Partida Rol por web

-El padre Giuspese, él sabría qué hacer...- Dice el chico asustado. -Si pudiesemos llegar hasta la iglesia... Podemos salir todos, suelte a chacelle...- Suplica el pequeño.

La mujer duda unos segundos antes de ponerse de pié sin soltar la niña, la cual temblaba de miedo.
El vestido de la pequeña seguía rasgado y caido sobre sus hombros, de manera que Camille recoje los tirantes que aguantaban su vestido y los ata. Un pequeño remiendo.
-Sé como salir de aqui.- Dice la mujer. -El pequeño está en lo cierto, Piassi és un hombre influyente entre el pueblo. - En ese momento suelta la niña que corre a brazos de André.
-Yo estaba equivocada...- Dice casi en un susurro para sí.

-¡Que el diablo te lleve furcia!- Exclama la mujer tras lanzar un cuchillo en dirección a Camille.
El arma impacta en su hombro derecho que salpica un requero de sangre contra la pared antes de que la mujer caiga al suelo lamentándose y agarranbdose con dolor el hombro herido.

Entonces dirije su atención hacia la pequeña Chacelle que se esconde detrás de André, el cual le planta cara a la mujer.

De una zancada me planto entre los niños y la mujer mientras, sin quitarle ojo de encima a Rosalie, alargo la mano palpando una mesita cercana en busca de algo que pueda utilizar para golpearla.

Más te vale salir corriendo de aquí ahora mismo o puedes olvidarte de ir a ninguna parte! Hay dos hombres armados en la sala, mujer estúpida, y te aseguro que ni siquiera me harán falta para detenerte.

Me siento desorientada por tantas cosas acontecidas en tan poco tiempo, mi vista va posándose de unos a otros sin saber exactamente de qué va todo esto.

Cuando finalmente Camille suelta a los niños y reconoce haber estado equivocada parece que un gran peso se me quita de encima... pero esta sensación dura apenas unos segundos cuando Rosalie le lanza el cuchillo.

Camillee! - Corro hacia ella agachándome a su lado sin ni siquiera darme cuenta de lo que acababa de decir. Parece que solo le ha alcanzado en el hombro, pero sigo igual de asustada, nunca había visto tanta sangre, tenía miedo.. Coloco mis manos presionando sobre su herida sin saber exactamente qué hacer.

Esto se me está escapando de las manos... esta gente está desquiciada... y no digamos la chusma de ahí abajo...

Fauchet se coloca en el centro de la sala y señala con su arma a Rosalie. - Una idiotez más y no dudaré en ensartarte, ¿entendido?. Luego se dirige, en voz alta y firme al resto de la gente en la habitación - Miren, señores y señoras, no he venido aquí más que a por la niña, pero no puedo permitir que esa chusma haga daño a ninguno de ustedes. Vámonos de aquí. Finalmente, aunque sigue amenazando a Rosalie, dirige su mirada hacia de Gouze y dice:- ¿Hay alguna manera de salir de la casa sin cruzarnos con esa gente?

Dios... Alguien que vende a esa mujer...

Trapos para armar una emblema, tal vez eso impida que entren a la casa...
O nos dé algo de tiempo mientras salimos

-Aun no lo entiendes, pobre iluso...- Exclama la mujer cuando un tremendo estallido procede del primer piso de la casa.

-No sé que harán ustedes, señores, pero yo empiezo a pensar que lo critico de la situación requiere intervenir prontamente.- Dice algo ajeno a la tensión de la sala, dirigiéndose impertérrito hacia la salida, al pasillo, en dirección a la escaleras, por donde seguramente una turba irrumpa en breve.

Saca de la parte trasera de su cintura una pistola ya cebada que porta siempre consigo una vez ha abandonado la estancia y se planta en medio de las escaleras, apuntando al techo, con gesto tranquilo y mirada fija.

Lanzo una mirada asesina a la mujar y, volviéndome a Fauchet con el rostro encendido, digo apresuradamente.

Que alguien la sujete, no les parece? Señalo a la mujer desconocida. Ya ha herido a alguien! Sobre salir de la casa, si como parece estamos rodeados, no creo que nos sirva la puerta de servicio.

Sin esperar respuesta, hablo a Elizabeth con gesto apremiante.

Y las ropas de André? Están aun en su cuarto?

Camille cae al suelo por el impacto y el dolor que le ha causado el cuchillo de Rosalie. Una mirada fulmina a la mujer al ver que se acerca a Chacelle -¡Detenedla! -grita para que alguien le oiga.

Sophie se acerca a ella y le ayuda a presionar la herida del hombro. Camille mira a la niña fijamente con los ojos bien abiertos al darse cuenta de lo que acababa de ocurrir. Todo este tiempo había pensado que la niña era muda... -Has, has... Oh mon Dieu -dice estrechándola y dándole un suave beso en la frente.

La joven mira ahora a Marie Jeanne -Vamos, existe otra forma de salir de aquí. Es algo más arriesgada, pero no queda otra opción -dice intentando levantarse con cuidado. Su voz suena apremiante, el griterío proveniente del primer piso cada vez parece más cercano.

- De Reims, inmovilice a esa mujer, dice con autoridad Fauchet al joven espadachín.- Y tenga cuidado, parece una víbora...Luego se gira hacia la supuesta secuestradora de niñas y le dice:- Bueno, creo que no es momento de pensar demasiado, indíquenos la salida

Sigamos a madamme Desauvage, creo que es la única salida que tenemos ahora mismo -dice acercándose ahora hacia la señorita- Por favor, usted primera madamme -dice a la señorita Camile-. Rápido madammes, cojan a las niñas y sigan a madamme Desauvage.

Elizabeth asiente con un gesto de cabeza las palabras de Marie Jeanne y se dirije a la habitación contigua.
Al parecer los nervios templaron su actitud y apuraron sus reflejos.

Al cabo de un instante vuelve con las ropas del muchacho.
-Aqui las tiene... mademoiselle...-

André se coloca junto con Chacelle al lado de Fauchet.
-Si las cosas se ponen feas, mejor estar cerca de alguien armado.- Dice el muchacho a la pequeña en un torpe intento para calmarla.

Al ver el movimiento del niño y ver frustrado su intento, Rosalie sale corriendo escaleras abajo llegando a la posición de Jean Cloude.
-¡Aux les armes!- Gritaba a viva voz sin dejar de correr.

André, digo arrodillándome frente al niño cuando vuelva Elizabeth ponte tus ropas viejas a toda prisa y, si la gente nos alcanza, di que no estabas con nosotros. Paso la mirada de un niño al otro con gesto autoritario. No os despeguéis de mi, dejemos que los caballeros cubran la retaguardia, d´accord?

Asiento a mis propias palabras y, sin esperar respuesta por parte del chico, me acerco a Camille, aprovechando para relevar a Sophie y comprobar el estado de la herida.

Y bien, por donde podemos salir de esta casa? Pareces saberlo mejor que yo, ya que entras a hurtadillas sin problemas.

Lanzo a la chica una mirada sarcástica, pero no parece haber maldad ninguna en mi comentario.

André entiende las palabras de Marie Jeanne y se pone de nuevo su desgastada camisa de un solo movimiento.

Jean Cloude ve a las primeras personas subir por las escaleras.
Se trata de ciudadanos armados con herramientas campesinas y demás artilujios.