Aewyn se detuvo instante a intersarse por Cinderel, justo después de comprobar el lamentable estado en que había quedado (manchado) su bastón. El caso es que se tomó cierto tiempo, a la luz de la llama de la antorcha que llevaba Rúrik, para aplicar ciertas curas a la mediana*.
Cinderel, tenías 12 puntos al recuperar vida de la magia de Aewyn, y con sus vendas has recuperado 2 más, es decir, estás al máximo de tu vida.
Aewyn, réstate una venda y otra más si le das una a Rúrik (que te la ha pedido, más bien se ha servido, jeje).
Una vez superásteis el mal trago de los roedores, no quedaba sino seguir la marcha en la última cámara de la tumba del Rey Phargroth. Tal vez el enano encontrara nostalgia al ver la cámara del descanso de uno de los grandes reyes de su linaje, o tal vez Cinderel encontrara un valioso tesoro allí abajo que le hiciera la boca agua. El caso es que los tres avanzásteis por el pasillo siguiente, la única ruta posible, doblásteis una esquina a la izquierda y vísteis de nuevo una serie de escaleras rectas y descendentes. Al final de las mismas, éstas doblaban a la derecha. El aire parecía estar cada vez más cargado a medida que descendíais.
Haced todos una tirada de 1d20 + Alerta.
- ¿Más escaleras? - Aewyn resopló resignada. No le hacía ninguna gracia seguir bajando por aquella tumba. Tras el ataque de los roedores estaba muy intranquila, y todo le daba muy mala espina. Miraba a su alrededor temiendo un ataque sorpresa. Solo esperaba que abajo no hubieran más ratas como las de antes... o algo peor.
Motivo: Alerta
Tirada: 1d20
Resultado: 11(+2)=13 [11]
Algo recuperada con los cuidados de la alfa, Cinderel empezaba a sobreponerse e incluso su carácter empezaba a tomar la misma energía de siempre. Preparó su ballesta de nuevo y se situó a espaldas de Rurik.
- Con un poco de suerte ya habrá pasado lo peor -dijo Cinderel con la esperanza de que sus compañeros lo creyeran y no. menguara su ánimo, aunque ella no lo tenía tan claro -. Vayamos abajo, con cuidado.
Motivo: Alerta
Tirada: 1d20
Resultado: 10(+2)=12 [10]
PNJOTIZADO.
Así es, aunque sea la tumba de uno de mis parientes, uno nunca sabe... -le dije a mis compañeras mientras portaba el hacha en una mano y ponía en vanguardia la antorcha en otro-. Entonces avancé poco a poco hacia abajo, mirando el descenso de aquella gruta lo mejor que podía.
Motivo: Alerta
Tirada: 1d20
Dificultad: 11+
Resultado: 17(+3)=20 (Exito) [17]
Fue entonces que el enano, la elfa y la mediana avanzaron internándose aún más en la roca. Bien debía guardarse el rey enano en su cripta, pues tan oscura y asfixiante era que resultaba difícil cómo alguien anhelaba guarecerse allí, y crear ciudades en el interior de las montañas, y todo ello por por placer. En cierto momento el grupo se detuvo. Rúrik lo hizo el primero. Vísteis que uno de los peldaños estaba algo levantado, y enseguida comprendísteis, a la luz de la antorcha que os guiaba, que se trataba un escalón falso. Parecía que estuviera allí como esperando al primer incauto que tragarse y hacerle caer por el gran hueco (y esque cada escalón era bastante ancho). El caso es que saltásteis sobre éste tramo, sin atreveros a pisarlo (lo cual os podría haber costado la vida), y tras girar una esquina a derechas llegásteis hasta una sala de techos amplios, muy amplios, mucho más que la sala encolumnada de la lucha contra las ratas.
Se trataba de un gran salón con paredes doradas en muchos tramos, y numerosas runas enanas aquí y allá, en el que había dos alturas. La primera y más baja era una especie de antesala del gran lugar, en la cual había un gran pozo oscuro y sin ningún pretil de seguridad (un agujero vacío y tenebroso con tan sólo acercarse); y el resto de la zona se erigía un peldaño por encima, y descansaban sobre sí cuatro grandes estatuas de seres humanoides, concretamente las formas pétreas de cuatro enanos muy parecidos a Rúrik, armados con cascos y placas sobres sus cuerpos, y hachas de distintos tamaños también esculpidas en sus manos. Pero la parte importante del salón no era sino un pequeño y último altillo, una especie de ancho pedestal en el que descansaba, custodiado por las cuatro estatuas, el sarcófago de piedra, con relieves esculpidos magistralmente como detalles. Ese era el corazón de la tumba del Rey Phargrot. Los restos del rey debían descansar allí.
Estáis al comienzo de la última sala.
- Si la baldosa de antes en la escalera era una trampa, sería prudente comprobar que el sarcófago no tenga otra. -dijo Aewyn mirando de reojo el pozo. Lo último que quería es que algo horripilante saliese de ahí, arrastrándose hacia ellos.
La atmósfera opresiva la agobiaba. Instó a sus compañeros a acercarse al sarcófago:
-Rurik, mi jovial amigo. ¿Quién mejor que tú para comprobar el sarcófago de tu noble congénere?
—Buena observación, compañera —admitió Rúrik mientras investigaba el sarcófago y el resto de la sala en busca de alguna baldosa que le llamase la atención o cualquier elemento que pudiese evidenciar la presencia de una trampa—. Los enanos somos desconfiados por naturaleza. Si hay un tesoro, hay algo presente para custodiarlo. Aunque ese "tesoro" sea uno de nuestros antepasados.
¿Tiro Atención?
- Vaya, parece que hemos llegado al final del camino... aquí descansan los restos del rey. Esas estatuas deben ser los custodios, sólo espero que no les de por moverse - bromeó Cinderel. - ¿Reconoces las runas, Rurik? Quizás haya alguna advertencia en ellas - señaló la mediana mientras avanzaba lentamente hacia ellas.
A Rúrik le pareció bien en hacer lo que sus compañeras esperaban de él, y no hizo ascos en tratar de inspeccionar el sarcófago de piedra sobre el pedestal diseñado para ello. Eso sí, cuando hubo de acercarse el enano, la parte superior del sarcófago presentaba unas runas de algún dialecto enano. Rúrik comenzó a escudriñarlas, y eran de color rojizo y resaltaban con lo gris y blanco del sarcófago. Cinderel y Aewyn esperaron un poco.
Rúrik, más que alerta, tira por Erudición, dif. 11. Y tira con Ventaja (osea, haz dos tiradas y quédate con la mayor), ya que tienes el talento "Afin a la Piedra".
Cinderel y Aewyn, tirad 1d20 + Alerta, dif. 11.
Aewyn estaba bastante agobiada. Miraba nerviosa las sombras que se proyectaban en las paredes, el pozo negro y las estatuas de mirada pétrea. Veía amenazas por todas partes. Cerró los ojos haciendo caso omiso al comentario de Cinderel acerca de las estatuas y trató de serenarse.
Motivo: Alerta
Tirada: 1d20
Dificultad: 11+
Resultado: 5(+2)=7 (Fracaso) [5]
—Sí… Creo que reconozco este diseño. ¿Podría ser…? —dijo Rúrik, pensando en voz alta—. Sí, creo que sí. Bwübwarin wothan, phärin… Verk und verk und verk… ¡Oh! Por poco se me olvida. No debería leerlas en voz alta. Así es cómo se quedó impotente mi primo Rórik.
Motivo: Leer las runas (Erudición)
Tirada: 1d20
Dificultad: 11+
Resultado: 4 (Fracaso) [4]
Motivo: Leer las runas (Erudición)
Tirada: 1d20
Dificultad: 11+
Resultado: 16 (Exito) [16]
Me quedo con el 16 entonces. A ver qué podemos averiguar.
Entonces comenzaste a leer:
Aquí yace Phargroth, el Grande;
hijo de Mergroth el Austero;
Señores de la Montaña Mutilada,
y herederos del linaje de los enanos de las colinas de Fuego, en Vaath.
Mi palabra es magna,
aun después de yaciente,
pues malditos sean quienes lean estas voces,
y quien trate de penetrar en mi lugar de eterno descanso,
pues de casa posterior
y herederos quedarán privados.
Rúrik se enjugó el sudor de su frente. Un escalofrío le había sacudido el cuerpo a medida que interpretaba aquella dura caligrafía, cuidadosamente tallada en la tumba.
—Vaya, pues resulta que este mausoleo sí está maldito. Lo que no termino de comprender son las últimas frases. O bien quedan estériles aquellos que lean en voz alta las runas, o, por el contrario, condena a una muerte segura y sin descendencia a los que perturben este lugar de reposo.
Se encogió de hombros, expectante, tras hacer un gesto a sus compañeras para que retrocediesen.
Esperaremos un poco a Cinderel, aunque si tarda mucho actualizaré.
- Los enanos sois especialmente ingeniosos a la hora de proteger vuestros tesoros. Me temo cualquier cosa - reconoció la mediana mientras miraba a todas partes intentando averiguar por dónde vendría la siguiente sorpresa-. Ninguno creíamos que esto fuera una excursión por el campo, seamos realistas. Pero donde otros cayeron nosotros tendremos éxito- mascullaba casi para sus adentros -... o eso espero.
Con mimo preparó la ballesta de nuevo. Encajó un virote y pegó su espalda a la de sus compañeros.
Motivo: Alerta
Tirada: 1d20
Dificultad: 11+
Resultado: 12(+2)=14 (Exito) [12]
Disculpad el retraso, he estado fuera de vacaciones y no contaba con no tener conexión tanto tiempo. Tendría que haber avisado, pero ya estoy de vuelta.
Aewyn estaba bastante alerta, pero a pesar de su capacidad de mirar en la oscuridad no lograba escudriñar nada fuera de lo común. Mientras el enano Rúrik estaba aún desentrañandos esas runas enanas, y mascullaba algunas palabras en su idioma, según iba leyendo sobre la piedra de la tumba, justo antes de confirmar (según él) que ese lugar estaba maldito. Mientras tanto, Cinderel aprovechaba para cargar un virote en su ballesta, y ser totalmente precavida.
Acto seguido, mientras las dos mujeres aguardaban a que Rúrik bajara del pedestal de la tumba, algo rozó el cuerpo de Cinderel, ese cuerpo pequeño y ágil de mediana. Cuando ésta se giró, observó tras de sí que un tentáculo había tocado su hombro, y emitió un alarido de alerta. Rúrik y Aewyn se giraron, y todos pudísteis ver lo que ocurría: del pozo que había cerca de la entrada se había elevado una criatura de aspecto blanquecino, tentacular y viscosa; un ser cefalópodo, con decenas de tentáculos y una cabeza siniestra con varios ojos rojizos (y uno central del mismo color y mucho más grande), cuya piel era húmeda y resbalante (y sobre ella decenas de babas blanquecidas cayendo por ellos). De alguna manera (seguramente apoyado por sus numerosos tentáculos y a pleno pulso), había ascendido hasta donde estábais de aquella gruta profunda... ¡¡AHORA OS ATACABA CON LOS TENTÁCULOS!! Y los lanzaba como latigazos contra vosotros.
Es un combate.
Iniciativas:
Cinderel: 18 --> declara y actúa.
Aewyn: 16 --> declara y actúa.
Rúrik: 15 --> declara y actúa.
Criatura: 11 --> Ataca a Rúrik con uno de sus tentáculo.s
Para atacarle, tirad 1d20 + bono de ataque. Su defensa es vuestra dif., y ese valor es 13.
Aewyn, tu puedes lanzar tus hechizos también, si quieres.
A Aewyn se le heló la sangre y sintió como las piernas le fallaban cuando se giró al escuchar el alarido de Cinderel y vio el horripilante monstruo que ahora les atacaba. ¿Qué demonios era eso? No tenía que haber perdido de vista el pozo. Su instinto le dijo que ahí se escondía algo pero, maldita sea, no le hizo caso.
- ¡No, no, no! - exclamó aterrorizada. De repente las ratas gigantes ya no le parecían tan terribles.
La elfa retrocedió trastabillando, intentando protegerse tras una de las estatuas de los tentáculos que cortaban el aire como látigos. Cuando le pareció ver que la atención de la monstruosa criatura se centraba en Rúrik, sacó con manos temblorosas su libro de conjuros y leyó unas runas con la voz más firme que pudo emitir. Este conjuro debía hechizar al monstruo de algún modo para que sus ataques fueran torpes e imprecisos, pero nunca lo había lanzado sobre una criatura así. Ojalá les diera una oportunidad, pues su poder estaba casi agotado.
Motivo: Lanzo conjuro: encantamiento singular
Tirada: 1d4
Resultado: 2 [2]
Rúrik se quedó pálido al ver a la criatura. Primero se fijó en sus múltiples ojos como rubíes y después en los tentáculos que se abalanzaban contra él. Era tal y como había sospechado: muchos enanos solían guardar criaturas que custodiasen sus tesoros*.
—No te preocupes, Aewyn, este no pasará de ser un plato más para el banquete que nos esperará al bajar de la montaña —dijo, preparando su hacha.
De un tajo, trató de cortar los tentáculos que se agitaban sobre él.
Motivo: Cortar tentáculos
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 15(+1)=16 (Exito) [15]
Motivo: Cortar tentáculos
Tirada: 1d8
Resultado: 8(+1)=9 [8]
*Así lo indicó su primo Rórik (el impotente) en su testamento, aunque nunca entendió la ironía de querer dejar a una cocatriz cascanueces protegiendo sus joyas y bienes más preciados.
- ¡CUIDADO! ¡DETRÁS NUESTRA! - gritó la mediana cuando sintió el repugnante tentáculo de la criatura-. Por todos los dioses... ¿qué es esto?-. Por suerte aquello pareció decantarse caballerosamente por el enano dejando a las chicas tranquilas, lo que le dio tiempo a Cinderel de apuntar al ojo central de aquella cosa y disparar su ballesta.
Motivo: Virotazo en el ojo
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 14(+1)=15 (Exito) [14]