Partida Rol por web

Hargrim parece pensárselo un rato y finalmente asiente.

Creo que es buena idea que vayáis a mirar. Os recomiendo ir ligeros que se hace mejor el camino. Yo os guardaré vuestro equipo en incluso el dinero si queréis. Total, ¿para qué sirve el oro en un pueblo fantasma?

Sugiere el explorador con una sonrisa de dientes mellados de tanto comer gemas.

En cualquier caso guardad precaución, nunca hay que fiarse de un tallador de madera, es como un escultor de piedra, pero en vago.

¿Y yo que sé?, contesta el chico a la pregunta de Markus.

Cascada de la Daga es grande. Igual viene de algún tugurio que ya se ha cansado de él. O igual viene de la mismísima Aguas Profundas. Ojalá lo pudiésemos echar, pero como no se mete con nadie, pues el jefe prefiere no meterse en líos.

En fin... ¿Vais a querer beber o comer más? Si no, ¿pasaréis aquí la noche? Hacemos precio especial a los clientes que han bebido tan generosamente nuestra cerveza.

Pues traenos algo de comer y otra cerveza mientras hacemos tiempo antes de irnos a dormir a una de esas habitaciones que nos dejaís tan baratas digo despidiendo al chico antes de volver la atención al grupo.

Realmente me da igual todo esto, pero supongo que hacia algún sitio habrá que ir y la verdad es que vuestra compañía no me desagrada. Esto último lo digo mirando a Hargrim, al que parece que quiere desligarse de nuestra compañía y vagar solo por los caminos, antes de alzar un poco los hombros y volver la mirada al resto.

Si os parece podemos salir mañana por la mañana hacia allá. Y en cuanto a tí, digo mirando a Hargrim supongo que aquí nos despediremos. Espero que encuentres muchas gemas de esas grandes, aunque no entiendo cómo pretendes hacerlo sentado en una mesa bebiendo y comiendo. Así lo único grande que conseguirás será poner tu culo como un pandero jajajajaja a pesar de no entender la reacción del habitual tosco bribón, respeto su decisión, hablando con total sinceridad.

En fin, si por la noche cambias de opinión y quieres ir con nosotros, tal vez encontremos algo por el camino, y si no son gemas, algo de diversión.

¿A vosotros que os parece? acabo preguntando a Markus y Garumm

-¡Hmm!--asiente con decisión el guerrero del hacha de guerra enana--Cuenta conmigo. Y... Sacorroto también viene. Si no, le hundo la cabeza. ¡Ja, ja, ja!

Garumn se vuelve hacia Hargrim y le espeta:

-¿Qué haremos cuando necesitemos de tus "artes"? ¿Venir para arrastrarte hasta allí de nuevo? ¡Venga! Te daremos una cuarta parte de cualquier botín, aunque te merezcas menos. 

-Tú también vienes. ¿No, Markus?

Descansemos aquí esta noche y mañana, si seguimos desocupados siempre podemos acercarnos a ese lugar.

¿Merecerme menos botín?

Dice el enano visiblemente indignado por la afirmación del guerrero.

Vosotros, acémilas, no seríais capaces de diferenciar una trampa de un retrete y no sabrías difereciar una esmeralda de una castaña... Menudo botín vas a sacar tú... bfffff!

El enano niega con la cabeza incrédulo y da un trago a la jarra de cerveza tiñendo las barbas de espuma blanca.

Si hay un botín de por medio es otra cosa, me apunto. Pero las cuatro partes las hace Markus, que es el único honrado aquí.

El chico os trae tanta cerveza y comida como le pedís. Parece disfrutar de vuestra compañía. También el dueño del local, que no ve a menudo clientes tan propensos a gastar alegremente y, además, pagar por lo gastado.

A la mañana siguiente o, más bien, el mediodía, que es cuando os levantáis y acabáis de recoger vuestras cosas, os ponéis en camino hacia el sitio del que os habló el borracho. Por lo que averiguáis sobre el sitio cuando preguntáis por la mañana en la posada, Teshmere es una aldea famosa por la talla de madera. Por lo que le han contado ya dos mercaderes de la región que suelen pasar la posada de vez en cuando, la calidad de los productos ha bajado y algunos comerciantes ya han comenzado a buscar otros sitios donde hacer negocio. En resumidas cuentas, no es un sitio que merezca mucho la pena sino te gusta la madera y los bosques.

La noche habia acabado bastante bien. Celebramos con alguna cerveza mas el hecho de volver a recorrer los caminos los cuatro, en busca de algún piel verde que aplastar, robar y conseguir algunas monedas para poder volver a beber, con la esperanza que, en algún momento, un gran tesoro aparezca ante nosotros.

Todo lo bien que acabo la noche, empezó de mal el día. Al enterarnos de que lo que nos íbamos a encontrar, me pongo de cuclillas con un ruedo metálico al golpear el suelo las cadenas y comenzar a enrollarse allí donde se había depositado ayer me parecía una buena idea, pero hoy me parece un asco de idea. ¿Madera y bosques? Vamos a parece unos malditos elfos comeflores. No me gusta tanta bosque, solo lo justo. Creo que tengo algo alergia.

la verdad es que no me extraña que no vaya nadie, pero no es por monstruos ni tonterías de esas, sino porque es un estercolero y una mierda de sitio.

Quizá deberíamos averiguar si hay algún sitio entre medias para pasar noche. Si hay algo extraño por allí no me gustaría llegar de noche.

Dornest, no es necesario que te pongas tan sombrío como tu nombre. Pero no deberíamos descuidarnos, si los mercaderes dicen eso, está claro que tenemos algo raro entre manos...

Que no me pongo sombrio, tan solo que prefiero las rocas y los túneles a las plantas y los bosques. Me parecen un asco, solo he dicho eso. Bueno, y que creo que soy un poco alérgico.

-¿Y por qué no?--replicó Garumn a Markus para enseguida seguir con tono de guasa--¿Te da miedo la oscuridad o qué? ¡Ja, ja, ja!

-Además, si hubiera algún sitio entre medias, lo encontraremos de camino. ¿No? Pues... ya estamos tardando, que me va a entrar hambre antes de salir y ya sabéis que yo cuando como bebo, pero mucho. Y si bebo luego tengo sueño. Y entonces volvemos a empezar el bucle aquel de la marmota. ¿C... cómo era? ¡Bah! Da igual. ¿Nos vamos?

No te confundas. La oscuridad es nuestra aliada en nuestros hogares, pero aquí arriba las criaturas que se aprovechan de ella son las que más nos deben preocupar. Durante el día son más tímidas.

Esta bien digo levantándome y ajustándome la cadena al cuello de forma que me sea fácil sacarla en caso de necesidad. Luego, cojo la mochila con todas mis cosas y me la pongo a la espalda dando un par de saltaros para ajustarla bien.

Pues pongámonos en camino. Cuanto antes empecemos, antes llegaremos.

Cuando estabais ya saliendo, el posadero os dice:

Por cierto, se me olvidaba. Estuvo hace un rato por aquí uno de los ayudantes del alguacil. Hizo unos cuantas preguntas sobre vosotros. Yo no os he dicho nada, pero parece que no estaba muy contento de que hayáis vendido no sé qué tesorero y no pagado los impuestos...

 ¿¡Comooooo!? ¿Que nos quería cobrar el que? Digo alzando mucho las cejas y estirando un poco el cuello hacia el chico

Será ladron este alguacil. Mas valdría que se preocupara por los ladrones y no por los pobres comerciante. 

Anda, será mejor que salgamos de aquí lo antes posible

¡¿Impuestos?!

Dice alarmado Hargrim a la vez que escupe a un lado.

Son como savandijas, sucias garrapatas supasangres... Ese alguacil no sabe con quién se mete si quiere quitarnos lo que hemos ganado con el sudor de nuestra sangre con sus leyes opresoras de humanos. ¡No, no y no!

Inconscientemente el enano lleva su mano hasta la empuñadura y enseña los dientes con una feroz mueca.

¡Que venga a pedirme a mi esos impuestos si tiene cojones! Suerte tiene de que nos tengamos que ir ya mismo por donde no nos ve nadie, si no iría hasta allí a darle una patada en el culo. ¡Venga vayámonos antes de que haga una locura!

Garumn rompe en una sonora carcajada al escuchar los improperios de Hargrim.

Muy bien. Supongo que simplemente, si vuelve, me habré olvidado de vosotros. Estad tranquilos.

El viaje a Teshmere es tranquilo. Pese al frío del otoño, vosotros sois unos recios enanos, así que estas temperaturas no son ni siquiera una molestia. Cuando ya se está poniendo el sol, llegáis al pueblo.

Teshmere está situado muy cerca del Bosque Fronterizo y no debe de tener más de unos cuantos de cientos de habitantes. Las construcciones son todas de madera, a excepción de un edificio encalado que parece un templo de Helm. Parece que hay varios comercios de artesanía de madera, pero están cerrados a esta hora. No os resulta difícil encontrar la única posada: el Roble Azul.

-A ver qué tal es la cerveza en este poblacho--escupe el guerrero enano mientras encamina sus pasos hacia el interior de la posada.