Partida Rol por web

Dos guardias aparecieron en el lugar en ese momento, acompañados de una señorita vestida con una bata blanca.  Esta última se acercó a la víctima, le tomó el pulso y cerró los ojos con pesar.

- No hay nada que hacer.

Entonces, uno de los guardias comenzó a hablar alto:

- Disculpen, pero debemos pedirles que vayan a sus respectivos camarotes enseguida y no salgan de allí hasta nuevo aviso.

La gente comenzó a irse, luego, mientras llegaban un par de empleados con una camilla, el mismo guardia se acercó hasta Susan, Akira y James.

- Imagino que tú fuiste la que avisaste.- su mirada era dura, quizás porque no se trataba de algo cómodo.- Veo que tenemos a un herido... ¿Fueron testigos de lo ocurrido?

La llegada de los dos guardias y la medico sirvió para restablecer el orden. Mandaron a todo el mundo a los camarotes, y entonces uno de los guardias me interpelo con un tono que respaldado por su tamaño me hizo sentir muy intimidada.

...si yo llame... Vi a una mujer... apuñalo a ese hombre... No vi nada mas...

Solo quería que me dejaran irme, para refugiarme de toda esta locura. Sentía que todo se volvía amenazante, peligroso, y solo quería escondeme en un rincon oscuro.

Akira se alegró de que por fin llegase alguien, cuando le preguntaron por la herida y por si fueron testigos, tras contestar la camarera la cual parecia aterrada por el suceso pues le costaba hablar, contestó él.

-Si, soy el doctor Takanashi, una mujer apuñaló a ese hombre y salió corriendo, yo intenté ayudarle pero la herida era fatal... lo mas extraño fué que, justo antes de morir me mordió, supongo que la herida le probocaba mucho dolor y por eso fué. Ya me he limpiado la herida y he estado haciendo presión en ella, pero agradeceria que alguien me la desinfectase bien y me la vendase si fuese posible.

Tras esto mostró su herida, a espera de que la señorita de la bata blanca le atendiese, a fin de cuentas era el que mas necesitaba sus servicios pues el muerto eso, ya estaba muerto.

El guardia asintió con la cabeza y le indicó a Akira que fuese a ver a la doctora, que en esos momentos acababa de terminar de colocar al misterioso hombre en una camilla.

Fue entonces, mientras esto ocurría cuando un anuncio del capitán del barco se oyó por los altavoces:

- Estimados viajeros, lamentamos comunicarles que deben dirigirse cuanto antes a sus respectivos camarotes. No deben salir de allí hasta nueva orden. Gracias, y perdonen las molestias.

Al oir el aviso del capitan, me dirigi al guardia sin llegar a mirarle directamente.

- Voy a recoger mis cosas...

Y me dirigí hacia la barra con rapidez, para coger mi bolso del hueco bajo la barra donde siempre lo dejo mientras estoy trabajando.

Al ir a coger mi bolso veo el cajon, y recuerdo las cosas del hombre que aun siguen alli. Pienso durante un momento en llamar al guardia para darselo, pero el hombre ya no las necesita, y quiza valgan algo. Si sacase un poco de dinero, quiza podría dejar este horrible trabajo, asi que cojo todo lo del cajon (llaves, sobre y tubo de ensayo) y lo guardo en mi bolso para verlo mas tarde. Luego si no necesitan nada mas de mi me dirijo ha mi habitacion

Akira asintió y se fué con la mujer de blanco a que esta le tratase el brazo, no le quedaba por hacer nada allí, pues por lo que habian dicho por los altavoces, era muy dudable que los padres de Alicia y la propia Alicia pasasen por el restaurante, a si que, cuando pudieran salir de sus camarotes, les buscaria para hablar de nuevo con ellos... al parecer iba a ser un duro viaje... primero el asesinato, luego el mordisco y finalmente la orden de volver a nuestros camarotes hasta próximo aviso... la mujer de rojo habia logrado poner patas arriva el barco...

Probablemente la orden de ir todo el mundo a los camarotes será para encontrar a la asesina y que no cause mas daños... espero que la encuentren rápido...

Se mantuvo silencioso durante todo el momento, observando y escuchando cada palabra. De vez en cuando acariciaba su mentón tratando de ocultar una sonrisa. Su primera impresión había sido acertada y la mujer de rojo era la responsable del asesinato, quedaba averiguar porque. Luego llegaron los guardias y James solo se encogió de hombros cuando le preguntaron sobre testigo y lo que había pasado. Volver a su camarote no estaba en sus planes, pero no convenía hacer que las sospechan caigan sobre él. La mujer de rojo seria atrapada y él se quedaría con la intriga de saber que paso y quien era.
Llevo su mano derecha a la frente en modo de saludo hacia el medico herido y la camarera, luego se marcho caminando tranquilamente. Su mente estaba en otro sitio, no podía hacer gran cosa encerrado en su camarote, pero algo le decía que era lo mejor.
-Mañana todo volverá a la normalidad- se dijo con aburrimiento.
Seguro que todo era por celos, quizás el tipo era algún esposo rico y la de rojo su amante despechada. Pero al ver su rostro en su mente, desecho esa idea, no parecía ese tipo de persona. Sacudió al cabeza diciéndose que no la conocía y no sabía que tipo de persona era. Al llegar al camarote se dio un baño y se acostó esperando que el alba lo encuentre sin tantos problemas.