Partida Rol por web

Wendel no puede creer estar volando sobre una de aquellas criaturas y vive aquel largo viaje como si de un extraño sueño se tratase. Cuando se dispone a bajar, uno de sus pies choca contra el ala de la criatura haciéndole perder el equilibrio y caer de costado contra el suelo.

- ¡Ooooaaah! -exclamó mientras caía.

De inmediato se incorporó y se limpió las ropas que se habían ensuciado de tierra oscura similar a ceniza.

- Estoy bien, estoy bien -dice antes de que nadie se preocupe por él.

A continuación se adentran en la cripta y guiados por Fibbin alcanzan una puerta de piedra que parece poner fin a la travesía.

- Ya estamos aquí ¿Y ahora qué? -se pregunta Wendel en voz alta mientras golpea suavemente la piedra con su hacha para comprobar su solidez.

Arnold vive el viaje a lomos del grifo con gran excitación, disfrutando del vuelo como si estuviese acostumbrado a ello. Él es el primero en divisar las ruinas que dan acceso a la cripta y avisa a sus compañeros, señalando el lugar.

- ¡¡¡ Allí!!!... ¡¡¡ Mirad!!! ¡¡¡ Aquello debe ser la cripta!!!...

Los grifos descienden y aterrizan junto a la entrada. El paladín desmonta grácilmente y se despide de las aves cuando éstas remontan el vuelo.

Tras un laberíntico recorrido bajo la luz de las antorchas y guiados por la intuición de la mediana, el grupo alcanza la puerta que sella el acceso al sepulcro. Durante unos instantes, nadie sabe qué hacer para abrirla y, mientras el enano la golpea para comprobar su solidez, Arnold la observa buscando algún tipo de inscripción.

- Quizás las cenizas abran el paso -sugiere mirando a Fibbin para que ésta las saque de su equipaje y las muestre a la puerta.

Cuando Arnold señala el lugar donde está la cripta, Fibbin se alegra tanto que casi se olvida de que están encima del grifo cuando pega un pequeño salto.

-¡Compañeros, lo hemos conseguido!-dice muy emocionada.

Pero no mucho tiempo después se da cuenta del error cometido. Las horas pasan dentro de los túneles y cuando por fin llegan a la puerta de lo que parece el final no encuentra la forma de entrar. La mediana busca por los alrededores y al escuchar la propuesta del paladín saca las cenizas y se acerca hacia la entrada.

Fibbin saca las cenazas y las muestra ante la puerta. Se queda en esa posicion durante unos segundos, los suficientes como para comprobar que no surge efecto alguno la idea del paladin.

La mediana se encuentra bastante cerca de la puerta. La mediana se siente frustrada por no saber como abrir aquella puerta.

Viendo que la ofrenda de Fibbin de las cenizas a la puerta no surte efecto Wendel tiene una idea.

- Dejadme probar una cosa -dice adelantándose -un anciano enano de Burak-zal me enseñó un día las palabras necesarias para abrir las puertas de las minas. Puede que funcione...

El enano se sitúa frente a la puerta y con su poderosa voz pronuncia:

- ¡Apertum!

Esperando que la puerta se comenzase a mover, Wendel frunce el entrecejo.

Khelben recobra el conocimiento bastante rato después de ir a lomos de los grifones... Los gritos de Arnold señalando la cripta y el viento golpeando su rostro hacen que se reanime lo suficiente como para mantenerse en pie al bajar de sus portadores aéreos y salvadores de una muerte segura en el campo de batalla.

El guerrero aprovecha para sacar un par de pócimas curativas que adquirió días atrás para curarse de sus heridas.

Enterrada y medio en ruinas, la cripta de Johannes les pone a prueba a todos... Una puerta les impide seguir adelante con su misión.

Cuando los grifos dejan al grupo en el suelo, el olor a tierra y el suave golpe al aterrizar sacan a la elfa de su inconsciencia, que ni siquiera trata de incorporarse.

- Unngh- masculla mientras se gira sobre si misma mirando alrededor -Es-esto duele- comenta mientas echa mano a su mochila y comienza a rebuscar hasta sacar pócimas. - Necesito un momento antes de proseguir-dice justo antes de engullir una de las pocimas.

Al engullir el brebaje, Luthien siente como un calor interno la va reconfortando y como sus heridas y golpes van desapareciendo hasta casi no dejar rastro alguno. Satisfecha, se levanta y sigue al resto de la compañia entre los túneles hasta llegar a la puerta. En silencio observa como Fibbin y Wendel intentan abrir la puerta, pero esta se empeña en permanecer cerrada, asi que sin dudar se acerca a la puerta y comienza a examinarla detenidamente, asi como el cerco de la puerta.

Fibbin busca por toda la puerta revisando minuciosamente la pared de la caverna sin encontrar nada que pueda ayudarles a abrirla.

-Esto no funciona...¿Sé os ocurre otra manera?-pregunta a sus compañeros.

No puede ser que nos hayan mandado hasta aqui sin darnos la clave para abrir esto...pienso intentando recordar algo que nos de la llave para abrir la puerta.

La desesperación y la frustración se apoderan del grupo. Tanto camino recorrido para que al final una puerta determine el éxito o el fracaso de tan ajetreada y peligrosa empresa.

Los portadores llevan horas delante de aquella puerta, probando todo tipo de gestos, posturas y palabras para conseguir que la puerta se abriera de par en par y dejara ver lo que se esconde tras ella.

El grupo empieza a desistir en sus estériles intentos de abrir la puerta. Frustrados, se sientan durante unos minutos para poner en orden sus pensamientos. Todos y cada uno de ellos se centran en todo lo acontecido en el viaje, todas las palabras que les dijo el obispo. Seguro que algo o alguien dio alguna pista de cómo abrir la puerta, pero ¿que o quien lo abriría?.

Wendel estaba enfurecido y así lo hacía saber, resoplando por sus anchas narices y zarandeando su hacha de un lado a otro. En un mal gesto, da un traspié hacia atrás y golpea sin querer un pequeño saliente de una piedra. En ese momento aparecen 3 oquedades a ambos lados de la puerta. Estas oquedades tienen una forma que os resulta familiar. Os acercáis sin dar crédito a el golpe de buena suerte que habéis tenido y observáis con detenimiento lo que acaba de aparecer hasta ahora.

Es Khelben el que se da cuenta de lo que son esas oquedades… ¡¡¡ Somos nosotros!!! ¡¡¡ somos nosotros en miniatura!!!... exclama.

- ¿¡Pero qué maldito...!? -exclama Wendel justo antes de darse cuenta de que había activado alguna clase de mecanismo.

Como puede, se pone en pie y se sacude la tierra que había ensuciado su pantalón.

- Menos mal que un enano viaja con vosotros ¿Quien iba a ser capaz de abrir esto si no?

Suelta una momentánea carcajada intentando recobrar su dignidad y se acerca a una figura que parece representarlo a él.

- ¿Qué clase de broma es esta? ¡Si alguien ha intentado reflejar mi barba, por Nori que ha fallado... Jum....

-Señor, Wendel... Por todos los dioses!!!- Exclama Khelben mientras se apoya en la dura y fría puerta. -Afortunadamente no todos sus tropiezos son en valde -Le susurra al enano con tono divertido.

Estas heridas no me dejan ni pensar (medita el guerrero para sus adentros mientras busca a ver si le queda alguna pócima para recuperarse).

-No sé que extraña mágia es esta de las figuras... Es como si ya supieran quienes iban a ser los porteadores pero... ¿Quien? -Lanza la pregunta al aire mientras observa la figura que lo representa...