Partida Rol por web

Salimos en el carruaje mirándonos unos a otros.

Tan solo eramos desconocidos un día y otro teníamos que confiar nuestras no vidas a los demás. Y pese a todos nuestras nuevas habilidades existía un decreto bajo pena de muerte total: La mascarada. Menuda pinta nuestro grupo! Un gitano, una dama noble, un soldado, un Arabe, un autista dos nobles y... un monstruo. Y quién no lo es, de todos nosotros. Y luego estaba yo, un pícaro, que no distaba mucho de ser lo que era antes, solo ahora le daba mas valor a la sangre, incluso a la de los allí presentes.

Toda sangre tiene un propósito. Me dijeron con las nuevas enseñanzas. Vale. Ahora tengo que guardar la sangre en frascos para luego usarla. Quizá el perfumista me deje algún frasquito de los suyos.

Pero pronto el carro se paró. Un árbol caído por la tormenta. ¿Oh, no lo dije? Lo peor de ir a regañadientes en una misión suicida con completos desconocidos no era que la posiblidad e morir fuera elevada. No. Lo peor era que llovía.

Sin embargo, justo en la puerta del carro cuando quise salir recordé algo.

¡Que estúpido era! No sabía porque pero algo me olía mal. ¿Acaso no lo había yo hecho mil veces? Asaltar carros con el viejo truco del tronco en el camino. Me erguí mirando a todos lado. Puede que fuera una tontería. Pero había que estar seguros.

Justo cuando Roderigo sale del coche seguido por alguno de ustedes. Se escucha un  ATACADLOS, QUE NO QUEDE UNO VIVO.  Comienzan a sentir que algunas flechas impactan el coche.

No les ven muy bien, pero  el golpeteo de las flechas al carro es evidente.

Sin saber quienes nos atacaban me dispuse presto a acabar con ellos. Buscando cobertura en el árbol caído localice al mas cercano para intentar abatirlo con la espada.

Había que mantener la mascarada. No sabíamos si eran simples cuatreros o realmente sabían lo que éramos. Así que decidí actuar como lo hubiera hecho en otras ocasiones.

- Duquesa, resguárdese!!! Acabaremos con los bandidos!- Sabía que ella no necesitaba guardia ninguna, pero había que aparentar. Si ella y Mariana se resguardaban en el carro, si alguien intentaba atacarlas tendría que entrar dentro. Y entonces su destino sería fatal, pues lejos de la vista de los demás, podrían destrozarlo sin problemas.

Me encontraba apunto de comenzar a jalar el árbol cuando escucho que nos quieren atacar y digo:

-Vengan malditos!!! que mi carne se paga cara,si quieren algo de mí tendrán que matarme.

Pero por estar tan oscuro no logro verlos con claridad y espero que intenten atacarme.

Cuando llevábamos un rato ya de camino, y avanzando trabajosamente entre la lluvia, caemos presa de la más pueril de las emboscadas: Un árbol, en medio del camino, obstaculiza nuestro avance y, al disponernos ya sea moverlo o cortarlo, varias flechas caen sobre nuestro transporte y se escucha a un individuo gritar, a modo de arenga, al resto de sus acompañantes...

ATACADLOS, QUE NO QUEDE UNO VIVO

Algo... un instinto primigenio, me alerta al respecto de la escaramuza en la que nos vemos involucrados: Si fueran bandidos normales desearían robar nuestro carro y pertenencias sin importarles que huyéramos; estos, en cambio, parecen desear darnos muerte por encima de cualquier otra consideración.

Desenvaino la daga y trato de escurrirme entre las sombras a la vez que intento discernir la magnitud del enemigo al que nos enfrentamos y hallar alguna forma de escapar si fuera menester...

Me mantuve en silencio en la caravana hasta que nos detuvimos abruptamente por un accidente en el camino. Cuando salimos algunos a ver qué sucedía nos encontramos con que Roderigo había avistado un árbol caído en mitad del camino, y habría que cortarlo para seguir avanzando.

Me preguntaba si tendríamos las hachas para eso cuando pude escuchar un grito en la oscuridad. Al momento me di cuenta de que alguien nos estaba atacando, probablemente asaltantes, y desenfundé mi espada, sin embargo, por más que miraba alrededor, no lograba ver de dónde provenían los enemigos, y no veía ningún bandido, por lo que solté una maldición. "Usan la oscuridad para cubrirse... cobardes." Pensé, mientras me ponía en guardia. — ¡¿Pueden ver algo?! — Pregunté a mis aliados, mientras vigilaba que nadie se acercase a mi con intención de atacarme.

          " Por favor señores no se expongan a convertirse en dianas de esos cobardes bandidos arqueros ocultos en la oscuridad, pónganse en cubierto y prepárense para disparar o flanquear a los tipos que saldrán en un momento confusos de su escondite, por donde escuchamos la voz de su líder, mientras que trato de hacer un truco que aprendí hace poco para quitarles su ventaja a estos villanos "    

          Les susurró la duquesa María Borgia al resto de los hombres que comenzaban a aventurar se tras Roderigo salir del carruaje y comenzar a ser atacados por flechas mientras que se mantenía cubierta dentro del carruaje y trataba de jalar a Mariana cerca de ella para que no fuese sorprendida por un disparo antes de comenzar a rezar en latín para poder concentrarse en manipular las sombras alrededor de la zona donde escucho la voz del líder de los bandidos, no solo para rodear lo a él, sino a los otros bandidos a su alrededor para que tomaran formas humanas con armas y se movieran amenazantes, antes y después de decir en voz alta y con autoridad para que todos aquellos que les rodearan la escucharan:

          " Que tontos o ilusos son turba de cretinos!  Su torpe líder los ha traído a una emboscada ... porque nosotros hemos venido aquí como carnada para atraer los, para que el resto de los hombres del señor Giovanni caiga sobre ustedes ... . en este momento terminan de hacer un cerco para rodear los ... así que rindan se de una buena vez yo intercederé para que les perdonen la vida, pero esta oportunidad se acabara para los que insistan ... aquellos que lo duden miren a sus espaldas "    

El chasquido de las flechas clavándose en la madera del carruaje hizo saltar a Relicta. El que un día fuera Giuliano Piccolomini sintió el miedo atenazar sus entrañas, pero la sensación apenas duró un instante. Ya no era un pobre fraile, inarme e indefenso ante el ataque de los salteadores. Ahora era un Hijo de Caín, superior en todo a los mortales. Un gruñido animal, corto y amenazante, nació de las sombras que ocultaban su rostro bajo el capuchón.

Animados por la refriega y los gritos de los atacantes, algunos de los nuevos vástagos empezaron a desenvainar todo tipo de armas, abriendo la puertezuela del carromato y saliendo al húmedo frío del bosque en busca del enemigo. Toda la atención de sus compañeros se centraba en la maraña de ramas, matojos y oscuridad que les rodeaba, escudriñando la noche.

Fue entonces cuando Relicta... desapareció.

Conocía la táctica, conocía el estilo y la forma de proceder. Era una forma de asaltar grupos de viajeros y parar caminos que era relativamente simple y común, aunque aquel grupo de bandidos parecía más numeroso que el de unos simples campesinos rebeldes que buscaban robar algo. La oscuridad no le ayudaba a actuar y la prisa nunca era una buena compañera en situaciones de combate, bien lo sabía él. Por ese mismo motivo, Pietro calculó sus acciones, algunos de sus compañeros más impetuosos habían salido a combatir, ellos le ayudarían a identificar la posición de sus enemigos.

Con calma el mercenario desenvainó sus armas pero continuó en el interior del carro, parcialmente guarecido, mientras observaba los primeros compases del conflicto y decidía como actuar.

Me oculto en el carro con el fin de defender a las mujeres si es necesario.

Miguel Briand Aranda  fue más rápido que todos, una vez comienza el ataque, él se lanza como una fiera fuera del coche frente a la primera sombra que vio que se movió, realmente su estocada fue como la de un tigre que asecha en la noche, y el hombre  realmente no logró ni siquiera darse cuenta en su huida que le habian dado en la espalda, por tanto cayó al suelo  herido mortalmente hacia un sueño eterno.

Mientras tanto Abdul Al Hazim  se lanza al ataque, trata de ver a los asaltantes sin éxito pero conciente de de que en cualquier momento atacarian se asumió la postura que por años habia entrenado en la defensa de su señor, así que espero con la total confianza que el próximo en atacar sufriría su ira.

Por otra parte el  ex religioso, ahora llamado Relicta el abandonado, desaparece y al mismo tiempo Pietro Pagliuca  listo para el combate  sale con su espada dispuesto a matar a quien le ataque. Kavi  armado y gritando ofensas no logra ver nada pero esta dispuesto a matar al primero que quiera atacarle, al mismo tiempo que  Victor se agacha cerca de las damas,  y sacando un cuchillo que habia guardado.

Es entonces que la duquesa muestra algo de su poder, lo cual ayudará en parte en poner en igual situación el combate, si ellos no les ven, le sera muy dificil verlos a ellos. Usando su habilidad de sombras oscurece más la carroza,  haciendo que los que los atacan deban ir a por ustedes  si quieren matarles.

Marianna entonces se agacha, y a pesar de las sombras hechas por la duquesa dice: Cuidado, arriba- dice en un murmullo. Roderigo se habia  escondido cerca de los caballos, dispuesto a matar a cualquiera que se les acercase.

Mientras tanto  Jean Baptiste pone atención a sus atacantes, los cuales no solo podía ver sino tambien oler.

Desapareces a los ojos de los demás caminando lento y tratando de  acercarte, y es en ese momento que notas que hay  uno en especial que esta oculto en un tronco, el sujeto dispara pero no sospecha tu presencia.

Hay unos cinco sujetos subidos a los arboles que además de lanzarles fechas pueden saltar encima de ustedes, el resto, calculas más de cinco se ocultan en los troncos, y uno en una gran roca. Sin embargo notas que uno te ve y se lanza hacia ti.

Frente a la rápida reacción inicial tres hombres saltan de los arboles hacia ustedes, y dos salen desde las brumas para matarles, el primero salta hacia Miguel con espada orientada hacia él, pero con tan mala coordinación que no le cae ni cerca, y no le impacta. Un hombre  notando que ha sido descubierto salta encima de Jean B, con sus piernas directo a su cuello con el fin de derribarle. Un segundo se lanza encima de Pietro apuntando su espada hacia él, mientras que otro aparece al lado de Kavi  dispuesto atacarle con su espada. Un hombre sale del bosque directo hacia Abdul Al Hazim atacandolo con su espada larga y haciendo un grito bastante desagradable.

El resto de los atacantes  se quedan resalgados y  posiblemente no lanzan flechas por miedo a darle a los suyos con las sombras que hacen más oscuro el panorama.
 

Al emerger de la carreta logro ubicar a los asaltantes que, gracias a mi nueva condición, olisqueo, percibo, siento de una manera extrasensorial.

Tampoco me pasa desapercibido, en absoluto, el ataque de uno de los bandidos que trata de darme una especie de patada dirigida a mi cuello. Poco habituado a este tipo de escaramuzas, de un modo que diría reflejo, instintivo, la Sangre se traslada por mi cuerpo inerte, dotándome de un Poder desconocido para mi hasta ese momento.

No logro esquivar la patada del tipo y le asesto un corte con la daga que, a pesar de ir bien dirigido, no da la sensación de causarle excesivo daño:

Cinco arriba en los árboles, cinco en los troncos y uno tras una roca! - anuncio - Cuidado!

Ver la sangre manar del hombre al que había matado me hizo relamerme.

Eran mortales. Sangraban.

No eran vampiros. Lo que aún no sabía era si ellos sabían lo que nosotros éramos. Afortunadamente la Duquesa y Mariana estaba en el carro, e hicieron también de las suyas: Crearon una confusión en las sombras que de no ser un cainita, hasta yo mismo me la habría creído. Eso le hizo sonreir.

Los asaltantes estaba organizados pero no demasiado, pues presa de la desesperación algunos saltaron de sus encuentro en refuerzo de alguno que había muerto por nosotros.

- Abdul!! Pietro! Protejan el Carro! Las Damas sabrán lo que hacer- grité justo cuando uno salto sobre mi y conseguí esquivarlo- Donde narices estaba nuestro Monstruo?

Me apresté a matarlo pero sabiendo que venían mas clavándole mi espada y a la que caía, empujándole contra el otro adversario mas cercano, pero no tuve esa suerte en un momento de tanto estres.

      La vampiresa LaSombra crear una nube de negrura en la zona donde escucho l avoz del lider de los bandidos para que le afecte a él y cualquier otro en un rango de 6 metros a su alrededor, bloqueando cualquier luz e incluso parte del sonido.   Los que quedaron atrapados en su interior (y han sobrevivido) describen la nube como viscosa y enervante. Esta manifestación física da crédito a las historias de los Lasombra, que aseguran que esta oscuridad es algo más que una mera sombra.

       " Señores encargarse de los que tienen enfrente, que yo distraeré a los otros mientras tanto " 

       Los tipos rodeados por el Sudario de la Noche reducen las reservas de Resistencia en dos dados, ya que la masa asfixia y acosa a las víctimas. Más de un mortal desafortunado ha quedado “ahogado” por las sombras.  Los mortales y animales envueltos en la nube deben hacer tiradas de Coraje para no huir.