Partida Rol por web

Bram se pasea por la estancia como el que no quiere la cosa, mirando con disimulo a las instalaciones de seguridad del local. Queda un poco decepcionado al ver nada mas que un par de camaras de seguridad y a una unica persona que va armada con un rifle de asalto, pero nada más. Teniendo en cuenta que es un eliseo, y además uno importante como es el de Londres, la seguridad a priori es un poco deficiente.

Por otro lado la música ambiental comienza a subir de volumen hasta establecerse en un punto en el que aunque se puede hablar sin problemas, se sigue oyendo la musica, y veis a bastante gente que comienzan a bailar, como si de una discoteca se tratase.

Con tranquilidad busco un sito tranquilo donde pasar desapercibido y desde donde poder observar tanto a mis compañeros como a los asistentes a la fiesta , permanezco en mi posición a no ser que vea a algún rostro conocido o algo me llame la atención. 

Al igual que mis compañeros empiezo a dar algunas vueltas por el lugar llevando conmigo mi maletin y de vez en tanto saludo amablemente a los asistentes ya sea con un movimiento leve de la cabeza como con un simple levantamiento de la ceja derecha. A pesar de ser una gran reunion de vastagos no logro dar con caras conocidas o del clan lo cual me decepciona en gran cantidad y me obligan a continuar caminando siempre manteniendo la etiqueta y elegancia del lugar pero abierto a la socializacion

Me acerco a Gunnar y le comento en voz baja las medidas de seguridad mientras añado lo que pienso sobre ellas:

- Para ser una fiesta con altos cargos...la seguridad es mínima...deberíamos andar ojo avizor por si las cosas se tuercen...

Estoy realmente preocupado por todo esto. Pensaba que esto sería algo más serio y parece más una fiesta universitaria que una reunión. Realmente entiendo porque el sabbat está ganando terreno.

De repente la musica se para. Los invitados parecen no darle importancia. Las puertas negras de ebano se abren de par en par dejando ver unas mesas con sillas marrones y al fondo de la sala siete sillas rojas y una purpura. Entran los justicar en la estancia y toman asiento. De entre los invitados a la fiesta van poco a poco yendo hacia la sala solamente unos cuantos de los que estan alli, entre ellos podeis ver a Gabriel sentando en una de las sillas marrones. No os ha mirado, sabe que lo que tiene entre manos es importante y esta concentrado en su tarea. Despues todos los principes y justicars se levantan para recibir correctamente a la princesa Teresa, la cual toma asiento con gracia y distincion y despues se sientan todos los demas. Las puertas negras se vuelve a cerrar y tras eso se oye como si un porton de hierro se hubiese cerrado desde dentro. La reunion ha comenzado y la musica vuelve a sonar. Los vampiros que quedan ( unos 30 vampiros) y alrededor de una veintena de mortales siguen bailando al son de la musica. De vez en cuando algun mortal se os acerca a vosotros diciendo que si quereis tomar algo o cualquier cosa, sobretodo a Yuki, que se le acercan un par de hombres, notablemente bebidos.

Ante el silencio en el lugar, detengo mi mirada en aquellos que comienzan a entrar a la sala de reunión. "Los Justicars, aquellos que pueden aplastar principados como si los regentes fuesen meros insectos", pienso con excitación. Mis ojos se abren de par en par y una sonrisa se esboza en mi cara.

La puerta se cierra y todo vuelve a ser un bullicio. Vampiros zarandeándose de aquí para allá, bailando entre los mortales que se convertirán en su cena. Veo a muchos de los humanos bebiendo hasta hartarse, despreocupados y entregados a un juerga y lujuria total.

Unos hombres se me acercan, unos mortales. Los observo con una sonrisa mientras tratan de invitarme alguna copa. Dejo el vaso que tenía en mis manos sobre la mesa, y me levanto de la silla acercándome a uno de ellos.

Tomo el hombre de las manos poniéndolo junto a mí, apretándonos. Paso mi mano por su estómago y empiezo a bajarla hasta su ingle. Al mismo tiempo, con la otra mano, lo tomo del cuello y lo acerco hacia mi rostro. Imagino el aire de confianza que debe tener, la idea de una victoria sexual que ya está en sus manos.

Acerco mi boca a la suya una vez mi mano llega a su entrepierna. Aprieto sus testículos con fuerza y le doy un beso. Una vez que apago su grito, me acerco a su oreja.

"- Ahí tenés muchachote, ¿a dónde fue a parar tu hombría ahora?- le susurro irónicamente-. Aléjense ambos de mí en este instante... no serán los primeros que pierdan sus pelotas por hacerse los estúpidos conmigo... amorcito- agrego".

No quieres soltarlos, quieres tenerlos agarrados durante mas tiempo y quien sabe, te han caido simpaticos y todos, una voz te grita que es hora de cenar.

Estais preocupados porque Yuki ha vuelto a poner mirada ausente y gesto psicopata en su rostro, y tiene a dos mortales agarrados por la entrepierna mientras juguetea con ellos, sabeis que teneis que actuar rapido, pero estais en un eliseo y Yuki o los suelta o teneis un problema porque Kiyu dara orden de matar, aqui y ahora, y despues de esos a cualquiera que los tenga lo sifucientemente grandes como para decirle algo, aunque tal vez Mischa pueda decirle algo...

Maldito Sentencix... pero no voy a morder aún... quiero jugar un poco antes y ver que pasa XD.

Me risa se marca de par en par. Siento el olor en el hombre que tengo apresado, su alcohólica peste fluir por sus poros ante el miedo que le hago sentir.

"- ¿Qué pasa bebe?- le pregunto como si fuese una criatura-".

Lanzo una bocanada de aire al costado de su cara mientras emito una levísima carcajada. Lo miro un instante y me acerco a su cuello. Paso mi lengua, humedeciendo el lugar y haciéndole a él temblar a mi gusto.

Siento algo más fuerte que yo que me incita a hacer lo que hago... me incita a ir más allá. Una sonrisa abre mi boca y mis dientes comienzan a crecer. Escondida tras la cara del hombre, miro a mis compañeros que se encuentran cerca de mí. Un fuego me recorre los ojos, y los miro mientras jugueteo besando su cuello y riendo.

 Mierda...la jodida vampira se le ha ido la olla como siempre...ya nos hizo lo mismo en USA...

Me levanto y me preparo para entrar en acción y detenerla o calmarla. Aunque bueno eso es más fácil de decir que de hacer. La jodida es una auténtica psicópata; y eso incluye su maestría con armas blancas.

- Gunnar...échame un cable que la asiática la va montar como en el almacén...

Camino lentamente hacia ella para ver qué decide hacer porque es capaz de descuartizarlos ahí mismo si le damos opción.

Donde esta su amigo el ruso , se supone que debería cuidar de ella , a la mínima posibilidad de que la arme la cogemos cada uno de un lado y la sacamos de aquí hasta que se calme........

Parece que al final la fiesta se puede animar...

 - Pues mira en la sección de vodkas... - respondo mientras lo busco con la mirada - ...oye actuamos antes o después de que los descuartice...

En parte deseo que haya algo de jaleo pero no creo que a nuestro príncipe le pareciera bien así que habrá que tranquilizar a la tigresa asiática.

Puedes oir unas voces confusas, como si alguien habla desde dentro del agua, no llegan a tu mente con nitidez. En tu mente con nitidez solo llegan dos voces, la de Kiyu hablando a gritos para que mates a esas dos personas alli mismo y por otro lado a Yuki llorando suplicando clemencia para salvar a esos dos.

Mis ojos continúan agrandándose, mi pecho se agita ante la emoción. La sonrisa que llevo se marca cada vez más y más hasta que se muestran sin dificultad mis dientes.

Veo a mis compañeros atentos a mí accionar, un tanto tensos por lo que hago. Abro mi boca hacia ellos haciendo bailar mi lengua y volviendo a meterla mientras me río. La excitación me apresa, no creo aguantarlo más. Fijo mis ojos en su rostro y luego en su cuello, y me acerco lentamente.

De repente me detengo, siento voces gritándome, ordenándome desde la lejanía. Miro a la nada por sobre el hombro del sujeto que tengo apresado. No comprendo ya qué sucede. Observo nuevamente a mis compañeros y mi rostro se cubre de desconcierto y miedo.

Cierro los ojos, mis largos colmillos comienzan a desaparecer. Miro al hombre un momento mientras mis párpados tiemblan. Aprieto su entrepierna con más fuerza mientras en mi boca se produce una mueca de disgusto. Lo empujo para separarlo de mí.

"- No quiero que vuelvas a molestarme... aléjate basura... por favor- le ordeno, transformándose mis últimas palabras en un susurro".

Tomo mi cabeza con ambas manos mientras mi cuerpo se curva un poco. Mi rostro cambia de gestos continuamente... balbuceo un poco.

"- Débil... sos una puta débil... sos una niña".

"- Es malo, no está bien... por favor no lo hagas".

"- Dejá de meterte en mis cosas... es mi turno... no molestes".

"- Nuestro, esa es la palabra... nuestro".

"- ¡Idiota!- expreso con un grito ahogado".

Me yergo y miro a mi alrededor. Reparo en el vaso que he dejado anteriormente en la barra. Vuelvo a sentarme, con la cabeza gacha, y comienzo a beber nuevamente mientras miro mis manos y jugueteo con ellas.