Partida Rol por web

Mercy os guía por el desierto por lo que parecen ser horas, pero por el movimiento de la estrella, ahora escondida entre las montañas, no puede ser más de una hora. En silencio, surcáis las duras rocas rojizas características del paisaje. No os habéis cruzado con nada, salvo alguna alimañana que se escurría nada más teneros a la vista. Lo único que os llama un poco la atención con unos surcos negros, semidifuminados,  dispersados de manera irregular por el camino.

El taller de Mercy, una gran nave metálica en medio de la nada se atisba a lo lejos. La noche casi cerrada hace que se distinga claramente, tiene unos focos bastante potentes que alumbran dos grandes naves que están siendo reparadas en ese momento.

Los caballos relinchan por el esfuerzo cuando se dan cuenta de que dentro de poco van a llegar a casa.

 - ¡Bienvenidos a mi humilde hogar! - grita sin girarse desde su posición.

La conversación no habían salido como pensaba. Una cosa era preguntarle a Mercy dónde se podía pasar la noche y otra muy distinta separar a la tripulación y venir directos a su taller. Pero Sebastian lo había decidido mientras aún estaba despistada por el disparo de Ash, así que había poco que decir después de recibir sus órdenes. Eso sí, se había asegurado de tener capacidad de responder a una posible súbita (y tal vez inevitable después de lo ocurrido en la nave) traición por parte de la gente de Mercy.

Montamos en nuestro jeep y paso todo el camino atenta a nuestros "anfitriones", no vaya a ser que se les ocurra hacer alguna tontería pensando que siendo sólo cuatro podremos ser presa fácil.

- Veo que tu taller hace honor a su reputación - le digo a la mujer de forma cordial, a pesar de no estar del todo segura de sus intenciones. - Aunque lo había imaginado algo más próximo a la ciudad - comento en tono casual. - ¿Qué noticias hay de Heaven? Como te comentaba antes, hace tiempo que no vengo por aquí... - intento entablar una conversación alejándola del accidente de la nave. Como le dije antes, prefiero que Mei se encargue de analizar bien todo lo que podamos necesitar para repararla. Además, algo de información de la zona siempre puede sernos útil.

Sin fiarme ni un pelo de Mercy y su gente, traté de captar algo de ellos, que me indicase cuales eran sus verdaderas intenciones, por si estas no fueran honorables....

Mercy sonríe mirando a Jade y os conduce a una de las salas interiores, al parecer su despacho. Por el camino podéis ver un gran hangar con muchas piezas sueltas por aquí y allá, grandes brazos mecánicos y suciedad por todas partes. Hay gente trabajando todavía, a pesar de la hora que es. No os prestan especial atención.

- Heaven es un desastre, pero no nos podemos quejar, por lo menos el negocio nos va bien, pero desde la guerra esto no es lo mismo... - responde Mercy mientras avanza - De todas formas, mejor hablamos en privado, ¿no crees? Nunca se sabe quién puede estar escuchando.

El despacho de Mercy es una sala con una mesa para ocho personas en el medio y otra mesa al fondo, con un gran sillón al otro lado. La decoración es parca y muy industrial·

Mercy se sienta en una de las cabeceras de la mesa y os hace señas para que toméis asiento con ella. Otro de sus empleados aparece con una botella de lo que parece whisky bataro y empieza a repartir unos vasos.
 

- Ya que estamos más cómodos todos aquí, vamos a conocernos un poco.... - se gira a Sebastian, mirandole más a su ropa que a la cara - ¿ qué hace una tripulación en un sitio como este?

No te llega nada nuevo de Mercy, parece que esta muy curtida y esa fortaleza mental que tiene hace que te sea mucho más difícil entender lo que piensa, quizás cuando la conozcas un poco mejor funcione.

—El viejo juego. Siempre que llegamos a un nuevo sitio es el mismo viejo juego de siempre... ¿cuando deje de jugarlo?— Sebastian se adelantó a sus compañeros, caminando por el rededor de la mesa opuesta a Mercy, tanteando la situación.

—Tener un accidente... darte una oportunidad de negocio. Allí donde hay una crisis siempre debes ver una oportunidad ¿no es eso lo que dicen?— sutilmente se lleva las manos a la cintura despejando sus musleras, su actitud es tranquila y amigable. Incluso en una actitud galante y sensual, quizá en una forma de flirtrear. Solo un veterano o un paranoico entendería ese movimiento como una forma de tener el camino mas limpio para desenfundar rápido.

—Cada uno escogió la mejor forma de ganarse la vida después de.... Nosotros vamos de aquí para allá, hacemos lo que podemos para mantenernos en vuelo.

—Y podemos ser unos amigos muy valiosos.— esta última frase la dice jugando con la lengua y sus labios, con aquella forma que tiene Sebastian de recubrirlo todo de una capa de fruslería y bufonada.

- Sí... la guerra fue totalmente devastadora aquí en Heaven... - responde suspirando - Nos ha costado mucho levantarnos - se recuesta en el asiento, y pone las manos en la cabeza, parece muy relajada.-  menos mal que está nuestra querida Alianza nos allana el camino, ¿no? - dice mirando atentamente a Sebastian.

Cuando dice esta última frase, se tensan todos los hombres de Mercy. La actitud desenfadada que reinaba anteriormente ha cambiado casi binariamente. Excepto Mercy, todos los demás están como expentantes de lo que se diga acontinuación.

Había algo raro, por la manera en que Mercy había dicho la última parte y la reacción de los presentes. Como acto reflejo, mi mano se poso sobre uno de los cuchillos, atento a lo que pasaba a continuación...

.... Mientras trataba de captar los pensamientos de Mercy, que es lo que realmente había pretendido decir y que buscaba realmente con todo esto. Si ella y sus chicos eran una amenaza para la tripulación, era mi deber neutralizarla antes de que actuaran y perdiéramos cualquier oportunidad de iniciativa.

Miro a Mercy y asiento con seriedad, manteniendo la calma a pesar de la tensión que se puede cortar con un cuchillo.

- Bueno, podrían allanar el camino más para todo el mundo  - contesto. - Seguramente con más ayuda del núcleo os habría costado menos levantaros - digo citando sus propias palabras.

La respuesta debería ser suficientemente ambigua como para poder retorcerla si hace falta, pero si la información que tengo es buena, el propio hermano de esta mujer se opone de forma casi irracional al gobierno de Heaven y ese tipo de odio suele tener raices suficientemente profundas como para ser compartidas por toda la familia. Es un tiro a ciegas, porque hasta donde sé Michael lleva un tiempo desaparecido y no he podido comprobar la relación que tenía con su gemela, pero pese a todo el énfasis que pone Mercy en la palabra querida denota cierto sarcasmo.

- Pero no hemos venido a política, salvo que tengas algo en mente para negociar con las piezas que nos harán falta para reparar la nave - sugiero mirando a la mujer.

La tensión es palpable y, si me he equivocado en mi juicio, aumentará en los próximos segundos. Los hombres de Mercy nos miran con atención, como si estuvieran dispuestos a saltar sobre nosotros, y Beo mueve su mano hacia los cuchillos. Sebastian, en cambio, parece controlarse; después de todo, el color de su abrigo deja bastante claro de qué bando está.

Se hace un silencio incómodo durante unos segundos después de la intervención de Jade. De repente, Mercy se echa a reir:

- JAJAJAJA - suelta una carcajada dando un manotazo en la mesa. El resto de sus hombres la imitan, la tensión parece disiparse al instante - Tienes agallas, me gusta - responde mirando a Jade amistosamente. - Creo que no... necesitamos... más ayuda de la que tenemos de la Alianza, ¿verdad capitán? - se levanta, mientras dice estas palabras coge la tela del cuello del abrigo de Sebastian, sintiéndola con los dedos.

No captas pensamientos concretos, pero cuando habla Jade sientes un alivio que proviene de Mercy. Los hombre se relajan un poco al ver a su jefa contenta. Pero justo al final oye algo de Mercy:

- ... espero que los de la nave sigan ahí, al final me caen bien estos tipos ...

—It's all about the game and how you play it.— Una sonrisa socarrona se encaja en la cara de Sebastian mientras repasa la situación mirando desde su propio cuello y recorriendo pasuadamente el camino que lleva por los brazos de Mercy hasta sus ojos, dejandose deleitar unos escazos segundos en su pecho y en sus labios. 

—La Alianza ya me disparó toda la ayuda que quizo Mercy.— unos segundos despues de sostenerle la mirada rompe el hechizo y vuelve a su actitud socarrona —Hey, hey... que en el fondo soy un tradicional. No me pongas nervioso.— le dice retirando suavemente las manos de ella de su cuello.

—¿Hablamos entonces de negocios?— y luego comenta de forma que solo los que estan muy cerca de ellos dos lo escuchen. —Algo me dice que el precio de los respuestos no solo se tasará en dinero.

- A ver chaval... no vayas a morder más de lo que puedes tragar. - responde Mercy con media sonrisa - Pero me caes bien, cualquier enemigo de la Alianza es amigo nuestro, ¿verdad muchachos? - grita girándose a sus hombres.

Se acerca a uno de ellos, uno de los que fueron con ella a recibiros.

- Se un cielo y  dile a Johnny que se vaya con los chicos a echarle un ojo a la nave, que se lleven el camión por si no pueden ponerla en marcha ahí. Que la traigan lo antes posible.

Se vuelve a la mesa y se sienta en ella, apoyando los brazos en la misma. Saca un cigarrillo del bolsillo y lo enciende.

- En cuanto al precio... Algo arreglaremos, está claro que no podéis salir de aquí sin esa reparación, haréis lo que haga falta.

 Sin dejar mirar a la mujer mayor, escuchaba atento sus palabras, así como vigilaba atento al mismo tiempo, de reojo, lo que hacían sus lacayos. A continuación, tras escuchar su oferta, esperé a escuchar la respuesta de nuestro capitán, antes de decidir si debía o no bajar la guardia o por el contrario, tendríamos que salir de aquí a tiro limpio... O en mi caso, a cuchillada limpia.

 En cualquiera de ambos casos, esperaba que nuestros compañeros de la nave se encontrasen bien, no me había gustado nada dejarlos solos, rodeados de gente que no inspiraban nada de confianza.

Como es habitual, mi intuición no falla a la hora de tratar con Mercy. Pocos en las colonias exteriores son amigos de la Alianza y, a pesar de que les vaya relativamente bien con el taller, no parece difícil que con un gobierno propio independiente de Londinium hubieran prosperado, al menos, de la misma manera.

La tensión se relaja, al menos parcialmente, porque el trato aún dista de ser algo parecido a la camaradería. Cuando Mercy decide enviar a sus hombres a la nave, me vuelvo un momento hacia Sebastian.

- Cap, será mejor que les avises de que van para allá. Lo último que queremos es que Ash haga tiro al plato con un camión lleno de gente que va a echar una mano. - Conociendo al segundo de abordo, no me extrañaría que tratase de resarcirse de los gestos anteriores disparando por placer a cualquiera que se acerque alegando que parecían bandidos en medio de la noche.

Me vuelvo hacia Mercy, que empieza al fin a hablar de negocios. Su actitud deja claro que cree tener la sartén por el mango, así que será bueno bajarle un poco los humos y dejar claro que no nos tiene agarrados de los huevos tanto como ella piensa.

- Bueno, Mercy, todos sabemos que esta zona vive de la industria del transporte, así que aunque tengamos que arreglar la nave para salir de aquí, no eres la única que puede encargarse de ello... - digo con seriedad. - Sin embargo, dado que nos hemos caido bien y hemos tenido la suerte de encontrarnos, estoy segura de que llegaremos a un acuerdo razonable para todos.

Me giro un momento hacia Jamin. Está muy callado desde que aterrizamos, así que sigo llevando el peso de la negociación mientras Sebastian no diga nada al respecto.

- Sin un análisis detallado de nuestros mecánicos, no podemos saber qué reparaciones nos hacen falta ni, por tanto, hablar de dinero. Pero sí parece probable que tengamos que estar por aquí unos días hasta que la Libélula vuelva a estar a punto, así que, como decía mi capitán, es posible que podamos reducir esta transacción a un intercambio de servicios - digo continuando con la suposición de Sebastian. Por lo poco que sé de su hermano y cómo ha enfocado la conversación hacia la Alianza, parece que a Mercy le vendría bien un grupo de freelancers como nosotros.

Un guiño del ojo le dice a Jade discretamente que esta deacuerdo con su apreciación. Se mueve hacia una de las sillas y juguetea aquí y allí con algunas de las herramientas. Al final de la intervención de la peliroja toma la palabra.

—Antes de que os pongáis en marcha, dejadme que hable con "la dueña de la nave".— dice esto último con cierto rintintin que indica que es otra de sus multiples bromas sin gracia —Aquella chica me matará si le digo que cualquiera le va a meter mano... y a su nave también. 

—Dejame tu comunicador. Hblaré con ella y veremos si es necesario que tus chicos se tomen la molestia...