Partida Rol por web

La última cena

El arte del buen comer

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06/11/2009, 18:18
Simone di Tomasso

La decepción se pinta en mi rostro… Esperaba más de un hombre santo, a menos cordura. Parece que en esta posada hay más gente de lo habitual, tal vez con demasiados propósitos ocultos. ¿El Mal? Sandeces… Todos los nobles tienen un lado más oscuro, pero por lo que dice este hombre el señor Giovanni podría estar violando jovencitas y luego bañándose en su sangre...

Un escalofrío recorre mi cuerpo, hay cosas con las que es mejor ni siquiera bromear.

Trato de observar el resto de conversación, al vez oyendo alguna palabra más alta que otra.

Notas de juego

Siento postear de forma tan proactiva, pero para mi personaje la situacion es así

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06/11/2009, 18:21
Segismundo

El posadero se acerca hasta tu mesa, saludando con denotada cortesía a los recien llegados, inclinándose ante ellos-sed bienvenidos a mi humilde posada, noble señor, bella dama... Estoy a vuestra disposición..-sólo despues de saludar como es debido, se atrevió a mirar a aquellos recién llegados-¿hay algo que pueda hacer por vuestras mercedes?

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06/11/2009, 18:25
Antoine Dimanche

El hombre te dedica una mirada rápida-buenas noches, soldado-en cuanto se acerca el posadero, la desaprobación se va dibujando en sus labios. Se mantiene en silencio mientras Segismundo habla, mientras su expresión de desagrado va aumentando progresivamente-dime, buen hombre, ¿son estos los invitados del señor Claudius Giovanni?-con un gesto de su mano, abarca toda la estancia, indicando que se refería a todos los allí presentes, incluido tú.

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06/11/2009, 18:28
Giovanna Paola

La joven por su parte asiente, como contestación a tu saludo, y se mantiene en silencio. También su rostro muestra desagrado, pero puedes notar que son las maneras del hombre que entró junto a ella las que la incomodan.

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06/11/2009, 18:31
Segismundo

En efecto, mi señor, la mayoría de los aquí presentes son invitados del señor Giovanni-responde el posadero, temeroso. Por parte del señor Dimanche no hay más palabra.

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07/11/2009, 18:44
Arno Daversa
Sólo para el director

La despido con una sonrisa y reanudo mi cena.

¿Enfermedad?... ¿Que enfermedad puede afligir a un hombre que puede permitirse cualquier tratamiento del mundo? 

Intento centrarme en la comida... ya que por muchas vueltas que le diera al tema poco podría sacar en claro.

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08/11/2009, 20:37
Branko Bramante
Sólo para el director

Miro al hombre con compasión, y le sonrió en realidad creo que el pobre no se ha dado cuenta que en su situación nadie lo contrataría, por lo menos como soldado. Mi querido amigo por mi lo haría, pero creo, que mis referencias no serian de muy buena ayuda, pues verá no conozco al señor Giovanni en absoluto, en realidad para mi es todo un misterio su invitación, sin embargo si llegan a preguntarme hablare sobre usted. Sonrió. Pero le pido que no se haga ilusiones, pues hombre de armas no soy, y no tengo influencia o relación de amistad con el señor Guiovanni...

Lo miro amablemente, sin embargo si alguna vez va a Bolonia, cerca de la universidad puede buscarme, seguro puede a ubicarlo en alguna labor...

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10/11/2009, 13:31
Dante Vittone

Extraño resulta, viendo este variopunto grupo de personas, que todos tengamos en común la atención del Señor de Stavlaquia - dice, mirando al aire, sin dirigirse a nadie en particular, aunque quizás en un tono demasiado elevado. Luego agacha la cabeza, susurrando unas palabras inaudibles por el ajetreo del local.

Dos personas temerosas de la obra de Dios,... - Ahora mira hacia la mesa, volviendo a hablar en un tono que podría escuchar una persona que estuviese atenta a él - dos soldados, un mercader, una gitana, dos nobles y dos personas de mundo,... - quizás debería pensar estas palabras, pero aunque educado, Dante nunca fue del todo sutil - No consigo entenderlo - y sujeta su cabeza entre sus fornidas manos.

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27/11/2009, 17:04
Director

Los recién llegados no parecen estar muy conformes. Se produce entre ellos y el posadero un intercambio de palabras algo escueto, tras el cual el rostro de Segismundo palidece. Éste se dirige después hacia las cocinas, secando con un trapo viejo el sudor de su frente y tirándolo sobre la barra, con cierto disgusto.

Por su parte, el monje entabla conversación con uno de los invitados, aunque parece bastante alterado. Éste también se aleja, quedando cerca de la barra, al lado de la mujer vestida con hábitos. Entonces la voz del soldado se escucha entre las otras, con claridad, en un tono más elevado que las demás.

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27/11/2009, 17:10
Giovanna Paola

Sin duda es algo cuanto menos sorprendente, y para algunos además indignante-dijo la joven, mirando de reojo al hombre de cabellos rubios y ropas nobles que se situaba a su lado-por ello es que deberíamos preguntarnos qué tipo de persona podría ser alguien que en estos tiempos osa reunir en un mismo banquete a gentes humildes, servidores de Dios, guerreros y nobles... -se encogió de hombros, y miró alrededor.

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27/11/2009, 17:13
Hammal Al-Fatar

Tenéis razón, bella damisela-el mercader se puso en pie. Su voz sonaba grave, profunda, y quedaba marcada por un notable acento extranjero, exótico-pero no creo que vos, siendo mujer, debáis opinar sobre un hombre que os tiene en consideración, y mucho menos abiertamente.

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27/11/2009, 17:49
Branko Bramante

Branko mira de un lugar a otro sin entender... talvez en algun momento perdió algún detalle de lo que estaba pasando, en realidad no entiende como de un momento a otro los ánimos de han caldeado, además de parecerle una falta de cortesía por parte de los presentes ante el hombre que los acoge y las personas que los han alimentado, el posadero y el señor Guiovani. Si me disculpan, digo de manera pausada, creo que no debemos faltar a la cortesía de aquellos que nos acogen, sean quienes sean... miro a la mujer... en realidad algunas damas no tienen delicadesa, seguro es una niña mimada. Debo recordarles que todos aceptamos la invitación con libertad, os dire que eso es relevante porque dudo que ninguno estemos en contra de nuestros deseos, de igual forma estoy seguro que el permanecer en esta reunión también obedece a la voluntad de cada cual, y el no permanecer es una postura también respetable, aunque...-  iba a decir grosera pero me retracto- poco delicada después de la invitación del señor Guiovanni..

Miro a todos con una sonrisa, consciente que la respuesta de los demás puede ser desfavorable, sin embargo la gente sin escrúpulos

Más bien los invito a disfrutar de la estancia y de la oportunidad que poco se tiene de compartir con otros y tener distintas experiencias, yo por mi parte estoy encantado con la comida, y creo que repetiré un poco de ese cordero.

 

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27/11/2009, 20:32
Sor Katarina

Termino de comer en silencio, dejando hablar a los demás comensales. No sé a quién dirigirme, ya habrá tiempo de conocerlos mañana, imagino. Cuando termino, dejo la cuchara de palo en el cuenco y lo retiro ligeramente. Al girarme un poco me doy cuenta de que el hermano ha venido hacia la barra.

Buenas noches, frater —digo, en italiano, suponiendo que me entenderá. Espero que no mortifique demasiado mi acento oriental—. Pax Domini sit vobiscum*—añado, con la cabeza gacha.

Notas de juego

*La paz del Señor sea con vos.

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27/11/2009, 21:07
Simone di Tomasso

Al fin habla alguien. Esta reunión estaba demasiado silenciosa, el señor Giovanni hace bien en dejarnos solos, supongo que observando con ojos y oídos todos lo que pasa, no suyos, claro. Sonrío ligeramente, tanto por mis pensamientos como por la forma de actuar de los demás. Parece que una de las damas ha empezado a perder la compostura, tal vez demasiado nerviosa para razonar con claridad. A pesar de ello no parece que sus palabras sean reflejo de su sentimiento, sino de los de su acompañante. Un hombre en apariencia frío.

No seremos suficientemente buenos siquiera para ganarnos una palabra de su señoría.- pienso con sorna, especulando sobre la relación entre esos dos… La joven es francamente bonita.

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01/12/2009, 15:21
Dante Vittone

Una chispa se encendio en sus ojos...

Levanto la vista, volviendo su consciencia a la sala en la que llevaba todo el rato sentado... escuchó las palabras de aquel joven cordial que no se había fijado si se había presentado o no, aunque creía recordar que le presentaron como Branko al entrar en la sala. No le hizo mucho caso, no esta vez.

Giró su cabeza, mirando a aquel hombre que había comenzado el pleito.

Acusáis a la joven, mas luego afirmáis que tiene razón... eso me hace pensar que vos también criticáis al Señor de Stavlaquia... ¿un perro de Alá si tiene derecho a criticar a un noble? - disimula una sonrisa entre sus mechones negros - Lo siento, es que he olvidado la cadena jerárquica de los permisos... - estira el cuello, dejando caer su cabeza tras sus hombros y sus malcuidados mechones a lo largo de su espalda... Respiró hondo, una vez, dos veces,.... pero la sonrisa no se le borraba de la cara.

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02/12/2009, 22:11
Director

Los ojos de la mayoría de los allí presentes se posaron sobre el soldado. La espectación se hizo presente, la tensión palpable

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02/12/2009, 22:13
Hammal Al-Fatar

De pie como se encontraba, clavó sus oscuros ojos sobre aquel que había increpado contra su persona y además blasfemado contra su Dios-¡Que Alá me libre de las palabras de un blasfemo creyente de un Dios falso!-dijo, intentando mantener la calma, mientras una de sus manos se introducía en el interior de su chaqueta.

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02/12/2009, 22:20
Branko Bramante

Se queda en silencio mientras niega con la cabeza. Definitivamente siempre debe existir que haga el problema. Ojala no tengamos que separarlos.

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02/12/2009, 22:30
Sor Katarina

No puedo evitar asustarme primero ante las palabras del soldado, que ofende a un hombre que parece poderoso, y seguramente tan cruel como se cuenta de todos esos horribles hombres moros que aterrorizan a medio mundo. Y la respuesta del árabe no se hace esperar, y es más, blasfema sin pudor alguno en tierras cristianas. Busco corriendo, entre las arrugas y bolsillos de mis hábitos, mi rosario de madera, para comenzar a rezar.

¡Por Dios! ¡Qué blasfemia! —digo, escandalizada, cuando al encontrar el rosario no puedo evitar mirar hacia las mesas, entre asustada e indignada. Me levanto, porque no quisiera que se derramase sangre, y comienzo a rezar al Señor y a la Virgen en un susurro, en busca de su intercesión.

Pater noster, qui es in caelis, sanctificetur nomen tuum...

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03/12/2009, 00:12
Dante Vittone

En un movimiento brusco se impulsó hacia alante y golpeó fuertemente la mesa con ambas manos. Su pelo, grasiento y poco cuidado, le caía de la cabeza cubriendole la cara... ocultando su sonrisa... por... fin...!!!.

Jajajaja, las palabras ya están dichas, no se si tu Dios podrá cambiar el pasado. - levanta la cabeza, mirando a ese hombre. Inclina su cabeza lateralmente, en un signo de curiosidad - Creía que tu gente valoraba la hospitalidad por encima de todo, ¿acaso piensas sacar un arma bajo este techo? Menuda falta de modales...

¡En fin! - su tono de voz se elevó una octava, mientras estiraba su cuello y sus brazos, ya de pie frente a su mesa. Llevó su brazo a la cintura, acariciando suavemente la espada por su pomo - No tengo problemas en ponerme violento, pero sólamente lo haré fuera.