Partida Rol por web

Con las orejas "puestas" en la mesa de al lado, el doctor Akira esperó la llegada de Alicia y sus padres. Mientras, Susan, tras haberles dado a los encargados de lavandería la chaqueta que el hombre que se había echado encima la taza de tela, se ocupaba de atender y tenerlo todo previsto. Ambos podían escuchar trozos de la conversación que el extraño hombre y la misteriosa mujer estaban teniendo:

Mujer: ... no me queda otra que decirte que el objetivo ha cambiado...

Hombre: ... ¿¡Y qué piensan hacer?! El experimento...

Mujer: ... No necesitamos tus consejos, Mark. Necesitamos lo que he venido a buscar. ¿Dónde está?

Hombre: ¡No pueden usar a las personas como cobayas!

Mujer: Cálmese doctor Marcus...  La decisión está tomada...

Hombre: ¿Quién ha dado semejante orden?

Mujer: ¿Quién va a ser? ........ Démelo... se me está acabando la paciencia...

En ese momento observáis que el misterioso hombre, en un arrebato de ira y valentía da un fuerte golpe en la mesa y se levanta, apoyando los puños cerrados en esta:

Hombre: ¡No pienso continuar con ésto! ¡No seré cómplice de miles de asesinatos!

En ese momento, la mujer, mostrando una sonrisa burlona y con un movimiento tan rápido que no sabéis cómo ha podido ser tan veloz, pareció apuñalar al hombre, sin importarle los presentes. Y con voz clara dijo:

- Para lograr grandes éxitos, es necesario hacer grandes sacrificios. Veamos si conseguimos unos buenos resultados en el barco. Lástima, Marcus, eran un buen científico... te echaremos de menos...

Tras esas palabras, salió corriendo sin que nadie pudiese alcanzarla... parecía dirigirse hacia las escaleras, pero... ¿Hacia dónde iría? El sonido de un helicóptero entraba con fuerza por las amplias ventanas de la sala.

Tras haberse arreglado, James continuó buscando a la elegante y misteriosa mujer que tanto le había llamado la atención. Con suerte se la encontró justo saliendo del restaurante de la planta 9 del barco. Ésta, sin pararse si quiera le miró, le sonrió y le guiñó un ojo. Iba a tal velocidad que no parecía humana y James pronto la perdió de vista; sin embargo, no fue lo único extraño que le había ocurrido.

Dentro del restaurante se escuchaba mucho movimiento y gritos.

Akira escuchó partes de la conversación sin mucho interes al principio... aunque cuanto mas avanzaba esta, mas curiosidad le entraba por saber de que hablaban. Cuando el hombre golpeó la mesa y habló bien alto de asesinatos en masa, Akira no pudo evitar mirar directamente con cara de sorpresa a la mesa de estos... con una cara de que le costaba creerse lo que acababa de escuchar, de repente, la mujer le asenta una puñalada al hombre y sale corriendo. En ese momento Akira se levantó y corrió en dirección al hombre y rompiendo su ropa para ver la herida le decia (y hablaba alto para que el resto de personas le escuchaba):

-No se preocupe, soy médico y voy a intentar ayudarle.

Luego, mirando alrededor dijo:

-Necesito que alguien me heche una mano para poder ayudar a este hombre antes de que se desangre.

Y cominzó a intentar salvar la vida del hombre

Caminó mirando hacia todos lados, buscando, pensando en que decir en el momento que se cruzara con la desconocida de rojo. Cuando la vio salir de uno de los restaurantes sonrió como un lobo hambriento que encuentra una deliciosa e indefensa liebre. Pero paso a su lado sonriendo, guiñando un ojo, toda misterios, sin detenerse ni aminorar la marcha. Quiso decir algo pero en pocos segundos estaba muy lejos de él.
-Vaya que tiene prisa- alcanzo a pensar cuando escucho los primeros gritos.
Se volteo rápidamente y con largas zancadas se coloco en el umbral de la puerta que daba al restaurante. No entro. Solo echó un vistazo para ver que ocurría. Su experiencia le decía que cuando había mucho escándalo era buena idea pasar desapercibido.

Observo la escena sin comprender realmente de lo que están hablado, hasta que el hombre se levanta furioso. Sin pretenderlo me agacho y me escondo detrás de la barra, apenas asomando la nariz por encima.

Cuando la mujer se levanta y apuñala al hombre el mundo se detiene. La sangre fluye del pecho del hombre, noto como mi cuerpo cae hacia atrás, y el golpe seco contra la nevera que tengo a mis espaldas.

Cierro los ojos.

La sangre sigue manando de la herida en el pecho, y veo sus ojos, llenos de sorpresa, que poco a poco se vacían de vida clavados en mi rostro, mientras mis manos se cubren de sangre.

Abro los ojos.

Tengo las piernas flexionadas, las rodillas clavadas en el pecho, y mis brazos aforrándolas con fuerza. Oigo el alboroto del restaurante, y pienso inmediatamente en el hombre del traje gris. Necesita ayuda, veo el teléfono sobre la barra, a poca distancia, y trato de extender el brazo… pero soy incapaz. No puedo moverme. No puedo mirar. No otra vez.

Quizás su reacción había sido excesiva y por eso había acabado tal y como estaba. Con ellos no se podía jugar y en cuanto dieses signos de rebeldía, todo se acababa. Se agachó, sorprendido ante la sangre que le emanaba. Pero no era eso lo que más le aterrorizaba. Estaban condenados... todos los del barco... Vio que un joven se acercaba hasta él, le indicaba que era médico e intentaba ayudarle.

- Acércate, tengo algo que decirte.

Cuando James entró, la escena era un desastre. Había un hombre herido en el suelo, gente rodeándole, un médico agachado a su lado y la camarera detrás de la barra. ¿Qué habría pasado?

- Escúchame porque esto es importante hijo...- le señaló a la camarera que se ocultaba detrás de la barra con disimulo.- Estáte a su lado. Permaneced unidos. Ella... tiene todo lo que necesitáis por el momento... ocultádlo... para ayudar a la humanidad... sobrevivid... permaneced unidos... sé que sois especiales... guardad con vosotros lo que ella tiene... ocultaos... encontrad la respuesta... el destino de todos depende de pocos de vosotros... no se lo deis a nadie... - vio cómo Akira intentaba curarle.- créeme, es mejor que me tiréis por la borda... el barco no es seguro... a partir de esta noche... en un par de horas...- suspiró. Era una apuesta arriesgada, pero no le quedaba más que creer en el chico. Él viviría. De pronto, le mordió en el brazo. Un fuerte muerdo que hizo que a Akira le saliera sangre. Pero pronto lo dejó. Se quedó quieto.

Akira intentaba evitar que el hombre muriese desangrado... entonces este le dijo cosas extrañas que Akira no no sabia muy bien como asimiliar... pero tampoco le dejó mucho tiempo para hacerlo pues de pronto le mordió en el brazo, Akira soltó un grito de dolor y la sangre emanaba de su herida. Cuando quiso quitarse al hombre de encima, este se quedó quieto... ¿habria muerto?

En circustancias normales le habria tomado el puslo... pero ahora se encontraba herido, y su instinto pudo mas que su deber y se separó un poco del hombre e intentó tratarse el brazo podria ser peligroso si la hemorragia no se detubiese...

Al ver que podía que lo que ocurría decide volver sobre sus pasos e ir tras la chica del vestido rojo, pero recuerda que la perdió de vista hacia unos segundos. Aparte sentía cierta curiosidad morbosa por lo que había pasado allí. Con disimulo se acerca mirando hacia todos lados, el médico estaba atendiendo al herido y los demás solo estorbaban.
-¿Qué paso aquí?- pregunta a la persona más cercana.
Pensó en alguna pelea por dinero o de borrachos. Si era eso no le interesaba.

James se acercó a un señor que vestía pantalones vaqueros y camisa blanca. Parecía estar con su mujer y ambos miraban la escena con atención:

- Una mujer ha apuñalado a este señor y ha salido corriendo...

No podía decir más, o quizás es que no sabía qué decir.

Oigo las voces. Alguien esta atendiendo al hombre del traje gris, la gente pregunta que ocurre. Reuno el valor para abandonar mi escondite tras la barra, me arrodillo, y trato de no mirar hacia el hombre mientras alcanzo el telefono. Mi voz tiembla mientras hablo por el auricular.

- Han.. han.... herido... un hombre... puñalada... necesita ayuda...

Mis palabras salen de mi boca entrecortadas, casi privadas de significado, pero no soy capaz de articular nada mas coherente que eso. Dejo el telefono de nuevo, y trato de sobreponerme. Me asomo por encima de la barra, agazapada, como si estuviese tras un arbusto, y trato de ver si el hombre esta bien.

Tuvo una corazonada cuando el sujeto le comento lo que había pasado allí. Miro a su alrededor serio, sacudió la cabeza y se acerco hacia una chica que tenía el teléfono en la mano y balbuceaba alguna cosa a través de él. Se apoyo en la barra y con media sonrisa dijo:
-Me vendría bien un trago...- la mujer tenía la mirada perdida en alguna otra cosa, James revoleo los ojos poniéndolos en blanco-. Ah, olvídalo. ¿La que lo apuñalo era una mujer de rojo?
No sabía porque pero algo le decía que la respuesta da la camarera (si es que hablaba) seria afirmativa. Todo era bastante raro y misterioso, pero como no tenía nada que ver con el apenas le importaba. Solo era una distracción más y un motivo de charla para cuando llegue a tierra. O quizás lo olvide después de un Whisky.

Levanto mis ojos hacia el hombre que me esta hablando.

¿una copa? ese... ese hombre.... esta....

Pero el hombre vuelve a hablar y pregunta por la mujer de rojo.

...si...

En cuanto respondo vuelvo a dirigir mi mirada hacia el suelo, y trato de ordenar mis ideas. De alguna manera encuentro las fuerzas para levantarme, y se me ocurre que el japones que esta ayudando al hombre puede necesitar algo.

Toallas... alcohol.... ¿cuanto tiempo ha pasado? ¿cuanto rato he estado aqui, en el suelo?

Busco servilletas, y un trapo limpio del cajon. Y luego cojo una botella de lo primero que encuentro y me acerco a donde esta el hombre japonés. Trato de no mirar directamente en su direccion, de no ver las sangre, ni la herida. Me quedo a unos pasos del japonés con la mirada clavada en mis zapatos, y con un hilillo de voz le ofrezco lo que traigo.

- Esto... puede servir de algo...

Akira, con lo que en un principio era un impoluto traje blanco de lino, estaba impregnado de sangre suya y sangre ajena, la parte del brazo mordido se la habia arrancado para hacerse un torniquete, y ahora se acercaba a la barra como podia, pues el hombre estaba muerto y no podia hacer mas por él...

-Hola... señorita - dice refiriendose a la camarera e ignorando al hombre que pedia una bebida ¿como podia darle tan igual lo que ha pasado y preocuparse solo por esa mujer? - Llama a la policia del barco, el hombre está muerto y yo tengo un brazo herido y aunque sea médico no puedo hacerme mucho a mi mismo, también necesito agua para limpiarme la herida y verla mejor, ¿vale?

Mira al medico con aburrimiento, pero al ver que tambien estaba herido se despierta una vez mas su curiosidad. Se apoya en la barra y lo mira arrugando sus ojos.

-¿Usted tambien fue atacado?- lo preguntaba como si le estuviera diciendo si tenia cigarrillos.

Distraidamente se miro las uñas de la mano para luego volver su atencion al rostro del medico. Es su mente seguia esos ojos guiñandole de forma misteriosa, esa sonrisa impudica, despreocupada. Si pedia el interes podria volver a su camarote o recorrer los diferentes sectores buscando a la desconocida.

Akira le miró unos segundos, pensando si se estaba riendo de él estando tan tranquilo en una situación como esa... ¡se acaba de cometer nada menos que un asesinato! finalmente le contestó

-Como puede ver... si, ese hombre, justo antes de morir me mordió el brazo, y con mucha fuerza para estar a punto de morir... necesito limpiarme la herida para que no se infecta pues si no seria una gran molestia.

Tras esto se acomoda un poco y no deja de hacer presión en su herida, esperando a que la camarera le conteste...

Enarcó una ceja incrédulo, miro hacia el muerto arrugando la boca en un gesto característico de profundo pensamiento. Después de un segundo volvió su vista al medico, en su rostro había una ligera sombra de sonrisa, apenas contenida. Todo eso era completamente extraño.
-Podría usar un poco de Vodka para limpiar eso, por lo menos hasta que alguien se digne el venir- una vez mas sus ojos fueron al muerto. Sacudió la cabeza diciendo-: ¿Tan difícil era pedir unas vacaciones tranquilas? Juro que si se levanta saldré corriendo jaja- agregó señalando al cadáver.
La sangre había formado una oscura aureola en torno al sujeto muerto, le trajo algunos recuerdos, los cuales sacudió de su mente como quien se quita una mosca molesta.

El hombre de japon era medico, y estaba herido. pidió que llamase a la policía del barco, y agua. Yo ya habia dado el aviso del ataque, y seguramente alguien vendría en cualquier momento, pero preferí asentir en lugar de explicarlo, tras lo que fui a la barra y traje algo de agua en una jarra.

Al volver no pude evitar ver el cadáver justo en el limite de mi campo visual, pese a que mis ojos seguían clavados en el suelo. Me estremecí involuntariamente ante la imagen, una imagen que tenia gravada a fuego. Deje la jarra en el suelo, cerca del medico herido, suficientemente cerca para que la cogiese si estiraba su brazo sano, y me quede parada, esperando que me pidiesen otra cosa.

Akira quitó se retiró el trozo de tela con el que tapaba su herida para limpiársela con el agua, mientras tanto, por su cabeza pasaban varios pensamientos, pues era difícil de creer, que en tan poco tiempo, las cosas hayan pasado de ser una velada agradable a estar al lado de un hombre muerto. No era la primera vez que veía a alguien muerto, al fin y al cabo era medico, pero no es algo a lo que uno se puede acostumbrar.

Tras limpiarse la herida se acercó a la camarera y le dijo

-Señorita, supongo que aquí tendrán un botiquín de primeros auxilios por si alguien se corta o algo poder solucionarlo rápido, ¿no? ¿Me lo traería por favor? Los botiquines suelen tener esparadrapo o incluso un poco de venda algunas veces, me vendría bien.

Tras el susto inicial, Akira comenzaba a pensar con más claridad y podía empezar a tomar el control de la situación.