Partida Rol por web

Sale

Tensa, miré a Himiko a la espera de respuesta, y luego a Lia cuando intercedió por mi y por último a Himiko de nuevo, buscando en su expresión algún atisbo que indicara un cambio de opinión tras el intento de negociación de la chica, que yo estaba más que dispuesta a aceptar.

Kat también habló antes de que Himiko se pronunciara, obligándome a recopilar fuerzas para ser capaz de ignorarla por completo y ni tan siquiera mirarla para demostrar a Himiko que no volvería a dejarme llevar por los nervios. A palabras necias oídos sordos, aunque por dentro le gritara que se callara, que dejara de hablar sin conocimiento de causa y que no volviera a dirigirme la palabra tal y como le exigí en las habitaciones.

- Gracias - Contesto a la vampiresa cuando esta toma su decisión, asintiendo de manera nerviosa un par de veces antes de echar una clara mirada a Lia y volver a mirar a Himiko para repetirme antes de que se marche - Gracias, de verdad. - Agradezco a las dos por última vez y me marcho en dirección al pasillo de las habitaciones, donde está todo el trabajo por hacer.

A pesar de la rabia que momentáneamente se había apoderado de mí, me sentí bien al dar aquel par de gritos. Había conseguido desinflarme por dentro, desahogarme, sentirme en paz, pero esta sensación duró poco. Casi de inmediato empecé a ver como la mayoría me miraba, algunos extrañados, otros llevándose las manos a la cabeza.

¿Tan fuerte he gritado?

Siendo observada, y tras dejarme llevar de aquella forma, en seguida me sentí avergonzada. Noté como el color invadía mis mejillas, y agaché la vista, mirando hacia un lado.

Al menos mi reacción parecía haber servido para detener aquella pelea, y al volver a mirar a los chicos pude ver como Makoto se hacía con los cuchillos y trataba de calmar los ánimos, y como Victoria finalmente se retiraba, justo antes de que Himiko se levantara y comenzara a caminar.

¿Viene hacia mí?

Apartó a Makoto de su camino, y pronto pude confirmar que venía en mi dirección, dirigiéndome una fría mirada al llegar a mi altura. Pero no fue su mirada, sino sus palabras lo que helaron mi sangre; no por lo que se me reprochaba, lo cual no entendía, sino por su amenaza. Me quedé boquiabierta, confusa, no entendía absolutamente nada.

No me dio tiempo a réplica, y es que inmediatamente se dirigió a Katarzyna y Victoria, deshaciéndose del problema que suponía Erik y condenando a estas al destierro.

Yo también debería irme…

Antes de que reaccionara Ben ya se encontraba frente a mí, preguntándome entre caricias si estaba bien, si lo que había pasado “había sido yo”. Cada vez me sentía más confusa, y simplemente me dejé abrazar, mientras me susurraba lo que debíamos hacer ahora. Estaba de acuerdo con ello, y es que tras las palabras de Himiko y ver lo que había hecho con Erik justo después, no creía que fuera seguro continuar allí.

Ni siquiera entiendo qué le ha molestado tanto, no he gritado más que lo que haya gritado el resto, esto es muy extraño.

Ben se separó de mí, acariciando mis mejillas y mirándome a los ojos, expectante.

-E-estoy bien… - fue lo único que acerté a decir, antes de que se girara a preguntar a Himiko.

Miré su brazo, recubierto de escamas, y llevé mi mano hacia este, recorriéndolo con las yemas de mis dedos para sentir la particular textura.

-Ben… ¿Q-qué es lo que he hecho? ¿Ha sido para tanto? – le susurré, agarrándome al escamoso brazo.

Tras recibir la respuesta de mi novio, pudimos oír como Giulia agradecía a Himiko su acción y ponía en marcha el entierro de T.J, intercediendo por Victoria en el proceso. Katarzyna por su parte trató de explicarse, ya más calamda, aunque su discurso seguía sin parecerme del todo coherente; había habido demasiadas cosas fuera de lugar. Las cosas se pusieron en marcha, y algunos fueron saliendo de la sala, mientras Himiko insistía en una cosa: “Dad peso a vuestras palabras”.

Tengo que hablar con ella.

Las últimas palabras de Katarzyna no me pasaron desapercibidas, y tras la salida de Himiko solté a Ben y miré a la rubia.

-Ojalá supiera lo que hay que hacer… - suspiré decaída y llena de frustración. – S-sí, pensaba que lo sabía... Teníamos que trabajar juntos, averiguar qué había pasado, encontrar a la última, convencerla de que no tiene que temernos… Pero, ¿De verdad no tiene que t-temernos? Ya no estoy tan segura… - agaché la mirada y me acerqué nuevamente a Ben, agarrando una de sus manos con fuerza.

El hecho de que sus puños hubiesen empezado a irradiar llamas había superado a Mike, el cual con tal de conseguir apagar las inoportunas llamaradas- a priori inofensivas para él- trató de concentrarse, evadiéndose de todo lo que lo rodeaba con tal de evitar que aquello echase más leña al fuego-nunca mejor dicho-

Gracias a su dsiciplina marcial, forjada con años de duros entrenamientos, logró poner su mente en blanco y calmar sus emociones.

Cuando había abierto los ojos se encontró solo en la habitación , aliviado al comprobar que sus puños habían vuelto a la normalidad. No podía haber pasado mucho tiempo, así que se decidió a buscar al resto del grupo; la situación era delicada y quizá fuese necesaria su presencia.

Tras deambular un poco por el pasillo, lo que parecía una discusión retumbando en las viejas paredes del castillo le llevó hasta la puerta del comedor. Sin duda ahí se encontraba el grupo y al parecer estaban discutiendo acaloradamente.

En cuanto fue a coger el picaporte de la puerta, esta se abrió de golpe, saliendo Himiko de la estancia sin si quiera dirigirle una mirada.

En cuanto entró se encontró con un panorama desolador. Erik estaba tumbado boca abajo, con la cara metida en un charco de sangre. La gente estaba disgregada por la sala, algunos en grupos de dos, pero todos mantenían una expresión terrible, mezcla de preocupación, rabia y desasosiego.

Al entrar, el rostro de Mike apenas cambió, mostrándose tan inexpresivo como es costumbre en los rostros asiáticos, si bien sus labios formaron una mueca y su piel palideció un poco.

-Eh...

Elizabeth parece confundida. No comprende lo que ha pasado, lo cual debe ser lógico, puesto que no lo ha hecho de forma consciente ni premeditada. Al igual que todo lo que nos sucede por primera vez, cada vez que nuestra naturaleza se manifiesta de una nueva forma, es toda una sorpresa.

Cuando has gritado... -Comienzo a explicarle, en voz baja- ...he notado un intenso dolor de cabeza. Y los demás parece que también. Podría ser algún tipo de aplicación ofensiva de tus habilidades, o algo así. -Le doy un beso en la frente, cariñosamente- Pero no te preocupes, no ha pasado nada grave, y aprenderás a controlarlo. Ya lo verás.

Noto cómo su mano acaricia las escamas de mi brazo. Las invoqué en previsión de un enfrentamiento con Erik, que Himiko parecía pretender propiciar, aunque finalmente no ha sido necesario. La vampiresa está loca, se ha vuelto demente o algo así, y es peligrosa. Cuando se agarra a mi brazo, hago que las escamas desaparezcan, volviendo a mostrar mi piel humana habitual. Elizabeth se aparta de mí para hablar con Kat, mientras yo sopeso opciones y hago una pequeña lista de lo que necesitamos.

Estoy más que decidido a marchar de aquí cuanto antes.

Tengo que hablar con Himiko. -Le digo a Elizabeth cuando vuelve a mi lado, dándonos la mano- ¿Quieres venir, o quedamos luego en alguna parte?

Cuando Ben me contó lo sucedido con mi enfado me resultó increíble, aunque realmente todo encajaba. Lo insólito lo encontraba en que pudiera tratarse de una habilidad ofensiva. Al principio sentía que no era capaz de aportar nada por no tener un poder de ese tipo, pero ya había asumido que mi capacidad consistía en otra cosa, y estaba cómoda con ello, lo había asumido completamente. Ben me instó a no preocuparme, junto a aquel tierno beso en la frente, pero algo así me resultaba inevitable.

Entonces, ¿Qué es lo que soy? Mi habilidad se basada en los sentimientos, no pensé que… Pudiera hacer daño con ellos.

Entonces suspiré, consciente de lo paradójico de lo que estaba pensando, y es que los sentimientos y emociones resultaban a veces mucho más dolorosos que los golpes.

Necesito saber más, tengo que saber quien soy de verdad.

Tras responder a Katarzyna y coger a Ben de la mano, este me recordó en seguida que tenía que hablar con Himiko, lo cual me dio a entender que no sólo estaba decidido a marcharnos de allí, sino que quería hacerlo cuanto antes.

Y cuando sepa lo otro querrá hacerlo aún más.

- Q-quisiera disculparme. – A pesar de todo.  Le dije algo nerviosa, y es que la vampiresa había conseguido asustarme. – Después me gustaría hablar con M-makoto, más si vamos a irnos de aquí… - continué susurrando para no ser escuchada, nerviosa, aunque ya no por temor, sino por el conflicto que había entre ambos. – Podemos volver a reunirnos cuando terminemos... Cuando acabes quiero contarte algo.

Apreté su mano y me dirigí hacia la salida junto a Ben.

Pasa demasiada mierda en poco tiempo y yo estoy demasiado desguazado para hacer nada. Las discusiones sólo me levantan dolor de cabeza y me ponen de peor humor. Luego viene la mierda de dolor repentino, justo cuando grita la pelirroja, que me hace llevarme las manos a la cabeza y cerrar los ojos. Joder, vaya puto día.

Al final, todo acaba con la buena y dulce Himiko atravesando el cráneo de Erik con un cuchillo. El sonido del cráneo rompiéndose de forma repentina retumbará por mi cerebro durante horas, igual que el sonido del cuerpo de Erik chocando contra el suelo. Tampoco causa en mí gran impresión, pero no puedo evitar fijar mi mirada en el charco de sangre que se va formado bajo el cuerpo. No es agradable en absoluto, pero sin embargo no me remueve por dentro en exceso. Es como si Erik se hubiese deshumanizado para mí.

Mientras los demás van largándose no digo nada, me reservo mis propios pensamientos. Esto ha llegado ya muy lejos. Esta mierda nos va a marcar a todos por el resto de la misión. Posiblemente la joda del todo.

Tengo mierda en la que pensar.

Sin decir nada, me levanto, hago un gesto al perro y salgo camino a las habitaciones.

 Entro a la cámara frigorífica y cojo una lata de comida.

 Me siento y dejo la lata sobre la mesa frente a mi, sin tan siquiera abrirla. Estoy desanimada y tensa, y aunque ni de lejos tanto como ayer, lo suficiente como para no tener muchas ganas de comer.

 Me quedo mirando la lata, debatiéndome entre si comer o no, esperando a que alguien venga al comedor o percibir movimiento para ir con los demás a quemar el cuerpo de T.J., empezar a arreglar las habitaciones o ayudar con lo que pueda.

Después de una noche de sueño intranquilo y pesadillas recurrentes por los hechos acaecidos el día anterior, logro despertarme y levantarme para ir hasta el comedor y tomar el desayuno... o lo que fuese que vayamos a encontrar que no signifique bolsas de sangre o cuerpos disecados prácticamente.

Hacía 3 días que estabamos aquí y ya se habían descontrolado significativamente las cosas, sumado a ese extraño humo que me rodea en ocasiones y no se que significa.

La vampira me da impresión cada vez que la veo, me da desconfianza y no puedo evitar pensar sus dientes en mi cuello como las típicas películas de los años 70.... de hace 300 años atrás. La incertidumbre me está matando también, sin saber que estamos haciendo aquí y porque fuimos elegidos para tener que estar en un lugar tan desolado y distante como este.

En fin. Será cuestión de acostumbrarse un poco, el ser humano es adaptable. Y el tiempo permite que todo se vuelva una constante en nuestras vidas. Habrá que ver que pasa hoy.

 Estoy sentada en la mesa, dándole vueltas a la lata de comida que no se si abrir o no sin muchas ganas de comer, desanimada y triste, cuando oigo entrar a alguien.

 Giro un momento el cuello para ver de quien se trata y veo a Rox, que coge otra lata de la que sí se anima a comer, pero mi única reacción es volver a mirar la lata que tengo entre mis manos, y darle vueltas desde la tapa, pensativa.

 Apenas he intercambiado unas palabras con esta chica en los tres días que llevamos aquí, así prefiero callarme a correr el riesgo de que otra persona me acuse o me conteste un borderío, además de que no me siento especialmente social. Por ahora, lo único que espero del día de hoy es quemar el cuerpo de T.J. para quedarme en paz con el desagradable tema de ayer, y comenzar con la reparación de las habitaciones para mantener la cabeza ocupada y distraerme de todo esto. Tal vez explore el castillo cuando tenga ganas y tiempo.

Entré en el comedor y saludé a las dos chicas que se encontraban allí con un simple "Buenos días!", no tenía mucho tiempo.

Entré en la cocina y cogí una lata de comida y un cubierto y lavé los dos que había bajado de mi habitación y volví a salir.

Agarro una de las latas y al ver que no soy la única en la habitación me acerco hasta Vicky.

- Hola. ¿Te importa? - le pregunto, aunque no le doy tiempo a que me responda y me siento directamente. - Que día el de ayer ¿no? Esperemos que algo así no se vuelva a repetir.