Partida Rol por web

Mientras todos avanzaban hacia delante, Jandrus el Mago, lanzo una bocanada de fuego contra la momia que se acercaba a paso lento, la bola llameante cruzo el pasillo y acabo estrellandose contra la pared a pocos metros de la momia. Esta continuo su avance a traves del humo.

Arramus junto a Agamenon entraron en la sala y lo primero que oyeron fue un ¡click! que les advirtio que algo habian hecho mal. Una flecha rozo el tobillo de Arramus y ambos se quedaron plantados en el suelo, temiendo un activar alguna otra trampa.

Los enanos por su parte encontraron una hueco tras la silla que les permitia pasar a la siguiente sala.

- Por todos los dioses, Ungrim, parece que hemos encontrado algo. Vamos a ver a dónde nos leva esto.

Mierda!

Voy a ocuparme de la momia, no podemos dejar al mago solo, creeme.

Salgo a por la momia si me dejan pasar.

Llego por los pelos pero la zona esta llena de humo por la bola de fuego. Mis golpes ni se acercan al monstruo

- Ahora te sigo, dame solamente un segundo

Al igual que habia hecho su compañero, antes de atravesar la puerta revisó la habitación en busca de algo de valor.

Ante la insistencia de Arramus de ir por la momia, me aparto de la puerta y le dejo ir a por ella.

Registro la habitación en busca de algo de valor y avanzo a la siguiente sala.

Moviéndome como el viento me coloco junto al matador.

Menudo desastre; la bola de fuego se ha estampado contra la pared y la momia sigue intacta. Espero que el sacerdote guerrero la despache con más acierto que yo, a pesar de la humareda que llena el pasillo.

Un poco avergonzado por el fallo, me asomo a la habitación, mientras aguardo a que Arramus despeje el camino.

El laberinto de Melar, era un lugar misterioso y traicionero, les habian avisado. Y asi sucedio, en cuanto bajaron un poco la guardia las fuerzas magicas del lugar actuaron y enviaron a sus huestes de no-muertos a por los intrusos.

Dos de esos zombis llegaron y se lanzaron al combate contra los desprevenidos heroes, que como pudieron se quitaron a esas criaturas de encima.

Durgin, por su parte encontro un compartimento oculto en la silla y en su interior habia una daga de buena calidad, algo que bien podria vender mas adelante.
Jandrus examino toda la sala, pero no habian pasadizos secretos, ni paredes falsas. Alli no habian mas entradas.

El ruido del combate alertó a Durgin que se acerco rápidamente al zombi que combatía con el otro enano. El impulso dio como resultado un ataque que la criatura ni tan solo advirtió, quizá por la lentitud de su cuerpo. El hacha del enano silbó por el aire y cortó al zombi en dos mitades.

Los zombies habían aparecido por arte de magia, asi que, estuvieron a punto de pillar a Ungrim desprevenido. Por suerte, los movimientos de los zombies eran lo suficientemente lentos como para no representar un peligro serio.

Antes de que pudiese devolver el ataque al no muerto, el hacha de Durgin acabo con uno de ellos, asi que, sin dudarlo se lanzó a por el otro. Su nueva hacha atravesó la carne muerta como si fuese de mantequilla, y el monstruo cayó al suelo muerto por segunda vez.

La momia resulta poseer una fuerza enorme. Cuando detengo su golpe con el escudo me tiemblan todos los huesos. Intento contraatacar con un golpe rápido a la cabeza...

Cuidado Jandrus, este bicho es peligroso

Esquivando los torpes manotazos del zombi, consigo clavar mi arma en su cuello decapitándole. Tras acabar con el no muerto me dirijo junto a Agamenon.

Con cuidado, saco la cabeza para otear el pasillo. Arramus sigue bregando con la momia pero parece que tiene la situación controlada.

Me quedo en la estancia donde estoy a la espera de una señal del sacerdote y, entre tanto, me pongo a revolverlo todo a ver si encuentro algo de valor.

En la habitación de al lado estaban luchando contra unos zombies, pero ya eran suficientes guerreros para acabar con ellos. Yo mientras me dedico a buscar alguna salida alternativa en la sala en la que me encuentro.

Todas las criaturas fueron rapidamente masacradas y reducidas a un monton de carne podrida, solo Arramus parecia tener algun problema con la momia que le impedia avanzar. La momia le golpeo, el supo apartarse y por encima de ella, vio como un zombi se acercaba desde el fondo. La magia del lugar no traia nada bueno.

Agamenon no logro encontrar nada, parecia que el camino a seguir era aquel largo pasadizo y que este conjunto de tuneles no era mas que una maniobra para despistar.

Jandrus tampoco tuvo mejor suerte, pues la sala estaba vacia.

De nuevo mi ecudo detuvo el ataque del muerto viviente pero se le acercaban refuerzos al fondo del pasillo.  Pegué un golpe en rotación y, aprovechando el impulso, gire sobre mi mismo y asesté un golpe de revés al monstruo en la cabeza, que se llevó un buen golpe pero resistio.

Este hacha es una maravilla, me alegro de haberle pedido el dinero prestado al mago, aunque espero que los demas no se enteren de lo que hice...

Visto que aqui ya no quedaba nada que hacer, Ungrim siguió al elfo hacia la otra sala, buscando objetos de valor que pudiese haber por las esquinas.

Me voy a la esquina y comienzo a concentrarme en el sortilegio para atravesar las paredes.

Las masas palpitantes en que se habían convertido ese par de zombis no parecía gustar demasiado al enano así que, limpiando la sangre de su hacha cambió de habitación con la intención de variar el camino y seguir adelante.