Partida Rol por web

Laberinto de la noche

Laberinto de la noche

Cargando editor
08/11/2014, 16:38
Jackeline "Jackie" Davidson

Cuanto más hablaba el padre Lagrange más me parecía que estaba entrando en un capítulo de Más allá del límite o de Historias de la cripta. Había visto demasiadas cosas terribles yo les consideraba demonios, pero totalmente humanos. A veces las personas eran capaces de las mayores aberraciones hasta límites más allá de lo humano. Incluso en ocasiones la locura les hacía creer que eran algo más, pero no era más que eso, locura, que realmente hubiera un componente sobrenatural, estaba más allá de mi comprensión. No podía creer que todos aquellos símbolos fueran algo real, solo algo que ellos creían. La religión, la superstición y todas esas cosas, no eran más que placebos, elementos que utilizaban por miedo, para intentar sentirse seguros ante la maldad que les rodeaba.

-No soy supersticiosa. ¿A qué clase de criaturas se refiere? Le aseguro que he visto cosas horribles pero, en todas y cada una de ellas, los culpables  eran totalmente humanos. Sectas, esquizofrénicos, falsos profetas… todos humanos, se les puede considerar demonios pero realmente son tan humanos como usted y como yo. Le sorprendería saber cuántas excusas usan los asesinos para justificarse.

Iba a seguir hablando pero mi móvil sonó, el mensaje de Cole me tranquilizó un poco. Con la niña bajo custodia policial la presión se reducía un poco. Si querían al padre para acceder a la hija, probablemente le mantendrían con vida hasta que la tuvieran. Tendría que hablar con Cole a ver si me dejaba hablar con la niña. Era necesario saber qué querían de ella.

-Han encontrado a la niña. La policía la mantendrá a salvo, pero aún tienen a su padre así que seguirán adelante para dar con los culpables. ¿Qué pueden querer de ella? Tal vez si hablamos con la niña podamos saberlo.

Cargando editor
11/11/2014, 14:27
Isabella Becker

Tengo que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para no forcejear y tratar de quitarme al tipo de encima cuando empieza a tocarme. Contengo la respiración, intentando no percibir su olor repugnante y un pequeño gemido se ahoga en mi garganta cuando su mano se acerca a mi entrepierna. Estoy sencillamente aterrada y asqueada y tan sólo el miedo, más por Allison que por mí misma, me mantiene inmóvil. Durante un instante estoy completamente segura de que va a violarme delante de mi hija y el temblor de mis manos aumenta. 

Empiezo a abrir la boca para decirle todo lo que sé sobre la niña Engen cuando algo parece detener al hombre. Mis ojos se cruzan con los de mi pequeña y me esfuerzo por apartar el miedo y dedicarle una mirada tranquilizadora y fuerte. No puedo soportar la idea de que ese asqueroso le ponga las manos encima. 

Y de repente... Algo sucede. La confusión invade mi mente cuando los brazos que me sujetaban sencillamente parecen haberse desvanecido. Tardo algunos segundos en reaccionar y darme la vuelta, apretando las mandíbulas y esperando encontrar a ese tipo. Pero no está. Tan sólo la imagen fugaz de unos ojos azules y familiares, pero no hay nadie allí. Mi respiración se vuelve jadeante mientras el alivio, el temor y la incomprensión se mezclan en mi pecho. Siento mis piernas temblar y estoy a punto de desfallecer cuando la voz de Allison atrae mi mirada hacia su cama, a tiempo para ver cómo se recuesta sobre la almohada y vuelve a quedarse dormida. 

¿Dónde está? ¿Dónde está? - Me pregunto nerviosa, recorriendo todos los rincones de la habitación con ojos preocupados. Hasta que se detienen en la ventana. Pero no ha podido saltar por ella, ¿no? Es demasiado alto. Empiezo a caminar hacia ella cuando la voz aparece en mi cabeza, llenándome de un extraño alivio cálido y sereno. Sus palabras penetran lentamente en mi mente, apaciguando en parte mi temor. Y cuando se calla, me doy cuenta de que estoy llorando. 

Mis pensamientos empiezan a ordenarse poco a poco, a encajar como un puzzle en mi cabeza. No tengo claro qué ha pasado, ni cómo ha salido el hombre repugnante de mi casa. Ni cómo entro antes, por otra parte. Pero por mucho que mi razón me dice que he imaginado esa voz en mi mente, algo me impulsa a comprobar si hay alguien en la azotea. Pero antes... Antes tengo que quitarme toda esa basura de la piel y tengo que poner a Allison a salvo. Me cuesta asimilar la idea de dejarla sola en su habitación ahora, pero por algún motivo tengo la sensación de que no va a pasar nada, al menos en un rato.

 Me dirijo a la ventana, miro hacia fuera y al cerrarla rápidamente me doy cuenta de que todavía tengo el teléfono en la mano. - Dean... ¿Habrá escuchado algo? - Todavía con las manos y las piernas temblorosas, sintiéndome a punto de desvanecerme y caer, compruebo el teléfono, si mi ex-marido llegó a contestar mi llamada o si todavía sigue ahí. Me llevo el teléfono a la oreja y susurro con la voz entrecortada. - ¿D-dean? - Si ha oído a ese hombre amenazarnos... Antes de salir y hablar con Nick y Lucy necesito saber qué ha podido escuchar Dean.