Partida Rol por web

Escucho las palabras de mis comañeros pero sobre todo la del gradiador, "La idea de que se os ha ocurrido no es mala, y como seguidor de Myrdinia, he de alabar tu ingenio por un buen plan de poner a los enemigos en una posición que vulnere su capacidad numerica" le digo al gladiador, "pero primero, si me permitis comentar, creo que tal vez habría que buscar, cualquier forma de poder atacarles, tal vez podamos matarlos en pequeños grupos para reducir su numero, o buscar una posición donde tener la ventaja, aparte de buscar una callejuela en la que sacar provecho del vuestro plan" digo a mis compañeros, el plan no era malo, pero tal vez había que ultimarlo antes de ponerlo en marcha.

- Si, no podemos precipitarnos. - Habló Marius muy seriamente. - Tenemos que buscar el sitio idoneo. Quizas desde los tejados podamos tener una mejor prespectiva.  tenemos que ir todos a una. 

Para ello tenían que hablar y convencerconvencerto sacerdote que su plan era el mejor. Eran pocos hombres y si no permanecian juntos dificilmente saldrian de aquella y Hagendorf caeria en manos de los norses. Miró a sus compañeros con orgullo y finalmente posó sus ojos sobre Luis.

- Elige a un compañero y ves a hablar con el sacerdote. Dile que nosotros buscaremos una zona donde atacar en igualdad de condiciones. Que hasta entonces no se muestren al enemigo. - Posó su mano sobre el hombro de su fiel amigo. - Confío en que podrás convencerle. Creo que deberías llevarte a Mordak. - Afirmó. - Espero volver a vernos. Suerte.

Miró entonces a Buri y a Ellidor y salió corriendo hacia la zona que debian inspeccionar y buscó un edificio alto al que subir y desde las alturas examinar la mejor opción para llevar a cabo su plan.

Buri se quedó observando las espaldas de Marius y Eldillor con una expresión nubosa. Miró por encima del hombro y luego su hacha. Un pensamiento atravesó su cabeza antes de que se diera media vuelta y empezara a trotar nuevamente en dirección a los muelles, donde habían desembarcado del Wellen Brecher hace unos escasos momentos. Con un poco de suerte, el tiempo alcanzaría para que el enano pudiera llevar a cabo sus intrinescos planes.

"buena idea, Marius" le digo al gladiador, "mordak, ¿me acompañas al ver al sacerdote?" le digo al mago antes de irme

Mordrak analizó todos los planes que proponian sus compañeros intentado tomarse en serio todos, pero no pudo evitar mostrar una sonrisa ante el plan del enano, era ingenioso, pero...

Ante la pregunta de Luis el hechicero no dudo un instante - Por supuesto, aunque he de dejar claro que las artes diplomaticas no son mi especialidad - en ese momento se giró hacia el resto - Nos vemos a la vuelta compañeros - y se marchó haciendo un gesto al estaliano para que liderara la marcha.

Veis como el Estaliano y el hechicero Mordrak parten en busca del sacerdote para transmitirle vuestro plan.
Al verlos alejarse una sensación de amargura invade vuestro pecho. Puede que sea la última vez que lucháis codo con codo y solo sigmar sabe si volveréis a veros en un futuro próximo, como hombres libres.

Ese pensamiento recorre vuestra espalda con un escalofrío solo de pensar en aquellos compañeros muertos durante la travesía, aquellos que fueron levantados de nuevo por la magia negra y a los que tuvísteis que volver a matar. Ojalá no haya otro nigromante entre las filas del enemigo que levante a vuestros compañeros contra vosotros.

Os apresuráis recorriendo el muelle con las armas en la mano, dispuestas para presentar batalla. A lo lejos el Wellen Brecher, encallado en la playa, no presenta activadad a bordo, salvo tal vez, los demasiado heridos para luchar que se ocultan en su interior.

Pasáis al lado de una casa ardiendo, con dos cadáveres achicharrados en el quicio de la puerta abrazados. La ropa y piel han sido ya consimidos por el fuego y solo los músculos ocultan cada vez menos los ennegrecidos huesos.
El ruido de batalla se presenta cercano. Avanzáis con cautela hasta otra calle donde unos hombres, compañeros de la travesía, luchan contra guerreros norses del caos. Distintos a los que os habéis enfrentado en el barco, puesto que estos no son marineros, llevan armadura y saben manejar muy bien sus armas.

- Si vas a ausentare, Buri... - Le dijo posando su mano sobre el hombro del leal enano. - ...nosotros seguiremos. No hay tiempo que perder, eso es seguro. ¿No vienes con nosotros? - Le preguntó.

No sabía que era lo que Buri tenía en mente, pero desde luego, si era una ocurrencia como la anterior, era casi mejor que se pegara un tiro en un pie. Lo que si era evidente, era que el tiempo jugaba en su contra y sobre todo, en contra de los defensores de Hargendorf. Si Buri compartía con ellos lo que tenía en mente, podía ser que le acompañaran o incluso que le esperaran, pero si simplemente se marchaba, él y Ellidor, deberían cumplir con lo estipulado.

El enano frunció el ceño cuando la mano de Marius se posó sobre su hombro. Se descolgó el hacha de Kargun de la espalda y le mostró la yema del dedo pulgar que aún tenía el profundo corte sobre ella, como esperando a que el hombre entendiese sus motivos. Sin embargo, le dedicó unas últimas palabras en bajo volumen antes de separarse.

—Hice un juramento con el matador. Y no lo voy a honrar poniéndome a pelear en los callejones esperando a que me rodeen y me maten. No espero que lo entiendas, solo que lo respetes.

Y tras esto, el silencioso enano se dio la vuelta, colgó el hacha de vuelta sobre su espalda y echó a andar. Solo Grungni sabía lo que tenía planeado.

Mordrak se detiene ante la situación que tienen en frente, pero sin apenas dudar sigue con su camino - Vamos, no podemos ayudarlos a todos... - dice en un tono lúgubre mientras avanza.

El elfo tenia la nariz y el ceño fruncido, como si estuviera oliendo algo muy malo... mas era el rostro producto de las palabras del enano. No es que le molesten las presencias de estos... todo lo contrario, no sentía el malestar que sus congeneres, pero estos que ha conocido, le parecen algo toscos y no han sido corteses en ningun momento.

Si reconocía que eran duros de roer y grandes luchadores.

Una vez se fuera el enano, Eldillor mira a Marius -Estimado... Movámonos-

No le agradaba que se esfumara el grupo, pero entendía que cada uno tenía una tarea que ahora debían cumplir sin basilar. En excepción del enano, que quien sabe que rayos iría a hacer.

No quería dejar a esos pobres hombres allí abandonados, pero Mordak tenía razon, para empezar estaban mucho mas blindados y parecían tener mayor habilidad con las armas que los norses corrientes, así que lo mejor era no meterse "vuestrad merced tiene razón, si al menos estuvieran Marius o Buri tal vez sería posible vencer a esos guerreros, por lo que sera mejor que corramos a pauso raudo hacía nuestro objetivo"

Os movéis ágilmente por el puerto, escondiéndoos un par de veces para evitar varios enfrentamientos que hubieran retrasado la búsqueda del Alto sacedote.

Al fin el muro del puerto acaba y con él la última casa dando paso a un terreno irregular con arena de playa. Allí se encuentra el Wellen Brecher, encallado y quieto. Sus velas ondean libres a favor del cálido viento procedente de los incendios de la ciudad. A medida que os acercáis distinguís los daños en el casco y la quilla, los agujeros en las velas y los cabos de abordaje colgando por la borda.

  -¡Indentificaos ahora o morid como siervos del caos!.- Dice una voz desde lo alto del mástil, en el puesto de vigía.

Tras un rápido vistazo al enano emprendéis la marcha adentrándoos entre las casas. El calor pronto se hace agobiante, el humo de los incendios quema vuestros pulmones y el olor de la sangre impregna el ambiente.

Oís ruido de lucha. Os acercáis cuidadosamente hasta la próxima esquina donde veis como varios compañeros del Wellen Brecher combaten contra guerreros norses, pero a diferencia de los que había en el barco, estos van equipados con armaduras y se ven mas hábiles en el diestro arte de la muerte.
Mas allá podéis distinguir el portón de la muralla que da acceso a la ciudad y el puerto viejo, acercándoos a vuestro objetivo. Sin duda a partir de ahí las calles serán mucho más peligrosas y mortales con el ejército enemigo tan cerca.

Vuestros compañeros se encuentran en apuros, pues es una lucha desigual que quedaría igualada si intervenís, pero eso os retrasaría en vuestra búsqueda de un lugar óptimo donde combatir al enemigo y distraer sus fuerzas de la entrada principal.

Tras la carrera llegas ante el barco que habíais abordado. Subes pesadamente la pasarela mientras echas una ojeada atrás. Tus compañeros, Eldillor y Marius se adentran entre las casas en llamas en busca de ese lugar donde combatir al ejército enemigo.
Luis y Mordrak corren por el puerto en dirección al Wellen Brecher, para encontrar al alto sacerdote Jacobsen y explicarle el plan de Marius.

Llegas arriba. La cubierta sigue igual, con los seis cadáveres manchando las tablas de madera con su sucia sangre caótica.

- Es cuestión de estadísticas... - Le dijo Marius a Ellidor, no sin dolor en su corazón.  - Si encontramos el lugar donde ganar ventaja,  serán muchos los que sobrevivan...

Marius estaba muy convencido de sus palabras. Nada más le gustaría que saltar sobre aquellos bordes y sesgar sus vidas, ayudando así a sus compañeros del Wellen Brecher, pero tenían una misión más importante en esos momentos. No obstante, si Ellidor le hacía una sola señal para acudir a la ayuda de aquellos buenos hombres, Marius se rendiría e iría a por ellos. 

Asintió con la cabeza y dijo -Me lees la mente compañero- No le agradaba dejar a nadie morir, pero en esta ocasión, era distraerse por honor y por estupidez, no tener el resguardo de la ocultación que por ahora poseían y serviría para llegar a destino.

Si bien los números eran buenos para combatir en las calles letales, la rapidez en grupo no era una opción en estos momentos.

Buri se pasaba por la cubierta e intentaba buscar entre los laterales de los demás barcos algun pequeño bote salvavidas que pudiera ayudarle a llegar al Puerto Nuevo sin necesidad de atravesar hordas de enemigos o peligrosos callejones sin salida. Si utilizaba un bote no solo sería ignorado por los norses si no que podría cubrir un camino más largo en poco tiempo. Afiló la mirada intentando buscar en todos lados, sería difícil hallar uno en buen estado, pero no imposible.

habíamos llegado al barco, "Pardiez, somos Luis y Mordak, hemos estado en la travesía, tenemos que hablar con el Alto sacerdote Alförd, hay algo importante que comentarle" le digo al vigía, el cual únicamente hacía su trabajo, pero ahora no había tiempo que perder.