Partida Rol por web

Vaya, la mismísima Orden del Cielo. Bueno, no podía esperar menos si iban a reunirse con la Emperatriz. El hombre moreno le resultaba ligeramente familiar; estaba seguro de que había oído hablar de él en algún momento, pero no caía en la cuenta. Probablemente fuese un alto rango de la Orden, y a juzgar por su expresión y sus actos, sin mucho humor para tonterías. Seguro que él también pensaba que aquello era una broma.

Mire furioso a la gente de la orden del cielo, me acerque a Fenix y le dije:

-luego te daré otra, tranquilo-situándome alado de el joven para darle apoyo moral.

Sin prestar mucha atencion al chico, el hombre moreno se dirijo a la mesa y tomo asiento, luego, con voz serena, empezo a hablar:

-Se os ha convocado para una importante mision y no para jugar en un local publico-dirigiendose al chico y su complice-La emperatriz recibio hace casi tres meses una carta de un mago en la que le advertia de un gran mal que destruiria el mundo, sin embargo, un santo hizo una segunda profecia a los pocos dias de oir esta: "13 almas metalicas, 13 aliados unidos forjaran la luz del mañana".-hace una breve pausa y luego continua-De la 1º profecia no hemos encontrado pruebas que la respalden salvo la propia 2º profecia y de la 2º creemos que esas 13 almas metalicas hacen referencia a las 13 armas de leyenda, estas que estan grabadas en la mesa.

En la mesa, a la cual nadie habia prestado mucha atencia, estaba grabadas junto un numero romano, un baton (I), un hacha(III), un mandoble(IV), una maza(V), una daga(VI), una espada(VII), una lanza(VIII), un escudo(IX) y, terminando el circulo, otra espada(XIII)

-¿Alguno de vosotros ha oido hablar del clan de los Norteños?-pregunta al grupo.

Asiento con la cabeza sin dejar de mirar a aquel "hombre malo" que habia destruido mi juguete, con pasos lentos me dirijo hacia mi asiento  y me siento con pesadez, como si toda mi energia se hubiera agotado de golpe....

Oigo como hablan acerca de los dibujos y los contemplo

Tiro por ocultismo a ver si recuerdo leyendas acerca de 13 armas legendarias y que sean parecidas a las que veo en la mesa

"¿Clan?, un norteño es quien viene del norte, que yo sepa" pensó, ya que no se atrevió a contradecir al que los había reuinido sin saber del tema.

-Yo por lo menos no, y me gustaría que alguién nos iluminara-

permanecí en silencio, sin decir ni una palabra

Niego con la cabeza. Eso de las 13 Armas de leyenda me sonaba, pero no estaba seguro. Dejaria que explicasen antes de equivocarme.

Cuando el que parece mandar comienza soltar su diatriba intento permanecer lo mas en segundo plano posible. Mientras intento recordar algo sobre esas famosas armas, de la cuales creo leí algo hace mucho tiempo

Observo a los más jóvenes distraerse con un balón que, luego de unos momentos, resulta destruido totalmente por un hombre bastante apático. La situación no me genera nada, más que un poco de curiosidad de cómo ese tal Huracano sacó de su mochila una pelota de fútbol. Quizás él también era un fanático del deporte y siempre llevaba una pelota con él, ¿no?

El tipo moreno se sienta y comienza a hablar, aunque lo único que no ha salido de su boca fue su nombre y el del otro tipo. Supongo que me tocaba a mi preguntar... Aunque luego pienso un momento, y reconozco al moreno. Al otro tipo, sin embargo, no lo conocía.

Me concentro en lo que dice. Nada de eso me suena, ni siquiera un poco. Aunque, obviamente, no era mi asunto saberlo. Estaba ahí porque me habían llamado, no porque sabía algo. Observo los dibujos en la mesa, y claramente eran armas... Pero, ¿de qué leyenda habla este hombre? Yo no era de por allí, así que definitivamente no tenía conocimientos de su cultura, y por lo tanto, de sus leyendas. Simplemente callé por un momento, y escuché a los demás...

En cuanto oyó hablar al hombre moreno cayó en la cuenta. Claro que le resultaba familiar; había que vivir en una cueva para no reconocer a Kisidan, Caballero del Séptimo Cielo y tutor personal de la Emperatriz. Se decía que sus técnicas de lucha eran insuperables y que nunca había perdido un combate. Que estuviese allí en persona solo indicaba la gravedad del asunto que tenían entre manos.

Nüll negó con la cabeza cuando Kisidan preguntó, pero su atención se mantuvo fija en las palabras de aquel hombre. Aquello era verdaderamente serio, según parecía.
 

Creía que lo conocía al menos a uno pero no iba a darle ese gusto a nadie,me puse delante de ambos y dije:

-Mi nombre es Huracano,¿el vuestro?-digo mirando a La gente.

Mientras que tratais de hacer memoria, haber si conoceis algo sobre ese clan de norteños o de las armas de las armas de leyenda, volveis a fijaros en la mesa, a ver si consigue daros una pista. Observais las figuras que no estan del todo detalladas: en el lugar de II habia una especie de circulo, como si fuera la bola de un mangual o una simple esfera, pues no hay nada mas en ese sector; en el X se encontraba una forma algo amorfa, parecia como un trozo de tela, pero no habia nada que probara que fuera de un material similar, era una simple talla; en el XI se encontraba algo parecido a una vara, pero en algunos tramos se ensancha, casi quedando una especie de espada bastarda, a juzgar por la longitud; por ultimo y mas misterios, en el puesto XII no habia nada, ni restos de edad ni un simple dibujo, daba la impresion que no habia sido creada el arma XII o que no tenia forma.

El sujeto albino permanecio apoyado en la pared desde que llego, parece que su funcion es la de observador, pues eso ha hecho desde que llego: no os ha quitado el ojo de encima.

Al oir la pregunta de Huracano, el albino decidio contestar tanto por él, como por su acompañante:

-Mi nombre es Shiro, Caballero del 6º Cielo, escolta de Kisidan, aqui presente, que es uno de los pocos Caballeros del 7º Cielo y el tutor personal de la Sacro Santa Emperatriz, Elisabetta Barbados.

El resto seguía con sus parafernalias, su pregunta fue ignorada.

Sería mejor que lanzara una más ácida entonces.

-Entonces tenemos que buscar las trece armas representadas en esta mesa. Sería de ayuda oir hablar más de ellas, y como se nos relaciona con ellas- dejó caer, a ver si le tiraba de la lengua ya a Kishidan.