Partida Rol por web

La venganza del León

Últimos preparativos en Puerto Rojo

Cargando editor
02/10/2016, 18:25
Myles Hartman

Myles escuchó ambas propuesta con atención. Echó un vistazo al mapa de las islas con expresión concentrada, analítica. No lo miró mucho más, como el que tiene claro la mejor opción. Su mirada se posó entonces en Ulfryd, esperando a oir lo que tenía que decir, como si valorase la opinión de éste de una manera especial. Sin embargo, los asistentes más jóvenes intervinieron. Ante las noticias de Ser Héctor, dejó escapar una sonrisa, casi risa, como si aquella nueva información le resultase ligeramente divertida.

Las primeras palabras del joven Waylar lo mantuvieron impasible. Volvió a echar un ligero vistazo al mapa según exponía su opinión, apenas unos segundos, para volver a retomar la atención sobre el interlocutor. Se diría que no muy conforme con lo que había dicho. Fue sin embargo su última propuesta sobre la prisionera y la pregunta sobre la personalidad de la mujer, lo que le hizo alzar ambas cejas casi con incredulidad. 

Volvió a buscar con la mirada al gigante.

Cargando editor
02/10/2016, 19:32
Casa Westerling
Sólo para el director

Máster, la influencia de mi Casa me permitió comprar Informadores. ¿Podrían ser útiles ahora? Porque quisiera saber si tengo información adicional por su parte.

Cargando editor
02/10/2016, 19:33
Ser Héctor el Audaz

En cuanto el joven Amberwell señaló Acantilado de Sal y Pike, indicando que atacarlos sería una buena idea, decidí intervenir.

-Si comenzamos a atacar otras Casas que las que legítimamente podemos -dije-, podríamos provocar una coalición generalizada del enemigo y en poco tiempo todas las flotas de las Islas estarían detrás de nosotros. Debemos aprovechar las rivalidades internas y la oportunidad que nos da el mandato real. Quiero decir que tenemos que inicialmente limitarnos a los asentamientos que nos encomendaron. Si luego alguna otra familia de las islas se une a la batalla, será bajo su responsabilidad, pero si iniciamos esta incursión con un acto de guerra inoportuno terminaremos en una situación muy lamentable.

Al cabo, Waylar me preguntó sobre la personalidad de la cautiva.

-Realmente no tengo idea -respondí-. No intercambié demasiadas palabras y sinceramente, no soy ducho en esas cosas. Creo que vos resultáis, quizá, el hombre indicado para evaluar la situación. Podéis ir con Petyr -dije, señalando a mi escudero-, y sonsacarle alguna verdad. Quién quiera hacerlo, señores, puede ir. Así podréis ver con vuestros propios ojos y escuchar con vuestros propios oídos, lo que la isleña tiene para decir.

Cargando editor
03/10/2016, 14:12
Ser Patrick

Cuando los señores se retiraron a debatir el plan para llevar a cabo la incursión de castigo por las islas del calamar, el viejo Ser Patrick se acercó a la hermana de Waylar para conversar un rato, poniéndola al corriente de lo que le pasaba en las batallas a los caballeros de resplandeciente armadura.

- Lady Ariana, espero que hayais cenado algo esta noche, no habéis podido cerrar la boca desde que Ser Héctor ha entrado en el comedor -bromeó algo comprensivo- me ha parecido notar cierto brillo en vuestros ojos, creo que no deberiais haceros demasiadas ilusiones -cambió su tono algo más serio y firme- probablemente ya tenga una boda concertada así como una futura esposa deseosa de su vuelta a casa tras el escarmiento que les vamos a dar a esos malnacidos... es por eso que os aconsejo que lo olvideis de inmediato. Volved a colocar los pies en la tierra y ceñiros a lo que vuestros padres han demandado, así evitareis tener que recoger los pedazos de un corazón roto por un amor imposible, mi querida Lady Ariana.

Había procurado ser discreto, a la par que respetuoso pero firme. A la joven se la veía todavía demasiado dúctil y maleable, tan frágil como una rosa de invierno. Tal vez no fuese la persona más adecuada para decírselo, la palabra no era la suyo, mucho menos los consejos emocionales, pero le pareció que debía prevenirla para evitar posibles escollos y eso sí que formaba parte de su trabajo.

Cargando editor
03/10/2016, 15:03
Ser Alarich Alander

- Ser Héctor tiene razón. No debemos empezar una guerra con otras casas. Solo los Stonetree o los MErlyn conocerán nuestra justicia.

- Pronto llegará Lord Farman con varios barcos de suministros. Tendremos suficiente para llegar a cualquiera de las dos islas. Pero las alargaremos más si nos centramos en Harlaw.

"De la política de los hombres de hierro sabemos poco. TOrwynd Greyjoy es el Lord Segador de Pyke, pero tiene sólo doce años. Su tío abuelo Dagon Greyjoy es el regente y tiene las islas en su puño. Mandé un espía pero aun no ha vuelto.

Cambiando de tema:
- Ser Héctor, si estáis seguro de queno es una artimaña o un timo, escucharemos a esa mujer.

- Tiradas (1)
Cargando editor
03/10/2016, 15:21
Director

Notas de juego

Tira persuasión (dif 8).

Cargando editor
03/10/2016, 15:21
Director

Me miro eso de los informadores.

Cargando editor
03/10/2016, 16:02
Myles Hartman

Myles escuchó las palabras de Ser Alarich, también con gesto serio. Tras ellas, finalmente decidió intervenir. No parecía muy conforme con cómo se estaba desarrollando la reunión. No al menos en muchos aspectos.

-Si me permiten...- Dijo tras las palabras del Ser.

Se acercó al mapa obeservádolo nuevamente in instante.

-Yo atacaría Harlaw. Si bien puede que sea la zona más poblada, esta empresa no deja de estar bajo edicto real. El objetivo son los StoneTree o los Merlyn. Quizás una visita diplomática a Dieztorres para recordar a su señor que esto es un asunto real contra esas Casas y no contra las Islas en su conjunto, pudiera ayudar a persuadirle para que no interviniese en el conflicto e ir contra el Rey.- Asintió meditativo.

-No hace falta ser muy despierto para darse cuenta que si nos atenemos al edicto, oponerse abiertamente a los designios del Rey, podría suponer que las Casas más relevantes de Poniente tomasen parte y unas consecuencias a mayor escala para las islas.- Hizo una pausa.

-Se pueden decir muchas cosas de los hombres de hierro...pero no son estúpidos. Al final, no se arriesgarían a otra guerra civil..-

Se dirigió entonces expresamente a Lor Roland, acto segido.

-Lord Roland... si bien es cierto que esa zona parece abundante en calas, mucho me temo que ahí nos llevarían ventaja. Seguramente conozcan mejor, cuales son las calas navegables para el calado de los barcos, las corrientes y mareas, las zonas rocosas. No creo que tardasen en encontrarnos. Y como ha dicho vuetro hijo es una zona perfecta para tapar cualquier retirada...una verdadera ratonera.- Añadio.

-Atacar Harlow, consiguiendo que las Casas más importantes de la isla se muestren cuando menos neutrales, por cautela a contrariar abiertamente al Rey, nos da la ventaja de tener varias vías de retirada. Al sur, podemos volver a tierras de los Alander. Al este a tierras de mi familia. Si fuera necesario, no creo que los Banefort o los Estern, pusiesen trabas en dejarnos atracar.-

Una vez expuesta su opinión respecto a la intervención militar, fijó su mirada tanto en Ser Héctor como en Ser Alarich.

-Respecto a la mujer...-Comenzó sugiriendo con un gesto bastante duro, tenso. -...no pequemos de ingenuos.- Aseveró.

-Tres décadas para un rescate...TRES.- Asintió como si le pareciese obvio que ahí estaba la clave. -Tened clara una cosa, Ser Héctor...Si la familia Kayce, no se ha preocupado en tres décadas de recuperar a esta señora, ninguna mancha salpicará vuestra reputación. Descuidad. Además, nadie sobrevive tres décadas como prisionero...Sí como pupilo. Y de ser lo segundo, después de tres décadas, pondría la mano en el fuego, asegurando que esa mujer es ahora más una mujer de las islas, que una dama de poniente. Y todo esto considerando cierto lo que dice esa prisionera.-

Aún quedaba algo en el tintero que parecía incluso irritarle.

-La prisionera...- Dijo como si anunciase el título de un libro.

-No es mi intención ofender a nadie, pero ¿de verdad están planteando ir con palabras amables y convencer a una mujer de las isla de que traicione a los suyos?. ¡Es una prisionera, por los Siete, no una puplila!.-

Respiró profundamente.

-Por supuesto que es necesario interrogarla y ver si tiene información que nos pueda ser útil. Pero de un prisionero no la obtendremos por poner una bonita sonrisa, decir palabras suaves o mentar al honor. Nos dirá hasta el último detalle, porque si no, alimentaremos a los peces del mar con trocitos muy pequeños de su cuerpo que irá viendo como va perdiendo día...a...día.-

Dijo apretando las mandíbulas, con cierta incredulidad de tener que estar contando o explicando algo como aquello.

 

Cargando editor
03/10/2016, 19:30
Ser Patrick
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
03/10/2016, 20:05
Ser Héctor el Audaz

Escuché las palabras de todos. En cuanto a la estrategia, las aguas estaban divididas, y yo todavía no había manifestado mi opinión. En cuanto a la mujer, las aguas estaban turbadas. Quizá la mejor forma sería resolverlo directamente, trayéndola.

-Ve a los calabozos y tráela, por favor, Petyr -le ordené a mi escudero. Me volteé para continuar hablándoles al resto de presentes- Creo que con ella aquí todos podrán ser libres para juzgarla como gustéis, sin intermediarios. -me acerqué al mapa- En esto estoy de acuerdo con Ser Hartman. Harlaw debería ser nuestro objetivo; se encuentra más cerca de nuestros puertos, llegaremos rápidamente, tendremos el factor sorpresa y una línea directa de suministros. Dirigirnos hacia Gran Wyk podría terminar en una trampa mortal si el enemigo lograse cortar nuestros abastecimientos, y estoy seguro de que lo harán. Si golpeamos primero, golpeamos dos veces. Una vez que una de las casas enemigas caiga, habremos hecho un buen caso de nuestra fuerza y tendremos la ventaja.

Cargando editor
03/10/2016, 21:10
Ulfryd Wyrmslayer

El gigante escucharía el tema de "la prisionera" y los diferentes planes de ataque y daría su opinión al respecto:

- Si atacamos Pyke o alguna otra isla, no seremos mas que unos piratas sin honor, como ellos. Si vamos a llevar a cabo esta empresa es para resarcir y enseñar con sangre al resto de casas de las islas que atacar Poniente sale caro. Deberíamos centrarnos en atacar las casas que en un principio intentaron causarnos mal. Además estarán muy debilitados en cuanto a lo militar. Debemos responder cuanto antes, no les habrá dado tiempo a reponer a los jóvenes que murieron en nuestras playas.

Se tomaría un respiro y daría un trago al vaso:

- Con respecto a la prisionera... Es una gran pena que lleve treinta años allí, pero si la casa a la que pertenece no ha movido un dedo para pagar su rescate o recuperarla, es que muy importante no es. Coincido con Hartman en ese punto. Eso es una trampa, trabaríamos nuestros barcos en una empresa que no es la nuestra. Además, recordemos que lo que sí nos compete ha sido por edicto REAL. Por tanto, cualquier rescate de cualquier noble está por debajo del propio mandato. Si acaso podríamos tomar prisioneros y negociar la liberación de esa mujer por alguno de los nobles.

O cortarles la puta cabeza como suelen hacer ellos directamente.

Apoyaría sus dos palmas sobre el extremo del mango del hacha larga, que usaba para apoyarse mientras pensaba. Esperaría mas respuestas del resto.

Cargando editor
03/10/2016, 22:53
Myles Hartman

Cuando Ser Héctor ordenó a su escudero que trajesen a la presa ante ellos, dejó de golpe la copa que sostenía, con un gesto de absoluta incredulidad. Con seguridad su edad le hacía más afín a las viejas costumbres de Poniente, como las de interrogar a los prisionenos en las celdas o puede que en alguna otra sala donde hubiese que "presionarle para soltarle la lengua" y no en los salones de un banquete o en la sala de reuniones de un feudo.

Sí que estuvo conforme con lo que expuso respecto a la estrategia. Sin duda a ese respecto pensaban igual.  También pareció asentir a las palabras de Ulfryd, aunque arrugó un poco la frente cuando hizo mención al honor. Algo que realmente no debía de importarle en exceso a Myles, mientras se mantuviese en los límites de lo aceptable. En los mínimos...por cuestión de imagen, seguramente. Pero aunque los motivos fuesen distintos a los del gigante, sin duda, el objetivo era el mismo y asintió también a todo lo que dijo. El edicto real les instaba a tomar represalias contra las casas mencionadas, no a realizar una declaración de guerra contra las islas. Debían ser cautos en su proceder, incluso si alguna casa de las islas hacía caso omiso al edicto. Pues de tener que volver una tercera vez, serían muchos más los estandartes y barcos que avistarían los vigías de las islas.

Cargando editor
04/10/2016, 07:21
Waylar Amberwell

Hay momentos en la vida en que todos los hombres oimos una cancioncilla en nuestra cabeza, compuesta principalmente de nuestros propios pensamientos e ideas. El volumen de dicha canción es tan elevado y tan poderoso que nos recogija y eleva nuestro ego, mientras olvidamos y obviamos los detalles que suceden en nuestro alrededor.

Hoy es uno de esos días.

Parece ser que nadie me ha escuchado o bien no me he sabido explicar, aunque yo juraría que varias de las personas aquí presentes tienen 50 bardos armando jarana en sus cabecitas. Me tengo que contener mucho para retificarles del error, en ningún momento dije de atacar ninguna otra casa que no fueran las que indicaba el objetivo, sólo dije que entre aquellas dos islas podriamos escondernos antes de iniciar el ataque a la Casa que se hospeda en el Gran Wyk.

Pero una vez uno cometió el error, los demás le siguieron como ovejas del rebaño, sin preocuparse de discernir si lo que el erroneo compañero había entendido era lo mismo que ellos creyeron entender. Y por cosas como ésta se inician guerras.

¿DÓNDE COÑO ESTÁ EL VINO?

Trato de calmarme, dejándoles seguir en su error, e intento cantarme la misma canción que tienen ellos en la cabeza, pero a mi no se me da tan bien, y les acabo prestando atención al resto de lo que tienen que decir.

Ve a los calabozos y tráela, por favor, Petyr

Observo como Ser Héctor sigue hablando, y permito que termine, pero en cuando lo hace, aún dando tiempo a salir tras Petyr, le indico con la sutileza de un gatosombra en una cocina repleta de cacerolas colgantes:

-¿Estáis seguro de que debería venir aquí? Imaginad -noto que mi volumen se alza y lo regulo para mostrarme más tranquilo y apreciado, de lo que realmente me siento, repito- imaginad lo que va a pasar por la cabeza de esa prisionera... no es lo mismo que un carcelero, o un noble que quiere respuestas, le haga una visita en la sala de torturas, que traerla aquí. Eso le hará pensar que es importante, que no es prescindible, tratará de negociar, de ocultarse algún dato por si las cosas van mal poder salirse con la suya. Si además la vamos a invitar a un poco de cordero, mejor no perdamos el tiempo, rajemosle el cuello y sigamos con los planes.

Noto que mi último comentario se sale un poco de tono, así que trato de corregirlo un poco.

-Disculpadme -añado- es que está siendo un día muy largo.

Tras reaccionar respecto a la prisionera, añado en cuanto al plan:

-Es cierto que el Edicto real debería garantizar que las otras Casas tampoco intervendrán para apoyarles, mientras no nos extralimitemos... pero ya sabemos como són los hombres de hierro... són tan salvajes como los clanes de las montañas. Tampoco podemos fiarnos de la fiabilidad del edicto, en lo que a ellos respecta, no es garantía alguna. Quizás incumplirlo les traiga problemas, pero para nosotros podría ser ya la perdición. Por eso sigo pensando que Harlaw ahora mismo, si no tenemos más información, es como mínimo tan peligroso de atacar como podría ser el Gran Wyk, siendo una ratonera.

Por si no lo entendieron añado:

-No me refiero a atacar todas las casas de las Islas, sólo las que nos competen.

 

Cargando editor
04/10/2016, 15:41
Ser Héctor el Audaz

Asentí satisfecho por las palabras de Ulfryd. ¿Quién hubiese dicho que compartía mi pensamiento sobre el honor y la palabra empeñada? Quizá después de todo, mis comentarios la primera vez que nos vimos fueron muy apresurados. Entre tantos señores políticos, el gigante resultaba ser el más sensato de todos ellos. 

-Señores -dije-, mi intención no es convencerlos de rescatar a la prisionera; es que escuchen las nuevas que traigo y las informaciones con las que contamos. Sé que rescatar a esta mujer no parece ser de gran importancia, yo mismo lo considero así; pero no podemos dejar de lado la oportunidad de ayudarla si se encuentra en nuestra posibilidad. Resultaría al menos lamentable, que luego de la incursión y el cumplimiento del edicto, nos enteremos que esta mujer estaba presa en Dieztorres. Le pasamos por al lado y no abrimos la puerta de la jaula.

Me giro entonces hacia el joven Waylar Amberwell. Su lengua es tan afilada como veloz.

-Ser -respondí-, un prisionero es un prisionero; aquí, en una mazmorra o en la sala del Trono de Hierro. Puedo asegurarte que la muerte acecha a un reo por igual, esté donde esté, mientras su libertad y vida pertenezcan a otro. Que traigamos a esta escuálida chica, tremendamente asustada e indefensa, no marcará diferencia en su actitud. Si lo hace, es porque será una bruja o la Madre en cuerpo de mujer. Y en cuanto a la estrategia. Concuerdo con vos en que sin información ambas opciones son peligrosas... Quizá malinterpreté vuestras palabras, pero cuando señalasteis Pike e indicasteis de utilizarlo como parapeto para atacar Gran Wyk, inmediatamente comprendí que sugeríais que tomáramos el castillo.

A continuación eché una mirada alrededor, a todos los presentes, esperando por algún comentario más.

Cargando editor
04/10/2016, 16:28
Ser Alarich Alander

- Mis señores, todos habéis hablado bien y agradezco vuestro consejo. Parecéis coincidir en que Harlaw será nuestro objetivo, como propuse. Así será. Sobre los Stonetree caerá la justicia del rey.

"Cuando lleguemos a las islas levantaremos el estandarte real y anunciaremos que sólo los Stonetree deben temer nuestra ira. No antes o les pondremos sobre aviso.

"Un amigo de mi hermano, Osmond Leygood, ha traido una docena de caballeros y jinetes libres. Llevaremos sus caballos con nosotros y así serán mensajeros a las principales casas.

Alarich rumía un poco antes de seguir hablando.
- No tengo claro si la chica es una espía. En ocasiones los hombres de hierro se guardan las mujeres como esposas de la sal aunuqe se ofrezca rescate. En todo caso no trataré una mujer como prisionera o enemiga antes de oirla. PEro que quede bien claro que si intenta engañarnos le cortaré la cabeza sin piedad.

Cargando editor
04/10/2016, 16:33
Director

Hay una botella de vino y otra de agua. Tú eliges.

Cargando editor
04/10/2016, 16:34
Ariana Amberwell

Arianne que nunca ha tenido mucha relación contigo, se sorprende de tu franqueza.
- Sois muy considerado, Ser Patrick, de preocuparos por mí.- dice cautelosamente, mientras piensa.

Notas de juego

Tira persuadir si lo que quieres es convencerla que no le conviene un hombre.

Cargando editor
04/10/2016, 16:36
Myles Hartman

Myles se disponía a dar réplica al inmaculado Ser Héctor cuando Ser Alarich intervino. Guardó silencio entonces, con más o menos conformidad a lo dicho por éste. Era su casa y eran sus reglas. Eso jamás lo podría en entredicho. Había hablado y por su parte no había nada más que discutir respecto a la candidata a prisionera. Sí que pareció mucho más conforme con su proceder en cuanto a la estrategia. Su idea inicial coincidía con la opinión de Myles y eso sin duda se le notaba es el gesto. A fin de cuentas podría estar conforme o no con su proceder en cuanto a aquella mujer, pero lo que realmente le había llevado hasta allí, era la ofensiva contra aquellas familias.

Cargando editor
04/10/2016, 17:42
Ulfryd Wyrmslayer

Sin mucho mas que decir, el bastardo esperaría a que trajeran a la prisionera a la estancia dando vueltas a sus pensamientos.

¿Ha dicho mi hermano? Está borracho.

Se reiría por dentro buscando con la mirada a su amigo, el cual había traído caballos que desempeñarían importantes misiones en las islas. Le levantaría la copa en señal de respeto y saludo. 

Tenía ganas de empezar con las prácticas en el puerto. Crear una competencia sana entre los hombres ayudaría a que a la hora de la verdad fueran eficaces matando enemigos.

Cargando editor
05/10/2016, 02:03
Julia Alander

Luego de dejar a Tormen descansando en su habitación Julia volvió al salón. Los Señores de la guerra se disponian a debatir planes de combate. Observó cómo se retiraban, los miró uno a uno. Pronto pasaría largo tiempo con ellos, debía conocerlos.

Cuando todos salieron tomó su copa de vino y se acercó a Ser Patrick.