Partida Rol por web

Diario de a bordo:

Navegación.

Hora: 2:00 AM

Tras el grave suceso ocurrido en el restaurante del Zenith, en dónde se comenta que ha habido un asesinato, todos los pasajeros tuvieron que ir directamente a sus respectivas habitaciones hasta nueva orden. Con esto, dos de los guardias que viajaban a bordo del barco, se aseguran que nadie les interrumpa mientras interrogan uno por uno a todos los viajeros del crucero. Se respira un aire de tensión y, a pesar de que algunos testigos aseguran que la mujer que agredió al misterioso hombre (no se sabe aún su nombre pues no llevaba identificación con él) se largó en un helicóptero, prefieren llevar a cabo una investigación más exhaustiva.

Lo que había comenzado como una aventura de ensueño, se había ensombrecido por este extraño suceso. ¿Quién era esa mujer? ¿Quién era aquel hombre que se opuso a ser cómplice de un asesinato en masa? ¿Por qué se habían citado en un barco destinado al divertimento? ¿Por qué aquel hombre, como última acción mordió fieramente al médico que intentó ayudarle? Demasiadas incógnitas y, de momento, demasiadas pocas respuestas...

La "cita" entre Hugo e Inés se había pospuesto. Cuando llegaron a la zona donde normalmente todos los empleados se encontraban, descubrieron que había un vigilante allí que les ordenó ir a sus respectivos camarotes tal y como había indicado el capitán del barco. Averiguaron que había sucedido un asesinato en el restaurante del hotel y que se iba a llevar a cabo una serie de interrogatorios. Irían de un camarote en un camarote, hasta conseguir la información necesaria para resolver el enigma y no tener a los viajeros en peligro.

Le indicaron que no podían salir de su habitación hasta que fuese un guardia a interrogarla.

Ahora eran las 2:00 AM y aún no había aparecido nadie. Inés se encontraba en su habitación de la planta 11, donde todos los empleados tenían sus respectivos dormitorios. ¿Se solucionaría aquello pronto?

Obediente, Susan se fue a su camarote, en la planta 11 del barco. Se había llevado las pertenencias de aquel extraño y nervioso hombre. La verdad es que eran unas pertenencias un tanto extrañas. Un sobre cerrado, unas llaves (quizás las del camarote) y aquel extraño tuvo de ensayo completamente cerrado y que guardaba en su interior aquel raro líquido...

Eran las 2:00 AM y aún no había aparecido nadie para interrogarla y dejarle por fin salir de aquella habitación. ¿Qué estaría sucediendo? ¿Habrían pillado ya a la agresora? ¿Se quedaría sin trabajo? ¿Realmente estaban todos a salvo?

Nerviosa, y algo asustada por todo esto decido abrir el sobre para ver que contiene, despues de todo el hombre ya no lo va a necesitar, y quiza haya algun dinero, o algo importante dentro.

En el sobre ponía, escrito con pluma negra y con caligrafía muy estilizada:

Si estás leyendo esto es porque yo he muerto. No sé quién eres, pero ahora el destino del mundo está en tus manos. Conserva el tubo de ensayo con el líquido que puede salvar a la humanidad y llama a los únicos aliados que tenemos. Ellos te ayudarán. Rodéate de gente en quien confiar y apoyaos, debéis sobrevivir en el barco hasta que podáis llegar a tierra. Intenté ayudar, y al final provoqué el caos. Espero que se me perdone. 

                                                                                                  Doctor Eric Lampard

Junto a la carta venía un trozo de papel pequeño con un número de teléfono. Lástima que no haya cobertura excepto en la zona de mandos del capitán, en la planta 6.

Vuelvo a guardar la carta en el sobre y esta en un cajon. No entiendo el contenido, es decir, que es eso de sobrevivir? Pero algo en su contenido me incomoda y prefiero apartaría de mi. Sin embargo me quedo con el papel, quiza pueda conseguir un movil y saber de quien es el numero. Busco un lugar donde guardar el tubo y opto por esconderlo junto a la tubería del lavamanos, por detras de este.

Despues me siento, y comienzo a pensar en el hombre, en su muerte, y estos recuerdos se entremezclan con mis propios recuerdos de un barco sucio y oscuro, y un hombre sangrando a mis pies. Cuando me doy cuenta he vuelto a marcarme el brazo con la cuchilla que guardo en el baño. No estoy segura de cuanto tiempo ha pasado, pero corro al baño a curarme los cortes.

Justo cuando Susan se estaba curando los cortes, la puerta del camarote sonó con un par de golpes. Después se escuchó una voz femenina:

- ¿Hay alguien? Soy Clara Rodriguez, responsable de seguridad. ¿Puede abrirme?

- ¡Un momento!

La mujer me da un susto de muerte, pese a que esperaba que llegase alguien no lo esperaba en este momento. Mal momento. Me dirijo al armario y busco una camisa de manga larga que cubra los pañuelos que contienen la sangre esperando que no traspase la tela. Cierro la puerta del baño y me dirijo a la puerta del camarote mientras trato de recordar si conozco a la mujer que ha llamado.

Abro la puerta con una sonrisa falsa que trata de ocultar que me ha cogido en un mal momento. Abro la puerta con una excusa en los labios para justificar la tardanza.

- Disculpe, estaba poniendome algo encima. ¿Que quiere de mi?

Al abrir la puerta miro a la mujer durante un instante antes de que mis ojos acostumbrados vuelvan a dirigirse hacia el suelo mientras espero a que hable o pase.

La mujer tardó un poco en abrir la puerta y cuando lo hizo mostró una sonrisa un tanto forzada. ¿Qué ocultada? Clara sonrió también y entró en la habitación, cerrando la puerta tras de sí. Tuvo la impresión de que, preguntándole a Susan, sacaría más información que la que había sacado a cien personas en toda la noche.

- Solo quiero hacerle un par de preguntas. Usted estaba en el restaurante en el momento del suceso, ¿podría describir el ataque y al agresor? ¿Le dijeron algo que le indicara en qué habitación podría estar hospedado el agresor?

- Yo....

Los recuerdos estaban ahi, entremezclados con mis propios recuerdos formando imagenes que no deseaba evocar de nuevo. Pero la mujer parecia decidida a obtener respuestas, y yo solo deseaba que se fuera, por lo que trate de rememorar una vez mas lo ocurrido y contarselo...

- ...estaba sirviendo las mesas.... el hombre.... pidió un te.... luego la mujer... iba de rojo... no sabría decirle mas.... le.... le....

Me falta el aire mientras la imagen de una puñalada nubla mis ojos cubriendolos de un velo rojo de sangre.

- ....le ataco... y se fue.... no... no sabría decirle mas....

Un destello en mis ojos me hace pensar en la chaqueta y todo lo que he escondido en mi habitacion... no quiero que registre mi habitacion, no quiero que encuentre la cuchilla o los vendajes, no quiero responder preguntas.

- Antes de que bajase me dejo su chaqueta.... el hombre.... porque derramo el te.... yo la entregue a lavandería... no se si servirá de algo.

Escuchó con atención los fuertes intentos de la camarera por explicar la situación. La chica sabía lo que había ocurrido, sin embargo, parecía bastante impresionada por la vivencia. A Clara no le gustaba tener que forzarla a recordar algo así, pero en ese momento era su trabajo.

- Escuche, sé que es complicado pero...

La mujer paró de hablar de pronto. Se oía un chirriar en la puerta, al otro lado, como si alguien estuviese arañando la puerta. A Clara le resultó espeluznante. Se llevó su mano a la pistola que guardaba dentro de la chaqueta.

- ¿Ha escuchado eso?

Las imagenes eran tan vividas que casi estaba volviendo a vivirlas, totalmente absorta. Entonces me pregunto por algun ruido que yo no habia escuchado, y me quede en silencio incapaz de saber a que se referia. Sin embargo pronto sono otra vez, un chirrido espeluznante, como de alguien o algo arañando la puerta. Quise decir que si lo oia pero me quede sin habla.

Asenti con la cabeza, estaba aterrada y era incapaz de apartar la mirada de la puerta, casi podia imaginarme a aquel marinero arañando la puerta, junto con el hombre nervioso. Me subi en la cama de mi camarote y me cogi las piernas.

No es real. No hay ningun muerto fuera. Sera un perro o alguien que quiere gastarme una broma.

Entonces, sin saber muy bien porque, recorde las palabras de la carta.

- "...debéis sobrevivir en el barco hasta que podáis llegar a tierra."

Tarde un momento en darme cuenta de que lo habia dicho en voz alta. Ante la mirada de Clara me diriji al cajon y saque la carta.

- ...yo... cogi esto.... de la chaqueta...

Le entrego la carta y vuelvo a colocarme en la cama con las piernas contra el pecho.

Clara retrocedió al volver a escuchar aquel espeluznante sonido. Le hubiera encantado ir con Susan y meterse bajo las sábanas de la cama, tal y como hacía cuando era pequeña y soñaba con monstruos o ladrones; sin embargo, una de las dos tenía que ser valiente, y, además, ella estaba armada. Permaneció mirando hacia la puerta, aún pensando de qué podía ser aquel sonido, sujentando con fuerza la pistola y apuntando hacia abajo, cuando la chica se le acercó y le mostró una carta. El corazón de Clara se aceleró y seguramente se habría puesto pálida de terror. ¿Así que no era ninguna broma? Sobrevivir... salvar a la humanidad... ¿Qué era todo aquello?

- Échate hacia atrás, ponte detrás de mí.

La guardia se aventuró a ir hacia la puerta, apuntando ahora sí hacia ella. Tragó con dificultad, extendió la mano izquierda hacia el pomo de la puerta mientras continuaba apuntando con la derecha.

Giró el pomo y abrió la puerta echándose hacia atrás. ¡Y menos mal que lo hizo! En ese momento se agolparon dos personas con los ojos desorbitados y la mandíbula desencajada. ¡Parecían fuera de sí! Clara no daba crédito a lo que veía. Al ver que aquellas personas con la cara tan desencajada se tiraban hacia ella, como un acto reflejo disparó un tiro a cada uno. Estaban tan cerca que era prácticamente imposible fallar, así que les dio a cada uno en la cabeza. Estos cayeron al suelo isofácto y ella aprovechó para cerrar la puerta con fuerza. Se apoyó en ella, pensando que así evitaría que volviesen a entrar. Su respiración era agitada. ¿Y si había sido solo una broma de un par de viajeros y los había matado? No, era imposible, después de la carta y sus caras... tardaría en poder dormir sin que esos rostros apareciesen en su mente.

- Tenemos que salir de aquí, ¡Ya!

Ver aquellas caras desencajadas resultaba grotesco. Senti como el miedo se apoderaba de mi pero tambien senti alivio. ¿Me habia vuelto loca? Habia llegado a creer que aquel hombre habia regresado para buscarme y ver en su lugar a dos desconocidos con aspecto de lunaticos fue un respiro tanto como un susto. Entonces escuche dos disparos muy cercanos y antes de darme cuenta de que la chica empuñaba su pistola, ya habia matado a los dos pasajeros y habia vuelto a cerrar la puerta.

Senti una oleada de terror subiendo por mi espina dorsal al pensar que podria dispararme a mi tambien, pero logre controlarme tratando de convencerme de que esas personas iban a atacarnos, y que Clara realmente se habia defendido. Me lo repeti una y otra vez tratando de creermelo tanto como trataba de creerme el contenido de aquella carta. Entonces la mujer me increpo que nos fuesemos de alli, pero en lugar de moverme me detuve. Le hice un gesto con la mano para que esperase un momento y volvi al baño.

Las heridas mal curadas de la muñeca aun me escocian pero no me detuve a vendarmelas de nuevo pese a que la sangre comenzaba a manchar levemente las mangas de la camisa que me habia puesto. En lugar de eso me arrodille en el mismo sitio que habia estado hacia tan pocos minutos y recupere el frasco.

Sea lo que sea deberia llevarlo conmigo.

Guarde el frasco envuelto en papel higienico y me lo meti en el bolsillo del vaquero. Luego volvi a la habitacion y mire a Clara.

- Ya.... pero... ¿a donde ir?...

Entonces me vino una idea a la mente. No una buena idea, simplemente una idea. Abri el cajon donde habia escondido la carta y saque las llaves del camarote del hombre nervioso. Mientras se las mostraba a Clara con una mirada de culpabilidad por haberselo ocultado le dije.

- Son del hombre que mataron... estaban en su chaqueta con el sobre... quiza... quiza en su camarote haya algo que explique todo esto...

Aún apoyada en la puerta y con el pulso muy acelerado, Clara escuchó la idea de Susan. Ir al camarote de aquel que las había metido en aquel lío parecía arriesgado pero también necesario. Quizás allí encontrasen la respuesta a todas sus preguntas.

- Me parece bien, pero debo advertirte que no tengo balas infinitas y dudo que esos fuesen los únicos que estén así... Deberás ayudarme. Las plantas de los camarotes de los viajeros están entre la 12,13 y 14. ¿dónde estaba su camarote? Pediré ayuda de todas maneras a la sala de vigilancia del barco.- Cogió de su bolsillo una especie de walkie-talkie y habló por él.- Al habla Clara Rodriguez, ¿hay alguien ahí?- no hubo respuesta ninguna y la chica solo pudo resoplar con impaciencia.- Parece que no hay nadie. En todo caso cuando vuelvan podrán ver mi llamada y contactarán con nosotras. ¿Estás preparada para salir, Susan?

- ¿ayudarte?

No es que no la hubiese oido, es que no queria creer que me dijese que tenia que atacar a alguien mas... busque alggun objeto que me sirviese para golpear, y con serte apartar a cualquier pasajero lunático, aunque estaba segura de que antes saldría corriendo que golpear a alguien. No estaba preparada, no lo iba a estar... pero teníamos que movernos.

- Vamos...

Lo único que pudo encontrar Susan para defenderse fue un abrecartas. Las dos chicas salieron, Clara la primera apuntando hacia el pasillo. Para su sorpresa, estaba abarrotada de extrañas personas que arrastraban los pies y deambulaban a baja velocidad, emitiendo sonidos terroríficos... Sabiendo que el ascensor estaba en la mitad del pasillo y que eran demasiados infectados para un arma a la que le quedaban 8 disparos y un abrecartas bastante corto, Clara prefirió dirigirse una planta más arriba, explicándole entre susurros a Susan que a lo mejor tenían más suerte y no había tanto de esos... ¿zombis?

La escalera estaba despejada y no tuvieron problemas en llegar hasta arriba. Siempre con cuidado e intentando hacer el menor ruido posible. Justo cuando llegaron arriba, acababa de aparecer un joven adolescente que no tenía las mismas características que aquellos monstruos. Parecía asustado, mirando hacia el fondo del pasillo. ¡Dos infectados se estaban acercando a él! Clara, sin dudarlo, disparó a cada uno y, como la vez anterior, estos recibieron un tiro entre ceja y ceja y cayeron al suelo.

Estaba en mi camarote llevaban por lo menos cuatro horas metida, esperando a que alguno de los vigilantes vinieran, pero no podía esperar más a que apareciera alguien, los nervios me estaban comiendo por dentro, ya me había planteado todas las explicaciones posibles a lo sucedido y ninguna parecia real...

Me había dado tiempo a darme una ducha, comer algo y me había puesto ropa deportiva para estar mas comoda, total no podía salir del camarote, hasta que me empeze a sentir tan agobiada que no quería permanecer mas tiempo allí encerrada sin saber nada de lo que estaba pasando.

Escuché atentamente tras la puerta de mi camarote, no parecía oirse a nadie por allí ni siquiera parecía que el ascensor estuviera subiendo o bajando, todo era silencio. Abrí lentamente la puerta del camarote y eche un vistazo para ver si alguno de los vigilantes estaba cerca o podía salir de allí.

Al mirar observe que todo parecía estar en calma, salí lo mas sigilosamente que pude de la habitación y comence a subir lentamente por las escaleras.

Inés, impaciente, salió del camarote. En un principio no vio ni escuchó nada. Tan solo oscuridad y el sonido del agua chocando en el barco. Todo estaba desierto y el mínimo sonido que hacían sus pisadas no lo interrumpía...

Llegó a la planta 12 y entonces allí si que pudo ser testigo de algo francamante extraño. Había personas, concretamente 8. Dos estaban tiradas en el suelo casi al otro extremo del pasillo y bajo sus cuerpos pudo ver que había sangre. Luego, un poco más cerca de su posición, había como tres personas, pero... actuaban de modo extraño. Arrastraban los pies, caminaban lentos y sus brazos colgaban como sin fuerza. Emitían sonidos terroríficos, como gemidos o intentos de gritos... Y al fondo, al fondo había otros tres. Dos chicas y un chico, que ahora mismo iban corriendo en modo ofensivo hacia los tres que caminaban extraño...