se lo comenté durante la cena previa a la subasta, yo no soy más que un intermediario. Vine aquí como tratante. Mi patrón, un magnate y coleccionista norteamericano aficionado al ocultismo y del cual no se me permite revelar su identidad, me envió a esta subasta para que valorara qué piezas podrían ser de interés para su colección, y adquirirlas. Sin embargo, los trágicos acontecimientos acaecidos esa noche echaron por tierra mis planes. Para mí esto ha supuesto una gran contrariedad, ya que no creo que mi patrón atienda a razones, y probablemente, al tener que volver con las manos vacías, mis honorarios se vean "drásticamente reducidos", ya me entiende usted. Sin embargo, creo haber hallado una forma de evitar este mal trago, y es entonces cuando usted entra en juego. Verá, Herr Hunderprest, el hecho de que usted haya acudido a la subasta le señala como un ocultista de prestigio en la ciudad, por lo que estoy seguro de que usted podría ponerme en contacto con otros coleccionistas o estudiosos del tema que tal vez estarían interesados en hacer negocios conmigo y venderme alguna pieza de interés con la que satisfacer el ansia coleccionista de mi patrón. De esta forma TODOS podríamos salir ganando: mi patrón aumentaría su colección, yo obtendría mis honorarios, los vendedores de las piezas obtendrían beneficios de piezas en las que tal vez hayan perdido (o decidan perder) interés, y USTED, por supuesto, USTED podría también beneficiarse, ya que estaría encantado de que recibiese una jugosa comisión sobre el valor de las piezas que consiga adquirir. Y bien, Herr Hunderprest, ¿qué me dice usted?

Como ya sabes, Hunderprest es un austríaco de unos 57 años, de incierta procedencia. Se le ve inteligente, a la vez que robusto y aparentemente ágil.

Su apariencia es, sin embargo, algo repulsiva puesto que la cabeza la tiene ligeramente puntiaguda, con una cara muy larga. La piel es grasa y áspera, de color aceitunado oscuro, y tiene el pelo rubio además de llevar barba, lo que hace que el color de la piel destaque aún más. Hay algo extraño en él, aunque un observador no nota nada destacable a menos de que pueda contemplarle durante un cuarto de hora...

Uhm que interesante, resurrección de muertos y reencarnación, este loco no querrá hacer un Frankestein o algo así no? Bueno no sé ni que pensar, aquí además de libros no parece que haya nada más interesante. Si tuviera más tiempo los ojearía detenidamente. Aún así miro uno o dos libros sobre resurrección de muertos pasando muy rápido las páginas por si encontrara algo sobre rituales y en ese caso si se necesitan partes del cuerpo de otras personas.

Luego se dirige hacía el dormitorio a ver si encuentra algo más esclarecedor allí. El tufillo dulce le produce a Robert un pequeño cosquilleo en la nuca y si encuentra un rastro de él, le seguirá.

El dormitorio está bastante revuelto. Hay ropa tirada por el suelo, cajones medio abiertos, y restos de comida por los rincones.

Revolviendo por entre las cosas que hay en el suelo encuentras un anillo de diamantes, valorado aproximadamente en 500 $. Desgraciadamente, aún circunda un dedo esquelético, sin duda perteneciente a su último poseedor (aunque, por suerte, de él sólo está presente el dedo).

Ufff tal y como pensabamos, Hunderprest es el culpable y esto lo demuestra, pero que puedo hacer yo con ello, si voy a las autoridades tendre problemas por entrar en este domicilio y el dira que lo ha encontrado en cualquier lugar, llevarme el anillo? Si Hunderprest se da cuenta de que falta pensara que han entrado y puede que se esfume. Esto se lo dire a Nicholas y Steven. Por otro lado ese tufillo dulce de donde proviene? Y este sotano tendra alguna conexión con las alcantarillas?

Robert pone en acción sus pensamientos. Algún rastro del tufillo dulce? Algún lugar que pueda conectar con las alcantarillas?

Ves que, entrando en la habitación,en la misma pared de la puerta, pero más al fondo, hay otra puerta que da a un vestidor. El tufillo procede de ahí.

Nicholas: te das cuenta de que Hunderprest parpadea aproximadamente una vez cada dos minutos.

Conforme avanzaban en la conversación Nicholas comenzó a percatarse de que la apariencia perfectamente normal de Hunderprest escondía sin embargo cierta repulsividad. La forma de su cabeza, el aspecto de su piel, el hecho de no parpadear... Todo ello creaba cierto desasosiego en Nicholas, de tal forma que tenía incluso que hacer cierto esfuerzo para no apartar la mirada. Tras su pequeño discurso, Hunderprest sopesó su respuesta unos instantes...

Tras examinar el domicilio no encuentra nada más extraño que la cantidad de libros de referencia a la resurreción, pero eso no es suficiente para inculpar a Hunderprest, por lo que decide seguir el dulze tufo hacia el vestidor.

Extremando la precaución se dirije a la puerta, para asomarse al quicio de la puerta para observar que es lo que hay en el interior, si no llega a ver nada Robert entra cuchillo en mano, si por el contrario hay algo o algún tipo de peligro prefiere mantenerse quieto y en silencio y observar.

Herr Highforest, comienza el austríaco.

Lamento no poder ayudarle, pero este mundillo del ocultismo es muy cerrado, y nadie hace favores a nadie, ni siquiera por dinero. Fue una lástima lo de la subasta, porque esas son las únicas oportunidades de encontrar material en el mercado abierto, pero así son las cosas.

Robert: la pequeña estancia es un trastero o vestidor, que puedes registrar.

Descubres una trampilla en el suelo, que está cerrada con una especie de pestillo. Necesitarás unos 5 minutos para colocarte bien e intentar abrirlo.

El olor lleva directamente a Robert al vestibulo y tras ver que no hay ningún peligro se adentra en la pequeña habitación, tras revolver armarios y cajones, Robert descubre que en el centro de la habitación hay en el suelo una pequeña trampilla cerrada con un pestillo. Poniendose manos a la obra decide intentar abrir dicho pestillo.