Partida Rol por web

La tormenta de arena

I. Un tesoro bajo las arenas

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23/07/2015, 11:31
Dominique Vivant

Al entrar y observar la escena dejo salir el aire que involuntariamente había retenido. Mis músculos se relajan. Temía que aquello pudiera ser algo grave, pero todo parece indicar que no es así. Saludo a los presentes y me siento con naturalidad en una de las butacas. Tomo el vino que me ofrece el mayordomo y lo voy degustando, a cortos sorbos.

Es imposible no escuchar la conversación de Murat con el coronel y el sacerdote, pero no digo nada. Simplemente escucho, como un espectador obediente, con una sencilla sonrisa en mi cara.

¿Qué pasa aquí?

Y es más mi intriga cuando va llegando más gente.

¿Cómo? Hay más gente convocada?

El que sea gente de armas los primeros que veo me llena de dudas.

¿Quieren mi consejo sobre algún tema concreto? Habrán descubierto algo estos militares? Debe ser eso... Explicaría la presencia del guía local.

Les saludo con un grácil movimiento de mi copa.

La aparición de un sacerdote y un civil me desconcierta tanto que apenas saludo a los que llegan después de ellos. Un par de militares más.

Mucha gente hay aquí. Demasiada para mi gusto.

Murat se disculpa en nombre de Napoleon por su retraso. No digo nada, aunque un pensamiento fugaz atraviesa mi mente sobre la desfachatez de este hombre. Se permite amenazar de traición a los que hace llamar para luego comportarse como un chiquillo, llegando tarde a aquella reunión que ha convocado de forma tan ruda.

Seguro que hay una razón más importante que un paseo vespertino detrás de su ausencia... Debe ser eso.

 

 

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23/07/2015, 12:39
Jean-Baptiste Lacroix

Con el toque de descanso, el teniente se dirigió a la tienda del general jefe junto a su alférez y su guía local.

Después de entrar saludo a los presentes y se quedo en silencio. Empezó a llegar más gente, allí había una mezcla de militares y civiles, cosa que extraño a Lacroix Pensaba que nos iba a enviar en busca del cuarto pelotón del quinto regimiento, pero quizá era otra cosa... Cuando el general Murat les ofreció el vino y la fruta, Lacroix no pudo estarse de probar ese delicioso vino mmm Borgoña Cogió dos copas, y le ofreció una a Gerrard. Ten amigo, puede ser que no volvamos a probar otra en un tiempo...

Luego degusto el vino, mientras esperaba que su Sire volviera del paseo...

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23/07/2015, 12:43
Gerrard Farrè

El alférez recogió la invitación de Lacroix y saboreó como el que más aquel caldo divino. A pesar de estar vestido con las mejores galas del uniforme galo, el muchacho mostraba ciertos gestos que indicaban que le molestaba el hombro derecho, pero eso no le impidió alzar la copa de cristal de bohemia e ingerir ese delicioso borgoña

- Tienes razón amigo... ¡¡Hay que aprovechar!!- susurró cambiando la copa de mano y anteponiendo el dorso de la mano derecha frente a sus labios.  

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23/07/2015, 14:12
Jean-Pierre Barraud

Una vez había cumplido con la tarea que el Coronel le asignara, Jean-Pierre se preparó para acudir a la reunión. De hecho, hasta que hubo sonado el toque de descanso, ni siquiera sabía que había sido invitado. Es por eso que llegó cuando ya todo el mundo estaba dentro.
Al acceder al interior, saludó formalmente al Coronel Duvaquel, a quién había visto entrar mientras se acercaba a la tienda.

En ese momento, un mayordomo le ofreció asiento y algo para comer y beber. Con un gesto cortés, Barraud declinó la oferta. Desde que estaba en el ejército apenas comía nada que no fuese el rancho de rigor, y sólo porque lo necesitaba para poder rendir en primera línea.
El joven se había vuelto apático, los horrores de la guerra habían conseguido cerrarle el estómago.
Éste no era su primer acto militar bajo las órdenes del General Bonaparte, ya había servido durante la campaña de Italia; había aprendido a sobreponerse a los rigores de la barbarie. Y, sin embargo, siempre era igual; suelo europeo o africano, qué más da. Siempre es lo mismo: disparar con la tétrica esperanza de matar sólo para que no te maten a ti.

- ¡Brinda por tu recién conseguido ascenso, sargento! - pensó el joven con triste irónia. Pero lo cierto era que no les habrían invitado a todos a no ser que se tratase de algo importante. No podía permitirse el lujo de que los efluvios etílicos le nublasen la mente.

Luego, el General Murat les pidió que aguardaran la llegada del General en jefe. A Barraud no le importaba esperar; su asiento era cómodo y allí dentro estaba a la sombra. Un verdadero lujo teniendo en cuenta dónde se hallaban.

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23/07/2015, 14:53
Eugène Descoteaux

El sacerdote entró tras el Dr.Leblanc, ataviado con sus atuendos clericales y un amplio collar que dejaba caer sobre su pecho una cruz de madera perfectamente tallada. El padre Descoteaux no conocía a la mayoría de los presentes en la reunión, en su mayor parte militares, y se preguntó por que el Gran General le había convocado a una reunión de aquel calibre. No acceptó el vino de Borgoña que le ofrecieron, tal vez por la humildad y austeridades que se le ha de presuponer a un capellán en tiempos revolucionarios o bien por desconfianza. Fuera como fuera el capellán permaneció en un rincón de forma discreta, observando a todos los presentes hasta que se fijo en la presencia del bereber. ¿Por la virgen santisima, que hace aquí un infiel? pensó el cura mientras acariciaba la cruz de madera.

A buen seguro aquel nativo era creyente islámico, y que el Gran General permitiera a alguien condenado al infierno por semejantes creencias reunirse con él era algo del todo reprobable por la iglesia, sin embargo el padre Descoteaux no tuvo más remedio que dedicar una mirada poco amistosa al bereber y aguardar pacientemente a que el misterio de aquella reunión fuera resuelto lo antes posible.

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23/07/2015, 16:52
Charles Duvalier

Entro en la tienda con Monsieur Vivant tomando asiento a su lado.

Parece que la cosa se alargara un poco al excusar el general de caballería Murat la ausencia del General en Jefe Napoleón.

No rechazo su invitación a degustar una copa de un Borgoña como seguramente nunca me podre permitir adquirir para mí.

Observo como permanece en silenció mi mentor y no seré yo el que intervenga el primero ante oficiales de tal graduación.

Intento observar con discreción haciendo ver que examino la exquisita factura de la tienda y sus muebles al resto de convocados a la reunión. El guía no me extraña pero si la presencia de un sacerdote después de tanta insistencia en que la Iglesia y el Estado debían estar claramente diferenciados.

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23/07/2015, 18:34
Dr. Emelien Leblanc

El silencio se ve solo interrumpido por algún comentario referente al vino, pero por lo demás se puede sentir la tensión en el ambiente de la tienda, que de pronto se me antoja muy cargado. Tras devorar el ultimo de los dátiles que tenia en mi mano, me llevo las manos a los bolsillos de mi chaqueta buscando un pañuelo con el que limpiar el pegajoso jugo de mis manos y mis labios.

Al sacar el pañuelo, saco también el sobre con la misiva para el General, lo que no facilita mantener la tranquilidad. Por un instante la alocada idea de pronunciar la palabra “Peste” atraviesa mi cerebro, pero desaparece tan pronto como apareció

Me limpio con un celo excesivo hasta que mis manos se encuentran de nuevo pulcras, y guardo el pañuelo. No así el sobre, sostenido por mi mano zurda y con el que golpeo ligeramente mi pantorrilla en un gesto inconsciente de impaciencia.

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23/07/2015, 22:22
Napoleón Bonaparte

Finalmente los allí reunidos no tuvieron que esperar mucho más. La celosía que bloqueaba el umbral de la entrada a la tienda fue recogida, al tiempo que uno de los escoltas entró para anunciar la entrada del Genreal en Jefe. Los oficiales militares allí reunidos rápidamente se alzaron y dedicaron el correspondiente saludo militar. Napoleón entró con una sonrisa algo tensa en la cara, mientras que el mayordomo se apresuraba a recoger su capa de cazador y su bicornio. Tras esto, rechazó la copa de borgoña y se aproximó hasta su escritorio repleto de misivas, papeles y libros de rutas geográficas.

- ¡Oh mon dieu!... Les ruego que me disculpen, pero necesitaba dar un paseo ahora que comienza a caer la noche y reflexionar todo lo que les tengo que decir.- el rostro de Bonaparte reflejaba el rigor de una ardua tarea. Era una persona pragmática y analista, con lo que frecuentemente se veía abocado a la toma de decisiones difíciles. Habitualmente solía leer los riesgos en las estrategias como una don natural, pero existía algo extraño en la mirada del General aquella noche. 

- General Murat. Exponga la situación.- ordenó el Corso dando su venia al su mano derecha.

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23/07/2015, 22:38
Joachim Murat

Joachim realizó una reverencia mientras golpeaba los tacones de sus botas. Acto seguido, se acercó hasta un mapa de la región que pendía sobre un gran atril. Sobre ese mapa se representaba la posición del campamento avanzado de la Grande Armée.

- Nos hallamos a poco más de tres jornadas para llegar a lo que los egipcios denominan Uadi Biban Al-Muluk o Valle de los Reyes. Según los nativos interrogados, en este lugar se hallan las pirámides más grandes de Egipto y en ellas fueron enterrados los faraones de las dinastías más ricas e influyentes.- Comentó a modo introductorio. - Pero sería una noticia genial si no fuera por un pequeño detalle...- mantuvo cierto grado de intriga, mientras colocaba una figura tallada en madera con forma de caballo de ajedrez. A unas dos jornadas a caballo, el quinto pelotón de dragones liderados por el teniente Lecroix...- hizo un inciso para señalar al oficial sentado junto al alférez Farrè  y el guía nativo- ... han divisado un contingente turco que supera las treinta mil almas.- Hizo una pausa mientras en la sala se escuchaba algún resoplido - Eso nos hace variar nuestros planes. Actualmente somos una fuerza de aproximadamente diez mil hombres, pues gran parte de nuestro ejército viaja en retaguardia mucho más lento que nosotros custodiando las piezas de artillería de doce y ocho libras. En caso de que prosiguiéramos nuestro itinerario, correríamos el riesgo de ser emboscados tanto por vanguardia como por retaguardia...- realizó su exposición colocando más piezas sobre el mapa y señalizando con una batuta.

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23/07/2015, 23:02
Marcel Galindeu

El Coronel de artillería e Ingeniero Jefe se levantó de su asiento y pidió la venia para hablar. Murat cayó a la espera de la decisión de Napoleón. El Corso miró a Galindeu  e hizo un gesto con su mano para que prosiguiera con su reclamo.

- No debemos preocuparnos caballeros. Todavía disponemos de los cañones de cuatro libras. Si preparamos un cuadrante con buenas indicaciones, seguramente hagamos retroceder a esos mamelucos.- expuso de forma esperanzadora. - Por muchos que sean, jamás desbordarán el fuego de la triple línea de fusileros.- Continuó dando más detalles estratégicos.

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23/07/2015, 23:11
Napoleón Bonaparte

- Ustedes no lucharán- intervino Bonaparte alzándose de su escritorio.

La noticia acalló el rumor creciente de la sala tras la exposición de Murat. En la cara de Napoleón podía leerse la agudeza de una persona que había sopesado y decidido un plan. Bonaparte era persona ilustrada, pues poseía una inteligencia privilegiada y superdotada. Aunque los que se hallaban allí pudieran no entender por qué el Corso reaccionaba así, el hombre que viajaba bajo la sombra del águila parecía haber concebido ese plan mucho tiempo atrás.

- Cuando llegamos a Alejandría, obtuvimos unos papiros ancestrales que relataban la vida de un tal Tutankamón. Un faraón niño perteneciente a la decimoctava dinastía, el cual falleció a temprana edad.- explicó con calma el General en Jefe.- Según los documentos encontrados, todos parecen coincidir en que ese Niño Faraón fue encerrado en un sepulcro oculto en el Valle de los Reyes...- realizó una pausa para mirar a todos los que se hallaban allí para luego decir -Y ustedes deberán encontrarla por el bien de Francia... ¡¿Preguntas antes de continuar?!

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24/07/2015, 09:28
Dominique Vivant

Escuché toda la exposición con serenidad, a pesar que los detalles de los ejércitos, cañones y demás ni conocía ni me interesaban... Pero luego llegó la razón por la cual estaba allí. La tumba de un niño faraón.

¿Dudas? Muchas, pero suponía que la mayoría de ellas ya las habría previsto la mente preclara de Napoleon, por lo que no quise interrumpirle. Seguro que había previsto los problemas de trabajar en un yacimiento con una batalla tan cerca, o la posibilidad que el niño faraón ya hubiera recibido la visita de los ladrones de tumbas...

Por otra parte me sentía ofendido. El maldito corso no me había confiado esos documentos.

Mejor cállate, Dominique. No digas nada. Napoleon no es alguien a quien se deba ofender.

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24/07/2015, 10:10
Dr. Emelien Leblanc

Observe con silenciosa admiración la llegada de Napoleón, estudiando sus rasgos, sus expresiones, esa mirada cargada de una inteligencia aguda y una voluntad férrea. La exposición de los acontecimientos me turbó, mas aun sabiendo que mis noticias no harían sin empeorar la delicada situación de nuestro ejército. La preocupación hizo que cerrase mis puños arrugando el sobre que sostenía.

Las siguientes palabras de Bonaparte me dejaron sin aliento. ¿Nos enviaba al valle de los reyes? Como negar lo mucho que me seducía la posibilidad de explorar una tumba construida hace quien sabe cuántos años, pero por otro lado...

El sobre comenzó a parecer increíblemente pesado en mi mano, y cuando el General nos dio pie a hacer preguntas, decidí que debía aprovechar ese momento para ponerle al corriente de la situación. Baje la vista hacia el sobre para descubrir el estado del mismo, y sin poder evitar que el rubor asomase a mis mejillas trate de alisarlo mientras sentía como si todo el mundo me observase.

Contrólate.

Respire hondo y levante la mirada hacia Bonaparte, carraspee para aclararme la garganta y di un paso hacia el tendiéndole el sobre.

-Ge..General, debo informarle sobre algo que podría afectar a los planes... 

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24/07/2015, 10:33
Abeillut Sadar

Nada dijo Abeillut en aquella reunión, pues nada significaban para él aquellas palabras sobre libras y cañones. Saber que los turcos se hallaban cerca llenaba su corazón de ira y nublaba su entendimiento, haciéndole recordar momentos del pasado que quizá debiera enterrar para siempre como las arenas del desierto entierran los cuerpos sin vida de los seres que perecen bajo su tormento. Quedó en silencio, decepcionado ante la idea de alejarse de la batalla que esperaba librar, inconsciente de la grandeza de los hombres junto a los que se reunía. Pues para Sadar, Napoleón no era más que otro extranjero, quizá el más respetado de cuantos allí se reunían (tal cuestión la percibía el bereber), pero igualmente ignorante de lo que significaba el desierto, de sus señales y momentos.

Entre tanto la reunión discurría, se centró el bereber en el nombre que habían mentado: Uadi Biban Al-Muluk*. Las historias y leyendas en referencia a los lugares en que estaban enterrados los antiguos reyes de Egipto eran frecuentes, mas no estaba del todo seguro Sadar de haber escuchado hablar del mencionado lugar...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejo hecha una tirada en oculto por si mi personaje pudiera conocer alguna historia sobre este lugar.

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24/07/2015, 16:45
Charles Duvalier

Me parece volver a estar soñando despierto al decir Napoleón que vamos a ir al Valle de los Reyes y además de que tiene documentos de una tumba intacta.

Cuando nos pide si tenemos alguna pregunta tardo unos instantes en darme cuenta de que ha sido una simple formula de cortesía quedándome con la boca abierta como para comenzar a hablar.

Espero que lo tomen como boquiabierto de admiración.

Y tanto que tengo preguntas sobre el documento, poder ver un mapa de ese valle, provisiones, escolta…

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24/07/2015, 20:11
Jean-Pierre Barraud

Cuando el General Bonaparte hizo acto de presencia, Barraud quedó boquiabierto. No era la primera vez que lo veía, pero siempre era imponente.
Compartieron con ellos los detalles de una misión que debían realizar. A Jean-Pierre le sorprendió en gran medida el carácter de la misma, así cómo sus objetivos. No era común que en su condición de soldado, le enviasen a muchas expediciones, más allá de alguna operación de rastreo.
Pero si eran órdenes directas del General -y de hecho lo eran- no debía replicar. Bonaparte abrió el turno de preguntas, pero el mandato era bastante claro; tan sólo quedaba concretar las condiciones de la misión.

El joven supuso que les serían revelados todos los detalles a su debido tiempo, de modo que guardó silencio y se mantuvo a la espera de que su magno anfitrión completase las directrices.

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26/07/2015, 14:40
Napoleón Bonaparte

El Corso realizó un leve giro de cuello, fijando su mirada en el tembloroso galeno. La mirada intrépida y aguileña de Bonaparte, rezumaba una profundidad capaz de atravesar a aquél que se encontrara ante él, provocando que Leblanc se atrancara en su ruego más si cabe.

- Dr. Leblanc... Tenía ganas de conocerle en persona, monsieur.- respondió educadamente el Comandante en Jefe del ejército francés. - He recibido informes realmente gratificantes de su trabajo con los enfermos y heridos de esta campaña, y eso me obliga a felicitarle por adelantado. - comentó ante todos los allí presentes. - Ahora, no se demore más y exponga el problema que haya observado.

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27/07/2015, 15:18
Dr. Emelien Leblanc

Aun sin espejo, tenía la absoluta seguridad de que el color había desaparecido totalmente de mis mejillas, y todo ello pese al orgulloso rubor que las palabras de Bonaparte me provocaban. Me esforcé en hablar de forma pausada, para evitar en lo posible que mi voz reflejase mi nerviosismo.

- Gracias - Dije con un asentimiento demasiado rápido y demasiado pronunciado, después tras una pausa, que a mí me pareció muy breve, solté la bomba - Tenemos un brote de Peste General - Trate de ignorar las reacciones que se produjesen y continuar con mi breve discurso - Parece que este limitado solo a algunos de los enfermos que atiendo, pero deberíamos aislarlos antes de que la enfermedad se extendiese. - hablar de medicina hizo que recuperase mi seguridad, y por un momento incluso olvide donde estaba y ante quien - Si puedo disponer de otra tienda y hombres, recomendaría hacer dos grupos, aquellos que ya presentan síntomas por un lado, y los que no los presentan por otro. El calor y la suciedad no nos benefician y careciendo de un tratamiento efectivo contra este enfermedad, solo podemos centrarnos en la detección temprana y la prevención de nuevos casos.

Solo al terminar mi discurso, recordé que al resto de los presentes, preguntándome si había sido acertado revelar esta información ante todas estas personas. Un motín provocado por el pánico era quizá lo único que podía empeorar aun más la situación.

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27/07/2015, 16:11
Napoleón Bonaparte

La revelación del Dr. Leblanc produjo un aumento en el rumor de los allí presentes. Sin duda, la detección de un brote de peste era un importante golpe a las aspiraciones de aquel gran ejercito. Aquello podía ser la mecha de una pérdida de fe y lealtad si se expandía con rapidez. Bonaparte se mantuvo en silencio con su gesto inquebrantable, mientras los allí reunidos se quejaban de la mala suerte que les rondaba...

¡¡Está bien!!- irrumpió el Corso con tono de autoridad - Ummmm... Peste...- continuó con sus diatribas mientras el resto del mundo aguardaba en silencio la decisión del Comandante en Jefe. - Está bien Dr. Leblanc. Agradezco su dedicación para sus enfermos y su amplios conocimientos de diagnosis. No le quepa la mayor duda, de que yo mismo me ocuparé de que los médicos militares se hagan cargo de la situación y sofoquen el núcleo de la epidemia...- dijo con tono resuelto y casi sin inmutarse. Si se hubiera tratado de cualquier otro oficial, hubiera existido la duda de que desconociera la neumonía bubónica, pero Napoleón... Bonaparte sabía a qué se exponía, pero era una mente demasiado fría y calculadora, incapaz de rendir su causa sin una variante salvadora.

- Ahora centrémonos en lo que nos pertoca- incidió cambiando el tema. -Según los textos encontrados, ese sepulcro posee riquezas inimaginables, capaces de alimentar la causa de Francia durante el siguiente lustro. Resulta de vital importancia hallar la tumba del tal Tutankamon.- afirmó con rotundida mirando a los que allí se encontraban. En cuanto a la caballería de Ibrahim Bey no se deben preocupar, pues yo en persona haré frente a esos turcos fanáticos.- añadió con fuego en los ojos.

También debo informarles de que no serán el primer grupo que marche tras la pista de la tumba...- dejó la frase unos instantes en el aire mientras volvía a fijar su mirada en las personas que se hallaban frente a él. - ... El cuarto pelotón de segundo regimiento de caballeros dragones liderados por el teniente Luc Lovain, marchó hace aproximadamente una semana con tal de cumplir esta misión. Como algunos de ustedes ya saben, no han retornado ni tenemos noticias de ellos. Hay varias hipótesis, pero comienzo a dudar de la supervivencia del escuadrón...- 

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27/07/2015, 16:32
Julien Duvaquel

- Si me permite mon Commandant, para una expedición de ese calibre necesitará una escolta adecuada...- comenzó a reflexionar el coronel de infantería. Era un hombre mayor y cuerpo enjuto, el cual se había dedicado íntegramente al ejército. Sus dotes sociales se conocían que estaban bastante limitadas e incluso anticuadas. Muchas eran las quejas que los científicos civiles habían proferido de los modos de Duvaquel, pero éste caminaba entre ellos sintiéndose inmune a todas esa reclamaciones.

-... Y eso podría debilitar nuestra posición en el frente...- continuó