Partida Rol por web

Uuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhh, que te pillas de nuevo.

La biblio está abierta, así que entraré de cabeza a por mi libro. Te contesto si lo encuentro, si ha desaparecido o si se ha podrido.

-No creo que sea una buena ide....

Los gritos provinientes del pasillo tensaron de golpe a Mike. Parecía que algo grave estaba ocurriendo. Y habría salido corriendo hacia el pasillo de no ser porque en aquel preciso instante Erik se encontraba desatado, y no estaba dispuesto a dejarlo libre y  a solas con Katarzyna por el momento.

-Mierda...Katarzyna, hazme el favor de asomarte al pasillo y ver que está pasando. No cierres la  puerta y si me necesitais ahí fuera, simplemente llama.

A toda prisa se abalanzó sobre Erik para volver a hacer los nudos que la chica acababa de desanudar.

-Lo siento tío, pero te va a tocar estar un rato más atado,al menos hasta que me asegure que está todo bien ahí fuera

Pasamos unos momentos juntos, a solas, como si nada malo sucediera, pero la tranquilidad iba a durar poco.

Nos encontrábamos vistiéndonos, dispuestos a reunirnos con los demás, cuando empezamos a escuchar gritos desde el pasillo, a la vez que sentimos como aporreaban la puerta.

-¿Victoria? -me pregunté- ¡T.J! – grité mirando a Ben, terminando de bajarme el suéter.

Me dirigí rápidamente a la puerta, ya vestida pero descalza, abriendo esta y corriendo hasta la habitación donde se encontraban los chicos.

Abrimos la puerta sin llamar, dándonos cuenta de que Rina ya se encontraba allí.

-¿Qué sucede? – pregunté asustada, acercándome poco a poco a la cama, dándome cuenta de que Victoria tenía muy mala cara.

Ben y yo nos miramos, temiéndonos lo peor.

No digas idioteces y busca tu puñetero libro.

Cuando me tomó por la barbilla y de pronto se oyeron gritos desde fuera, también me sobresalté un poco girando la cabeza hacia la puerta. "¡Jo-der!

-Son unos histéricos esta gente...-Suspiré agachando la cabeza y volví a mirar a Nya para escuchar su motivo.

-¿Tu hermana? ¿Recuerdos?-Mi cara de pokerface era bastante exagerada pero natural como ella sola. Pero no terminaba ahí.-¿Otra naturaleza?

 Pierdo la paciencia y acerco las manos a los brazos de Rina una vez más, haciendo el amago de agarrarlos como para pedir explicaciones, siendo capaz de reaccionar para reprimir ese impulso antes de agarrarla al pensar que podría interrumpirla si lo hacía, cuando vi que Liz y Ben entraban a la habitación. -L-la herida de T.J. se abrió y... - Hablaba con voz temblorosa mientras miraba cómo Rina trataba de sanar al chico. Sus curaciones hasta ahora habían surtido efectos obvios, y cada vez me sentía más inquiera al ver que no era así esta vez. Una vez más, algo no iba bien. Me mordía las uñas de una mano mientras dejaba el otro brazo cruzado, haciendo fuerza contra mi cuerpo, nerviosa.

 -¿R-Rina? ¿Qué pasa? Estaba... Estaba hablando con él hace solo un momento.- Tensa, hablaba en voz baja, con un nudo en el estómago, como si temiera que mi charla pudiera desconcentrarla.

Los gritos de Victoria hicieron salir a Katarzyna.  Con la seguridad de que se trataba de cualquier tontería, y cansada de todo el día, exclamó.

¿Qué sucede?  -  dijo Katarzyna con cierto cansancio en la voz.

-Ya sabes la cueva del yuyu eterno, la puerta del pasado... tú cuando llegaste a Beni te plantaría una pegatina en ese escritorio que tienes por torso y diría "te nombro machaca. ¿Quieres té?"-en el pasillo se oía a la rubia pavisosa blablear, quizá los gritos habían surtido efecto y empezaban a convocar gente en el pasillo-¿Qué narices pasa ahí fuera? En fin... te decía lo de la cueva. A nosotras nos recibió una niña que tenía miedo por haber hecho daño a alguien y ella nos llevó a Beni-se tiró de un tirabuzón. ¿Cuánto llevaba sin alisarlo?-esa niña era nuestra hermana. Antes éramos tres. Ella había recibido toda clase de bendiciones sobrenaturales de nuestra abuela, una señora del hielo muy poderosa según Beni... y ella murió y a nosotras nos bloquearon esa parte de los recuerdos mientras que ella se convertía en un fantasma incapaz de hallar la paz y trascender.-se humedeció los labios y se pasó una mano por la cara-suena a que somos una mierda ¿eh? Quién puede olvidar a la tercera gemela... pues nosotras. Mi familia entera. Borraron todo rastro de ella y Beni no podía ayudarnos a saber más. Miró en nuestro interior y dijo que no podía decirnos qué eramos porque no solo teníamos una naturaleza sobrenatural alternativa.-levantó dos dedos-teníamos dos pero la segunda no podía discernir qué son.

Hizo una mueca de incomodidad intentando captar alguna emoción a través de la experta cara de póker de Kurt sin captar absolutamente nada.

-... ahora es cuando reaccionas exageradamente o algo, pero no te quedes callado.

Himiko entra en la habitación y se queda junto a la puerta mientras observa la escena, la vampiresa seria dice:

- Que ha sucedido?

Observaba uno a uno a los que estaba allí esperando una explicación de lo sucedido, sin embargo, parecía bastante complicado determinar su estado de ánimo en ese momento

Había sido llevado por los asiáticos; y bajo idea de Mike atado para evitar algún problema más aun para el momento en el cual el joven recuperar la conciencia.

Kat había llegado a la habitación y pudo contemplar aquella mirada perdida, cuando se había acercado para aflojar las ataduras. Aun así no oponía resistencia el cuerpo que se demostraba débil bajo un estado casi vegetal.

El estomago del cocinero sonaba por hambre pero aun así, el cuerpo, la boca no parecían moverse; nadie sabía cuanto tiempo podía estar así Erik, minutos, horas, días, solo era cuestión de esperar

Cuando empezó, asentí, había sido más o menos así mi charla con Beni. Al oír ahora a la otra, simplemente desvié los ojos, pero seguía intrigado por lo que tenía contar, por que me diera esas respuestas.

Cuando terminó, mi cara seguía prácticamente igual, aquello ahora no era desconcertante, sino sorprendente y a la vez un tanto desolador. Y hasta que no dijo que reacción debía tomar no solté un exagerado-¡Oooh!-Levantando los brazos como si te hicieras el sorprendido ante un niño.

-No vale lo siento, es que...no tengo palabras. es todo tan...wow...-Moví las mis dos manos con la palma abierta haciendo círculos alrededor de mis orejas.-Es como toda una conspiración contra vosotras, alucinante y...-hice una mueca intentado encontrar la palabra adecuada-...desolador, me impacta bastante.

Miré de reojo mi bajo y me levanté aun alucinando.

-Y si no te importa...-cogí la pequeña toalla que había en el y me fui al baño para humedecerla un poco. Al volver cogí el bajo y volví a sentarme.-Mientras voy a ir limpiándolo un poco.

- ¿En qué pelea se ha metido esta vez T.J.? - pensó Katarzyna cuando acudió a los gritos de Victoria.
- Bueno, seguro que no habrá mucho peligro, tal y como está. - llegó a susurrar para si misma.

Entró en la habitación, con cierta pesadez debido al cansancio, pero a la vez con cierta urgencia. Su mente tardó en procesar la escena de T.J. desangrándose, tendido en la cama. El shock le recorrió el cuerpo, petrificándola durante un instante. Su cara, ahora pálida como el mármol, dibujaba una expresión que mezclaba pavor y angustia.

Corrió como un rayo, arrodillándose en la cabecera de la cama, para poder ver el rostro de T.J. Le tocó la cara, buscando desesperadamente algún rastro de vida. Cualquier reacción. Cualquiera. Pero sin éxito. Se volvió hacia Rina, que había estado intentando curarlo desde un principio. Intentó reprimir un sollozo:

- Rina, por favor, te lo ruego, cúralo - le temblaba la voz.

Le costó un esfuerzo sobrehumano el reprimirse para no coger a la japonesa y agitarla para obligarla a darse prisa. Los segundos pasaban, teniendo Kat el corazón en un puño, anhelante del resultado. Pero nada sucedía, nada cambiaba el hecho de que T.J. seguí allí tendido, sin vida.

Para entonces Himiko había entrado, aunque Katarzyna fue incapaz de saber cuánto tiempo llevaba allí. Su desesperación venció el miedo que le tenía a la vampiresa.

- Por favor, te lo ruego, Himiko ¿puedes hacer algo? - suplicó, agarrándose a un clavo ardiendo.

Estamos junto a la cama, de pie, poniéndonos la ropa de nuevo y, de cuando en cuando, cruzando miradas cómplices y sonrisas nerviosas. Hemos pasado un rato agradable, íntimo, lleno de amor, algo que creo que necesitábamos. Hemos pasado por demasiadas cosas, últimamente, pero sabemos que nos tenemos el uno al otro. Disfrutar de estos momentos nos da fuerzas.

Pero antes de llegar a calzarnos, oímos gritos desesperados en el pasillo, la voz de Victoria, golpes, agitación. Elizabeth sale corriendo hacia la puerta, descalza. Yo voy tras ella, pero antes me agacho a toda velocidad y cojo mis zapatillas con una mano y las suyas con la otra.

Las voces nos llevan a la habitación donde dejamos a Victoria y T.J., y más gente se une a nosotros. El tío está en la cama, desangrándose sin parar, mientras Rina trata de cerrar la herida. Al parecer, sin éxito.

¿T.J.? Joder...

Me quedo estupefacto, mirando al chaval. El calzado de Liz y mío, que traigo en las manos, se me cae al suelo sin prestarle atención. Por mi mente se cruzan los escasos momentos que he compartido con él, cuando le corté en seco en la cueva, durante la cacería, su borde respuesta al preguntarle por lo suyo con Erik.

No articulo palabra alguna, sólo me quedo mirando mientras Kat suplica a Rina y a Himiko que le salven. Me sitúo junto a Elizabeth y le doy la mano sin apartar la vista del chico.