Partida Rol por web

Escena privada para Ixía

 ¡¡¡Sir Dereeek, Sir Dereeek, Sir Derek de Camelooooooot!!!

 Me permito sugerirle al Máster que borre los dos mensajes anteriores.

 Quiero organizar las fechas de mi próxima descensión, que quiero ir personalmente a pedir prestado un paladín de Ra. 

Bien. Digamos que puedes hacer eso... dos días despues de la coronación del nuevo faraón, que tendra lugar en la misma fecha que tu proxima bajada (y la de Gabrial). bien?

 Chupi.

 Si me pones un poco de ambientación por aquí, para empezar las conspiraciones maritales que nos llenan de orgullo y satisfacción, te lo agradezco :)

Digamos que estaís tres días antes de la escena 1, para que podaís maquinar sin prisa.

Otro día en vuestro palacio a orillas del Nilo Celestial. Y otro día que Gabriel esta tranquilamente leyendo un tratado sobre táctica militar. Cuando entras en la habitación lo deja a un lado, viendo que vienes con cara de hablar de temas importantes.

Ixía se sienta frente a él, como siempre, doblando las piernas bajo el cuerpo.

-  Supongo que te has dado cuenta que, dentro de dos meses, Desierto cumplirá doce años -ataca el tema directamente, sin rodeos.

- POr supuesto, querida. Una edad muy importante. Aunque de momento su educación parece estar yendo sobre ruedas. - Dice, abandonando su habitual media sonrisa medio ironíca para poner una cara mas seria.

 - No te estoy hablando como dios, te estoy hablando como padre. Es una edad muy importante para él, como bien has dicho, y esperará que su padre le haga un regalo digno de tal evento. Y como conozco tus ideas sobre lo que es un regalo apropiado, quiero saber qué tienes pensado. Lo cual -esboza una media sonrisa pícara- me recuerda que hace mucho que no vas a arrasar un país o a matar un dragón para regalarme algo bonito.

- Vamos, Ixía, faltan quince días para nuestro aniversario. No querrás que te estropee la sorpresa, verdad? - Dice, contestando a tu sonrisa con otra.

 Ixía se levanta de su asiento, se dirige hacia Gabriel, le quita el libro de las manos y se sienta en su regazo, dejando las piernas colgando de un brazo del sillón.

- No me fío ni medio pelo de tí ni de tus sorpresas -le contesta, fingiendo desconfianza-. Pero seré buena y no te obligaré a confesarme la verdad.

Le rodea el cuello con los brazos, melosa.

- ¿Y el regalo de Desierto, cual es? Eso sí que quiero saberlo.

- Francamente, querida, estoy entre dos cosas. Una de ellas se la regalaré más pronto o mas tarde, pero no se si es demasiado pronto y conviene esperar un año más. ¿Recuerdas que hace cosa de seis meses te pedi prestado a uno de tus mejores escribas de los Hacedores? - Te pregunta.

 Ixía asiente.

- Claro que me acuerdo, no me creerás tan despistada -contesta, mientras juguetea con el primer botón de la camisa de Gabriel-. Una mujer tan rencorosa como yo tiene que tener muy buena memoria.

Sigue casado, dispone de un retroño y otro en camino, y su mujer es una de las mejores oradoras que hay con tu religión. Creo que lo bastante para dearle a Derek unos añitos de vida semi-feliz, visto lo util que es :3

Eso si, Sir Derek sigue haciendo misiones para ti. Ahora anda de viaje en el oeste, exterminando un culto de Kali que queda por alli correteando.

Notas como los fuertes brazos de Gabriel se cierran ligerisimamente en torno a ti. Lo cierto es que Gabriel está en el perfecto equilibrio entre musculado y atractivo. Aunque siempre te quedara la duda de si se cuida tanto por ti o por el mismo.

- Pues, querida... ignoro si conoces un precioso texto considerado como perdido. El Las guerras de los soles - Dice esto último en élfico - Su última copia se vio hace ocho mil años...

 - Así que has conseguido una copia de un manuscrito perdido. Qué adorable - la brillante uña lacada en rojo del índice de Ixía termina de jugar con el botón, abriéndolo finalmente-. ¿Y exactamente porqué puede eso ser inapropiado para Desierto? Es más maduro que tú - apoya la cabeza en el hombro de su marido, rozándole el cuello con los labios-. Aunque tampoco eso tiene mucho mérito.