Partida Rol por web

Habia transcurrido el tiempo en aquella inospita region de piedra donde el viento silvaba cortante noche y dia. La vida alli era durisima pero eso os habia fortalecido no solo a nivel fisico, tambien os sentiais mas unidos los unos a los otros.

Reiko se levantaba antes del amanecer para traer agua del rio, era la escusa para poder bañarse sola dado que el resto del dia apenas podia despegarse un minuto de sus compañeros. Su cuerpo estaba cambiando y habia crecido, le daba verguenza quitarse la ropa delante de ellos aunque cuando era pequeña lo hiciera como algo natural.

Escucho un leve movimiento y me despierto, quedándome acostado, sin hacer ningún movimiento "Esos pasos…¿Kaeda? no…pesan demasiado poco para que sea él o el sensei, así que tiene que ser Reiko…"

Tras notarlos alejarse un poco me incorporo lentamente, quedando sentado. Durante unos segundos miro hacia el sol naciente, pensativo. Era cierto que los tres habían cambiado, habían crecido y se habían unido como equipo, pero él notaba algo en el pecho cada vez que Reiko le dirigía cualquier palabra amable, o una mirada de cariño incluso más de una vez había atacado más fuerte de lo normal para desestabilizar a la chica y sujetarla al caer "De forma definitiva estoy enamorado de ella…o eso creo"

Me pongo en pie y voy hacia un montón de rocas algo alejadas, de entre las cuales saco un puñado de flores del desierto, las cuales he ido reuniendo en los dos días anteriores en medio de horribles y abrasadoras caminatas por el desolado lugar. observo las flores, amarillas en su mayoría "No son un regalo a su altura…pero espero que pueda perdonármelo

Como cada mañana me levanto temprano. Los chicos continuan roncando en lo que llamamos cariñosamente el nido de los dragones. Es un espacio pequeño que acomodamos para descansar, o puede que sean nuestros cuerpos lo que se aconstumbraran a hacerlo en un lugar tan duro.

Intento no hacer ruido y tomo el cubo. La caminata es un poco larga, en un terreno tan rocoso es complicado encontrar agua.

Al llegar al rio me dejo un ropa a un lado para poder lavarme con tranquiladad antes que uno de los chicos aparecca o el maestro comience sus lecciones diarias.

Al llegar al río observo que Reiko ya ha comenzado a bañarse, por lo cual enrojezco completamente y me doy la vuelta cerrando los ojos un momento

-¡¡¡Reiko!!!…dejo aquí en la orilla unas flores, me gustaría hablar contigo cuando hayas terminado de bañarte

Me agacho y dejo las flores en el suelo, para después alejarme una docena de pasos y me siento de cara a la dirección contraria a la que se encuentra mi compañera.

"Maldición…menos mal que he "huido" rápidamente y que he cerrado los ojos aún más rápido…me va a caer una buena paliza", no puedo evitar sentirme nervioso y fracasado, suponiendo que la chica me tomará por un pervertido y se dedicará a golpearme en vez de escuchar mi declaración.

"Menuda verguenza…" cierro los ojos, sonrojado aún.

Me sonrojo mucho. Inmerso mi cuerpo en el agua de inmediato sintiendome idiota por no haberme dado cuenta de que se venia alguien.

Cuando se aleja me visto rapido pero la ropa se me queda pegada al cuerpo humedo. La ropa no a crecido conmigo, ya de por si se ajusta bastante a mi pero trato de disimular el corte que me da.

- Kazuma, como vuelvas a hacer algo asi te mato.- le gruño desde lejos pero luego tomo aire y me camino en su direccion.

-  ¿Que haces aqui tan temprano?

Me rasco la nuca, mientras enrojezco aún más

-Quería hablar contigo…y de paso darte las flores que encontré en el desierto

Me quedo callado, tal parece que mi lengua ha quedado petrificada. "¿Eres idiota? díselo de una vez", me grita mi subconsciente, y a pesar de darle la razón sigo sintiendo miedo y vergüenza.

"¿Qué haré si me rechaza?…maldición, yo no debería estarme preocupando de estas cosas, soy un ninja, ¿cómo es posible que no le tenga miedo a una misión en la que puedo morir y casi esté temblando con solo pensar en declararme a Reiko?"

Tras la reprimenda cojo valor y me preparo para decírselo en voz alta, aunque solo consigo susurrar

-Reiko…yo te quiero…

Miro las flores y sonrio. Es muy raro encontrarlas aqui pero son muy bonitas.

Dice que me quiere y mis ojos se clavan en sus pupilas.- Ya se que me quieres Kazuma y yo tambien os quiero mucho a ti y a Kaeda.- Le respondo observando lo rojo que se a puesto de pronto. No es propio de el hablar de sentimientos y su voz suena rara asi que camino acortando el espacio que nos separa y pongo mi mano en su frente. Esta un poco raro y temo que este enfermo por como le tiembla la voz y lo rojo que esta pero no parece tener fiebre.

- ¿Te encuentras bien Kazuma?

"Maldición…lo ha entendido mal"

Ya bastante difícil estaba siendo para mí el hecho de decírselo, pero que encima me entendiese mal me provocaba ganas de salir corriendo. La chica se acerca y parece preocuparse por mi salud, a lo que la miro y reúno la determinación que puedo encontrar en mi mente en semejante momento

-Reiko…lo que yo quiero decir es que estoy enamorado de tí…

Al instante siento un gran alivio por habérselo dicho, pero un peso parece caer sobre mi estómago mientras espero su respuesta.

-Estoy dispuesto a todo por tí, Reiko…incluso he desarrollado una técnica especial por si te ocurriese algo- en mi voz se nota un gran nerviosismo.

Reiko abrio la boca para decir alguna cosa pero una voz autoritaria la detuvo.

-¡¿Que demonios estais haciendo?!- Os grito vuestro maestro que sin duda os habia estado escuchando.

- Kazuma, Reiko, escucharme bien. Vosotros no podeis enamoraros, menos entre vosotros. Teneis un espiritu del dragon dentro ¿Comprendeis lo que supondria que tuvierais hijos? ¡La villa no va a permitirlo! Si descubren que teneis relaciones entre vosotros se acabo, ¿Comprendeis? 

Me pongo en pie, observando al sensei

-Lo siento maestro, pero mi clan y yo ya hemos hecho muchos sacrificios por la villa…no voy a sacrificar también el amor que siento por mi compañera

Le miro fijamente, esperando que diga algo.

- ¿Sacrificios? ¿Sabes que podria matarla el parir un niño tuyo o de Kaeda?.- te pregunta concarandote.- ¿Tambien quieres sacrificarla a ella? Ademas no soy yo quien te lo prohibe, piensa que alguien de la villa, alguien como los Mizu, viera un nuevo clan surjir que amenazara su poder. ¿Crees que no harian nada por dañaros?

Me quedo pálido, perdiéndo toda la sangre del rostro de golpe. lentamente giro la cabeza para mirar a Reiko "Ella podría morir…".

Miro hacia el sensei

-Creo que deberíamos escuchar su respuesta…si ella no me corresponde no habrá ningún problema por mi parte…pero si lo hace, destrozaré a los Mizu de ser necesario- hago una profunda reverencia -Disculpa si mis palabras suenan a traición, sensei, te respeto y confío en tí, pero no podría dejar que nadie dañase a reiko mientras me quedase sangre en las venas…

Escucho sin poder creer lo que esta pasando. Kazuma se me declara su amor y nuestro maestro aparece y comienza a decidir sobre nuestras vidas como si solo fueramos armas sin alma al servicio de la villa.

- ¡Basta!.- grito apretando los puños y una corriente de aire se arremolina entorno a mi. Mis sentimientos disparan mi chakra, en parte es algo que aun no controlo y mi afinidad con el aire hace que una ventrisca se levante, esparciendo el polvo y la arena del suelo por todas violentamente.

- Mi vida es mia y yo decidire a quien quiero y con quien deseo estar, si eso les parece mal a los Mizu que vengan y me lo digan si tienen valor de hacerlo.

Mis ojos relampaguean con ira. Miro a Kazuma un momento, nunca habia visto a Kazuma como a algo mas que a un amigo, no puedo responderle con los mismos sentimientos porque no los tengo pero comienzo a verle de otra manera. Puede que por la prohibicion... no lo se... me siento confundida pero sobretodo cabreada por el control de mi vida que pretende perpretar todo el mundo sobre mi.

Observo a Reiko y en actitud apaciguadora le digo

-Cálmate- la observo, ya sin rastros de duda ni vergüenza "Todo ha quedado al descubierto, no sirve de nada seguir así"

-¿Querrías ser mi novia reiko?…haré lo que sea por tí

El aire se arremolinaba en torno a Reiko, el agua y la tierra salpicaban por la fuerte corriente de aire caliente que se concentraba girando en torno a ella.

El maestro zuncio el ceño, no le gustaba lo que veia.- Deberiais calmaros los dos. Aunque os enfadeis y pataleeis no hay nada que podais hacer para cambiar lo que sois. Si no os gustan las cosas discutirlas con el hokage cuando volvamos a la villa pero hasta entonces no quiero besitos ni abrazos ni ningun tipo de contacto fisico.

Mire a Kazuma, sabia la cantidad de problemas en los que se podia meter por quererme. Los Mizu irian por el, la villa se enfadaria con el.... El habia perdido a toda su familia y lo que pudiera decirle en ese momento podria destrozarle a el o destrozar su vida.

- ¡NO!.- Grite queriendo detener la situacion y el aire se volvio mas calido todavia.- No Kazuma, no quiero ser tu novia, no quiero ser la novia de nadie... ¡No quiero ser de nadie nunca!.- grite y ordene a mi chakra actuar como habia estado entrenando a solas.

Nadie sabia que podia hacerlo y esa fue la primera vez que vole delante de los ojos de alguien, alejandome de ellos lo mas rapido posible.

Me dejo caer en el suelo, quedando completamente frío y con la mirada perdida "Me ha rechazado…"

-Maldición- hago rechinar los dientes mientras impido que mis lágrimas fluyan, con una facilidad fruto de la práctica. Con resentimiento alzo la vista hacia el sensei "Todo esto por la villa…mi clan por la villa…mi vida por la villa…mi amor por la villa…el futuro de mi clan por la villa…¿Acaso nunca podré ser más que un mero arma?"

Me pongo en pie como un sonámbulo y me alejo en dirección contraria a la de Reiko, sentándome solo mientras observo el sol, apretando los puños con tal fuerza que las uñas hacn que me sangren las palmas de las manos

"Cuando volvamos…las cosas van a cambiar"

Desenvaino mi katana y la sujeto ante mí, como si casi estuviera pensando enterrármela en el estomago y acabar ya, aunque lo que realmente pretendo es ver el reflejo de mis ojos, oscuros y antinaturales.

"Se arrepentirán de este desaire al jefe del clan Ryuki"

Me cuesta mucho calmarme pero cuando lo hago y logro aclarar mi mente busco de nuevo a Kazuma.

No me gusta verle tan mal, me acerco por detras y le abrazo con cariño.- Perdoname Kazuma... no me odies pero no quiero convertirme en una marioneta de la villa... no quiero que nadie me utilice nunca. ¿Me comprendes Kazuma?

Escucho unos pasos, y nuevamente por el peso sé que es Reiko. Cuando me abraza quedo unos segundos quietos antes de asentir

-Entiendo…tú al menos puedes elegir- me pongo en pié guardando la katana mientras miro hacia el sol, quedándome callado unos segundos -La verdad es que yo…sólo puedo definirme así, el jefe del clan Ryuki, subordinado siempre a la villa, igual que todos sus descendientes

Giro sobre mí mismo, sonriéndole tristemente -Hubiera hecho cualquier cosa por tí…incluso desobedecer a la villa, pero la verdad es que hoy el destino me ha mostrado el camino- vuelvo de nuevo hacia el sol, para que no se fije en las lágrimas que corren por mi rostro -A partir de ahora cualquier sacrificio será poco para mí, hasta que llegue el momento en que todos esos sacrificios puedan lograr que la villa aceptase la situación y en que me haga merecedor de tu amor