Partida Rol por web

La última cena: Crónicas Giovanni

Escena Final: El monasterio de Japhet

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17/09/2017, 08:34
Duquesa María Borgia, viuda de Sforza

- Muchas gracias Mariana! Haz hecho lo que intentaba hacer, por favor volvamos a ver más adelante - Dijo la duquesa a la neonata Giovanni cuando reaccionó tras su aparición, pero antes de que desapareciera, después de eso se agachó para revisar las ropas de su propio director para encontrar información acerca de los suyos o de los conspiradores y cuando Hardestat toma la palabra la LaSombra asiente y le responde: -Señor, si me lo permite le pido clemencia por Jean Baptist y Relicita, si lo hace podría vincularlos conmigo y yo responder por ellos - La cainita responde al antiguo Ventrue con determinación pero sin mirarlo a los ojos

Notas de juego

Continuará

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17/09/2017, 16:55
Abdul Al Hazim

Yo tambien me ofrezco como garante de  Jean Baptiste y Relicta- dice en voz alta. Sus sires les confundieron. Explico lo que puede servir aunque no estoy convencido de ello. Si la Duquesa responde por ellos, yo la apoyo.

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17/09/2017, 18:06
Miguel Briand Aranda

Casi tan pronto como el huracán empezó, dio paso a la calma.

Una calma bastante relativa.

Mi sire yacía a mis pies como el árbol cortado de la raíz. Y mi espada goteaba su sangre, orgullosa de haber separado su cuello del resto del cuerpo. Por mi parte no sentía nada. Verlo allí descuartizado supuse me supondría alguna alegría. Pero en cierto sentido prefería mas la sensación de "libertad", la del "no seras controlado por nadie" que la de la propia venganza.

Habia matado a muchos. Cientos. Quizá miles en la guerra. Una que no era mía. Quizá el sentido de matar no fuera el adecuado para mi. Y en esta ocasión, pese a tener un motivo fallido como era salvar a Japhet, la idea de matar a cuanto se me pusiera por delante solo era un "sigue por ese camino y al final giras a la derecha". Algo normal en mi vida. Una muerte mas.

Envainé mi espada y cerré mi mano en llamas para que se apagaran, a la vez que oía la voz de Kavi bajo la estatua. La situación era algo cómica, desde luego. ¡Es el peso de Dios! casi me atrevo a decirle mientras empujaba la estatua a un lado y le ayudaba a incorporarse.

-¡Arriba, hermano!- Pues de sangre bien podíamos serlo, o mas bien de necesidad de ella.

Mientras tanto Hardestat y los suyos ya habían acabado con el resto o les habian hecho huir. Giovanni fue apresado, poderoso pero decepcionado por el desenlace de su plan.

- No llueve a gusto de todos, ¿eh, Guiovanni?- Me atreví a sisear entre mis colmillos a modo de burla cuando lo prendieron los hombres de Hardestat. Al igual, el deforme y el perfumista también fueron apresados, como parte de su traición.

Porqué se pusieron en el otro bando es algo que desconozco. Cada uno tiene sus motivos. Pero podrían tener turbia la mente. Valoraba el esfuerzo de la Duquesa por intentar salvar su no-vida. Yo no era tan escéptico. Es lo que tienen las ratas de cloaca, que no se fían de nadie.

Cuando todo hubo pasado, me acerqué a la Duquesa.

- No he tenido tiempo de darla las gracias. Por ayudarme con Lord Casmir.- la tomé por la cintura y la bese momentáneamente. Puede que fuera un vestigio de lo que antaño fueran "sentimientos humanos". Tampoco es que supiera dar las gracias a una mujer de otra manera. -Merci mon Duqesa! Búsqueme si me necesita.- Susurré al tiempo que separaba mis labios de los suyos.

Puede que no se lo tomara bien, pero era algo que me daba igual.

Lo siento.

No soy un buen caballero. Era lo que era y siempre lo sería. Sabia que mi nueva no-vida no iba a cambiar lo que había sido durante la vida anterior. Si bien cambiarían muchas cosas, pero jamas mi forma de vida ni lo que durante años había sido.

Me subi al caballo y guiñe un ojo a la Duquesa. Al resto los saludé con un gesto de la cabeza.

- Au revoir! Puede que nos veamos mañana. O puede mas adelante. También puede que nunca!- Tiré de las riendas del caballo con una mano para que diera la vuelta. Con la que tenia libre tiré algo al suelo cerca de mis compañeros, Kavi, la Duquesa y los demás... Algo para que me recordaran si no volvíamos a vernos.

Una carta. La sota de corazones.
 

"Y el ratón sale del cepo con el queso"

 

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17/09/2017, 22:47
Pietro Pagliuca

Paseaba por el campo de batalla con la vista baja viendo los restos que había dejado el combate mientras que en su muerto cuerpo aparecía una sensación de tranquilidad y confianza. El momento después de la batalla y el olor a muerte era un sentimiento que afloraba en él de nuevo y le era grato pues sentía una sensación similar al que vuelve a casa tras una larga ausencia. La guerra era su oficio y él era un buen profesional.

La primera parte había terminado, pero todavía guardaba resentimiento contra algunos de los culpables de su estado actual. Tampoco estaba contento con su actuación en aquella batalla, había querido matar a Giovanni pero no había podido su desconocimiento de las habilidades de este le había jugado una mala pasada y eso había hecho que no pudiera planear su actuación con la precisión que a él le hubiera gustado. Sin embargo todo eso daba igual aquello había acabado por el momento. Esa guerra en la que había sido un peón había llegado a su fin y ahora comenzaba una nueva y extraña etapa que no sabía que le depararía.

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18/09/2017, 00:19
Anfitrion

Frente a las suplicas de los demás frente a la situación del nosferatu y el Tzimisce, Handestadt hace una señal de que dicho tema se hablaría despues.

Tambien se llevaron al resto de los conspiradores  que  se dejaron capturar dado que algunos como el ravnos, la settita y el brujah escaparon.

El ejercito de Handestadt invade el lugar mientras los monjes lloran la muerte de Japhet.

El mundo de las tinieblas cambiaría para siempre.

Notas de juego

Ver epílogo.